Por Luis Américo Illuminati.-

María Eugenia Vidal dijo que quiere ser presidenta y atacó a Javier Milei por el uso del chaleco antibalas: “No lo vi combatir a ningún mafioso». No obstante, Vidal reconoce que «el surgimiento de Milei interpela a toda la clase política y refleja el hartazgo y enojo que tiene justificadamente una parte importante de los argentinos». Su amiga Elisa Carrió antes dijo que Milei ataca a la casta que le permite estar sentado en una banca. ¿Quién las entiende a Vidal y a Carrió? Ambas tuvieron ya su oportunidad, actuaron, ganaron, perdieron, hicieron, no hicieron, pero lo cierto es que no pudieron hacer nada contra ese virus llamado kirchnerismo liderado por Cristina Fernández. Parece una lucha titánica entre amazonas afiebradas. Dejen que Milei hable, proteste y critique todo lo que quiera a «Doña Casta», que de casta no tiene nada. Ha sumido al pueblo argentino en un pozo y le viene haciendo el cuento desde diciembre de 1983 en adelante. Doña Casta y sus hijos, ya sean radicales, neo radicales, peronistas, neoperonistas, sus bifurcaciones y ramas transversales, cambiemitas y mauricistas, etcétera, ninguno sacó el país a flote. La verdad es que Doña Casta es una desvergonzada. No quiere renunciar a ningún privilegio. Gana sueldos fabulosos y nadie le toca el bolsillo. Promete, promete y promete y en eso se queda, ya que el pueblo- ya lo dije en otro sitio- «corre como un hámster dentro de una ruedita todo el tiempo (https://www.facebook.com/groups/quienesyporque/permalink/3328705767402529/) y Doña Casta, como si fuera una profesora o una matrona lo alimenta con mijagas mientras ella se da la gran vida: se lleva la vaca, los terneros, el toro reproductor y el forraje.

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