Por Eduardo Difonso.-

El ing. Macri, poder ejecutivo nacional, emitió el 16 de diciembre del 2015 el Decreto N° 134/2015 declarando la «Emergencia Energética Nacional».

A seis días de haber jurado para desempeñar la primer magistratura del país, impulsado por su secretario de estado, Ministro Aranguren, con una fundamentación argumentada con datos falaces o por lo menos No Objetivos y que no coinciden con la información registrada y publicada por los Organismos Oficiales de Control, por Organizaciones privadas y hasta por las principales empresas concesionarias prestadoras de servicios de energía como EDENOR y EDESUR.

A partir de las declaraciones del gobierno nacional PRO-RADICAL, por intermedio de su ministro estrella, accionista o ex accionista de la empresa Shell, Juan José Aranguren y ratificadas tales afirmaciones por el presidente Macri sobre que argentina se quedaba sin reservas para generación de energía por el excesivo consumo y por su bajo costo, he querido someter a criterio del lector, ciudadano-propietario de los recursos naturales argentinos, una serie de informes y datos objetivos publicados por los organismos que oficialmente están habilitados para regular y controlar la eficiencia en la prestación de dichos servicios y resuelven la relación con los usuarios-consumidores verificando la expansión del servicio, sus costos y la aplicación de tarifas según cuadros aprobados de acuerdo a la normativa legal vigente.

Recordemos las palabras del Ministro de Energía y Minería en conferencia de prensa el 31-01-2017, después de transcurrido un año desde la Declaración de Emergencia Energética Nacional.:

«La intención del día de la fecha es continuar con el proceso de normalización del mercado eléctrico argentino. Ustedes recuerdan que en las primeras semanas de nuestra administración, allá por diciembre de 2015, decretamos la Emergencia Eléctrica como una medida primero de reconocer la verdad, de reconocer que teníamos un problema y que teníamos que empezar a resolverlo. La Emergencia Eléctrica no estaba solamente enfocada a lo que es el problema en cuanto a la capacidad de generación sino también al transporte, a la distribución y fundamentalmente a la calidad… del servicio que podían estar recibiendo los usuarios del servicio eléctrico. Eso requiere de inversiones y de la normalización del sector».

Para ayudarnos a explicar este tema recurrimos a unos informes de OETEC-ID (Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo) que se hacen las siguientes preguntas:

¿Cómo convencer a la ciudadanía, al comerciante, al industrial que pagar barata la energía es perjudicial a sus intereses? ¿Cómo convencerlos que el sistema energético heredado no funcionaba cuando incorporó una cifra récord de usuarios a los servicios públicos de gas y electricidad en la historia, cuando interconectó al país, terminó obras antes abandonadas? ¿Cómo hacerlo cuando jamás faltó energía, cuando la demanda no paraba de crecer y cuando, en los últimos tres años, los indicadores de producción de hidrocarburos, sustitución de importaciones de gas, inversiones a todo nivel, calidad del servicio y cortes de luz mejoraban ostensible y progresivamente?

Sostiene el informe especializado «Se fabricó la «crisis» para generar una necesidad de cambio que fuera aceptado por la «gente» -de un cambio para peor, y por tanto, mucho más difícil de imponer-. En esto consistió el Decreto 134 del 16 de diciembre de 2015, normativa que declaró la «emergencia del Sector Eléctrico Nacional» y de la que partió Aranguren para explicar la mercantilización del sector eléctrico nacional.

En la misma conferencia de prensa Aranguren cede la palabra al Secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, quien comienza afirmando que «La motivación del dictado de la Emergencia Eléctrica era la fragilidad del sector eléctrico, tanto en la generación, transporte como distribución. Y el impacto en la fragilidad del sistema era la mala calidad del servicio que percibía la gente, que percibían los usuarios. Mala calidad del servicio que eran cortes reiterados y plazos muy largos para la reposición del suministro», Un compendio de argumentos falaces que se volcaron en el Decreto 134/2015 (16 de diciembre del 2015).

¿Cómo se explica que el señor Sruoga afirme tan suelto de cuerpo que la calidad del servicio era mala cuando la principal distribuidora del país, responsable del 21% del total de usuarios de la Argentina, publica oficialmente una sustantiva mejora de la calidad del servicio, motivada por ingentes inversiones entre 2010 y 2015, incluso verificándose en un contexto de retraso tarifario? Y a estos avances de Edenor agreguemos los de Edesur, según se verifica con los datos del ENRE, organismo oficial.

