Por Enrique Arenz.-
Después de algunas ingratas experiencias en las redes sociales, me había propuesto depurar mi lista de más de más de mil doscientos “amigos” en Facebook, la mayoría desconocidos que algún día solicitaron mi amistad. Con el tiempo comprobé que de esos mil doscientos, alrededor de mil nunca se interesaron en mis ideas ni en mi actividad literaria. ¿Por qué me solicitaron entonces? No fue el liberalismo, fue el espanto: el vendaval kirchnerista nos amontonó a todos en la misma vereda.
Entonces, mientras me abría paso entre esa muchedumbre, me fui encontrando sorpresivamente con apologías de la dictadura, alabanzas insólitas de personajes como Videla o Seineldin y hasta críticas ofensivas hacia a la Iglesia católica, todo muy raro, porque yo creía ingenuamente que compartíamos por lo menos ciertos principios republicanos. En los casos más extremos eliminé directamente a esos delirantes irrespetuosos, en otros, fueron ellos los que me suprimieron a mí, escandalizados seguramente por algo que escribí. Y en muchísimas ocasiones, cuando intervine amigablemente en algún muro “amigo” con una opinión disidente, recibí maltrato y hasta insultos increíbles.
Cansado de perder mi valioso y escaso tiempo y de soportar tantas faltas de respeto, decidí hacer una borratina masiva. Pero, ¿a quiénes borrar sin equivocarme y ser injusto? No son ideas lo que me proponía eliminar sino conductas. Conductas fastidiosas, nerviosas, mediocres, insoportables. Yo respeto todos los pensamientos, y hasta intento aceptar a los más extremistas siempre que no pregonen la violencia, pero en una red social, igual que en la vida real, todos tenemos la libertad de elegir a nuestros amigos. Si como liberal debo respetar al trotskista, al maoísta y al nacionalista ultramontano, como persona libre tengo todo el derecho de apartarme de ellos.
Pero como no quería ofender a nadie, propuse ser borrado yo por aquellos “amigos” que sintieran que había un abismo de incompatibilidades entre mis pensamientos y los de ellos.
Para eso debía exponer claramente mis ideas sobre algunos temas de mucha sensibilidad y decirles: «Así pienso yo, si no me aceptan denme el raje». Y escribí un post esquemático pero muy explícito en Facebook sobre esos pensamientos. Resulto una buena experiencia, un certero desafío: tuve muchísimos apoyos, claros, explícitos, contundentes; sugestivos silencios, que aun no he evaluado; y las impulsivas borradas de muchos otros, tal como yo lo pedía. Hubo casos especiales: algunos amigos a quienes conozco personalmente y que con los años han involucionado misteriosamente en su manera de pensar el liberalismo hasta transformarlo en una caricatura, no han respondido. Lo estarán pensando. No descarto haberlos ayudado a reflexionar. El tiempo dirá. “¡Bancátelos a todos, Enrique!”, me escribió alguien. Sabio consejo que voy a tener en cuenta. Sólo iré suprimiendo gradualmente a los agresivos, a los intolerantes y a los muy extremistas. Aquellos que piensen diferente, pero que son respetuosos de la diversidad y de las opiniones ajenas, seguirán siendo mis amigos, si así lo desean ellos, claro. ¿Los otros? adiós, que te vaya bien.
A continuación, la lista de pensamientos sobre esos temas sensibles que he decidido exponer también en este blog panfletario.
Soy liberal y católico, no soy de derecha, no soy nacionalista. Un liberal no es de izquierda ni de derecha. La izquierda y la derecha son anacronismos con olor a naftalina. En rigor, sólo hay dos sistemas sobre los cuales es posible organizar la sociedad: el socialismo o el liberalismo (las demás son formas híbridas que contienen una mezcla de ambos, en distintas proporciones: así es, por ejemplo, el gobierno actual de “Cambiemos” en el plano económico, aunque con cierta tímida tendencia hacia una economía de mercado mejor definida). Por su parte el socialismo (a veces llamado populismo, otras, peronismo, progresismo, chavismo, comunismo, nazismo, etc.), pude ser tanto de izquierda como de derecha. El nacionalismo, por su parte, no es sino un socialismo de derecha; más que una ideología es un sentimiento primitivo y pasional, arrebatador de lágrimas y tambores redoblantes. Conduce a la xenofobia, a la intolerancia racial y religiosa y al proteccionismo económico. El nacionalismo se funda en la convicción de que la patria propia es mejor patria, más grande y más justa que la patria de los otros, sofisma que bajo ciertas condiciones sociales y políticas termina inexorablemente en guerras contra hermanos de otras patrias.
