Por Hernán Andrés Kruse.-

Pasó lo que tenía que pasar. Los docentes votaron un paro nacional de 48 horas, lunes 6 y martes 7 de marzo. Al decidir el gobierno la eliminación de la paritaria federal que se viene realizando desde 2008, los cinco sindicatos docentes nacionales quedaron en un callejón sin salida. Además de la huelga de 48 horas los docentes decidieron adherir al paro internacional de mujeres del miércoles 8, participar en las jornadas informativas con los padres (segunda semana) y la convocatoria a un nuevo paro de 48 horas para la tercera semana en caso de que el Gobierno no satisfaga sus reclamos. El gobierno bonaerense reaccionó de la peor manera atribuyendo una intención desestabilizadora a los gremios. Alejandro Finocchiaro, Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, dijo que los gremios “están en acción de guerra” contra el presidente de la nación y la gobernadora María Eugenia Vidal. Sonia Alesso, en diálogo con Página/12, dijo exactamente lo contrario: “el responsable de que no empiecen las clases es el Gobierno”. “El año pasado, cuando el gobierno era el mismo, y los que estamos al frente de los gremios éramos también los mismos, las clases comenzaron normalmente, porque la paritaria nacional se hizo. ¿Qué hay de diferente este año? Eso es lo que deberían explicar”.

La decisión de los gremios docentes fue la crónica de una negociación frustrada de antemano. El conflicto se mantuvo vivito y coleando durante los tres meses de verano. Nadie quiso ceder. En diciembre, el impresentable ministro de Educación, Esteban Bullrich, al reunirse con los gremios del sector educativo anunció que no se convocaría a la paritaria nacional. Esgrimió varias razones pero la más importante fue que las provincias le habían solicitado a Macri que no se hiciera porque les resultaba muy complicado poner en el sueldo inicial un porcentaje de aumento que no podrían luego trasladar al resto de los salarios. Sin embargo, ese argumento rápidamente se desmoronó como un castillo de naipes porque varios gobernadores le rogaron al presidente de la nación que continuara prestándole atención a las negociaciones. Fue una lógica reacción ante el reclamo de recomposición de los sueldos docentes. Sucede que la negociación por el salario consta de dos tramos. Los maestros discuten primero con el Estado nacional la fijación del piso que cobrará un maestro en cualquier ámbito del país. Luego, discuten con los gobernadores el resto de la escala.

El conflicto se profundizó a raíz de la pretensión del Gobierno de ponerle un techo del 18 por ciento a las paritarias estatales. Desde Madrid, el presidente insistió en que dicho porcentaje es suficiente y adecuado a la inflación que el equipo económico prevé para 2017. No opinan lo mismo los gremios docentes. Consideran que un incremento que deje su salario en paridad con la inflación debe ubicarse en un 35 por ciento. Cabe aclarar que este planteo es compartido por la totalidad de los gremios docentes. Mario Almirón, titular del Sadop, fue contundente: “la situación de los docentes, incluidos los privados, es muy grave. No tenemos asegurada la recomposición del salario porque no hay convocatoria a la paritaria federal. Ante el no diálogo, ante el cierre de la puerta de la negociación por parte del gobierno nacional, la respuesta no puede ser la resignación”. Por su parte, Alejo Demichelis, de Ctera, expresó que “en las paritarias docentes provinciales, que tratan de avanzar con el inicio de las clases encima, no hay acuerdo. Hasta ahora no hay ninguna provincia que tenga garantizado el comienzo a término”. Gerardo Alzamora, del Sadop, dijo que “hay un tema de igualdad que depende de la paritaria, que fue una herramienta que logramos después de una gran crisis en el 2003. En ese momento había una desigualdad absoluta. En algunas provincias los docentes ganaban 3 ó 4 veces más que en otras. Este había sido uno de los resultados de las políticas del menemismo en los ´90, que traspasó las escuelas a las provincias, pero sin presupuesto. A partir de entonces, cada gobernador pagó lo que pudo; la Capital Federal puede afrontar determinados sueldos que Formosa no. Terminamos con una disparidad enorme de sueldos, y a eso vamos a volver otra vez si eliminan la paritaria nacional. Hay provincias que ya dicen que el 18 es el techo; y la verdad es que hay algunas que pueden quedar bastante por debajo, porque van a dar lo que puedan dar”.

