Por Eduardo Difonso.-

A continuación exponemos el porqué de las cinco “D” que embargan a los argentinos.

  • Desilusión muy grande después de lo que han hecho.
  • Desengaño por todo lo que ha pasado desde que asumieron.
  • Descalabro en la economía.
  • Desencanto en los argentinos.
  • Decepción por el presunto fracaso.

Hay distintos criterios para gobernar un país

En base a un fundamentalísimo teórico según una ideología, que puede ser, para graficarlo rápidamente, liberal o estatal, conservadora popular, populismo demagógico o pragmático entre otras.

En lo que no puede haber dudas es en la escala de prioridades a definir para establecer una acción de gobierno mediante la aplicación de políticas públicas que tiendan a solucionar los problemas de los argentinos.

Pensando en la calidad de vida de las personas y en la prestación de los servicios básicos y derechos humanos que tienen los habitantes de un determinado país.

Básicamente esos servicios son: Educación, Salud, Seguridad, Justicia y Vivienda con los servicios de agua, luz y gas (energía) incorporados.

No son más importantes en esa escala de prioridades el gastar más de lo que ingresa (lo que se llama gasto público); el déficit fiscal (que implicaría endeudamiento y/o impresión de moneda); la paridad cambiaria (que significa devaluación o apreciación de la moneda con respecto a otras monedas del mundo, en especial el dólar estadounidense); la inflación (significa el impuesto más caro que pagan los asalariados o de ingresos fijos); los recursos o ingresos por el sistema impositivo (regresivo o progresivo) mediante los cuales se fomentan determinadas actividades o se desalientan otras siempre buscando el beneficio para la economía nacional donde el Capital y el trabajo se complementen y no compitan entre sí, utilizando la tierra o propiedad privada y las herramientas necesarias.

Los que acabamos de describir son instrumentos de la ciencia económica necesarios para implementar las distintas políticas públicas para administrar un país pero cuando nos referimos a las inversiones prioritarias, estas deben estar orientadas a los servicios de EDUCACIÓN, SALUD, JUSTICIA, SEGURIDAD, TRABAJO, VIVIENDA (con todos los servicios de agua, luz y gas incorporados).

Esas son las prioridades que debe gozar el habitante de un país y son las que debe garantizar todo gobierno elegido democráticamente independientemente de su ideología política,

La ideología es la que le brindará las herramientas necesarias a aplicar para conseguir aquellos objetivos. Cada ideología tiene un camino definido por las herramientas e instrumentos que aplican para conseguir esos objetivos.

Entonces en Argentina tenemos que ponernos de acuerdo en estos Objetivos Prioritarios y como los ordenamos para luego discutir cómo llegamos a conseguirlos.

De esta manera los ciudadanos, electores, podremos definir nuestra elección en base a los distintos caminos que propongan los candidatos enmarcados en sus distintas ideologías, que tienen la obligación de explicitarlo en la plataforma de gobierno propuesta a la ciudadanía por el partido político (o figura electoral, alianza, frente etc.) que lo propone como candidato.

Esta plataforma constituye un CONTRATO y una OBLIGACIÓN que asume el candidato y su partido con el electorado y es de irrenunciable cumplimiento.

El gobierno PRO-RADICAL está confundiendo herramientas e instrumentos con los verdaderos Objetivos y además confunde las prioridades que se les da a la aplicación de estos instrumentos.

Digo esto porque la administración del Ing. Macri está priorizando resolver el Déficit fiscal con Endeudamiento y Emisión monetaria (Títulos y Bonos públicos) y como si fuera poco aplicando una política monetaria de Devaluación del peso para licuar pasivos sin contemplar que para ello ha asumido un fuerte endeudamiento externo en dólares que hace cada vez más difícil afrontar los intereses y amortización de dicha deuda.

Todo ello conforma un círculo vicioso que obligará al país, con cualquier ideología que ejerza el gobierno, a sufrir un Ajuste permanente que va a ir deteriorando la calidad de vida de los argentinos y destruyendo las PyMES e Industrias, Economías Regionales y la Producción Primaria Agro industrial que conforman la economía nacional.

El gobierno debería trabajar sobre la Pobreza Estructural, sin convertirla en sólo un slogan de campaña electoral, y para ello el instrumento a utilizar es controlar y reducir el índice inflacionario.

El gobierno debe entender que los aumentos tarifarios como los de combustibles, inciden directamente en el incremento del índice inflacionario. Por otra parte también debe entender que el incremento de las tasas de interés, que en inversiones financieras pagan casi el 50% anual, hace imposible encontrar inversores -ni internos ni externos- que aporten a la economía formal que genera valor agregado a la producción primaria y puestos de trabajo (empleos).

