Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 8 de febrero, Página/12 publicó un artículo de Luis Bruschtein titulado “Pena de muerte”. Escribió el autor: “Otra vez la saturación, el tema que se repite hasta centralizar la agenda. La denuncia contra los testigos mapuche en el caso Maldonado aparece en medio del desmoronamiento de la figura de Mauricio Macri, el presidente más protegido por los medios corporativos, que ahora se lanzan a ese ametrallamiento temático, ese taladro de cerebros sobre los derechos sagrados de las fuerzas de seguridad para cortar cabezas o realizar las famosas cirugías de la dictadura contra la guerrilla y el delito” (…) “La imagen de Macri se viene cayendo desde fines del año pasado. El blindaje mediático fue perforado. El saqueo a los jubilados con la reforma previsional, el escándalo Triaca con acomodos de amigos en sindicatos intervenidos sumados a las amenazas a su personal doméstico y ahora la alta inflación, los súperaumentos de tarifas, más el precio de las naftas que las ubica entre las más caras del mundo en un país que tiene petróleo, todos esos desastres tienen la cara del ingeniero” (…) “Con las defensas frontales caídas, el gobierno abrió otro frente lateral. Viene disputando el centralismo de la agenda socioeconómica con una campaña a favor de la mano dura y el gatillo fácil” (…) “Con ese discurso tratan de desplazar la atención sobre la situación socioeconómica: Durán Barba habla de instaurar la pena de muerte, Patricia Bullrich deja trascender que se propondrá una ley por la cual todas las situaciones de violencia que involucren a fuerzas de seguridad, ya sean muertes violentas de cualquier manera, deben ser consideradas como “actos de servicio” (…) “A los intelectuales de la derecha no les interesa debatir sobre la reforma judicial o sobre la defensa escandalosa del gobierno al ministro de Trabajo que tenía a su personal contratado en negro y les pagaba con acomodos en sindicatos intervenidos” (…) “Pero les interesa que el progresismo, la izquierda y los sectores populares hagan un debate “democrático” sobre el derecho a la represión “democrática” por parte de un gobierno “democrático” (…) “La sobreactuación en el caso del policía Chocobar fue llamativa. Apareció como una provocación para que la oposición reaccione con enojo. Y la frutilla del postre, la confirmación de la maniobra, fueron las declaraciones de Durán Barba. Todo parece una exageración y esa característica es la confirmación de que se trata de una maniobra, que por supuesto también tiene un objetivo específico en el caso de la muerte de Santiago Maldonado” (…) “El gobierno abre un nuevo flanco de confrontación. Se siente más seguro reivindicando la mano dura que defendiéndose de las protestas. No intenta aparentar que busca la unidad. Sale a provocar y a generar bronca. Faltan dos semanas para una gran movilización popular y trata de correr el eje de atención. Busca afectar esa convocatoria” (…) “Los medios abandonan el tema Triaca, el precio de la nafta y se centran en Chocobar, Durán Barba y Patricia Bullrich. Aunque lo critiquen, al Gobierno no le interesa porque en el tema de la mano dura lleva la ofensiva, mientras que en el socioeconómico está totalmente a la defensiva. La disyuntiva de la oposición es la contraria: redoblar la ofensiva en el escenario de los salarios, las jubilaciones, la inflación y las tarifas sin abandonar el nuevo flanco que abrió el Gobierno y no permitir que avance en esa línea de represión”.

