Por Hernán Andrés Kruse.-

La inmensa mayoría de la población está convencida que en la Argentina la historia se repite. Cada diez años, por ejemplo, nos sacude una crisis que amenaza con destruirnos mientras el peronismo, con sus múltiples caras, siempre encuentra el camino para hacer lo que más le gusta: retornar al poder. Sin embargo, el 22 de noviembre pasado Mauricio Macri le ganó a Daniel Scioli en el ballotage poniendo en entredicho esa “verdad histórica”. Al menos así lo piensa Pablo Mendelevich quien considera que es factible destacar quince novedades históricas de lo que denomina “la Era Macri” (La Nación, “Quince novedades históricas de la Era Macri”, 8/11/016). Según Mendelevich en estos momentos están sucediendo quince cosas que en el pasado nunca ocurrieron. Mauricio Macri es el primer presidente surgido en una segunda vuelta, destaca el autor en primer lugar. Este sistema estuvo vigente en 1973 pero no se lo puso en práctica porque en las dos elecciones a presidente que hubo ese año el resultado se definió en la primera vuelta. Luego quedó en el olvido hasta que resurgió en 1994 con la reforma constitucional. A partir de entonces tuvieron lugar varias elecciones presidenciales pero recién en la de 2015 hubo necesidad de definir la elección en una segunda vuelta. En la primera vuelta los resultados habían sido los siguientes: Scioli, 37,08 por ciento; Macri, 34,15 por ciento; Massa, 21,39 por ciento. Scioli había apostado toda su suerte a ganar en la primera vuelta pero no lo logró, viéndose obligado a competir con el segundo en un mano a mano que presentía desfavorable. Los hechos terminaron dándole la razón. Mauricio Macri, quien probablemente se sintió presidente la noche misma de la primera vuelta, recibió el apoyo del grueso del massismo lo que le permitió imponerse por el 51,34 por ciento de los votos. Otro dato relevante destacado por Mendelevich es el hecho de que Macri es el primer presidente que no pertenece ni al peronismo ni al radicalismo desde que surgió el peronismo. En efecto, de 1945 a 2015 los presidentes elegidos democráticamente fueron peronistas o radicales: Perón, Frondizi, Illia, Cámpora, nuevamente Perón, Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner. Macri es, además, el primer presidente que no proviene del ámbito tradicional de la política. Nunca fue un político de carrera. En efecto, el presidente es un empresario que fue elegido por el voto de los socios presidente de Boca Juniors, cargo que ostentó entre 1995 y 2007. Fue entonces cuando comenzó la carrera de Macri rumbo a la Rosada. En ese período el club obtuvo varios campeonatos nacionales e internacionales, la mayoría de ellos de la mano del mejor entrenador que tuvo el club, Carlos Bianchi. De manera pues que el “Virrey” mucho tuvo que ver con la llegada de Macri a la presidencia de la nación. Otro dato interesante señalado por Mendelevich es que Macri es el primer presidente que recibió su educación en instituciones privadas y también es el primero en psicoanalizarse. “La sumatoria de estos y otros datos sólo ratifica que el molde presidencial tradicional se esfumó”, señala el autor. Otro hecho novedoso es la profesión del presidente: ingeniería. Antes de su arribo al poder la Argentina había tenido un presidente ingeniero una sola vez: el general Justo (1932/38). Pero Justo, advierte Mendelevich, fue más militar que ingeniero, además de haber repuesto el fraude electoral y avalado el pacto Roca-Runciman, en un evidente intento del autor por despegar la figura de Macri de la del polémico general ingeniero. Cambiemos es la segunda fuerza de coalición que llega al poder. La primera fue, cómo olvidarla, la Alianza, una coalición que, como bien recuerda el autor, estaba bajo el dominio de la UCR. Alfonsín, De la Rúa y Terragno fueron los artífices de una alianza que triunfó ampliamente en 1999 pero que dos años más tarde debió abandonar el poder en medio de la crisis más grave de la Argentina contemporánea. En Cambiemos el partido dominante es el macrismo quedando el radicalismo reducido a la condición de furgón de cola. Mendelevich está convencido de que Macri no es De la Rúa y Cambiemos no es la Alianza. El temor que lo aqueja sobre la posibilidad de que Cambiemos termine como la Alianza es por demás evidente. Otro hecho que Mendelevich considera novedoso es el fuerte protagonismo de Elisa Carrió, máxima referente de la CC. En la época de De la Rúa, si bien ya era una figura conocida, carecía del poder de veto explícito del que hoy dispone. “Todo ello-la coalición que lidera el presidente sin deliberaciones sustanciales fuera de su círculo cercano y el control de calidad sui generis que practica Carrió-conforman un modelo de poder sin precedentes”, acota Mendelevich.

