Por Eduardo Difonso.-

Cuando desde el gobierno se nos trata de explicar lo exitoso de las políticas implementadas, de los logros obtenidos y de lo bien que nos va como país, surge del inefable ingenio popular la frase que titula esta nota de opinión:

La gestión de este gobierno garantiza un fracaso muy exitoso

Exitoso porque el discurso que baja parece ser extraído de un manual de auto ayuda, vacío de contenidos programáticos y estratégicos, no dicen nada sobre cómo, cuándo, con qué herramientas van a materializar el plan que tienen para sacar al país de la decadencia en que se encuentra o lo llevaron.

«Vamos juntos a superar estos problemas que nos dejaron», «Entre todos y con esfuerzo lograremos sacar el país adelante», «Trabajamos todos los días para devolverle la felicidad a la gente», «Siempre diremos la verdad de lo que pasa y hacemos», «Nos comprometemos a trabajar honestamente por los mas necesitados», y así podríamos mencionar más frases que no nos explican nada sobre el plan de gobierno y concluimos que NO EXISTE UN PLAN.

Trataré de dar algunos ejemplos sobre medidas tomadas que demuestran que no hay plan para solucionar los problemas del país, y si alguien dice que esas medidas son parte de un plan, cosa posible por una cuestión de pensamiento filosófico liberal de los miembros de este gobierno, bueno debemos recordarles que este tipo de planes ya fracaso en nuestro país y lo llevó adelante el Dr. Domingo Cavallo.

No se pueden obtener resultados diferente usando los mismos procedimientos y aquel que pretende hacerlo es un estúpido loco. Decía el genio Albert Einstein.

La situación de Argentina no ha CAMBIADO mucho con el gobierno actual

Si bien hay mejoras en el trato, mas respeto en la comunicación, hay mas grados de democracia, transparencia, libertad de opinión, contactos amistosos con países del primer mundo y otras cosas. Pero cuando tuvo una posibilidad cierta de mostrar un cambio terminó haciendo lo mismo que gestiones anteriores y se asoció con los representantes kirchneristas, el Pro-Radicalismo, aumentó dos ítems del salario de los diputados nacionales, que provocaron un incremento del 130% en sus dietas, llevando el ingreso a más de $ 130.000 pesos mensuales. ¿En esto NO CAMBIEMOS?

Mientras que al resto de los argentinos nos piden austeridad, paciencia y un mayor esfuerzo hasta que mejoren las condiciones económicas del país cuando la mayoría no llega a fin de mes y otros tienen que optar entre calefaccionar su hogar o alimentar a su familia. Han importado en Argentina la «pobreza energética» que ya pasó en Inglaterra; España y otros países que incrementaron desmesuradamente las tarifas de servicios vitales.

Ya ha transcurrido casi un año y medio de esta gestión PRO-RADICAL que su principal propuesta era EL CAMBIO pero que al cabo de todo este tiempo no ha podido o no ha querido realizar un cambio que promueva una mejor calidad de vida para los ciudadanos. Y ahora, frente a un proceso electoral promete que las mejoras llegarán después de octubre, cuando sus mismos ex funcionarios (Dr. Carlos Melconian, ex presidente del BNA de este gobierno) están alertando de la necesidad de un gran ajuste en el gasto publico y disminución del déficit fiscal (7,2% del PBI) luego de las elecciones porque «si no se puede ir todo a la mier… «(Sic). Así como el Secretario General de la Presidencia, Fernando De Andreis, en un acto sincero, admitió que al Gobierno le «cuesta encontrarle la vuelta a la inflación». (sic).

Lo que hace poco creíble las promesas de mejoras para el último trimestre del 2017.

La carga impositiva es la mas alta de la historia y no falta mucho para que no se puedan pagar los impuestos ni los servicios básicos para la vida de los seres humanos como la luz, el agua y el gas.

El gobierno tendría que presentar a la sociedad el plan de gobierno con diagnostico, propuesta y objetivos a cumplir en un determinado tiempo, cronograma de inversiones, y un buen plan de estabilización antes de las elecciones que debieran tenerlo y explicitar cuales son las políticas públicas que implementarán para alcanzar el arranque de la economía, y, a partir de allí, comenzar a ejecutarlo.

Sería conveniente que asumieran que erraron el diagnóstico y que ello los llevó a equivocar el rumbo. Por el simple hecho de asumir el Ing. Macri como presidente creyeron que vendrían las inversiones extranjeras, «lluvia de dólares», y los aportes de los empresarios locales amigos o colegas del «Presidente-Empresario» para provocar el desarrollo económico de Argentina.

Eso no pasó y en su reemplazo llegaron las inversiones en el sector financiero, especulativas que aprovecharon las decisiones del Banco Central de la República Argentina para retomar la tan querida y conocida «bicicleta financiera», que funcionó y funciona perfectamente cuando se cambian dólares a pesos y se invierte en Lebacs (Letras del Banco Central) que pagan tasas del 26,5% anual. Estos inversores saben que no hay negocio en el mundo que asegure esa tasa de retorno o rentabilidad garantizada, además, por el estado argentino.

