Por Máximo Luppino.-

El planeta pierde la batalla contra el narcotráfico. Es una pelea que se libra con suma hipocresía por un determinado sector de la dirigencia política, judicial y policial. Es hora de quitarse las caretas y saber quién es quién. La pirámide organizativa de mando de los narcos, llega a los más altos estamentos del poder mundial.

Una oleada de personas, en su mayoría jóvenes, fueron víctimas de un envenenamiento deliberado de la droga que consumieron en la provincia de Buenos Aires. Hasta el momento los fallecidos suman 24. Además, un número similar de personas se encuentran hospitalizadas aún. Algunos permanecen en estado crítico en terapia intensiva.

La batalla contra las narco-adicciones no se libra con fusiles. Se debe nutrir en una profunda convicción ética cimentada en los valores de familia, sentido espiritual del valor de la vida y vocación de servicio al prójimo. El consumo de estupefacientes es “el camino corto”. El mismo que no conduce a nada trascendente y valioso. Lo lógico es sembrar primero para cosechar después. La causa y efecto reinan por doquier. Si sembramos perales, obtendremos peras. Si sembramos lectura reflexiva ampliaremos nuestro intelecto. Si servimos con amor al prójimo encontraremos la felicidad, pero si nos empapamos en la desidia del consumo encontraremos conciencia anulada, dolor y muerte de la flor del alma.

Estamos librando un combate donde los soldados están disfrazados. Sin uniforme confiable, sin idioma límpido del corazón. Miramos y poco vemos. Sólo el ojo del discernimiento despierto nos conducirá a saber reconocer el camino.

El ministro de seguridad bonaerense, Sergio Berni, se colocó al frente del drama que transcurría como en episodios de terror de una película apocalíptica, pero era real y concreto. Fallecían consumidores entre la media hora y las cuatro horas de ingerir las dosis. Otros peleaban por sus vidas en lúgubres salas de terapia intensiva. Al ver esto, Berni dijo con muy buen tino y pensando en salvar vidas: “Quienes compraron droga en estas últimas 24 horas tienen que descartarla”. El ministro fue injustamente criticado, pero este concejo práctico seguro salvó vidas.

¿Cuántas dosis fueron las contaminadas? ¿El “Paisa” es el número uno del narcotráfico en Buenos Aires, o sólo un “perejil jerárquico más”?

El narco consumo está presente en todos los estamento sociales, pero parece hacer más daño en nuestras barriadas profundas, donde la esperanza se mezcla arteramente con el “papelito” del consumo…

¿Por qué los Estados Unidos de Norte América no pueden vencer a los narcotraficantes propios e internacionales? La superpotencia es el país de mayor consumo del mundo. No es nada alentadora esta realidad.

Familia y escuela, cultura del esfuerzo y devoción al bien son los únicos senderos dignos de transitar para superar este drama que la humanidad padece. Lo correcto triunfará.

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