Por Alesia Miguens.-

Ayer, a raíz de las amenazas que le hicieron al Presidente y al país esos dos kirchneristas que se hicieron pasar por terroristas de ISIS, una amiga me envió un mail recordándome una entrevista al Dr. Emanuel Tanay. Separé una parte que considero de actualidad y sobre lo que deberíamos todos reflexionar.

El Dr. Emanuel Tanay fue un reconocido y muy respetado psiquiatra forense nacido en 1928 en el seno de una familia judía perteneciente a la aristocracia alemana. Sobreviviente del holocausto, después de la Segunda Guerra Mundial se radicó en los Estados Unidos, donde falleció hace un par de años.

En una de sus últimas entrevistas le preguntaron: ¿Cuántos alemanes eran realmente nazis?

La respuesta que dio puede ayudarnos a entender nuestra actitud frente a cualquier tipo de fanatismo-fundamentalismo, ya sea ideológico o religioso, y los peligros que nuestra actitud puede encerrar.

Aquí su respuesta:

«Muy pocas personas eran en verdad nazis, pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos. Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis se habían adueñado de nosotros, habíamos perdido el control, y el fin del mundo había llegado. Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas”.

Hoy pasa lo mismo. Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz. El hecho es que los fanáticos dominan el Islam. Son los fanáticos los que marchan. Son los fanáticos los que producen guerras. Son los fanáticos los que sistemáticamente masacran cristianos y grupos tribales en África, y se van adueñando gradualmente de todo en una ola islámica de guerra santa. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan. Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita y adoctrinan. Son los fanáticos los que celosamente difunden y practican la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales. Son los fanáticos los que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas. El hecho es que la mayoría pacífica es silenciosa”.

La Rusia comunista estaba compuesta de rusos que sólo querían vivir en paz. Sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas. La mayoría pacífica fue irrelevante. La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos mataron la asombrosa cifra de 70 millones de personas. El japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró en su camino hacia el sur de Asia Oriental en una orgía de muerte sistemática, a 12 millones de civiles chinos. Y, ¿quién puede olvidar la carnicería de Ruanda? ¿Acaso podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran amantes de la paz?”

“Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y contundentes. Sin embargo, a pesar del tremendo poder de nuestro razonamiento, seguimos perdiendo el más básico sentido común: Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio. Los musulmanes amantes de la paz se convertirán mañana en nuestros enemigos si no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de la Alemania nazi, se despertarán un día y encontrarán que el fanatismo los ha poseído, y el fin del mundo habrá comenzado”.

“Los alemanes, judíos, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros amantes de la paz, han muerto a causa de que esa mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde”.

Dr. Emanuel Tanay

Nosotros los argentinos no estamos exentos; muchas veces nos ha pasado lo mismo.

Hemos sido espectadores silenciosos ante los eventos sin prestar la debida atención al único grupo que deberíamos: Los fanáticos de cualquier tipo, que siempre amenazan nuestra forma de vida. Cualquiera que minimice la gravedad de cualquier tipo de fanatismo está contribuyendo con esa pasividad a permitir que la tragedia se expanda.

Perón, Evita. Los Montoneros. El ERP. Los Kirchner y su banda de mafiosos. Los Talibanes Camporistas. Todos fanáticos que buscaron el poder y la riqueza sojuzgando y adoctrinando a nuestro pueblo, sin que nadie o muy pocos se paren a condenarlos y detenerlos a tiempo.

Me pregunto si haremos lo mismo frente a la espantosa amenaza del terrorismo islamismo que intenta llegar a nuestras puertas.

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