El gobierno debió confrontar con los datos oficiales y constatar la afirmación sostenida por funcionarios del Ministerio de Energía y Minería sobre la fragilidad del sistema, la mala calidad del servicio y si los cortes eran reiterados con plazos de reposición muy largos. Datos objetivos existentes y publicados por los organismos competentes oficiales y también por la información que publican obligatoriamente las empresas concesionarias del servicio eléctrico indicaban lo contrario.

Pero los datos incluidos en el Decreto en cuestión no son los mismos que figuran en las paginas oficiales de los organismos encargados de la regulación y venta de este servicio eléctrico.

Por lo menos no se han podido verificar en las consultas realizadas y que a continuación se exponen.

Según EDENOR y EDESUR:

EDENOR, la principal distribuidora del país, con 2,8 millones de usuarios (21% del total a nivel nacional), publicó en sus Memorias y Balances de 2015:

«Principales hitos logrados. En el año 2015 la satisfacción de los clientes T1R fue de 79,0% ubicándose el servicio de electricidad en el tercer lugar respecto de otros servicios públicos, con una mejora de 4 puntos porcentuales respecto del año 2014». Respuesta categórica desmintiendo las afirmaciones del Ministerio y del Decreto presidencial N° 134/2015.

Otro aspecto interesante del informe de EDESUR para igual año obtenido del IESO «Estado de Situación del Sector Energético» (2016), es el incremento en la satisfacción de los clientes de EDESUR. Otra afirmación contundente, la alta satisfacción de los clientes del servicio de gas por redes. Y un tercero todavía más importante, la mejora sustantiva en todos los servicios públicos prestados.

De acuerdo al informe de OETEC-ID, Los datos de Edenor («Memoria y Balance 2015»). El tiempo total de interrupciones por clientes mejoró un 14% entre 2012 y 2015 y un 18% entre el año pasado y 2014. Por otra parte, la cantidad de cortes por clientes aumentó en relación a 2012 un 3%, porcentaje más que modesto dadas las olas de calor inéditas registradas en los últimos veranos. Cuando se analiza el mismo indicador entre 2014 y 2015, nuevamente se observa una mejora, en este caso del 5%. Por último y para el total de interrupciones sufrida por la red de Edenor, se aprecia una evolución más que positiva para los dos períodos analizados.

En el documento «Memoria y Balance de 2015» de EDESUR en la página 1 se lee «…la Sociedad logró que los costos operativos fueran cubiertos con las sumas de dinero que ingresaron por tarifa y por los ingresos extra de la Resolución 32/2015, evitando la generación de pérdidas contables… Las inversiones dispuestas por la Sociedad en 2015, encaradas también a partir del plan extraordinario con ingresos extra… permitió alcanzar diversos logros y mejoras en la prestación, a pesar de las limitaciones impuestas por la coyuntura». Es decir, Edesur logró, sin mediar tarifazo alguno y con una demanda e inversiones en franco crecimiento, mejorar la calidad del servicio.

Si Edenor y Edesur pudieron mejorar la calidad del servicio, invertir como nunca, cerrar incluso un 2015 con ganancias netas de 1.100 millones de pesos aproximadamente para cada una de ellas, y todo permitiendo satisfacer una demanda en expansión… ¿Cómo se explica que con una demanda en picada no pueden conseguir idéntica performance sin tener que recurrir a sendos tarifazos?

Según el ENRE:

El ENRE (Ente Nacional Regulador Eléctrico) organismo de control estatal bajo la órbita ya del gobierno actual, publica en su portal oficial el informe titulado «Libro Blanco de Gestión y Rendición de Cuentas del ENRE, Período 2011-2015». El Índice de frecuencia media de interrupción del sistema (System Average Interruption Frequency Index o SAIFI), que en un período determinado representa la cantidad de interrupciones que afectaron a los usuarios en promedio, registra importantísimos avances en los años previos a la asunción de Macri.

Cuando los clientes reciben mejores servicios sin necesidad de tarifazo, perciben una gran «satisfacción»; sin duda, una «pesada herencia» para cualquier administración posterior que la suceda.