Soy liberal, pero un liberal cultural, que cree que se puede discutir y revisar toda la doctrina del liberalismo, con excepción de tres de sus postulados epistemológicamente irrebatibles: El primer axioma de la praxeología; la teoría subjetiva del valor; y la interdependencia de los fenómenos del mercado. Todo lo demás es materia opinable que puede debatirse libremente, pero siempre con espíritu amigable y abierto. Detesto el absolutismo liberal que recurre al “liberalómetro” ante el menor cuestionamiento de algún dogma “sagrado».
No creo que las únicas funciones del Estado sean la seguridad, la Justicia y la Defensa. Ese dogma, inamovible desde el siglo XIX, debe ser replanteado pensando en el liberalismo posible para el siglo XXI.
Creo en la educación elemental pública., obligatoria, laica y costeada por toda la comunidad (advertirán que no dije “gratuita”). La escuela estatal debe competir con la escuela privada y ambas constituirse en alternativas de calidad para que la sociedad elija libremente dónde educar a sus hijos.
La institución universal de los derechos humanos es obra del liberalismo, y es a través de ese claro cristal que debemos analizar lo que nos ocurrió a los argentinos en los años setentas. Los militares y civiles que en la represión antisubversiva iniciada en 1975 (bajo el gobierno de Isabel Perón), cometieron delitos de lesa humanidad, deben pagar sus crímenes de acuerdo con la ley, aunque se llegue tardíamente, como es el caso de Milani o de la CNU de Mar del Plata. No los defendamos porque no fueron héroes, fueron criminales. Pero también incluyo entre los delitos de lesa humanidad a los secuestros, atentados y asesinatos perpetrados por las bandas terroristas, algunas llamadas por Perón “formaciones especiales”, (Perón les escribió a los Montoneros cuando asesinaron al general Aramburu: “Encomio todo lo actuado, compañeros”). Casi todas estas bandas armadas fueron luego comandadas desde Cuba por Fidel Castro en su intento demencial de exportar “la revolución” a toda América.
Estoy a favor del matrimonio igualitario. Respeto a los homosexuales y transexuales porque son seres humanos como yo, con derecho a su identidad de género y a vivir conforme sus inclinaciones personalísimas. Puedo ser amigo de un homosexual, pero no puedo serlo de un homofóbico porque la homofobia es por definición intolerancia y violencia.
Rechazo el aborto porque es matar a una criatura indefensa, aunque no juzgo a la mujer desesperada que recurre a esa terrible solución ante un embarazo no deseado.
Repudio a la pedofilia porque es un ultraje horrendo a la niñez y una afrenta gravísima a la condición humana. Es el único pecado que, según el Evangelio, Dios no perdonará jamás. (Trascendió recientemente que el papa Francisco estaría evaluando reducirles el castigo canónico aplicado a cientos de curas pedófilos. El sabio papa anterior, Benedicto XVI, les había negado toda clemencia durante su corto y lúcido pontificado)
Repudio el maltrato a las mujeres. Me declaro feminista si por “feminismo” se entiende no una forma de sexismo opuesta al machismo sino la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Esta es mi manera de pensar, puedo estar equivocado y tal vez con el tiempo me rectifique en algunos puntos. Podemos convivir pensando distinto, sin embargo hay personas que no son capaces de soportar las ideas que he expuesto. A ellas les pido que por favor me borren de las redes sociales (Facebook, Twitter, y otras), que dejen de visitar este blog y mi sitio oficial, y que me hagan saber que desean ser borrados de mis contactos de correo electrónico. Y todos contentos. Les prometo que no habrá penas ni olvidos. A los demás, aunque no piensen como yo, si aceptan el intercambio civilizado y amable de ideas y opiniones diversas, mi respeto y mi sincera y leal amistad.
