Por Carlos Tórtora.-

El desafuero de Julio de Vido votado ayer por la Cámara de Diputados es un hecho histórico por varios motivos. En primer lugar, porque el ex Ministro de Planificación será el primer Diputado Nacional que permanecerá detenido. En efecto, el artículo 70 de la Constitución Nacional no deja lugar a dudas: “Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra cualquier senador o diputado, examinado el mérito del sumario en juicio público, podrá cada Cámara, con dos tercios de votos, suspender en sus funciones al acusado, y ponerlo a disposición del juez competente para su juzgamiento”.

Es decir que el ex hombre fuerte del kirchnerismo continúa siendo diputado, sólo que no participa de la actividad legislativa y, obviamente, está suspendido también en el cobro de su dieta.

Pero de ningún modo el suplente de De Vido puede asumir en su lugar.

En 1991, la misma Cámara dispuso la expulsión del diputado catamarqueño Ángel Luque por “indignidad moral”, cuando su hijo estaba acusado por el asesinato de María Soledad Morales.

La diferencia entre las dos situaciones es muy distinta. ¿Qué podría argumentar ahora el oficialismo para expulsar a De Vido? Acaban de suspenderlo para que no obstruya el proceso y, hasta tanto haya sentencia firme, rige a su favor la presunción de inocencia, así que es difícil imaginar nuevos argumentos en su contra mientras no se dicte una condena.

El segundo tema es el paralelismo que ya se insinúa entre De Vido y su jefa. CFK goza de fueros legislativos desde el día de su elección el domingo pasado. La probable discusión sobre si habrá o no planteos para que no se le tome juramento realmente no hace al caso.

Un caso muy distinto

¿Qué pasaría si Claudio Bonadío y/o Julián Ercolini dictan su prisión preventiva antes de que asuma sus funciones como senadora el próximo 10 de diciembre? ¿Podría el Senado desaforar a un senador electo y que, por tanto, todavía no forma parte del cuerpo? Sin antecedentes. La cuestión no parece sencilla y daría la impresión de que el tema sólo podría tratarse cuando ella efectivamente se haya incorporado a su banca y sea una legisladora en funciones.

Si las cosas marchan por este rumbo y con el precedente que acaba de sentarse con De Vido: ¿el bloque de senadores peronistas se abstendrá de bajar al recinto y le allanará el camino al oficialismo? A diferencia de su ex ministro, electo en una lista sábana, ella atesora el 37 por ciento de los votos de Buenos Aires y bajo su mando todavía hay numerosos legisladores provinciales, nacionales y provinciales, para no hablar de jueces y fiscales. Por otra parte, la nueva alianza que CFK está construyendo con los Rodríguez Saá apunta a recuperar terreno en el peronismo del interior, particularmente en Cuyo, lo que crearía ciertas expectativas.

Otro factor: el mismo kirchnerismo abandonó a De Vido influido por el impacto del gran triunfo electoral de Cambiemos. Con el ajuste que se está aplicando a toda máquina, habrá que ver si dentro de algunas semanas el humor social y la reacción de los legisladores es exactamente la misma.

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