Por Juan Manuel Otero.-

Asistimos al triste espectáculo de ver colegios tomados por los alumnos en reacción al proyecto del ejecutivo de incluir “Pasantías” en 5° año. La oposición y militancia k, aplauden y estimulan esta decisión de los estudiantes, con el lema de oponerse a “laburar de forma gratuita”.

Ese es el error medular de los educandos, no se trata de que “laburarán gratis”, se trata por el contrario que en forma gratuita recibirán experiencia y capacitación laboral que les puede abrir las puertas a su futuro. Se trata en definitiva y simplemente de “una nueva materia”-

Ya en el año 2003 el educador Adrián Álvarez, desarrolló un “Manual de apoyo para la implementación de pasantías educativas”, en cuyo inicio las definía de esta forma:

“La PASANTÍA consistirá en la realización por parte de los alumnos de prácticas concretas durante un tiempo determinado, relacionadas con su formación profesional, en organizaciones tales como empresas, instituciones o entidades de los trabajadores o empleadores, organizaciones no gubernamentales u otras en las que, bajo la organización y control de la institución educativa a la que pertenecen complementan con la práctica saberes teóricos. De esta manera la pasantía articula el ámbito educativo con el del trabajo, extendiendo la actividad de la institución formativa a las empresas y convirtiendo a estas últimas en ámbitos de aprendizaje concretos, en los que los pasantes se insertan con el objetivo de ampliar y afianzar su capacitación profesional.”

Se puede encontrar este profundo proyecto, así como las importantes personalidades de la educación que colaboraron y las importantes empresas que adherían al mismo.

Pero lamentablemente, los alumnos han caído en la trampa que les tendieron punteros de la oposición en el sentido de que serán “explotados” y de ahí las tomas de Colegios. Evidentemente muy hábiles para captar cualquier circunstancia favorecedora del caos.

Se trata sin embargo de una excelente medida tendiente justamente a favorecer el futuro de los estudiantes. Es simplemente hacer un curso de un año en una empresa y en el último de los casos, aunque la especialidad no sea la que finalmente elija el estudiante, como mínimo le dará la experiencia indispensable para conocer el trato, la disciplina y demás obligaciones de una relación de dependencia.

Los padres de alumnos deberían comprender el sentido de esta decisión y alentar a sus hijos, pero lamentablemente la rechazan y apoyan las decisiones de la gran mayoría de los alumnos.

Otra oportunidad perdida para nuestros jóvenes.

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