Por Oscar Dufour.-

La corrupción sigue al hombre como la sombra al cuerpo. Fernando Niembro, un candidato a Diputado Nacional del PRO sospechado de corrupción. Macri y Rodríguez Larreta complicados éticamente.

Nunca escuchamos una voz oficial que refiera a la vergüenza de tener al Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, denunciado en tantas causas penales y sospechado de gravísimos delitos incompatibles con la función pública. Pareciera que este record pertenece a otro país.

Tampoco oímos, que desde el Gobierno Nacional brindaran entre tantos, explicaciones sobre uno de los “casos” más emblemáticos de esta última década, Lázaro Báez, sus empresas, sus contratos con el Estado y su impresionante evolución patrimonial. Este domingo el periodista Hugo Alconada Mon, daba cuenta en su columna, que Lázaro Báez reconoció ante la AFIP lo que en público calla. Admitió que pagó por un total de 2300 habitaciones en el hotel Alto Calafate, de propiedad de la familia presidencial a lo largo de tres años, al mismo tiempo que alquiló dos de sus salones, según consta en los convenios confidenciales que entregó al órgano recaudador.

Tremendo contraste el de nuestra querida Argentina empobrecida de valores, ya que donde más hurgamos en historias como estas, más “pus” encontramos; apreciando que la corrupción y la impunidad se imponen en una sociedad mansa, ávida de valores, ética y transparencia, resultando inadmisible que en nuestro País, los honestos tengan que dar más explicaciones que los corruptos.

Como no me gusta la hipocresía ni los hipócritas que levantan el dedo acusador pregonando honestidad, cuando a muchos “se le está quemando la cocina”, quiero reflejar en esta breve nota, mis más sinceras convicciones que son las de muchos compatriotas, en una Argentina despojada por sus desaciertos y torpezas, en que tenemos la absoluta obligación de no encubrir la realidad, sea del signo político que fuere, donde a la luz de los hechos y del “sentido común”, por más que pretendan “disfrazarla” con atajos legales, es muy evidente que habría complicidades y favores con el Poder, que se pagan mutuamente.

Fernando Niembro, un candidato a Diputado Nacional de la oposición sospechado de corrupción. Macri y Rodríguez Larreta complicados éticamente.

Fue una semana intensa para la “mesa chica” del PRO, donde trascendió que hubo fuertes cruces con algunos integrantes del frente “CAMBIEMOS”, que lleva como candidato a Presidente de la Nación a Mauricio Macri. El motivo, las imputaciones de presuntos delitos que se habrían cometido en la contratación de servicios, con la empresa de Niembro; pero coincidieron en la estrategia de bajarle el perfil a la discusión pública sobre el caso.

Quien es quien en este “juego”, en esta cadena de mentiras. El Juez de Instrucción Roberto Ponce, quedó a cargo de investigar una denuncia contra el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y candidato a la Presidencia por el frente Cambiemos, Mauricio Macri y el periodista y 1er candidato a Diputado Nacional por ese mismo espacio, Fernando Niembro, por presuntos delitos que se habrían cometido en la contratación de servicios, con la empresa “La Usina Producciones S.R.L.”, por una suma que asciende a más de 20.000.000 de pesos.

La empresa en cuestión fue creada por Fernando Niembro en 2012 y fue su titular hasta hace poco más de un año, donde según trascendió, que si bien transfirió la titularidad a su ex esposa, la firma seguiría manejada por el periodista y comentarista, devenido a político. Los críticos, van más allá, al decir que se sospecha con muchas certezas, que la empresa fue creada por Niembro para facturarle al Gobierno de Mauricio Macri, agregando que los más de 170 contratos fueron ocultados en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires.

También la productora “La Usina Producciones”, realizó negocios por más de un millón de pesos con pautas publicitarias del Banco Ciudad, en el programa televiso del que el periodista Niembro participó durante el último mundial de Futbol.

Fernando Niembro utilizando sus vínculos en los medios de comunicación, salió desesperadamente a desmentir que los contratos los haya obtenido de forma discrecional y por adjudicación directa, apelando al mismo argumento de quienes ya hace años venimos reprochando, llámense Boudou, Lázaro Báez, Ricardo Jaime; victimizándose, diciendo que ya no tiene nada más que ver con la empresa, acusando a quienes lo han puesto en evidencia, de que pretenden “hacer callar su voz”, blindando desde la Legislatura porteña, como otros en otros “casos” desde el Congreso Nacional, los mecanismos constitucionales para una investigación.

En el PRO, emergió el Jefe del Bloque de Diputados Nacionales Federico Pinedo, pidiendo investigar la actividad privada de Fernando Niembro, asegurando que en caso de que corresponda, se debe «aplicar una sanción». Seguramente Pinedo tiene frescas las imputaciones que en silencio y casi desde el “olvido colectivo” afronta el hoy Jefe de Gobierno electo de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, cuando fue denunciado en 2010 por el periodista Christian Sanz por “tráfico de influencias”, donde pidió la investigación de ese delito que pudo existir para beneficiar al grupo económico IRSA, su hermano Augusto era gerente de relaciones institucionales y funcionario de CABA, Causa Nº 21.024/10 Juzgado de Instrucción 16. También Larreta fue denunciado por “Malversación de fondos públicos” para microempresas cuando estuvo al frente del “Fondo Nacional de Capital” FONCAP, entre agosto de 1998 y febrero de 1999, donde se lo sigue investigando, ya que en sgosto de 2012, la Sala II de la Cámara Federal revocó la prescripción de la causa. Otra denuncia ante la Justicia Penal que pesa sobre Rodríguez Larreta, es por “defraudación en perjuicio de la administración pública”, por sobreprecios para la remodelación de un Centro de Gestión y Participación del barrio de Belgrano por 43 millones de pesos.

En Conclusión: De los tantos males que sufrimos los argentinos, corrupción e impunidad son dos de los peores. Se agravan notablemente con consecuencias impredecibles cuando el accionar de la Justicia, demuestra una extrema lentitud al tratarse de investigar importantes “casos” que involucran a altos funcionarios o “amigos” del poder.

Muchos compatriotas buscamos con esperanza, la contracara emblemática de la corrupción y la impunidad en Argentina, aunque dolorosamente en vano, ya que en nuestro País para mal de muchos, todavía no cambió nada. Los “casos escandalosos” donde se encuentran involucrados Boudou, Lázaro Báez, Ricardo Jaime, y ahora Fernando Niembro, por citar algunos, lo están demostrando.

Lo expuesto, me trae a la memoria, el “síndrome de Argentina” que estamos padeciendo como sociedad desde hace muchos años, donde no debemos encubrir la realidad sea del signo político que fuere; y que me lleva a concluir, que si la Justicia existe, debe ser para todos, nadie debe quedar excluido, de lo contrario, ya no sería Justicia y con ello estaríamos “deformando” los preceptos sagrados Republicanos de nuestra Constitución Nacional. Seguramente, así lo piden también muchos a quienes algunos dirigentes políticos, como Fernando Niembro, han tocado sus timbres, llámese, Juana, Carlos o Doña Rosa, que no merecen ser defraudados en su buena fe y en la esperanza que una Argentina mejor es posible.

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