Lo que el gobierno PRO-RADICAL afirmaba que sería la “lluvia de dólares” pero que nunca se produjo ya que las inversiones externas que llegaron fueron para la especulación financiera, más de U$S 7.000 millones de dólares que al día de hoy ya se fugaron del país luego de tomar ganancias generadas por un dólar a $ 20 fines de abril a un dólar de $ 28 al día de hoy, eso sumado a los compradores de dólares locales le significó una pérdida de reservas al Banco Central de la República Argentina (BCRA) de U$S 11.400 millones de dólares.

Con un gran agravante como es el caso que el mayor tomador de dinero en el mercado interno es el Estado, Nacional y Provincial para afrontar sus gastos, y ello implica un serio problema para todas las empresas que necesitan adelantos en cuenta corriente, descubiertos temporarios, créditos para ampliación de infraestructura porque el Estado aspira la mayoría de los fondos para financiarse y lo poco que queda está disponible a tasas impagables que van desde el 73% al 120% anual, según sea la operatoria y entidad financiera que la aplique.

No hay forma que estas únicas empresas que están instaladas en argentina apostando a este bendito país puedan sostenerse sin generar desocupación por despidos para achicar costos y gastos operativos. O peor aún, cerrando sus instalaciones como las 7380 PyMES que lo hicieron en estos dos últimos años.

Además es claro que el Gobierno debió acudir al FMI (Fondo Monetario Internacional) porque se les cerraron las fuentes de financiamiento privado exterior por considerar de alto riesgo la posibilidad de recupero de esos fondos porque la economía argentina no garantiza el crecimiento necesario como para afrontar las deudas asumidas y a las altas tasas de interés contraídas.

Es necesario recordar que en el informe del Fondo los propios técnicos de Washington expresan que la apuesta del acuerdo con Argentina es restaurar la confianza para que el país pueda volver a financiarse en los mercados de capitales, al tiempo que va achicando su déficit fiscal y mejorando su capacidad de repago.

“Ese es el objetivo del crédito otorgado y de ninguna manera aportar al desarrollo económico nacional.”

El gobierno debe abandonar su criterio filosófico para implementación de políticas públicas por ese camino de ortodoxia liberal y redefinir todos los Contratos de Concesiones de los Recursos Naturales, petróleo, gas, energía, transporte y distribución de los servicios de energía (gas y luz) determinando los costos argentinos de Producción, Generación, Transporte y Distribución de esos servicios y unificar dichas prestaciones para reducir costos e impuestos que recargan esos servicios y combustibles a los usuarios.

Si se pretende generar confianza a los posibles inversores externos, a quienes estamos esperando desde hace dos años y medio y no aparecen, no es con la continuidad de las empresas prebendarias que administran las concesiones monopólicas y carentes de competencia comercial con precios y ganancias garantizadas por el propio Estado.

Esta medida tiende a lograr la equidad y justicia tributaria y tarifaria para reducir la inflación y garantizar el Derecho Humano para gozar de esos servicios vitales para los argentinos a un menor precio, asegurando su mejor calidad de vida y el desarrollo de la economía nacional.

Esta medida propuesta de redefinición de contratos, desalienta la inversión extranjera especulativa, termina con los subsidios a las prestadoras de los servicios, termina con la garantía estatal de rentas extraordinarias, se determinan los costos con la mirada desde el consumidor y como factor estratégico de desarrollo y no desde la visión empresaria mercantilista, también se consideraría la reducción de la tarifa energética ya que al reducir los costos de extracción y generación de Millón de BTU de gas en boca de pozo se puede trasladar esa reducción a la matriz de generación energética que hoy depende en un 54% de centrales térmicas abastecidas con gas natural o combustible líquido, y aplicando a los combustibles derivados del petróleo el criterio de Costo Argentino de producción para consumo interno también podríamos reducir el valor de dichos combustibles para fomentar el desarrollo nacional por los insumos en el agro, la industria, el transporte, de mercaderías y de personas, y de la logística de distribución.

En caso de incrementar la producción de estos recursos, recién entonces se podrían autorizar las exportaciones de los mismos en el momento en que se cubran las necesidades de los usuarios argentinos y del desarrollo nacional, recién entonces, decíamos, se podrán aplicar los valores del mercado internacional o externo para que esas exportaciones ayuden en la mejora de la balanza comercial aportando divisas para afrontar el endeudamiento mientras este persista.

Debería ser uno de los criterios posibles para resolver en lo inmediato el problema más acuciante argentino como es el alto nivel inflacionario que profundiza la pobreza estructural que ya supera el 30% de la población, siendo los más afectados los niños y jóvenes del país.

Después veremos cómo solucionamos el problema del endeudamiento ya que los países tienen posibilidades de refinanciar sus pasivos con los acreedores institucionales siempre, pero los argentinos que pierde el país en ese camino no se recuperarán nunca más.

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