Para Eduardo López (UTE-Ctera) “el costo fiscal de aumentarle a todos los docentes del país un 35 por ciento es de 50 mil millones de pesos”. “Un costo inferior a lo que el presidente se quiso condonar en el Correo, 70 mil millones”. “Con los 20 mil millones que nos quedan a cuenta, podríamos recuperar varias de las cosas que ajustó: todos los programas socioeducativos que discontinuaron, la entrega de libros gratis, las radios escolares, el plan Conectar Igualdad, el programa de formación docente”. Según Alesso, “hay dos intenciones políticas: la primera es poner un techo a las negociaciones salariales de todos los trabajadores, usando como elemento disciplinador el conflicto docente. La segunda, grave, es dar marcha atrás con todas las políticas públicas que tienen que ver con el financiamiento educativo. Esto empezó con desarmar el Conectar Igualdad, la transferencia del Canal Encuentro, la decisión de desarmar las orquestas infantiles, el programa de educación sexual integral, el despido de los compañeros que trabajaban en la formación permanente de los docentes, la subejecución del presupuesto educativo, la entrega a las empresas del contenido de la educación técnica, la desaparición de lo que tenía que ver educación y derechos humanos. Esto es un programa que apunta a desresponsabilizar al Estado nacional no sólo de los sueldos, sino de todo el funcionamiento de la educación” (fuente: Laura Vales, “Un paro de dos días para empezar el ciclo lectivo”, Página/12, 24/2/017).

¿Decidió el mitrismo abrir el paraguas por las dudas? Parecería ser que sí a tenor del contenido del editorial y del artículo de Fernando Laborda publicados el 24 de febrero.

El editorial se titula “Conflicto de intereses y confianza pública”. Dice el mitrismo: “La gestión de la secuela de la privatización y ulterior estatización del servicio de correos en que está involucrada una empresa de la familia Macri revela la necesidad de un abordaje serio de los conflictos de intereses, más allá de la ligereza con que unos y otros discurren sobre si el problema fue tratado de manera correcta en función de los intereses del Estado nacional y de la confusión que han instalado en la ciudadanía. El conflicto debió haberse gestionado y comunicado de manera sólida, permitiendo el escrutinio público de estudios independientes que demostraran que determinado acuerdo, total y no parcial, era sencillamente la solución menos mala entre las posibles ante un deudor concursado y, por definición, insolvente. Más aún cuando la solución aparece tan sólo un año después de la asunción de las nuevas autoridades y luego de más de una década de inexplicable postergación. Pero más allá de este episodio hay otros conflictos de intereses que involucran a la familia del Presidente y a diversos funcionarios que vienen de desempeñarse en empresas privadas; por ejemplo, el caso de las aerolíneas “low cost”, que el Gobierno debe mirar con especial atención para no seguir afectando la confianza ciudadana” (…).

“La preocupación y el estado de alerta, como valores compartidos por los argentinos, frente a los efectos lamentables de la corrupción y los conflictos de intereses, deben ser bienvenidos, superando el aprovechamiento partidario que la cuestión muchas veces supone. La conveniencia de contar con gente idónea en cada campo de la actividad privada que complemente a los funcionarios de carrera es irreprochable. Muchas personas en esta administración están trabajando por una ínfima parte del salario que podrían ganar en el ámbito empresario, en el país o en el exterior, y nada permite presumir que lo hagan para enriquecerse. Pero como se trata precisamente de personas que asumen una función de regulación y control sobre los sectores en que antes hacían negocios, y a los que es previsible que algún día vuelvan, como gobiernan a ex colegas y competidores, es imprescindible que su actuación en cada caso concreto sea inmune a toda sospecha. La transparencia no se agota en la tibia exigencia de hacer públicas sus declaraciones patrimoniales ni en la existencia de una Oficina Anticorrupción que integra un ministerio del poder político, sencillamente porque nadie contabiliza el producto de la corrupción ni lo declara para pagar impuestos. Se trata de rodear cada actuación concreta en que pueda meramente sospecharse un conflicto de intereses de la máxima publicidad en cuanto a su proceso y de las explicaciones más completas en cuanto a su resultado” (…).

“El nuevo gobierno ha recibido buena parte de su respaldo de los votos de ciudadanos indignados por el saqueo a las arcas públicas por personas que no provenían, precisamente, del sector empresario, sino por políticos profesionales que no han dejado órgano de control sin copar o desmantelar y que, bajo las rimbombantes denominaciones de Justicia Legítima y democratización de la Justicia, pretendieron avasallar también el Poder Judicial. Debe honrar la misión de cambiar también en ese campo y comprender que los conflictos de todo tipo ocurren en el nivel de la percepción, sea que ésta coincida o no con la realidad” (…) “Ocurre que el liderazgo impone serlo también en valores. Exige no sólo la corrección, sino también la rendición de cuentas y, aunque suene retórico, debe llegar hasta el nivel de la ejemplaridad”.