También empresarios locales y algunos funcionarios del gobierno PRO-RADICAL que cuentan con el capital suficiente y la información oportuna están realizando este tipo de inversión.

Esta «bicicleta», junto con el envío al exterior de ganancias obtenidas con los incrementos Tarifarios que beneficiaron a las Concesionarias de Gas y Energía principalmente, ya permitió que fugaran del país más de U$S 21.600 millones de dólares desde enero del 2016 hasta mayo del 2017.

Estos dólares fugados no son gratis para los argentinos ya que el gobierno tiene que asumir deuda externa para poder liquidar esas ganancias y esa deuda ya se incrementó a la existente. Desde que inició esta gestión ya ha tomado deuda por mas e U$S 90.000 millones de dólares que, sumada a la deuda interna obtenida de los organismos nacionales como el Banco Nación, del Fondo de Garantía Previsional, Anses, ya esta superando los U$S 120.000 millones de dólares.

Por supuesto que todo este dinero, en algún momento, hay que pagarlo con sus intereses y comisiones.

Además, queda claro que todo ese alto endeudamiento es para solventar «gastos corrientes» en lugar de invertirse para infraestructura para el crecimiento del país o para crear empleos para todo aquellos que hoy no lo tienen y para los que se incorporan anualmente a la PEA(Población Económicamente Activa), o para desarrollar el potencial energético del yacimiento de «Vaca Muerta» en lugar de entregar concesiones a multinacionales que se llevan la renta que generan nuestros recursos naturales no renovables.

Cuando hay tantas voces que reclaman al Gobierno una política que mejore la economía, para absorber la desocupación y con ello disminuir la pobreza, el buen remedio es fomentar e impulsar políticas públicas que impulsen las inversiones para incrementar los servicios básicos de agua potable y cloacas, luz eléctrica y gas natural.

Todo ello acompañado por un plan de viviendas, que vaya creando ciudades satélites alrededor de complejos industriales no contaminantes que incorporen tecnología y así recuperar o poner en marcha el 60% de la capacidad industrial que hoy esta parada, con la consiguiente incorporación de mano de obra desocupada a esa producción nacional.

Lamentablemente la primer decisión de este gobierno PRO-RADICAL, fue aplicar una devaluación del peso argentino llevando su paridad dólar de $ 9.40/cada dólar a $ 14,60/ por dólar unificando el dólar oficial reconocido a ese monto y automáticamente eliminar la restricción para girar dólares fuera del país.

Esa devaluación de prácticamente un 50% de la moneda sumergió automáticamente a 13.000.000 millones de argentinos bajo la línea de pobreza y a 6.700.000 millones a la indigencia, con lo que se obtuvo un índice de pobreza total del 32,2%. Un tercio de los cuarenta y cinco millones de argentinos son pobres y esta semana el Observatorio de la Deuda Social y los Obispos argentinos han denunciado que hay seis millones (6.000.000) de coterráneos que pasan hambre.

Y, lo peor de todo, Unicef acaba de denunciar que en Argentina hay 5.6 millones de niños que son pobres de los cuales 1.6millones pasan hambre, con lo que ello implica para los niños de entre cero(0) y cuatro (4) años que los condena a no alcanzar el desarrollo biológico por desnutrición.

Si hambre en un país que tiene condiciones para producir alimentos para mas de 300 millones de personas. Increíble.

Es injusto cargarle toda la responsabilidad a este gobierno de la situación extrema a la que hemos llegado, no es responsable de los números totales obtenidos de pobreza, indigencia, hambre, desnutrición infantil, pero es el gobierno que votó el pueblo de la Nación Argentina y está formado por gente que quiso asumir ese compromiso de gobernar el país y son los responsables de hacer las cosas necesarias que les hacen falta al país sin priorizar dogmatismos ni pensamientos alineados con doctrinas económicas obsoletas que solo benefician a los sectores de mayor poder adquisitivo.

PROPUESTA

El gobierno debería actuar sobre este tema como prioritario, decretar la EMERGENCIA SOCIAL para combatir la pobreza y el hambre. Esta situación la percibe cualquier ciudadano que camina por las calles de este país y en todas las provincias ya que el incremento de Asentamientos Irregulares y Villas inestables es notable a simple vista con el consecuente hacinamiento que ello implica también.

Dentro de esta declaración de Emergencia debería incluirse el congelamiento de las tarifas de agua, luz y gas y retrotraer sus valores a los que regían antes de los tarifazos implementados por este gobierno ya que les reconoció y perdonó $ 19.000 millones de pesos de deuda que tenían las distribuidoras energéticas del país y $ 5.600 millones de pesos, en el mismo sentido, a las distribuidoras de gas. Además se les entregó $ 3.600 millones para que cumplan con las obras de ampliación de los servicios que tenían obligación de haber hecho según los contratos de concesión pero incumplieron. A partir de allí corresponde que los aumentos estén directamente relacionados y atados a los incrementos salariales reales que se asignen a los jubilados y asalariados.

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