Por Jorge Luis Vitale.-

El problema de nuestra querida Argentina no es solamente la deuda externa. El problema son las acciones que la generan.

No va a ser difícil que el FMI postergue los pagos para dentro de tres años y que los vencimientos de todos los bonos se trasladen tres o cuatro años. La cuestión es que, pasado ese tiempo, sigamos con los mismos problemas.

No veo a este gobierno modificando los gastos políticos, llámese Congreso, legislaturas, organismos descentralizados y otras dependencias, para que de ese modo sea más atractivo ir a la actividad privada. Hoy la única opción es el empleo público, o los empresarios realizando contratos con el Estado.

En el empleo público existen convenios, que se jubilan a los 55 años, otros a los sesenta pero además, cuando se jubilan, cobran indemnizaciones de 20 meses. Los sueldos en la administración pública nacional son en promedio de más de $ 60.000, con sueldos de hasta $ 350.000. Es decir que hoy lo mejor es el Estado. Los sueldos privados promedio no superan los $ 30.000 y, cuando nos jubilamos como monotributistas, sea cual sea la categoría, siempre el mínimo. Por eso Alberto Fernández y cía., con los sindicalistas y los distintos grupos que lo integran, quieren menos empleo público, más empleo privado, o sigue todo igual. Yo creo que todo sigue igual. Por eso hay más impuestos, más empleo público, y después de esta prórroga en la deuda pública volvemos a lo mismo.

La pregunta es: ¿nuestra sociedad está dispuesta a estos cambios, o quiere que sigamos así? Si es así, el resultado va a ser igual. Cada uno que asuma le va echar la culpa al otro y cuando se retire del gobierno por las urnas nos encontraremos con más deuda. Por eso el problema no es la deuda; son nuestros representantes, pero en especial nosotros, que por ahora no queremos cambiar. Decimos que la corrupción es producto de todos los sectores y no se puede modificar. Yo creo, en cambio, que sí se puede modificar; por eso me atrevo a escribir estas pocas líneas, porque ya veo el final de esta nueva historia. Creo en un país en marcha donde la actividad privada sea pujante y un Estado que controle y cumpla su misión de justicia, seguridad, educación, salud y que sea buen administrador que no recaude a tontas y locas, que ese dinero sea distribuido equitativamente y que no generen más deuda.

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