Por Luis Alejandro Rizzi.-

Muchas veces sorprenden las cuestiones que se plantea la sociedad argentina en el sentido que se pretende solucionarlas, o mejor dicho resolverlas, sin esfuerzo ni dolor.

Un caso es la impunidad: se quiere acabar con ese flagelo de la corrupción, pero sin asumir las consecuencias y creer que los corruptos no se defenderían y confesarían como corderitos…

Marcos Novaro en “La Nación” del domingo 10 pasado, con relación a esta cuestión, planteaba la siguiente alternativa, “impunidad o despelote”.

En el caso concreto de los “futuros” hay un Juez de la nación que está investigando los hechos, con sustento en una denuncia hecha por un diputado oficialista de la nación y consecuencia de esa investigación ha citado a la Sra. Kristina Fernández de Kirchner, para recibirle declaración indagatoria ya que la considera “sospechosa”.

Además ha citado a todo el directorio del Banco Central y al ministro de economía Axel Kicillof y luego deberá resolver la situación de los procesados que es resolver sobre el futuro del proceso.

Se han levantado algunas voces, incluso del oficialismo que consideran que la ex Presidente no debería haber sido citada ya que tampoco fue denunciada.

Como vemos la cuestión se está desviando de su calce natural ya que se temen las consecuencias políticas de esa citación judicial, extremando ese criterio, deberían declararse a ciertos ex funcionarios como “más allá de la ley”.

“Página 12” refiriéndose a “ella”, la ubicó “en el centro de la escena”, dando cuenta que fue recibida en su regreso a Buenos Aires por “una multitud”; lo mismo ha hecho el oficialismo al intentar “operar” según información que ha trascendido, para que el Juez Bonadío sea apartado de la causa y de ese modo se postergue “sine die” la ahora conflictiva citación.

En la alternativa planteada por Marcos Novaro, el gobierno parecería que opta por la impunidad para evitar el despelote, como de algún modo lo anticipó Federico Pinedo.

Como vemos se está convirtiendo a una cuestión judicial seria, porque ha sido citado un ex presidente de la nación en un mamarracho.

En nuestra opinión, el Juez obró correctamente al citar a la Sra. Fernández de Kirchner para recibir su declaración indagatoria.

Veamos. El artículo 3º de la Carta orgánica del Banco Central, establece que: “El banco tiene por finalidad promover, en la medida de sus facultades y en el marco de las políticas establecidas por el gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social.”

Esto significa que si bien el Banco central es autárquico, como ya lo hemos explicado en una nota anterior, ha dejado de ser autónomo, dado que debe respetar “las políticas establecidas por el gobierno nacional…”

Esto significa que tanto el Ministro de economía como la Presidente de la nación, responsable de la administracion general de la República, podrían tener alguna responsabilidad penal en esta causa de los “futuros” si se acredita que le exigieron al Banco central operar en el mercado de los futuros de cambio.

Ahora bien, para que pudiera existir responsabilidad penal, no solo deberá acreditarse que “ella” o el “Ministro” dieron la orden sino que además fijaron los precios de los futuros, ya que podrían haber dado la orden, la carta orgánica del banco Central lo permite, pero suponiendo que el directorio obraría con la debida idoneidad al fijar los precios futuros en cada contrato y que no fijaría precios irrisorios.

Por último hay otra cuestión el propio Banco Central no anuló los contratos, como lo habíamos propuesto, lo que de algún modo legitima la operación judicialmente cuestionada, ya que el propio Banco central los respetó y los está pagando y se aplicaría el viejo adagio “Nemo auditur propriam turpitudinem allegans”, pese a que el presidente de la institución participó en la denuncia.

En conclusión, el Juez Bonadío podría continuar con el proceso hasta que se esté en condiciones de dictar sentencia final, pero parecería muy difícil que pudiera ser condenatoria.

Si la sentencia fuere absolutoria, ello no significa que Bonadío se haya equivocado al disponer el procesamiento de los imputados ni que el proceso haya sido al cuete, sería uno de los resultados posibles de cada uno de los juicios penales que se tramitan en el mundo, excepto en algunos estados que aun aplican la llamada justicia religiosa.

Todo lo demás es para la gilada y lo triste es que la cosa se ha planteado como una falsa alternativa “impunidad o despelote”, ni una cosa ni la otra.

Ni el gobierno, ni el periodismo ni la oposición pueden obrar con tanta trivialidad y hacer de este proceso un juego de la oca, en el que se habría buscado que el Dr. Bonadío sea apartado para que el proceso retroceda unos cuantos casilleros o bien avance, vaya uno a saber hasta dónde, si se desestima la recusación, ya rechazada por el propio Juez.

Vale decir parafraseando a “ella” “Se trata de un proceso judicial, no estamos en un bingo…”

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