Por José Luis Milia.-

“Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos.” Francisco, Papa. Discurso en Bolivia.

No es, monseñor Lozano, lo que algunos piensan que es. Creer que es un tonto bienintencionado y desubicado de los tiempos políticos es lo más alejado de la verdadera personalidad que él suele esconder y que sólo unos pocos conocen. Experto en no decir nada en mil palabras o en expresar sólo lo que es políticamente correcto sin necesidad de mojarse los calzones ha sido su mérito. Quizás sea esto lo que hace que algunos curas, más allá de su inteligencia, puedan acceder a un obispado y soñar que, si dicen lo adecuado, quizá algún día les caiga del cielo un capelo.

Sumo sacerdote de las verdades de Perogrullo, monseñor Lozano decide escribir -justo con Milagro Sala presa- sobre las bondades de los movimientos sociales que emergieron en la Argentina incendiada del 2001. Todo lo que dice es más que conocido por los argentinos, tanto que entra peligrosamente en el terreno de lo obvio aplaudiendo el sentido humano de las organizaciones sociales en las que, para no quedar mal, agrega las que él llama más antiguas y organizadas: partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones gremiales e inclusive los clubes deportivos.

Para no perder la capa y quedar al descubierto, monseñor Lozano añade una frase que es de una verdad absoluta, pero también sacada del coleto de Perogrullo: “Las organizaciones populares, como todos los grupos humanos, tienen genialidades y contradicciones”. La lástima, y lástima diríamos si no fuera porque a pocos les caben dudas de que él eligió el momento para escribir esta ponderación siendo éste el justo tiempo en que la justicia había puesto el ojo en la persona que ha perpetrado las peores “contradicciones” que un movimiento social puede cometer. En verdad que, si de injusticias consumadas contra movimientos sociales se trata, sobraban, desde hace mucho, ejemplos para escribir sobre ellos: Margarita Barrientos viene siendo agredida y amenazada desde, por lo menos, el año 2010 y al cacique Qom, Félix Díaz, lo tuvieron a la intemperie durante meses en la 9 de julio porque a la dueña del país no se le cantaba recibirlo y, sin embargo, no hubo en ninguna de esas circunstancias algún monseñor que acudiera en su ayuda con un escrito.

Porque acá hay dos cosas que decir y que no son temas menores. Si bien Milagro Sala fue detenida, inicialmente, por un tema controvertido, la verdad es que detrás de ella viene una procesión de causas más que graves por extorsión, malversación de fondos y asesinatos. Es cierto que todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario, pero al menos, la discreción nos obliga al silencio. Lo segundo tiene que ver con la condición de prelado de la Iglesia Católica que ostenta monseñor Lozano. El no es Nuestro Señor Jesucristo crucificado entre dos ladrones, pero si de alguna manera cree que este es un tiempo de crucifixión, que al menos intente saber a quien tiene al lado, si a Dimas o a Gestas (*).

* Dimas era el buen ladrón; Gestas, el malo.

Share