Por José M. García Rozado.-

Macri y Vidal enfrentan la primera prueba de fuego por el desbarajuste de inseguridad, poniendo en juego su verdadera “capacidad de gobernar” y por lo tanto resolver conflictos, que de eso se trata el Gobernar. Es muy cierto que pesa la “herencia K”, pero afloran claramente gravísimos errores propios de gestión y una falta real de equipos capacitados para encarar tres ejecutivos -Nación, Buenos Aires y CABA.

Ni Mauricio ni Cristina tuvieron un comienzo de año -y un fin de año- prometedor; el Presidente recibió dos claras notificaciones sobre sendas cosas: la “herencia institucional en sus manos sería bastante peor de lo que imaginó”. Esta se encuentra “casi descompuesta” pues la “tonicidad política” macrista es verdaderamente insuficiente, sin verdaderos equipos técnicos se ha recurrido a CEO’s o a dirigentes radicales con ínfima capacidad para las áreas en las que fueron designados, terminando por no poder responder con éxito seguro a las principales demandas previstas e imprevistas que le presenta la realidad y en algunos casos (muy pocos ciertamente) a la “resistencia cristinista”.

Salvo la salida del cepo cambiario e importador, que resultó menos traumático de lo que se esperaba, en el resto de las variables no existen indicios claros a un mes de haber asumido el gobierno de que se haya encontrado las soluciones que la sociedad y el pueblo reclaman: la inflación se encuentra casi descontrolada, con empresarios que generan “colchones” y atentan contra los salarios y las jubilaciones ante la mirada atónita de un Gobierno nacional que no ¿sabe o quiere? enfrentar a los verdaderos “deformadores de precios”, más allá de aquel supuesto reto de Mauricio en la UIA en diciembre pasado. Las jubilaciones no fueron aún retocadas ni siquiera para recomponer la inflación de noviembre-diciembre 2015 y pareciera que se contentan con esperar el reajuste legal de marzo 2016 del cristikirchnerismo, hundiendo en la inanición a millones de ancianos que siguen percibiendo remuneraciones humillantes de $ 4.200 o menos aún, agravando la inflación el aumento de los combustibles pactado ente Aranguren (ex Shell) y las petroleras, así como las futuras quitas de los inconcebibles subsidios a la luz y el gas, no de las clases medias, sino increíblemente de empresas, bancos, supermercados, salas de juego y casinos, etc.

La otra promesa sobre el impuesto al salario (mal llamado a las ganancias), sigue también durmiendo el sueño de los “injustos”, tal como el 82% de las jubilaciones y pensiones o el descontrol inflacionario. Intervenido el INDEC con un peronista, Jorge Todesca, ahora Frigerio y el Jefe de Gabinete Peña nos informaron que “no se publicarán índices hasta que el Organismo esté normalizado”, en castellano puro no sabemos cuál es la inflación de diciembre 2015 ni la de enero 2016, y tampoco quizás la de febrero o marzo, todo muy poco serio, pues tanto Todesca como Bevilacqua venían realizando índices de la canasta familiar bastante confiables y coincidentes con las que realizan la CGT Azopardo, la CABA y las provincias de San Luis y otras. Hugo Moyano debió “marcarle la cancha al macri-radicalismo gobernantes” sobre el “desborde de pretensiones empresariales” y la pretensión de aquellos de que las paritarias tengan un “techo” de no más del 26%, una verdadera indignidad.

Tras su regreso de su descanso (?) en Villa la Angostura, el presidente Mauricio Macri encabezó junto a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en el Monumento a la Bandera de Mar del Plata, el acto de lanzamiento de la temporada de verano 2016. Si bien no hizo mención explícita a la triple fuga que provocó un impacto político en la provincia, Macri recordó que su compromiso es enfrentar al narcotráfico «que en la última década ha crecido en la Argentina»: «todos sabemos que, lamentablemente, por la inacción, incapacidad o complicidad del anterior gobierno ha avanzado como nunca en nuestro país. No es un tema de una provincia o región, sino que afecta a todos los argentinos, corrompe nuestra instituciones», indicó y responsabilizó así a la gestión de su antecesora, Cristina Fernández, por haber permitido el avance de ese flagelo en la Argentina. «Vamos a dar una batalla sin cuartel contra el narcotráfico, esto recién empieza», prometió. Y recordó que parte de sus propuestas es una mayor inversión en la reestructuración y reequipamiento de las fuerzas de seguridad. Casi simultáneamente Horacio Rodríguez Larreta hizo el gran anuncio. Mientras firmaba con el presidente Mauricio Macri el convenio de traspaso de la Policía Federal a la ciudad de Buenos Aires en la Casa Rosada, en “Twitter” corría paralelo el mismo mensaje que Diego Santilli se encargaba de retuitear nuevamente para aquellos que se hubieran perdido detalle.