En su edición del 7 de febrero, Página/12 publicó un artículo de Washington Uranga titulado “Cambiar la doctrina”. Escribió el autor: “El Gobierno…está haciendo del caso del policía Luis Chocobar un “leading case” con el inocultable propósito de “cambiar la doctrina”, según lo dijo explícitamente la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien además adelantó la intención de la alianza gobernante de “cambiar el Código Penal” en la materia” (…) “Está claro que el propósito del gobierno es validar socialmente la idea de la “mano dura” para que, una vez legitimada, se pueda utilizar tanto para quienes transgreden la ley con propósitos delincuenciales, como contra quienes ocupan una calle para reclamar por sus derechos. Sabe el oficialismo gobernante que, aunque de este modo no implique ninguna solución a los problemas de seguridad cada día más graves que afronta la sociedad ni mucho menos una respuesta a las demandas sociales, es una actitud que complace a un sector de los votantes de Cambiemos” (…) “Mostrando una disposición similar a la ya esgrimida cuando se produjo la desaparición de Santiago Maldonado, la ministra Bullrich se plantea como una aliada incondicional de las fuerzas de seguridad. Sin mediar ninguna consideración acerca de sus conductas y procedimientos. De esa manera, la funcionaria busca “fidelizar” a los uniformados para garantizar que le serán útiles para “todo servicio” y, al mismo tiempo, enviar un mensaje al personal de esas fuerzas: tienen vía libre para accionar y contarán con el respaldo del Poder Ejecutivo. “Cuenten conmigo, no los voy a dejar solos…en ningún caso”, parece decir la ministra” (…) “Sin dejar de lado que-sin responsabilidad propia-la mayoría de los cuerpos carecen de formación suficiente para hacer frente a la responsabilidad que implica portar armas para la seguridad ciudadana” (…) “Pero habría que advertirle también a la ministra que no es a ella a quien le compete, como parte del Ejecutivo, “cambiar la doctrina”. En democracia nos regimos por leyes aprobadas por el Poder Legislativo e interpretadas y aplicadas por los jueces. A los funcionarios les corresponde ejecutar las normas y acatar las disposiciones de la Justicia. Ni contrariar ni entorpecer la labor de los jueces” (…) “En democracia, las fuerzas de seguridad tienen por misión defender los derechos de los ciudadanos y de las ciudadanas. A los policías la comunidad les otorga un arma para garantizar la vigencia de los derechos de las personas y para que la usen en defensa de tales derechos. El primero de esos derechos es la vida. La vida de todas las personas, sin excepción ni distinción alguna. En este sentido, no hay “cambio de doctrina” posible y aceptable si seguimos adhiriendo a la democracia como sistema de convivencia”.

En su edición del 6 de febrero, Página/12 publicó un artículo de Baltasar Garzón titulado “La instrumentalización de la Justicia”. Escribió el autor: “El barón de Montesquieu nos dejó una de las construcciones jurídicas más grandes de la contemporaneidad. Consciente de la arbitrariedad de épocas precedentes, el genio de la Ilustración advirtió fabulosamente la necesidad de crear un equilibrio institucional, de manera que no se acumulara excesivo poder en las mismas manos y se evitara así que su ejercicio se tornara totalitario” (…) “Dentro de esa separación de poderes, el Poder Judicial se ha convertido probablemente en el más estratégico de los tres. Principalmente porque vigila el cumplimiento del Estado de derecho, siendo la salvaguarda de la legalidad, por encima de los otros poderes, dominados principalmente por unos partidos políticos enfrentados fratricidamente” (…) “Desde la formulación de estos servicios, se libra una guerra de dominación por parte del poder político sobre el judicial; contienda en la que el segundo ha desarrollado gestas memorables de resistencia frente al acoso constante de la fuerza política dominante en cada momento histórico. En muchos países hay dirigentes políticos que han comprendido que lo más democrático para preservar la defensa de la sociedad y de las víctimas es dejar al Poder Judicial que sea independiente y responsable. Así fue entre los años 2003 y 2015 en Argentina. Se podría decir que ha sido la primavera de la justicia en este gran país al que tan vinculado me encuentro y al que tanto quiero. Pero a esa primavera ha seguido el invierno más feroz, en el que se han develado demasiadas maniobras que estaban ocultas y que, agazapadas, estaban esperando el momento político más favorable para destruir lo conseguido” (…) “Las pasadas elecciones en Argentina llevaron al poder a una oposición que durante años ha ansiado la expulsión del rival de los centros de mando del país. Una ansiedad que quizás se ha tornado en cierto tinte de revanchismo” (…) “Sin embargo, en Argentina es alarmante que la revancha política esté utilizando como lanza al Poder Judicial, rompiendo así peligrosamente el equilibrio entre poderes que Montesquieu erigió como garantía inexcusable de toda sociedad democrática” (…) “Miembros de la anterior administración están soportando en algunos casos cientos de denuncias, normalmente por delitos contra la administración pública. En muchos casos se trataba de meras decisiones políticas que han terminado siendo objeto de la lupa punitiva, en una clara invasión judicial sobre meros criterios de oportunidad política” (…) “Pareciera como si se buscara el exterminio político de un grupo opositor a través de la justicia” (…) “Muchas de estas denuncias han activado una suerte de causa general que tiene dos elementos comunes denominadores que son tremendamente peligrosos: por un lado, la ruptura de la