Por Oscar Edgardo García.-

Está fuera de discusión que la protección del territorio argentino y de sus habitantes no es un tema de segundo orden y que resulta necesaria la profesionalización de los integrantes de los servicios de inteligencia y la adquisición del equipamiento requerido para el cumplimiento de sus objetivos, tal como lo ha señalado recientemente el vocero presidencial.

Empero, la resistencia (o el rechazo) al Decreto de Necesidad y Urgencia del Gobierno para asignarle la suma de $100 mil millones al organismo de inteligencia debe focalizarse principalmente en las dudas que generan su carácter de reservados, la idoneidad, profesional y moral, de quienes utilizarán tales recursos y sus propósitos finales.

Criterio, sensatez, consenso y transparencia son los importantes aspectos que no debería dejar de lado el Presidente de la Nación para ver concretadas sus propuestas.

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