Ocurre que el jefe de Gobierno porteño carga con una doble y ardua tarea: por un lado, tener anuncios propios, no solo aquellos derivados de la gestión de Mauricio Macri, para lograr superar a su antecesor y, además, mostrar contraste con la mandataria de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal que no viene en su mejor momento ya que la fuga de los tres presos dejan al descubierto “ignorancia, incapacidad y falta de equipos adecuados y profesionalizados” en el primer distrito del país, para lograr apoderarse de un lugar clave: la posición N° 2 dentro del PRO. ¿La ocupará Larreta o Vidal? Pues, en ese complejo marco fue que Mauricio Macri y su delfín porteño firmaron hoy el traspaso de la Policía. Durante el acto, además, Rodríguez Larreta calificó el anuncio de «un paso muy importante» ya que «va a ir mejorando un poquito cada día la seguridad». «La inseguridad es posiblemente la principal preocupación en la ciudad», indicó. «Que se queden tranquilos los efectivos de la Policía Federal que vamos a trabajar bien, vamos a iniciar un proceso de convergencia», sostuvo. «Era un paso muy importante que la Ciudad maneje su propia policía», manifestó Rodríguez Larreta, quien añadió que es «un camino que va a ser largo» y que «acá no hay soluciones mágicas», aunque insistió que «este primer paso es fundamental». Por su parte, el presidente afirmó que «esta ciudad tiene que volver a ser una de las más seguras del mundo y la Argentina tiene que volver a ser un lugar para vivir con tranquilidad». «La inseguridad es posiblemente la principal preocupación en la ciudad», indicó.

El acto se realizó en el Salón Blanco de Balcarce 50 al que asistieron la vicepresidenta Gabriela Michetti; el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli; la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich y el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo. Además, el mandatario resaltó la importancia de volver a tener «estadísticas públicas claras», sin informar cuando, para monitorear la situación de la inseguridad y anunció la creación de un mapa del delito. «Pido el compromiso del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volver a tener estadísticas públicas claras, que permitan tener un mapa del delito, para que mes a mes no tengamos que estar confiando en sensaciones o palabras, sino en estadísticas confiables, para que ciudadanía verifique si vamos mejorando», apuntó Macri. El jefe del Estado destacó el traspaso de la Policía Federal a la órbita de la ciudad de Buenos Aires como el comienzo de «una nueva etapa» que busca «soluciones concretas para que la gente esté mejor», y recordó que cada vez que durante la campaña visitaba un barrio porteño el reclamo era «más seguridad».

En medio de la creciente preocupación en el Gobierno por la fuga de los condenados por el triple crimen, el mandatario reiteró su compromiso de enfrentar al narcotráfico. «Es de público conocimiento lo que está pasando en la provincia de Buenos Aires, pero el narcotráfico es un problema que afecta a todos los argentinos», dijo. El módulo central del traspaso será la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, que tiene a su cargo unos 15.000 efectivos de la Policía Federal desplegados en las 54 comisarías porteñas. También serán transferidas las unidades de Policía Montada, Bomberos y la Guardia de Infantería. Esos uniformados se unirán a los 6300 efectivos que integran la Policía Metropolitana. El jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, contestó al ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay por su llamado a los sindicatos a no «arriesgar empleo». «No tiene que haber aprietes. Que no quieran meter miedo con eso porque no lo van a conseguir», respondió el camionero mostrando una postura más dura luego de meses de acercamiento a Mauricio Macri. «Si son generosos con los empresarios y productores, también tiene que haber generosidad con los trabajadores», añadió antes de contestar al dirigente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, por su rechazo a rebajar los precios que tuvieron un alza sensible desde noviembre.