última ratio penal por una lógica de automatismo de admisión, y, por el otro, la absoluta omisión de la excepcionalidad de la prisión preventiva” (…) “En primer lugar, se han abierto causas por mero automatismo judicial renunciándose al filtro, esencial en el ordenamiento penal, del principio de la última ratio” (…) “En segundo término, en la mayoría de los casos se ha utilizado de manera generalizada una medida que es excepcionalísima en el derecho procesal penal moderno, la prisión preventiva, privando de su libertad a personas que no han podido defenderse y sobre las que no pesa ninguna condena” (…) “A lo anterior se une que en esta acción judicial sin precedentes se están reportando de manera continuada graves violaciones al debido proceso, como la privación de las defensas en el control de la prueba, impedimento a los abogados defensores del debido acceso a los expedientes, la vulneración de reglas de competencia en busca de órganos concretos, manipulaciones de los tiempos procesales para adecuarlos a eventos políticos, resoluciones arbitrarias de todo tipo, y además reclamos planteados por las defensas que han terminado en recursos extraordinarios ante la Corte Suprema de Justicia” (…) “Es necesario alertar que toda esta instrumentalización política se está gestando sobre un clima de desafección generalizada entre la ciudadanía. Desconectados de las instituciones aceptan sin necesidad de mucha justificación que hay que procesar al mayor número de cargos públicos. Es fácil alimentar el “¡algo habrá hecho!”. Una dinámica que deja a todos desprotegidos, no sólo al mismo pueblo que vitorea la contundencia procesal inmediata, sino a los que hoy la ejecutan y mañana pueden reclamar un trato justo cuando dejen su puesto y la ola de indignación ciudadana sea instrumentalizada políticamente contra ellos sin mesura alguna”.

En su edición del 5 de febrero, La Nación publicó un artículo de Mario Vargas Llosa titulado “La mejor manera de combatir la droga es legalizarla”. Escribió el autor: “La Comisión Global de Políticas de Drogas, que presidió el ex mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso y tiene ahora como directora a Ruth Dreifuss, ex presidenta de Suiza, está integrada por políticos, funcionarios internacionales, científicos e intelectuales de diversos países del mundo y lleva a cabo desde el año 2011 una valiosa campaña a favor de una política más sensata y realista en el dominio del narcotráfico y el consumo de estupefacientes que el de la mera represión policial y judicial” (…) “En los siete informes que ha publicado desde que se creó, sustentados en rigurosas estadísticas e investigaciones sociológicas y clínicas, ha mostrado de manera inequívoca la futilidad de combatir aquel flagelo con prohibiciones y persecuciones que, pese a los miles de millones de dólares gastados, en vez de reducir han aumentado vertiginosamente el consumo de drogas en el mundo, así como la violencia criminal asociada a su producción y distribución ilegales” (…) “El último informe, que acabo de leer, está dedicado a combatir, con argumentos persuasivos, la general percepción negativa y delictuosa que los gobiernos promueven de todos los consumidores de drogas, presentándolos como desechos humanos, propensos al delito debido a su adicción y, por lo mismo, amenazas vivientes al orden y la seguridad de las sociedades” (…) “Quienes han preparado este trabajo han hecho una cuidadosa investigación de la que sacan conclusiones muy distintas. En primer lugar, las razones por las que consumen “sustancias psicoactivas” son muy diversas, y, en gran número de casos, perfectamente justificadas, es decir, de salud. De otro lado, entre las mismas drogas hay un abanico muy grande respecto de las consecuencias que ellas tienen sobre el organismo, desde la heroína, con efectos tremendamente perniciosos, hasta la marihuana, que hace menos daño a los usuarios que el alcohol” (…) “Según el informe, los estigmas sociales y morales que recaen sobre las personas que usan drogas hacen mucho más difícil que se libren de ellas; el prejuicio que se cierne sobre ellas es asumido por las propias víctimas y esta autoculpabilidad agrava la necesidad de recurrir a esa artificial manera de sentirse en paz consigo mismos. Una de las estadísticas más elocuentes de este informe es que son proporcionalmente mucho más numerosas las personas que se emancipan de la drogadicción en las sociedades más abiertas y tolerantes con su consumo que en las que la represión sistemática es la política reinante” (…) “Aunque sean convincentes las razones que esgrime la Comisión Global de Política de Drogas para pedir que cesen los prejuicios y clichés que acompañan a cualquier tipo de drogadicción, mucho me temo que la única manera en que aquellos vayan cediendo será la descriminalización de los estupefacientes. Y que la represión sea reemplazada por una política de prevención y tolerancia. Desde luego que la legalización entraña peligros. Por eso, es importante que vaya acompañada de campañas activas que, como ha ocurrido con el tabaco, informen a los ciudadanos de los riesgos que representan, y políticas efectivas de rehabilitación” (…) “De hecho, la legalización acabaría con la criminalidad, que es la peor de las calamidades generadas por las drogas” (…) “Poco a poco, en todo el mundo, hay cada día más gente que, como promueve la Comisión Global de Política de Drogas, cree que la mejor manera de combatir la droga y sus secuelas delictivas es la descriminalización. Uno de los mayores obstáculos proviene, sin duda, como lo profetizó Milton Friedman hace muchos años, de que haya tantos miles de miles de personas que viven de combatirlas”.