El artículo de Laborda se titula “Un fenómeno nuevo para el Presidente: la caída del optimismo”. Dice el autor: “Desde que se inició 2017, el gobierno de Mauricio Macri enfrenta un fenómeno que no había conocido en sus anteriores 12 meses de gestión: la caída general del optimismo ciudadano. La luna de miel de la sociedad con el Presidente es un recuerdo ya lejano, y aunque todavía no se pueda hablar de desilusión, el estado de ánimo que caracteriza a la población es de impaciencia. Entre los analistas de opinión pública hay coincidencia en que, mientras no exista una percepción arraigada de crecimiento sostenido de la economía, el desasosiego ciudadano seguirá reinando. Para que el macrismo gane las elecciones legislativas del 22 de octubre no sólo será indispensable que la inflación baje sensiblemente y que la actividad económica se reactive. Será necesario que la mayoría de la ciudadanía perciba que la economía ha vuelto a crecer” (…).

“A la economía argentina le restan dos meses para empezar a crecer en serio. Este cálculo, que hacen distintos analistas, se explica porque la población suele tardar entre tres y cuatro meses en percibir en carne propia los efectos favorables desde que se producen indicadores concretos de crecimiento. En otras palabras, si la economía no empieza a moverse con vigor hacia abril, no será fácil que la buena onda llegue a la gente en agosto, cuando se ponga en marcha el proceso electoral. Al problema de que la economía estaría demorándose más de la cuenta en dar señales de revitalización se suman los errores de comunicación desde el Gobierno. Muy pocos consumidores vieron favorablemente los cambios impulsados con el declarado propósito de transparentar los precios” (…) “Los desaguisados provocados por el ahora abandonado acuerdo entre el estado nacional y la empresa Correo Argentino, de la familia Macri, y por el fallido recálculo de los aumentos en los haberes jubilatorios contribuyeron a aumentar el malestar general. Si bien parte de la ciudadanía puede ver la marcha atrás presidencial en tales temas como un buen síntoma y como la contratara del cuestionable estilo de Cristina Fernández de Kirchner, que jamás admitía equivocaciones, la repetición de errores en el gobierno de Macri que deben ser corregidos, antes que un gesto de responsabilidad, termina siendo percibida como un signo de ineptitud” (…) “A diferencia de cuando asumió, 14 meses atrás, hoy la situación de Macri es distinta. Antes, el primer mandatario podía recalcular, neutralizando los costos de un error original. En la actualidad, por el contrario, apenas puede aspirar a disminuir algo el daño generado por una decisión errónea” (…).

“La estrategia electoral del oficialismo sigue pasando por polarizar con el cristinismo. Y para eso es vital que el Gobierno no exhiba flancos débiles en materia de transparencia pública. Un segundo eje de campaña pasa por recuperar la imagen e iniciativa a través de la política exterior. Cierta sobreactuación tras la conversación telefónica del presidente argentino con Donald Trump brindó una primera pauta de eso. El viaje presidencial a España, con una numerosa delegación de empresarios, fue otro indicador. En Madrid, Macri se preocupó por hacer algunas referencias a la herencia recibida del kirchnerismo al hablar de la necesidad de que las empresas españolas vuelvan a la Argentina tras años de desconfianza. Pero no podrá olvidar un mensaje que se escuchó cerca de la Puerta de Alcalá: “Los primeros que deben invertir son los propios argentinos”.

El 25 de febrero se cumple un nuevo aniversario del natalicio del ex presidente Néstor Kirchner, quien fue capaz de sacar a la Argentina del atolladero en que se encontraba en aquel entonces. He aquí algunas de sus frases célebres (fuente: Néstor Kirchner-Wikiquote):

-“No he venido a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada”;

-“Sabemos el genocidio que pasó nuestra industria petrolera, la increíble privatización (…) Si YPF hubiera quedado en manos nuestras estaríamos recaudando (…) entre 20 y 25 y hasta 30.000 millones de dólares por año”;

-“Vengo a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación; vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la Justicia; vengo a proponerles un sueño que es el de volver a tener una Argentina con todos y para todos. Estoy convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos”;

-“Un país que lo soñamos, que Cristina lo sueña junto con la clase media, los intelectuales, los industriales, los jóvenes, todos los argentinos que quieren hacer grande este país”;

-“A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo”;

-“Les pido que la ayuden a Cristina, que es una mujer con coraje dispuesta a transformar la patria”;

-“Sabemos que faltan asignaturas pendientes, estamos conduciendo, pero tenemos que mejorar las neuronas del estado, que sea eficiente y transparente, tenemos en claro cuáles son las asignaturas pendientes, lo importante es tener los ojos y los oídos bien abiertos”;

-“Como en las peores etapas del ´55 y del ´76 salen comandos civiles y grupos de tareas, para agredir a los que no piensan como ellos, en forma vergonzosa”;

-“Que de esta plaza no salga un solo gesto de rencor, sino de dignidad; que no salga un gesto de odio, pongamos la otra mejilla;

-“El canal de cable Todo Noticias es, como dicen unos amigos: Todo Negativo”;

-“Clarín: no se por qué estás tan nervioso, pero hacé democracia, usá los medios para informar y no para desinformar a la gente”;

-“No pasarán a la historia aquellos que especulen, sino los que más se la jueguen”.

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