Según CAMMESA y ADEERA:

Asimismo, los Reportes anuales de la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (CAMMESA) y de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA) -empresas privadas de la distribución entre las que figuran Edenor y Edesur- refutan categóricamente los argumentos del Decreto 134/2015.

Según CAMMESA, la longitud de líneas de distribución troncal a diciembre de 2015 es de 19.532 km. De ese total, 7.061 km fueron construidos entre 2003 y 2015. Es decir, un 36% del total de líneas troncales construidas en el país se realizaron en los últimos doce años. En relación a líneas de alta tensión, el porcentaje de lo construido en igual período sobre el total histórico fue del 35%.

Aranguren afirmo que el sistema unitario eléctrico heredado dejó al país, más allá de las zonas de competencia de Edenor y de Edesur, sin electricidad. Datos de CAMMESA (presidido por su ministerio) y de ADEERA (Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica de la República Argentina) demuestran lo contrario.

Fuente: OETEC-ID en base a datos de ADEERA, «Informe Anual Demanda 2015». Tierra del Fuego está excluida por no estar incorporada al SADI. Entre 2014 y 2015, las 23 jurisdicciones analizadas (a excepción de Tierra del Fuego) registraron un crecimiento de la demanda. El promedio fue del 5,2%. 22 jurisdicciones registraron un crecimiento de la demanda, con la sola excepción de la provincia del Neuquén. El promedio fue del 23,9% para el período 2011-2015. Durante el período 2009-2015, el promedio de crecimiento de la demanda fue del 37%.

Problemas en la generación, dijeron Aranguren y Sruoga. Pero jamás faltó energía. Según el último Reporte Anual de CAMMESA (2015): 1) «La demanda [de energía eléctrica] pudo ser abastecida» durante el último año (ídem para el período 2003-2015), en un diagnóstico coincidente con el fallo de la Corte Suprema del 18 de agosto en relación a la cuestión gasífera. Si la demanda fue abastecida, los segmentos de la generación, distribución y transporte estuvieron a la altura de las necesidades del consumo doméstico; 2) Se registró la mejor disponibilidad del parque térmico de los últimos años; 3) La generación ingresante -expandida en casi un 50% en relación a 2003- acompañó el incremento de la demanda (para una demanda 4,5% superior en 2015 en relación a la de 2014); 4) El segmento del Transporte se expandió de forma inédita e histórica, tanto en longitud como en su aspecto federal; 5) El gobierno anterior dejó planificado a 2022 un mínimo de 26% de incremento en la potencia instalada total de 2015; y 6) La matriz energética nacional registró un importante nivel de diversificación.

Ningún país declara una «emergencia energética» por haber recibido estos indicadores de la demanda, salvo que quienes se hagan cargo del Poder Ejecutivo sean las propias empresas.

Y esto es clave, porque, lejos e producirse lo anunciado por le gobierno, la calidad del servicio fue mejorando en los últimos años, hasta la fecha del dictado del decreto N° 134/2015 como se verá con solo analizarlo en base a datos oficiales del ENRE (Ente Nacional Regulador Eléctrico) bajo administración Macrista, también en los Reportes anuales de CAMMESA y ADEERA de esa fecha y hasta los datos de las mismas empresas prestadoras del servicio, como EDENOR Y EDESUR por ejemplo, publicados en sus balances anuales al cierre de ejercicios contables.

Por estas razones y según los datos oficiales consultados, es más que razonable pensar que existe controversia entre los datos utilizados por el gobierno PRO-RADICAL   para justificar la Emergencia decretada y los datos registrados en los organismos especializados mencionados.

También resulta que los indicadores que reflejaban la calidad del servicio publico analizado no justificaban declarar la Emergencia, por lo menos en lo referido a la calidad del servicio prestado. Analizaremos, en otra nota, por razones de espacio no se puede hacer en la presente, los otros fundamentos   expresados en el decreto nacional que analizamos.

La pregunta es ¿ Cual fue el motivo de declarar la EMERGENCIA ENERGETICA NACIONAL si los indicadores no eran contundentes sino contradictorios según el organismo que los media y registraba?

Ante las medidas adoptadas y los tarifazos sufridos, mas los aumentos de los servicios pendientes ya anunciados, podemos pensar, válidamente, que es la justificación de una política que favorece a los sectores mas concentrados de la economía en lo que a Concesionarios de Servicios públicos se refiere. Los hechos demostraran nuestras dudas.

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