En su edición del 4 de febrero, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“Las razones de la pelea de fondo entre Macri y Moyano”) y Pablo Sirvén (“El doble filo de los propósitos de Macri”).

Escribió Morales Solá: “Las cosas serían mucho más fáciles si la pelea de Mauricio Macri con el moyanismo fuera solo por la marcha sindical del 22 de febrero o para resaltar el contraste con un líder sindical desprestigiado. En el país de los piquetes y las manifestaciones, “qué daño nuevo le podrían hacer algunos sindicatos a un gobierno que otra vez quedaría como víctima” (…) “El enfrentamiento con el clan Moyano tiene dos tramas. Una es la judicial; ahí el líder de los camioneros cree que Macri puede hacer todo para frenar su calvario y Macri no quiere-ni puede-hacer nada. La otra se refiere a la influencia sindical en la conformación de un país distinto del que los argentinos conocieron en los últimos 70 años” (…) “El país actual está cerrado al exterior. Tiene su economía controlada por las corporaciones de gremios y de empresarios. El Estado cobra impuestos de dimensiones suecas para prestar servicios pobremente latinoamericanos” (…) “La probable solución impositiva para OCA, la obsesión (¿patrimonial?) de Hugo Moyano, llegó justo cuando las cosas se le agravaron en la Justicia. La AFIP asegura que no existe ni existió una solución política para OCA; fue simplemente la consecuencia de que un juez de Lomas de Zamora aceptó la apertura del concurso de acreedores de la empresa de correos” (…) “Un presunto interlocutor de Moyano le anticipó a Macri que el sindicato camionero podría discutir cláusulas de productividad si el Presidente hiciera que los jueces se olvidaran de Moyano. Solución imposible” (…) “Moyano se quedó solo en la CGT. No solo faltaron los grandes gremios a la reunión para proyectar la marcha del 22; tampoco fue casi ningún secretario general de los sindicatos que dicen estar cerca suyo” (…) “Hace pocos días, el representante de los gremios grandes en el triunvirato de la CGT, Héctor Daer, mostró su posición totalmente distinta a la de Moyano: “Debemos hablar con el gobierno para defender a los trabajadores”, dijo. Moyano ya había roto con Macri” (…) “Moyano se rodea de algunos sindicatos solo para disimular que su convocatoria del 22 no es una cuestión familiar” (…) “La encerrona judicial lo dejó a Moyano al lado de Hugo Yasky y de Roberto Baradel, dos sindicalistas de vieja devoción al kirchnerismo. Es la prueba de la desesperación de Moyano: ni él quiso nunca a Cristina Kirchner ni Cristina lo quiso a él” (…) “Moyano dijo una vez que el modelo económico que a él le gusta es el de José Ver Gelbard durante la tercera presidencia de Perón. No hay nada más viejo y más fracasado que el modelo Gelbard. Antes y después hubo gobiernos militares, radicales y peronistas, pero la Argentina sigue siendo uno de los países más cerrados del hemisferio occidental. El cristinismo fue solo el frenesí de ese modelo” (…) “Uno de los problemas cruciales para la apertura es el costo argentino. Y Moyano es clave en esa cuestión. Su sindicato está lleno de privilegios que consiguió luego de bloquear empresas con sus camiones” (…) “Sería injusto culpar solo a Moyano del costo argentino. La cartelización de precios de muchos productos es culpa de algunos empresarios, que podrán seguir haciendo eso mientras la economía no compita con el exterior” (…) “Esa economía antigua y mezquina es la que tiene al 40 por ciento de los trabajadores en situación informal: es decir, en negro. ¿Algún dirigente sindical levantó la voz alguna vez por los trabajadores que carecen de aportes jubilatorios, de obras sociales y hasta de salarios aprobados por paritarias? Ninguno, nunca” (…) “Esa es la mejor prueba de que a las corporaciones (y, a veces, también al Estado) solo les interesa preservar la grisura de un país mediocre”.