Macri es el presidente con más debilidad política de la nueva democracia en función del número de bancas parlamentarias. Sin embargo, demostró una gran capacidad para tejer acuerdos que le permitieron aprobar una importante cantidad de leyes en estos meses de gobierno. Aquí cabe reconocer la predisposición del Frente Renovador a negociar con Cambiemos la gobernabilidad, es decir, a apostar por una oposición que sus máximos referentes consideran debe ser “seria” y “responsable” para así diferenciarse del “jacobinismo” del FPV. Otro hecho destacado es la presencia de María Eugenia Vidal en la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Como bien señala Mendelevich, es la primera gobernadora mujer de esa enorme provincia y la más joven que ejerce el cargo desde la recuperación democrática. Vidal fue la gran apuesta de Macri. Los hechos le dieron la razón. Vidal obtuvo un triunfo histórico favorecido por la diáspora peronista y por la presencia de Aníbal Fernández, un dirigente con una imagen negativa superlativa. La provincia se había convertido en “propiedad” del peronismo a partir de 1946. Sólo en el período 1983/87 la gobernación fue manejada por un dirigente no peronista, el radical Armendáriz. En aquel entonces este dirigente radical poco conocido a nivel nacional se vio favorecido por el aluvión de votos que obtuvo a nivel nacional Raúl Alfonsín. En 2015 la situación fue diferente: Vidal sacó más votos que el propio macri: 475.533. Mendelevich considera que Aníbal Fernández fue, para el peronismo en 2015, lo que había sido Herminio Iglesias para el peronismo en 1983. En el acto de cierre de Luder en la 9 de Julio, el polémico sindicalista quemó un ataúd envuelto en una bandera radical, lo que provocó el rechazo de grandes franjas de la población. En 2015 Fernández no quemó ningún féretro pero la entrevista que le hizo Jorge Lanata a uno de los culpables del triple crimen de General Rodríguez sepultó sus chances electorales, tal como lo hizo aquella quema con la suerte final de Iglesias. Para Mendelevich Macri replanteó el federalismo lo que le permitió granjearse la “simpatía” de los gobernadores, peronistas en su mayoría, simpatía que significó un fuerte apoyo político a su gestión. Relacionado con esto cabe destacar el bajo perfil de los gobernadores. Según Mendelevich la mayor parte de la opinión pública ignora la identidad de buena parte de los mismos. Ello es así porque son nuevos en la política, prefieren negociar con Frigerio en lugar de hacer declaraciones públicas y por ahora son proclives a no tomar una postura definida en un momento tan álgido del peronismo. He aquí, precisamente, el mayor problema del movimiento: la ausencia de un líder único e indiscutido. Hoy está sufriendo una acefalía inédita en su historia. Hubo épocas de bicefalías (Menem- Duhalde y Duhalde-Kirchner) pero fueron cortas. Nada se compara, pues, con lo que pasa en la actualidad: un peronismo sin cabeza. Según Mendelevich Sergio Massa constituye una novedad de la política argentina ya que ocupa un lugar que antes era inexistente. Massa es hoy el árbitro más importante de la política vernácula. Esa ubicación en el escenario político nacional le permite ser un día oficialista y al siguiente opositor. Fue Massa quien impidió en 2013 la re-reelección de Cristina y quien en 2015 obtuvo los votos necesarios para convertir al Frente Renovador en la tercera fuerza del país. Macri puede llegar a convertirse en el primer presidente no peronista al que el peronismo sindical no le hace un paro general en su primer año de gobierno. Basta con recordar los gobiernos radicales de Illia, Alfonsín y De la Rúa. Muchos analistas consideran que ello se debe en buena medida al hecho excepcional de tener en el Vaticano a un Papa argentino. En efecto, Francisco tiene sobrados motivos para sentirse preocupado por la situación social argentina. Con uno de cada tres argentinos en la pobreza el país está atravesando un momento crítico en esta cuestión. En este sentido, Macri es el primer presidente no peronista que convive con un Papa argentino y peronista, como lo es Jorge Bergoglio. La ausencia de un líder dentro del peronismo le allanó el camino a Macri en su acercamiento al Papa, cuyas relaciones comienzan lentamente a desenfriarse. Así como en los sesenta la gobernabilidad de la Argentina pasaba por Puerta de Hierro, hoy pasa por el Vaticano, enfatiza Mendelevich. Macri lejos está de ser el primer presidente al que la economía no lo ha ayudado en los primeros momentos de su gestión. Pero lo que resulta verdaderamente inédito es el hecho de la enorme paciencia que le está teniendo el pueblo pese a la dureza de sus medidas económicas.

Si bien es la primera vez en la historia argentina que un dirigente conservador no peronista le gana al peronismo una elección presidencial, Macri de ninguna manera constituye un fenómeno novedoso. En efecto, en materia económica no hace más que aplicar las ideas fundamentales del menemismo o, si se prefiere, del neoliberalismo ortodoxo. Sus principales medidas-devaluación, ajuste, quita del cepo al dólar, arreglo con los holdouts, por ejemplo-lejos están de ser una innovación. Políticamente hablando, Macri, aunque jamás lo reconocerá públicamente, es partidario de la democracia restringida o elitista proclamada por el orden conservador (1880-1930). En este sentido, su gobierno implica una profunda involución, mucho más marcada que la económica. Lo que sí resulta verdaderamente novedoso es el hecho de que sus ministros sean CEOs de grandes empresas, la mayoría transnacionales. Hoy estamos gobernados por una “ceocracia”, con lo cual Macri no hizo más que hacer realidad el sueño del dictador Ongañía.

