Por Paul Battistón.-

Casi como en los ‘70, la democracia les parecía una dictadura. Aspiraban a tomar el poder por la fuerza pero, malogrado el asunto, nos condujeron a una dictadura. Esto último es lo único que con certeza no se repetirá. Aprendimos mucho de esa nefasta experiencia, tanto civiles como militares. Pero cuidado: lo de tomar el poder por la fuerza parece que es algo que dentro de sus estándares encaja como democrático.

No tienen ninguna duda que Venezuela es una plena democracia y lo de “Macri basura vos sos la dictadura” es un convencimiento más que un slogan. Los que importaron y nacionalizaron votantes, migraron votos de un candidato a otro, usaron el correo como centro de fraude y lograron el milagro de mesas enteras sin votos opositores, hoy están convencidos y pretenden convencer de que con fraude les robaron su triunfo. Lo que en su lógica los habilita a la violencia.

Para darle el toque más emblemático de una dictadura nada mejor que una desaparición. ¿Será la única? ¿O le sumarán otras? Disponen de la certeza de la culpabilidad de la Gendarmería en la desaparición. Es muy conveniente que así sea cuando es la única FFSS con actividad relevante en estos días. Actividad, dicho sea de paso, que le fue endosada por los K retirándolos de su lugar natural, las fronteras.

Octubre es una frontera que hace suponer un límite y un objetivo, en ese rescate emotivo de los ‘70. Pero ante una nueva derrota del mundo K (tal como ocurrió en las PASO a nivel nacional) cabe preguntarse si resignaran los ánimos o resignaran nuestra escasa tranquilidad con su camino a la violencia setentista.

Sólo bastó una señal para que estratégicamente en las escuelas se adoctrinara, en las salas de espera de los hospitales se arengara, a la prensa se la agrediera y el autismo de consignas repetidas alcanzara el hartazgo sin posibilidad de ser rebatido.

No hay dudas, esto es una dictadura. Alguien ha dictado la orden: traigan los ‘70 de vuelta. Maldonado ya ha sobrepasado largamente en impresiones a Kosteky y Santillán Su rostro ya graduó de Stencil y su currículum rápidamente crecerá. Hasta es posible que su abuela encuentre un nieto.

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