Escribió Sirvén: “Al Presidente le toca cargar con la mochila más pesada, no solo por conducir los destinos del país, sino porque al mismo tiempo es el principal comunicador de su gobierno” (…) “Lo demostró, nuevamente, en la semana que pasó con dos acciones ostensibles bien distintas, que buscan revertir ciertas distorsiones sociales: primero, puso en marcha un plan de austeridad en la política, luego de años de impúdicos despilfarros y, por otro lado, recibió al policía procesado que mató a uno de los ladrones que asaltó e hirió gravemente a un turista en La Boca, como gesto contundente de respaldo al accionar de las fuerzas de seguridad, que estuvieron sumidas en el limbo durante la era kirchnerista” (…) “El detonante de la primera acción presidencial mencionada se origina, paradójicamente, en el marco de una sucesión de hechos nada ejemplares producidos en torno del ministro de Trabajo, Jorge Triaca” (…) “La bandera plantada por el jefe del Estado tiene un efecto más simbólico que concreto, pero si se persiste en el intento, el ejemplo puede-debe-cundir en los otros dos poderes del Estado, también demasiado acostumbrados a gastar fortunas en sueldos, viáticos, asesores y una infinita cantidad de ítems más” (…) “De todos modos, la saludable consigna de ser más austeros no despeja por el momento dos interrogantes. El más serio, por cierto, es si este esfuerzo será suficiente y rendirá sus frutos o solo funciona como un intento de compensación para mantener a Triaca en el gabinete. Siguiente duda: cierta sobreactuación de la austeridad, ¿no actuará en algunos casos como un impedimento discriminatorio e injusto hacia aquellos parientes de funcionarios que no llegan por acomodo, sino porque por sus profesiones y conocimientos pueden resultar valiosos para cubrir determinados puestos?” (…) “Con respecto al apoyo de Mauricio Macri al policía Luis Chocobar se acentúa en el máximo nivel institucional la línea ya abierta por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al respaldar con vehemencia a la Gendarmería y a la Prefectura en ocasión de las desgraciadas muertes violentas de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, respectivamente” (…) “En un país tan presidencialista como el nuestro la voz fuerte del primer mandatario busca, en este caso, despabilar a la Justicia para que los delincuentes no tengan más derechos que los efectivos de seguridad y para que se ponga fin al flagelo de la puerta giratoria” (…) “Es necesario esclarecer si Chocobar tiró a matar o solo para reducir al delincuente que no acató su voz de alto, algo que no termina de aclarar el video que trascendió” (…) “De nada sirve que el péndulo se mueva del extremo garantista al extremo del gatillo fácil”.

En su edición del 3 de febrero, Página/12 publicó artículos de Luis Bruschtein (“La calle”) y David Cufré (“REM”).

Escribió Bruschtein: “Para los consumidores de medios oficialistas, la movilización convocada por Hugo Moyano es una movida para frenar las causas judiciales en su contra. Para los sindicalistas, las causas judiciales contra varios de ellos forman parte de la maniobra oficialista para ponerlos contra las cuerdas ante la inminencia de unas paritarias muy difíciles” (…) “En la campaña presidencial, Mauricio Macri se cansó de decir que no había nada más fácil que frenar la inflación. En los dos años que lleva en el gobierno, primero duplicó la que había durante los peores meses del kirchnerismo y después no ha podido bajarla” (…) “Su única preocupación está en bajar los salarios. En el mundo insólito del neoliberalismo, toda la economía se rige por las reglas “naturales” del mercado, menos los salarios, que tienen que ser estipulados por el empleador” (…) “El acto tiene motivos legítimos, nunca podría ser nada más que un capricho de Moyano. 2017 terminó en medio de grandes movilizaciones fuertemente reprimidas, negociaciones traicionadas, el saqueo a los jubilados, megadecretazos y la amenaza de la reforma laboral” (…) “Un capricho no tendría capacidad de convocatoria ni mellaría la interna de la CGT, ni formaría parte central del fenómeno del realineamiento que se está produciendo en la oposición” (…) “Los medios oficialistas dicen que las causas judiciales no forman parte de la estrategia del oficialismo para hostigar a los sindicatos. Pero las investigaciones de la Unidad de Información Financiera (UIF), sobre las que se basan las denuncias, son todas contra dirigentes de la oposición, políticos o sindicalistas. No hay una sola investigación sobre las decenas de denuncias contra funcionarios y empresarios amigos del gobierno, a los que se les descubrieron cuentas y empresas