Por Juan Manuel Otero.-

“Comprendo que el Papa no tenga ganas de viajar, porque hay un clima muy crispado en la sociedad argentina”

Sepan los lectores de esta humilde nota disculpar mi falta de comprensión de las palabras de Monseñor Mariano Fazio, número dos de la Prelatura del Opus Dei, refiriéndose a la decisión del Papa de prolongar su negativa a visitar nuestra Patria.

¿No tiene ganas?

Es una pena que no tenga ganas, porque en realidad, si es que su figura, tal como dicen, es una prenda de paz, bien vendría una visita que contribuya a limar las asperezas y morigerar el “clima muy crispado en la sociedad argentina” (Fazio dixit).

¿O acaso no es eso lo que hizo en Colombia? Así lo describe el propio Fazio: “Todas las intervenciones del Papa en Colombia fueron hacia la reconciliación. No fue interpretado a favor de una parte u otra de la sociedad. En ese sentido, fue un viaje muy modélico (¿?) porque, superando las circunstancias, logró que el pueblo colombiano se diera cuenta de que tenía que darse un abrazo. En la Argentina todavía tendríamos que darnos ese abrazo”.

No comprendo esto. Resulta que fue a Colombia y logró que los hermanos colombianos se dieran un abrazo, pero se niega a intentar contribuir a que el abrazo nos lo demos los argentinos… ¿Será porque no es modélico?

En su carácter de Jefe de la Iglesia, ha realizado 19 viajes por el mundo: Brasil, Tierra Santa (Jordania, Palestina e Israel); Corea del Sur, Albania, Francia (Estrasburgo), Turquía, Sri Lanka y Filipinas; Bosnia y Herzegovina (Sarajevo); Ecuador, Bolivia y Paraguay; Cuba y Estados Unidos; Kenia, Uganda y la República Centroafricana; México, Grecia (Lesbos), Armenia, Polonia, Georgia y Azerbaiyán; Suecia, Egipto y Portugal.

Y, como se puede apreciar, en no pocos de esos países existen conflictos internos y “climas crispados”, como describió Monseñor Fazio nuestra actualidad. Sin embargo, Francisco no hesitó en visitarlos…

La única conclusión a que arriba mi modesto entender es que en todos esos países Francisco resultaba “neutral”, es decir que no adhería ni pertenecía a ninguno de los bandos en conflicto.

Cosa que no ocurre con nuestra Patria, lamentablemente.

Finalmente, comprendo el fundamento de su negativa a visitarnos. Tal vez sea el propio Francisco quien deba superar sus propios conflictos personales…

Recemos por él.

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