El sector de la construcción va de mal en peor. En octubre las ventas de insumos para la construcción registraron una baja del 19,8 por ciento en relación a octubre del año pasado. El Índice Construya se encarga del relevamiento de los despachos de materiales de grandes empresas. Pues bien, ese índice registra una caída acumulada durante los primeros diez meses del año del orden del 14,8 por ciento. Se trata de la novena caída que se da de manera consecutiva y es mayor que la baja registrada en 2009. Si bien en agosto se registró una recuperación del 3,6 por ciento que le permitió al gobierno sonreír, en octubre los volúmenes despachados registraron una caída, comparados con los despachados en septiembre, del 0,8 por ciento. Este indicador es muy importante ya que efectúa la medición de las ventas de ladrillos, cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua, que son requeridos por grandes proveedoras como Cerro Negro, Aluar, Acqua System y Plavicom. La recesión económica y la caída del consumo privado son los factores esenciales que explican el desempeño del sector desde principios de 2016. En lo que va del año el índice cayó un 14,8 por ciento. En octubre se registró un abaja interanual de 19,8 por ciento que coincide con la retracción de 18,3 por ciento del consumo interno de cemento. Así lo acaba de informar la AFCP (Asociación de Fabricantes de Cemento Portland). Por su parte, los despachos de cemento al mercado interno y la exportación cayeron, en comparación con agosto del año pasado, un 17,7 por ciento. El cemento lleva diez meses de caída. En lo que va del año los despachos de cemento suman 8.930.227 toneladas, vale decir un 13,1 por ciento menos en relación con igual período de 2015. Para el Indicador Sintético de la Construcción del Indec, septiembre registró una caída de 13,1 por ciento en relación con septiembre del año pasado. Desde principios de 2016 la actividad de la construcción registra un decrecimiento del orden del 12,8 por ciento en relación con los primeros nueve meses de 2015 (fuente: “Un shock peor que la crisis de 2009”, Página 12, 8/11/016).

La CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) acaba de informar que en octubre se registró una caída de las ventas minoristas del 8,2 por ciento en relación con octubre del año pasado. En los primeros diez meses de este año se registró una caída acumulada de las ventas en los pequeños y medianos comercios del 7 por ciento. El panorama de las pymes es altamente preocupante. En efecto, desde octubre de 2015 a la fecha las pymes vienen sufriendo una caída ininterrumpida de su actividad productiva. Sin embargo, los precios siguen aumentando. Según la fundación Germán Abdala la inflación fue en octubre del 2,9 por ciento, acumulando un crecimiento en lo que va de 2016 del orden del 38,7 por ciento y del 42,1 por ciento en el último año. Pese al optimismo del presidente y sus funcionarios tanto la industria nacional como el comercio aún no avizoran la luz prometida al final del túnel. Mientras tanto, el ingreso real de los trabajadores continúa deteriorándose a raíz de la devaluación, lo que produce inexorablemente una baja en el consumo que tracciona a la producción. En octubre la caída interanual promedio fue del 8,2 por ciento. El sector de los electrodomésticos y de artículos para el hogar fue el que obtuvo el peor resultado: -13,9 por ciento. Según el informe de CAME “en octubre no llegó el calor y eso demoró la salida de artículos como aire acondicionados o ventiladores. Lo que más salió fue artículos electrónicos, de audio y video, aunque en general se buscaron productos pequeños. Los grandes electrodomésticos tuvieron muy poca demanda”. Hubo varios rubros de flojo desempeño, tales los casos de la indumentaria (-9,7 por ciento), la ferretería (-12,4 por ciento), los materiales eléctricos (-11,2 por ciento), los materiales para la construcción (-10,7 por ciento), bazar y regalos (-9,7 por ciento) y textil-blanco (-9,4 por ciento). Resume CAME expresando que “es el décimo período consecutivo en que las ventas se retraen y, lejos de recuperarse, en el segundo semestre las caídas se fueron acentuando mes a mes dejando a los comercios en una situación delicada. Octubre fue levemente mejor que septiembre porque naturalmente es un mes donde la venta suele levantar un poco, pero muy lejos de los niveles esperados. Hubo poca gente mirando y comprando. Las posibilidades de financiamiento que ofreció el mercado tampoco alcanzaron para reactivar la venta porque la gente tiene las tarjetas muy cargadas y evitó endeudarse. Eso se sintió especialmente en el consumo de bienes durables y semi-durables, donde las operaciones cayeron considerablemente” (fuente: “Diez de diez en caídas del consumo”, Página 12, 8/11/016).

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