Por Luis Américo Illuminati.-

Fuentes cercanas a Victoria Villarruel indicaron que la titular del Senado habría instado a los legisladores a que se «desengancharan del aumento», sin lograrlo. «¿Quién cobra nueve palos por mes? Nadie», arremetió el presidente a través de un extenso mensaje publicado en las redes. (Infobae, 19/08/2024).

Con el epígrafe: «El Frente anti-Milei que ensayan Cristina y Máximo Kirchner con Martín Lousteau y el radicalismo progre, dice hoy Clarín: «La nueva argentina parece imponerse con la llegada de los libertarios al poder, con un considerable apoyo popular que por ahora resiste las miserias que arrojan los índices sociales y de actividad económica, incluso cuando sendos informes de Unicef y la UCA mostraron la peor cara de la degradación: casi 55% de pobres y más de un millón de pibes que se van a dormir sin la última comida del día…»

Mientras tanto, los Senadores de la Nación se aumentan sus dietas a 9 millones de pesos, lo cual configura más que una traición a la patria, como dijo sacado Milei, es la impúdica bajeza de arrebatar los pocos botes del Titanic y en voz baja decir los de primera clase: «Salvémonos nosotros y que el pueblo se hunda. Justo es decir que los integrantes de esta casta son una mezcla de parásitos, pirañas y zánganos. Un escenario o postal escandalosa. La casta exhibiendo sus desnudeces. Lo que no se puede mostrar, como diría Wittgenstein, ni hacer, tampoco se puede explicar.

La vicepresidenta Victoria Villarruel, ha convocado a una sesión especial para el próximo jueves a las 10:00 horas con el objetivo de retrotraer el reciente aumento del 6,6% en las dietas de los senadores para debatir públicamente sobre el tema. Y en su cuenta de Twitter (X) escribió: «Como presidenta del Senado, convoqué a una sesión especial el jueves a las 10 para que los senadores debatan sobre el aumento de sus sueldos. De frente y en forma pública. Nominalmente y exponiendo sus posiciones. Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política argentina en todos los órdenes y que nos tienen angustiados a los argentinos». Destaco la expresión «parasitan» de la Presidenta del Senado. Por su lado, en la Cámara de Diputados, en el bloque de diputados de LLA estalló un grotesco escándalo cuando los diputados
Lorena Villaverde, Beltrán Bénedit, Gabriel Bornorini y Nicolás Mayoraz maltrataron a su colega Lourdes Arrieta por no adherir a la aprobación de los cien mil millones de pesos para uso de la SIDE y haber denunciado la visita de algunos diputados a los presos de Ezeiza. Este incidente terminó con una denuncia de Arrieta contra Mayoraz por violencia de género. Y al estallar en lágrimas al sentirse agredida verbalmente por las duras recriminaciones que le dirigió Mayoraz, no tuvo peor idea el presidente de la cámara baja (Martín Menem), de ordenar que la diputada Arrieta fuera sacada del recinto. Y Lilia Lemoine, diputada nacional por LLA, quien asistió al evento, en lugar de solidarizarse con Arrieta por su condición de mujer, le dijo a los medios: «Yo no sé qué información les llegó a ustedes, pero lo que yo vi hoy fue un escándalo de una persona desequilibrada mentalmente. La chica del patito en la cabeza -por Arrieta-, lo sospechábamos, pero hoy se confirmó». Dichos por demás deplorables.

Pero volviendo al caldero de la cámara alta, no es exagerado pensar que descenderá drásticamente la credibilidad en el Gobierno si después de todas las prevenciones y reparos de todos los sectores de la sociedad contra la designación de Lijo en la Corte Suprema, los senadores aprueban el pliego remitido por el Poder Ejecutivo. Y cobrará sentido la fundada sospecha de un pacto espurio con el kirchnerismo, en caso que una vez instalado en la Corte, Lijo utilice su influencia (su hermano es un activo operador judicial K) y vote a favor de la ex presidenta Cristina Kirchner en las graves causas en las que le toque intervenir, revocando las condenas impuestas, sumado a esto la justificada oposición del Senador libertario Francisco Paoltroni. Y si vota a favor, será un claro indicio que es un chanta, como muchos otros advenedizos de la LLA.

Nos parece que, por más buena voluntad que tenga la vicepresidente, nadie confía en «legisladores» poltrones, parásitos por elección, vocación y ratificación, «miseros reyezuelos» que viven escandalosamente, de la misma manera que la impúdica nobleza francesa meses antes de la Revolución Francesa. No oyen, no ven ni escuchan el clamor del pueblo. Si yo estuviera en lugar de Victoria Villarruel en la sesión, les diría a sus pares: «O nos bajamos las dietas un 50% o mañana mismo presento la renuncia y me voy a mi casa, así estaré en paz con mi conciencia. Sigan ustedes navegando tranquilos rumbo al Triángulo de las Bermudas».

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