Por Ricardo Bustos.-

Este fin de semana, el comentario que realizó una militante de la «Tupac Amaru» de Milagro Sala, relacionado con la situación económica que está pasando desde que su jefa nacional dejó el poder y la regional descansa en prisión en la «tacita de plata», Jujuy, ha desnudado una vez mas la trama corrupta de una organización mafiosa que se hizo dueña de los destinos de un país, saqueando sin pudor una cantidad de dinero que, lamentablemente jamás podremos conocer su valor porque tanto la justicia como la política, se han encargado de dibujar en beneficio propio para no quedar “pegadas” a la hora del gran juicio.

La dama en cuestión, demostrando una absoluta sinceridad en sus palabras, por “ignorar” en que terrenos ha quedado el accionar de los suyos con el desamparo político al que los han expuesto, dijo sin ningún temor a las represalias de propios o críticas de extraños que «CRISTINA ROBABA PERO TENIAMOS PARA COMER, HOY TENEMOS QUE LABURAR PARA COMER ALGO».

La historia nos relata que “En la Roma Imperial se organizaban divertimentos y la distribución de alimentos de manera gratuita, dos grandes herramientas de control social, que igual no fueron impedimento para que el imperio desapareciera como ocurrió con el nazismo, fascismo, stalinismo o tantos populismos que inundaron la tierra con barbarie. Es lo que se ha llamado tradicionalmente la política del “pan y circo” para el pueblo”.

Salvando las distancias y la violencia de la época, la frase “pan y circo” tiene vigencia en muchos lugares de nuestra República Argentina, especialmente en provincias gobernadas por el mismo signo político del gobierno que, durante 12 años fue responsable, en gran medida, de lo que hoy padecen los mismos ciudadanos que dieron su voto durante su gestión.

Se ha destruido la cultura del trabajo. Hoy es Santa Cruz la protagonista de las escenas violentas en las calles. El reclamo no es por un aumento de salarios sino porque no cobran los mismos y peor aún, en un Distrito donde el beneficio nacional, llegó en cataratas de dólares desde el año 1983, cuando comenzó a gobernar el mismo signo político hasta nuestros días.

Regalías petroleras, precios diferenciados en los combustibles y el gas domiciliario o industrial, regímenes aduaneros que beneficiaron a la población sureña mientras el resto del país pagaba el doble o triple por los productos, hasta en la factura de la luz figuraba un aporte que hacíamos los argentinos para ayudar a Santa Cruz y al final, no sirvió para nada porque los gobiernos fueron incorporando ciudadanos a la planta laboral del estado cuando existían infinidad de posibilidades en la actividad privada y con mejores salarios.

Para quienes hemos vivido en la Patagonia, esta situación resulta increíble ya que no se da solamente en Santa Cruz porque la región también está sufriendo las consecuencias, habida cuenta que los dirigentes actuales formaron parte de una “elite satelital” que respondían directamente a la ideología política y económica del apellido Kirchner.

La hipocresía siempre fue la vidriera de este tipo de gobiernos. En su primer mandato como gobernador, el fallecido presidente sureño declaraba que “Si una provincia quiebra, el gobernador debe ir preso”. Hoy su hermana acusa a los maestros de “ser cobardes y patoteros”, pero hace unos días, su cuñada, la abogada exitosa, apoyaba a los maestros que se encuentran en la “carpa itinerante” por su lucha contra un gobierno liberal y autoritario. Claro está, que estos maestros de Cristina con el impresentable Baradel a la cabeza, responden al mandato electoralista de su jefa, la ex presidente, mientras que los sureños, no le tienen miedo o respeto por su autoridad a la gobernadora, hermana y cuñada respectivamente, del matrimonio presidencial.

Alicia Kirchner fue Secretaria de Promoción en la intendencia de Río Gallegos cuando el fallecido presidente era intendente, luego la nombra Ministra de Asuntos Sociales de Santa Cruz para los tres períodos (1991-2003) como gobernador. Al asumir la presidencia de la nación su hermano, Doña Alicia se traslada a Buenos Aires porque es designada Ministra de Desarrollo Social de la Nación, con uno de los mayores presupuestos en la historia del país.

Como decía el General, «la única verdad es la realidad» y hoy la triste realidad es que, según el INDEC, en Rio Gallegos viven 120 mil personas y 33 mil son pobres. Mientras tanto, su pueblo debe recibir como respuesta de la gobernadora, al drama que están viviendo, que “Recibimos una provincia quebrada”. La verdad es que no tiene ninguna explicación lógica la defensa que puedan hacer sobre lo que ocurre si nos remitimos a la participación de la «familia» en todo un proceso de corrupción que hace unos años está saliendo a la luz con tantas causas en la Juticia.

Quizá, como reflexión de humildes lectores, podemos quedarnos con la frase de la militante de “Tupac Amaru”, miembro de la organización que, desde la cárcel, continua liderando Milagro Sala…»CRISTINA ROBABA PERO TENIAMOS PARA COMER, HOY TENEMOS QUE LABURAR PARA COMER ALGO».

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