Por Malú Kikuchi.-

De acuerdo al diccionario, amnesia es: pérdida total o parcial de la memoria que impide recordar o identificar experiencias o situaciones pasadas. De acuerdo a esta definición, el Señor Alberto Fernández es o está amnésico.

El martes 14/2/2022, Fernández se presentó como testigo en el juicio que investiga la asociación ilícita y la administración fraudulenta por la adjudicación de obras públicas en Santa Cruz a Lázaro Báez. Están procesados Cristina Kirchner, De Vido y otros.

Todos los procesados fueron funcionarios de los sucesivos gobiernos kirchneristas. El Presidente se presentó como testigo de CFK. Se apresuró a declarar ante el tribunal que eran amigos.

Lo que no aclaró, por haberlo olvidado, es que la amistad se rompió mal en 2008 y se reanudó recién en 2018. Mientras estuvieron distanciados Alberto F. recorrió radios y canales denostando el gobierno de CFK.

Todo eso quedó en el olvido. Alberto F., recién recibido (1983, abogacía, UBA) trabajó en el gobierno de Alfonsín, lo hizo con Menem a las órdenes de Cavallo. En 1996 trabajó con Duhalde desde el BAPRO.

Fue legislador porteño por Acción por la República, el partido de Cavallo (2000/25/5/2003). Lo sucedió Elena Cruz. Desde el grupo Calafate, impulsó la candidatura de Néstor Kirchner. Fue el jefe de gabinete entre 2003/2007 de Néstor y de CFK hasta 2008.

Es en su calidad de ex jefe de Gabinete de Ministros que compareció como testigo de CFK en la causa “Vialidad”. Ante una pregunta del fiscal Luciani, contestó: “Yo le expliqué que el jefe de Gabinete no está al tanto de miles de obras públicas”. Y repitió varias veces, “No tengo idea”.

Es obvio que al Presidente le ha destruido la memoria un terrible ataque de amnesia, que quizás con tratamiento y tiempo se le pase. Dicen que otra pelea con su hoy vicepresidente podría ser parte de la cura.

Porque sólo un feroz ataque de amnesia puede explicar que a un jefe de gabinete durante 5 largos años se le haya pasado por alto que a una provincia con 274.000 habitantes, censo 2010, el 0,7% del país, recibiera tal cantidad de obra pública. Aunque se acababa de descubrir que la Patagonia estaba aislada. Las demás provincias patagónicas no recibieron la misma “ayuda”.

Si al Presidente Alberto Fernández no tiene idea de lo que sucedió con la obra pública ($8.000 millones a Lázaro Báez, información Hugo Alconada Mon) mientras era jefe de gabinete, ¿qué hacía entonces? Trabajaba como operador político, judicial y periodístico. Eso lo hacía bien.’

A pesar de todo, no haber visto ni escuchado nada durante 5 años, cuando los K no eran cuidadosos en esconder sus manejos (estaban seguros de su impunidad), era como no haber visto los 38 elefantes de Aníbal Barca* cruzando los Alpes. Muy, pero muy difícil de creer.

Quizás, además de amnésico el Señor Fernández vive una realidad paralela y se autopercibe y proclama ser hijo del juez Carlos Pelagio Galíndez cuando su padre biológico fue Alberto Oscar Pío Fernández. Se autopercibe y declama profesor de Teoría del delito, derecho penal UBA, sin aclarar que es adjunto, no titular*.

Quizás vive una realidad paralela que le hace creer que es el presidente de la Argentina. ¿O será una realidad para lelos?

* Aníbal Barca, 247/183 a-C, general cartaginés que llegó victorioso, con 38 elefantes de guerra al norte de Italia.

* “Alberto Fernández no está en el listado de profesores porque no es profesor regular por concurso sino interino por lo que no está nombrado por el Consejo de la UBA a quien compete el nombramiento, sino en forma temporal por el consejo directivo de la facultad”. Facultad de Derecho de la UBA.

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