Para colmo, desde su asunción Macri ha venido tomando una serie de medidas por decreto que han generado cierto malestar en ámbitos políticos hasta del propio PRO, que vio como Pinedo quedaba “pataleando en el aire” luego de los acuerdos alcanzados con Miguel Pichetto en temas más que sensibles para la futura gobernabilidad en una Cámara donde el macri-radicalismo no cuenta ni por asomo con el número suficiente y adecuado para lograr leyes. El nombramiento de dos “jueces en comisión” para la CSJN fue un balde de agua helada volcada en medio de principios de acuerdo ya alcanzados, retrotrayendo los mismos a -10 pasos de lo que se hallaban antes del 10 de diciembre pasado. Algunos de los DNU impuestos por Mauricio no tuvieron ni la “necesidad” y mucho menos la “urgencia” esgrimidos, siendo verdaderamente un infantilismo propio de un grupo de CEO’S “no políticos, o apolíticos” que terminaron por embadurnar ciertos éxitos iniciales bien vistos por la población. Vidal, la gobernadora de Buenos Aires, es otro ejemplo de improvisación en la gestión pública, ya que además de “comerse” la fuga de los presos vio frustrarse la aprobación del Presupuesto que incluía un “endeudamiento de más de $ 96 mil millones”, de los cuales cerca de $ 30 mil millones “eran de “libre disponibilidad” (?) de la mandataria”, verdaderamente un despropósito digno del cristinismo más puro y korrupto.

La onda expansiva por esta marcha atrás dejó secuelas múltiples: Vidal registró el impacto y debió recurrir a amalgamar de inmediato un crucial pacto en la Provincia -que podría extenderse a la Nación- con el Frente Renovador-UNA. Ottavis quedó por estas horas “fuera de juego” ya que Sarghini, junto a Massa iniciaron una “reconstrucción del diálogo” para rescatar la Ley de Presupuesto en forma directa con los intendentes, quienes ya expresaron su voluntad de aprobar ese instrumento pero sin aquel monto de $ 30 mil millones de “libre disponibilidad”, algo bastante lógico si recordamos las críticas que expresara el pueblo todo sobre manejos similares del anterior régimen cristinista. Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora (3ª Sección Electoral) junto a Leonardo Nardini de Malvinas y Mariano Cascallares de Hurlingham (1ª Sección Electoral) fueron quienes tallaron más fuerte en el encuentro de cerca de 50 intendentes del PJ provincial, viendo Ottavis como se diluía su papel de “interlocutor” entre Vidal y La Cámpora. La ex presidente debe sobrellevar los desencantos personales que las amenazas políticas y judiciales se ciernen sobre ella: la causa Hotesur, el financiamiento oscuro de su primera campaña por la presidencia, la valija de Antonini son todas advertencias del cambio de clima que parece estar sobrevolando a jueces y fiscales de Comodoro Py. Ahora también el desconocimiento de su autoridad por parte de los intendentes bonaerenses se suman a este desencanto volviéndolo también político.

Debemos convenir que las crisis desatadas en Buenos Aires por la fuga de condenados a perpetua inmoviliza a Vidal impidiéndole atar nudos imprescindibles en la Legislatura bonaerense, ejercicio de por sí difícil y más cuando no se cuenta con equipos propios capacitados y con cintura política, ahí se convierten en “imposibles” y la lanzan en brazos del massismo provincial, algo que no pensaba pocos días antes al lograr que el Senado le aprobase a Juan Curutchet como presidente del BPBA. Aunque un poco más precavido Macri, con errores garrafales -asumir el riesgo de gobernar por decreto (algo que le criticaba a CFK)- intenta también consolidar alianzas en el Congreso Nacional, siendo cierto que las garantías que Massa aporta en territorio bonaerense son muy superiores a las que puede arrimar a nivel Nación, pero está aquí el nudo de la invitación a Davos realizada recientemente. La impericia de Monzó, más allá de sus idas y vueltas entre diputados y senadores junto a Pinedo, tanto como las “corridas contrarreloj” de Rogelio Frigerio en sus rondas con los gobernadores, marcan que el Gobierno los tomó desprevenidos y sin equipos acordes a tamaña responsabilidad. Marcos Peña intenta ubicarse en medio de aquellos intentando ser el “abrepuertas” del diálogo con todos, siendo a la vez la “cara visible” de las decisiones a veces innecesariamente implacables de un Mauricio Macri que muestra con crudeza la falta de un gestionador del tipo de Rodríguez Larreta.

Como vemos los primeros 30 días del macrismo no son un lecho de rosas, sino más bien un camino minado por la herencia pero también por la impericia y la falta de gestionadores de calidad y cintura política. Cada vez más se nota que con los CEO’s es poco lo que se puede llevar adelante con éxito… los próximos 30 días serán cruciales en el futuro de Nación y de Provincia de Buenos Aires. ¡Y por lo tanto, de todos y cada uno de nosotros que aquí habitamos en esta querida y hermosa Patria!

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