La experiencia en las redes sociales no tiene por qué ser traumática, al contrario, tiene que resultar intelectualmente enriquecedora, un foro de intercambio de ideas y conocimientos. Pero debemos trazarnos un plan para manejarlas, decidir el tiempo diario que le habremos de dedicar, y asegurarnos que no se convertirá en una plataforma de conflictos y disgustos diarios.
05/03/2017 a las 7:07 PM
Le voy a aclarar una definición que uso más arriba HOMOFOBIA, es palabreja NO EXISTE NI CLINICA Y PSICOLOGICAMENTE, fue inventada a pedido del Lobby gay para contraatacar a quien no piense igual que ellos Y ENTABLAR LA BATALLA CULTURAL QUE SE VIENE DANDO CON LA FAMOSA IDEOLOGIA DE GENERO, justamente quienes piden tolerancia, son intolerantes. Homofobia significaria FOBIA AL IGUAL, cosa que nunca se pùede dar, usted puede tener fobia al agua, a las arañas, ratones PERO NUNCA A UN SEMEJANTE, por lo tanto esa definición sobre alguien que no comparte sus gustos sexuales desviados, NO ES VALIDA. Por los demas´, de acuerdo en casi todo. Como puede ver, no agredo con insultos, dejo mi opinión al igual que usted, puede gustar o no, pero es la que tengo y no soy como Grucho Marx «si no les gusta esta, tengo otras» Cordialmente
06/03/2017 a las 7:15 PM
Me permito solamente aclararte que la palabra homofobia y su derivado homofóbico están en el diccionario de la real Academia. HOMOFOBIA (Del inglés Homophobia) Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales. Por lo demás, gracias por tu opinión.
05/03/2017 a las 7:54 PM
COINCIDO CON PEHUEN CURÁ Y EN TODO CON EL SR ENRIQUE ARENZ, A QUIEN ADMIRO Y RESPETO.
PERO SERÍA BUENO DEJAR EN CLARO QUE PARA CONSIDERAR CRIMINALES A LOS MILITARES Y CIVILES QUE, CUMPLIENDO UNA ORDEN CONSTITUCIONAL DE LA PRESIDENTE ISABEL PERÓN EN 1975, DEBIERON ENFRENTARSE A GUERRILLEROS ASESINOS (CRIMINALES ELLOS SÍ) QUE DESATARON UNA OLA DE TERROR JAMÁS VISTA EN NUESTRA ARGENTINA, SE LOS DEBIÓ HABER JUZGADO BAJO LOS CÓDIGOS DE LA JUSTICIA MILITAR QUE ES LO QUE CORRESPONDE EN UNA GUERRA.
POR EL CONTRARIO FUERON Y SON HOY TODAVÍA JUZGADOS POR JUECES CIVILES, HOMBRES QUE TAL VEZ NI LA COLIMBA HABÍAN HECHO Y MUCHO MENOS CONOCÍAN NI CONOCEN LOS REGLAMENTOS MILITARES EN EL CAMPO DE BATALLA.
POR ESO SR ARENZ CON TODO RESPETO NO NOS PIDA QUE NO LOS DEFENDAMOS A TODOS LOS QUE HACE AÑOS ESTÁN PRESOS SIN JUICIO NI CONDENA POR EL SOLO HECHO DE HABER ESTADO AHÍ, OBVIO MUY DIFERENTE SON LOS QUE SE LES HA COMPROBADO QUE HAN COMETIDO ACCIONES CRIMINALES, PERO CUANTOS SON REALMENTE??
HAY MILES QUE CONTINÚAN PRESOS VIOLANDO TODO CÓDIGO JUDICIAL, INCLUYENDO A LOS MAYORES DE 70 A QUIENES LES CORRESPONDE ARRESTO DOMICILIARIO POR LO MENOS.
NO LOS PONGAMOS A TODOS EN LA MISMA BOLSA…LOS QUE FUERON CONDENADOS PORQUE SE LES COMPROBÓ SU CRIMEN TODO BIEN (AUNQUE A ELLOS TAMBIÉN LES CORRESPONDE ARRESTO DOMICILIARIO AL CUMPLIR 70 AÑOS) PERO NO DEBEMOS PENSAR QUE TODOS SON IGUALES.
