Por Luis Américo Illuminati.-

Acabo de ver en TN Central a Mailin Gobbo, víctima de un cura pedófilo que había abusado de ella desde los 12 años hasta su adolescencia, fue inicuamente absuelto y, recientemente al ser revisada la sentencia por la Cámara de Casación volvió a la cárcel. La víctima ya había contado su penosa historia en el programa de Mirtha Legrand. Tanto su abogado como la víctima dijeron con firmeza que «Bergoglio es responsable», pues tenía pleno conocimiento de los hechos cuando era arzobispo de Buenos Aires y no hizo nada. Se trata del sacerdote Carlos José, párroco de San José Obrero de Caseros.

Lo cual nos lleva a pensar que nada bueno se puede esperar del nuevo arzobispo que designó Bergoglio: un militante montonero -Jorge Ignacio García Cuerva-, un individuo muy cercano al kirchnerismo; su segundo apellido parece un guiño o un oscuro símbolo de sus antecedentes y relaciones con el movimiento marxista-progresista infiltrado en la Iglesia Católica.

Con dicha designación cobra más fuerza la sospecha de un pacto secreto y espurio entre Cretina y Bergoglio, habiendo para tan alta dignidad otros prelados mejor preparados y más prudentes que Don Cuerva, a quien lo comprende el refrán que funciona como generales de la ley: «Dime con quién andas y te diré quién eres».

Algunos hasta conjeturan que Cretina es capaz de extorsionar al sucesor de San Pedro o al mismo Diablo para lograr sus objetivos y ambiciones personales, que nunca coinciden con los intereses nacionales y con el bien general de la Argentina. Se cumple así la profecía del Padre Leonardo Castellani acerca del advenimiento de una falsa Iglesia -seudo cristiana- en la Argentina en su libro «Su Majestad Dulcinea», donde los obispos perseguirían a los «Cristóbales», es decir, los cristianos fieles. Pero lo que nunca imaginó Castellani es que un lobo disfrazado de pastor, militante peronista y zurdo llegara a Papa.

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