Por Paul Battistón.-

Siempre es conveniente escuchar a las personalidades importantes. Si son importantes, por algo lo son o lo fueron. Podría ser por una razón muy humanitaria o hasta por una muy banal, pasando por todas las posibilidades intermedias.

Pero por alguna razón, la contraparte que lo observa, lo admira o lo odia ha decidido consciente o inconscientemente convertirlo en una personalidad de una talla que le permite llevar el adjetivo de importante.

Y si la suficiente cantidad de gente ha decidido merecida o aun inmerecidamente prestarle atención, entonces sus palabras (o pensamientos) previos a sus actos pueden ser lo suficientemente importantes (jugosos) como para obtener de los mismos conclusiones que para muchos pasarían desapercibidas.

Y quizás el momento de sacarle mayor provecho a las palabras o pensamientos de estos seres arquetípicos es cuando las mismas parecen estar equivocadas o ir contra la corriente.

Después de todo, ser una personalidad es en cierta forma ir contra la corriente de una masa que nunca llegara a estar en el tapete de “nada”.

No hay dudas de que Franco Macri es toda una personalidad.

Inmigrante pobre devenido en millonario con gran esfuerzo. Debió esforzarse para superar las condiciones de contorno adversas que una Argentina podrían significar para cualquiera que pretendiera ser exitoso

Un país capaz de acabar con las aspiraciones de cualquiera y hasta las de si misma como país.

“El futuro de la Argentina está en los jóvenes de La Cámpora”, dijo firme y sin titubear Franco en una de sus más polémicas declaraciones de los últimos tiempos casi dos años antes de que su hijo se convirtiera en presidente.

Quienes ya se encolumnaban en lo que todavía no tenía una forma definida (ni aun lo tiene) pero si un nombre, un color, un cotillón y una banda preferida: el Pro, seguramente habrán pensado en la desgracia de Mauricio de tener que soportar los embates de su propio padre. Y en silencio y a regañadientes habrán supuesto que las declaraciones se correspondían más con las de un viejo gagá que con las del padre del candidato. Solo olvidaban el detalle de que él también es una personalidad.

Pero los encolumnados en el Pro (muchos por primera vez en la política) en cierta forma también son de esa masa que proclama títulos de personalidad y admiración y los suyos fueron hacia Macri (Mauricio), los mismos devinieron en trabajo (no muy literal) devoción, apoyo y por cierto fue exitoso…

¿Qué había desayunado Franco el día de esa apocalíptica declaración?

Con un hijo absolutamente convencido (como corresponde a una personalidad importante) de que seria el futuro presidente de la Nación, Franco corona con su frase a la lacra militante como el futuro político del país que su hijo pretendía conducir.

Las personalidades lo son por saber volver cuando todos van. Por ver dos kilómetros delante de los demás ¿La visión de Franco flaqueaba?

Creo que no, las condiciones de contorno de la Argentina apuntaban a lo que Franco veía: la continuidad y el hecho de que La Cámpora fuera una bazofia, no estaba en discusión en su frase. La misma era absolutamente certera con el futuro que se avecinaba: Scioli ganaría por amplio margen y La Cámpora seria la dueña de nuestro futuro político.

Franco tuvo un análisis muy claro de todas las variables que conducían hacia ese escenario.

Sólo le faltó un detalle que su propia posición de personalidad quizás le impidió ver.

Su hijo también es una personalidad y las mismas están para quitar, agregar o burlar variables (que también podrían ser reglas, como por ejemplo impositivas).

Otro detalle del surgimiento de la polémica predicción es que raramente las personalidades dejan sus espacios sin resistencia.

Quizás Franco subestimó también la capacidad de Mauricio para torcer el rumbo que llevaba tres años escrito: el de C5N vociferado por Navarro.

La Cámpora un triste recuerdo en disolución, jóvenes que eran adoctrinados en una política unipartidista, en un pensamiento de colmena (casi un No pensamiento), en una obediencia debida (aunque fuera indebida) y que seguro nos habrían aterrorizado.

¿Pero si no hay jóvenes que se preparen en la política, cual será nuestro futuro en cuanto a conducción?

El estigma que La Cámpora dejo es profundo y cualquier intento de agrupación política que pretenda aglutinar jóvenes es mirado con desconfianza por la masa y hasta resistido. Es que es difícil olvidar a los energúmenos lavándose los pies en la fuente de la rosada, arriando banderas Argentinas y penetrando en jardines de infantes.

Pero la masa que tiene esta visión estigmatizada es la que en un futuro cercano deberá comenzar a darles con su voto, un voto de confianza a las nuevas figuras que surjan de la militancia.

El PRO no ha sabido formar una juventud con futuro platico aun. Solo reúne jóvenes en espacios desenmohecidos con pintura amarilla educados por CEO adoctrinadores y si del ejemplo hablamos tampoco ayuda mucho la política del látigo en forma de billetera

Las habilidades de los jóvenes PRO no han hecho mucha diferencia con las inhabilidades de los militantes K, ambos siguen siendo políticamente incapaces para un futuro de políticas de acuerdos y consensos. Ambos hasta ahora han dado sobradas muestras de esa incapacidad con arrogancia o prepotencia según sea el caso (y al fin y al cabo es casi lo mismo).

Cuando muchos partidos tradicionales subsisten a duras penas ante el fallecimiento de sus afiliados (no olvidar que llevamos más de 30 años de nuestro retorno a la democracia) y la reticencia de la gente a participar, es una necesidad imperiosa acercar jóvenes a estos espacios que en otros tiempos fueron grandes formadores de cuadros. Aunque casi todos han caído en el error de sostener sus estructuras vacías en alianzas improvisadas olvidando la formación de jóvenes.

El lanzamiento de La Renovadora en el espacio del Frente Renovador debería verse como auspicioso y rápidamente imitado por todos esos espacios tradicionales que no deberíamos resignarnos a perder.

El estigma de La Cámpora no ha estado ausente en el lanzamiento de la Renovadora, jugando en su contra, situación también aprovechada por los trolls amarillos en su necesidad de polarizar con los restos del kirchnerismo, jugando a ponerlos en el lugar de La Cámpora aunque técnicamente el lugar de La Cámpora en este momento estaría siendo ocupado por los jóvenes amarillos con tareas similares a las de sus predecesores aunque con una capa de pintura light.

Nuestro futuro depende de los jóvenes y su formación, sin jóvenes no hay cambio y sin cambio los mismos volverán a ser presa de adoctrinamientos épicos e inútiles

Sería conveniente que si Cambiemos aun pretende hacer apología de su titulo, finalmente permita el crecimiento político de sus jóvenes mas allá del timbreo, los globos y las redes sociales.

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