Por Luis Américo Illuminati.-

«La verdad ante todo, esa distinguida dama que la falsa democracia le ha robado sus vestiduras y ella anda desnuda cubriéndose de harapos. Ni demagogias ni dictaduras. Ni izquierdas ni derechas. Meritocracia. La ética a rajatabla. Así como el agua cristalina y pura es la verdad, esa distinguida dama. Es como Dulcinea del Toboso. La otra es Aldonza Lorenzo: la falsa democracia» (Alfredo Fragueiro).

Todo indicaría que el pliego del juez Lijo ya contaría con el número de votos necesarios para su aprobación. Lo cual haría verosímil la hipótesis que planteamos en nuestra anterior nota donde dijimos: «no es exagerado pensar que descenderá drásticamente la credibilidad del Gobierno si después de todas las prevenciones y reparos de todos los sectores de la sociedad contra la designación de Lijo en la Corte Suprema, los senadores aprueban el pliego remitido por el Poder Ejecutivo. Y cobrará sentido la fundada sospecha de un pacto espurio con el kirchnerismo, en caso que una vez instalado en la Corte, Lijo utilice su influencia (su hermano es un activo operador judicial K) y vote a favor de la ex presidenta Cristina Kirchner en las graves causas en las que le toque intervenir, revocando las condenas impuestas…» («El Senado: rumbo al Triángulo de las Bermudas»). El presidente Javier Milei tal vez subestimó la alta capacidad de reacción del kirchnerismo que no escatima medios como la extorsión -medios que eufemísticamente se llaman negociaciones- para salvar a la jefa de la banda (líder de la asociación ilícita) convertida en gobierno (El crimen perfecto como le llama a esto Mario Vargas Llosa). Milei se encuentra frente a una terrible aporía, generalmente insoslayable e imprevisible (un callejón sin salida). En este tipo de aporías el poder de un hombre o de un partido suele ocurrir que se acota o se ensancha, es decir, cuando el aparente vencido tiene una última carta que se guardó bajo la manga y el que creía que iba ganando, de repente toma conciencia de que lo tienen contra las cuerdas, y se ve obligado a ceder antes de que le hagan «jaque mate» y termine abruptamente el juego. Tiene forzosamente que ceder y «negociar» una paz vergonzosa y entonces le guste o no, el kirchnerismo impone sus condiciones: Lijo a la Corte y nuestra tropa en el Congreso te aprueba las leyes que necesitas. No más palos a la rueda de tu gobierno. En la mitología griega, la Titanomaquia fue la batalla que libraron los Olímpicos contra los Titanes. Lijo forma parte de los Titanes, que al revés de la mitología griega que fueron vencidos y castigados, los cíclopes (seres de un solo ojo, como Polifemo y sus hermanos), ingresaran ufanamente en el Olimpo casi vacante donde hay solo 4 cuatro habitantes:

Rosatti, Rosenkrantz, Maqueda y Lorenzetti. Y el segundo objetivo del kirchnerismo (logrado el primer objetivo, el segundo es pan comido) es agrandar la Corte a nueve miembros: 5 hombres y 4 mujeres y así cumplir con la ley de paridad de género (Ley 27.412). Con Lijo y García Mansilla sumarían seis y los otros tres miembros serian 3 abogadas ultrakirchneristas. De todos modos, al oficialismo aún le queda un mínimo margen de maniobra: aunar fuerzas con Macri que, de hecho, ya lo hizo. Milei y Macri mantuvieron ayer un encuentro en la Quinta de Olivos tras el enfrentamiento público entre sus partidos por los proyectos que fueron tratados en el Congreso como los fondos reservados de la SIDE y la suba de las jubilaciones y habrían sellado la paz. Si entre ellos «todo sigue igual» como afirmaron, entonces Milei podría ignorar las «exigencias» del kirchnerismo para copar la Corte Suprema y aliarse con el macrismo y así derrotar definitivamente al kirchnerismo. Lógicamente, ambos no podían decir que Milei lo estaba ignorando olímpicamente al expresidente y que éste le hizo ver que tiene pleno manejo del PRO). Y quienes conocen de cerca a Mauricio Macri saben que le viene aconsejado desde el principio -por experiencia propia- a Milei no hacer ningún pacto secreto o abierto con el kirchnerismo. Respecto a la decisión del Senado de suspender hasta el 31 de diciembre el aumento del 6,6 %, hete aquí que el desenganche de los sueldos de los empleados del Congreso y el «congelamiento» que hicieron de sus dietas es una burla. De 9 millones, se las rebajaron a 8 millones. Por eso, reiteramos lo que dijimos en la nota citada: «Nos parece que, por más buena voluntad que tenga la vicepresidente, nadie confía en «legisladores» poltrones, parásitos por elección, vocación y ratificación, «miseros reyezuelos» que viven escandalosamente, de la misma manera que la impúdica nobleza francesa meses antes de la Revolución Francesa. No oyen, no ven ni escuchan el clamor del pueblo. Si yo estuviera en lugar de Victoria Villarruel en la sesión, les diría a sus pares: «O nos bajamos las dietas un 50% o mañana mismo presento la renuncia y me voy a mi casa, así estaré en paz con mi conciencia. Sigan ustedes navegando tranquilos rumbo al Triángulo de las Bermudas».

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