Por Luis Alejandro Rizzi.-

“4100 personas sufrieron esta vez las consecuencias de la anomia en que vive la sociedad argentina. El nuevo código civil y comercial ratifica que los derechos deben ser ejercidos de buena fe y a su vez castiga su ejercicio abusivo. Es obvio que un paro sorpresivo de un servicio público viola ambas normas.”

El paro sorpresivo implica ejercer el derecho de huelga de mala fe y abusivamente y la autoridad de aplicación debería sancionar esta conducta gremial.

Según la información divulgada los pilotos solicitan un incremento salarial del 35 o 40%, según las diversas fuentes, frente a un ofrecimiento empresario del 27,5%.

El paro se produjo justo luego que el Ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay enunciaba un programa de acción para los próximos 4 años que tiene como eje esencial disminuir gradualmente la inflación a un dígito, más precisamente a un máximo del 5% anual para el año 2019.

Es obvio que la inflación tiene diversas causas, pero una de ellas es el exceso de gasto público que origina un déficit fiscal que se estimó en el 7,1% del PBI, record de los últimos 40 años.

La inflación es una enfermedad de la economía que afecta a los más pobres, se trata de un impuesto regresivo, cuyas víctimas más injustas son los jubilados, recordemos que un 70% cobra alrededor de $ 4.500,00, los que carecen de empleo regular y los que perciben los salarios más bajos.

Precisamente los pilotos de las líneas aéreas regulares no encuadran en ese segmento social, constituyen un núcleo laboral de alta especialización y es obvio que su remuneración debe ser consecuente con el ejercicio diario de su responsabilidad profesional. Esto está fuera de discusión.

Pero también es cierto que ante la sociedad, tienen precisamente por su nivel cultural, más responsabilidades y obligaciones que otros sectores menos favorecidos.

En este caso se han comportado como una suerte de lumpenproletariado y un nivel de desaprensión impropio de profesionales de su nivel.

La lucha contra la inflación, porque de eso se trata, no es tarea del gobierno solamente, sino de todo el espectro social, ya que como todo tratamiento terapéutico, exige respetar un debido régimen de gastos, una sana administración de los recursos y una asunción de sacrifico y esfuerzo que debe ser proporcional a la capacidad económica de cada uno y se debe velar por los menos favorecidos.

Es cierto también que la inflación no la genera la sociedad, sino los gobiernos que creen que la emisión sin límite es una muestra real de riqueza, pero esos gobiernos se mantuvieron en el gobierno por el voto de la gente. Algo de responsabilidad también tenemos todos.

Es cierto también y yendo a nuestra realidad que el atraso del tipo de cambio también favoreció a los sectores más pudientes que fueron los que tuvieron acceso al “dólar ahorro” y al “dólar turista” y que como yapa, además se favorecieron con la devaluación de la moneda de los países vecinos en especial Brasil, Uruguay y Chile, que son los que asimismo se vieron favorecidos con la llegada extraordinaria de turistas argentinos que a su vez dejaron de lado los destinos tradicionales argentinos de la costa atlántica, por lo menos en esta primera quincena de enero. Leía que por el paso SAMORE 50.000 argentinos cruzaron a Chile en solo un lapso de 10 días. En Punta del Este y Brasil, los argentinos hicieron sentir su presencia masiva.

El Ministro Alfonso Prat Gay planteó con sano realismo que en las paritarias se deberá valorar no solo un razonable ajuste salarial, porque más que incremento se trata de mantener su valor real, sino también el cuidado del empleo y la posibilidad de mantener las fuentes de trabajo.

Según cálculos, por ahora provisorios es probable que Aerolíneas Argentinas y Austral necesiten durante este año un aporte del estado de u$s 800 millones para poder subsistir, me pregunto los gremios aeronáuticos, tendrán en cuenta que ese dinero sale de los contribuyentes y una gran mayoría de ellos, en actividad, no llegan a cobrar en la mano más de siete mil pesos y los pasivos como se dijo un poco más de la mitad de esa suma.

La tan mentada responsabilidad social también es de todos, pero en estas circunstancias, hay que velar como lo establece un principio liberal de justicia por los menos favorecidos y el gobierno parece ir en esa dirección.

¿Qué dirá el resto de la sociedad?

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