NO PORQUE SEPAMOS QUE HAY CURAS PEDOFILOS VAMOS A CONDENAR A TODOS LOS SACERDOTES DE LA IGLESIA CATÓLICA!!!
CREO HONESTAMENTE QUE LA SITUACIÓN DE TODOS LOS MILITARES Y CIVILES HOY CONSIDERADOS PRESOS POLÍTICOS ES UNA TREMENDA INJUSTICIA, TODA VEZ QUE LOS GUERRILLEROS GOZAN DE TOTAL LIBERTAD, RECIBIERON INDEMNIZACIONES MILLONARIAS Y AÚN SON PREMIADOS CON CARGOS PÚBLICOS O SE HAN CONVERTIDO EN FAMOSOS PARTICIPANTES DE PROGRAMAS TELEVISIVOS.
ES MI OPINIÓN…MUCHAS GRACIAS
06/03/2017 a las 10:09 AM
Estimado Sr:
Muchas veces la propia posición se define por la visión que se tiene del otro, su aprecio o desprecio. En este caso y a mi entender, Ud. es un hombre de derecha, no un liberal.
Su posición sobre los militares (o civiles) que ejecutaron ordenes de gobiernos de jure o de facto (reconocidos estos por la comunidad internacional, incluida la marxista) en su lucha contra organizaciones internacionales que pretendían una dictadura marxista y genocida, es bastante naif. Todos los gobiernos del mundo, particularmente los de los países «fuertes», tienen formaciones especiales que en forma más o menos encubierta, ejecutan sus operaciones ordenadas que, en determinadas condiciones políticas, serán juzgadas como delitos de lesa humanidad. Esos gobiernos protegen a sus hombres, el caso argentino -por su masividad y persistencia- es una excepción, tal vez única en el mundo, el tiempo mostrará sus consecuencias.
La Iglesia Católica, milenaria, ha derramado demasiada sangre y dolor, para que no deba ejecutar un examen de sus propósitos y fines. La misma orden eclesiástica del actual Papa, es responsable, en su historia, del acompañamiento orgánico a numerosas dictaduras violentas en el mundo. El propio Papa se asume un gran pecador y pide oraciones por él, a la vez que denuncia a compañeros de culto y brinda apoyo a políticos corruptos, violentos y asesinos y hasta protege a curas pedófilos. No entiendo un apoyo sin reparos a esa institución.
Estoy de acuerdo con Ud. en el rechazo a la violencia, la sangre derramada solo pide más sangre a derramar. Ese solo punto, alcanza para unirnos a millones y millones de personas, en busca del bien común. Que si no es un mandato divino, debiera serlo.
06/03/2017 a las 9:40 PM
Este señor defiende ideas increíblemente estúpidas, que llevaron a la decadencia a Occidente. Hay algo que se llama la «teoría de las ventanas rotas» y hay otra cosa que se llama «ventana de Overton». Si uno deja que algunos rompan las ventanas y no castiga con mano dura al culpable, la ventana de Overton empieza a correrse. Cuando nos damos cuenta, resulta que cosas como ser homosexual ya no es una cuestión de tolerancia sino que se vuelven obligación. Los liberales son tan culpables como el marxismo cultural de la degeneración actual y de la decadencia de la civilización.
Por suerte dinosaurios como Arenz cada vez quedan menos, y las juventudes han empezado a recobrar la coherencia y a adherir a ideas valiosas.
09/03/2017 a las 12:36 PM
Francisco, lo de dinosaurio es una acusación equivocada porque lo que expresé en mi artículo son pensamientos de vanguardia. Vos en cambio has reaccionado como un censor medieval, enojado, furibundo, irrespetuoso. Como soy escritor de ficciones, (y los escritores somos más observadores que los psicólogos) me pregunté: ¿qué lo habrá hecho saltar así? Y me imaginé enseguida que el asunto está en el sexo. que tendrás algún oscuro secreto relacionado con tu sexualidad. Y finalmente me inspiraste un personaje que se va a llamar: «Nicómedes, el lujurioso»
21/03/2017 a las 10:45 AM
A mi tu respuesta me inspiró otro personaje: «Enriquillo, el niño putillo».
Yo tengo la mente cerrada y la cola también, y prefiero ser la tradición a la vanguardia, porque, repito, la vanguardia nos hace avanzar hacia el abismo.