en paraísos fiscales” (…) “Toda la actividad de la UIF está enfocada contra opositores. Y todas caen en el momento indicado, en este caso se persigue al sindicalismo ante la inminencia de las paritarias” (…) “Esta rigurosa sincronía de la UIF con los intereses y las estrategias políticas del gobierno la presenta como una herramienta de la Casa Rosada, tipo Gestapo, una especie de policía política, encargada de perseguir opositores” (…) “La utilización de la UIF como policía política, que incluso alimenta las campañas de los medios oficialistas contra opositores, mide la bajísima calidad institucional de esta república de empresarios” (…) “La ofensiva judicial tampoco se dio en forma aislada sino como parte integral de una acción en varios frentes. Al mismo tiempo que se producían las acusaciones y los medios corporativos hacían un gran despliegue con ellas, el Gobierno anunciaba su intención de poner un techo a las paritarias” (…) “El último mes del año pasado puso al peronismo en estado deliberante. La brusca caída de la imagen presidencial, las fuertes movilizaciones contra la reforma previsional y la falta de resultados de la política económica despertaron el olfato de gobernadores, intendentes, legisladores y jefes sindicales. Las líneas opoficialistas se debilitaron y comenzó a hablarse con fuerza de la necesidad de reunificar al peronismo. Se intensificaron las reuniones, las declaraciones, las consultas y realineamientos” (…) “Poco a poco, Macri va perdiendo la paz que le proporcionó su control de los grandes medios corporativos y de un sector de la Justicia. En el oficialismo también se empezó a hablar del 2019. Las fotografías no sirven a la política argentina. El escenario de octubre cambió en diciembre. Las reelecciones de Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal están en esas discusiones” (…) “La pelea con Moyano se produce en ese tembladeral de la escena política. “Cristina Kirchner se encuadra en el peronismo”, fue la respuesta del camionero cuando se le preguntó por la ex presidenta y un eventual proceso de unidad en el peronismo” (…) “Las movilizaciones de rechazo a la reforma previsional constituyeron un impulso de confluencia para los legisladores de la oposición. Esta movilización se plantea como un nuevo aglutinador de las vertientes del peronismo y de sectores de la oposición no peronistas. La calle va forzando los procesos de confluencia en la oposición, derribando obstáculos que parecían insalvables” (…) “Con prácticas extorsivos en el Congreso y con los gobernadores, con el copamiento de sectores del Poder Judicial, con la asfixia a los medios disidentes y la persecución judicial a los opositores, el Gobierno fue socavando vías institucionales de participación y expresión democrática. Como en otros momentos de la historia argentina, la calle resurgió como ágora del pueblo, ámbito de expresión democrática en última instancia que reemplaza lo que se ha roto. El protagonismo de la calle en la escena política es el síntoma de que se han cerrado otras vías. Es un síntoma de crisis y una señal de alarma. Y la historia enseña que el lenguaje de la calle como foro del pueblo no puede dejar de ser escuchado por la oposición ni por el oficialismo: el que no lo escucha, pierde”.

Escribió Cufré: “El segundo día hábil de cada mes el Banco Central publica un informe que se conoce mayoritariamente por su sigla: REM. El Relevamiento de Expectativas de Mercado contiene proyecciones de las principales variables económicas de un grupo de consultoras y bancos de la city porteña, en su enorme mayoría identificados con las políticas del Gobierno” (…) “Son todos referentes del pensamiento dominante en la agenda nacional…constituyen la voz cantante sobre lo que hay que hacer o dejar de hacer con la economía, más allá de lo acertado o errado de sus recomendaciones” (…) “En total son 61 entidades, incluidas dos universidades, las del Salvador y la Nacional de San Martín. Con esa participación, la representatividad del REM está fuera de discusión para el establishment local y para organismos multilaterales como el FMI, la OCDE o el Banco Mundial. El propio Banco Central le dedica especial atención a las proyecciones que figuran en el documento. Y en particular, a la de inflación. Por esa razón, el dato publicado ayer dejó expuesta una grieta insalvable entre la pretensión del Gobierno de imponer un techo a las paritarias del 15 por ciento, sin cláusula gatillo si la inflación rebasa esa meta, y la realidad en materia de precios que se vivirá en 2018. Lo que dijeron los analistas amigos del Gobierno es que el IPC terminará este año en 19,4 por ciento, dos puntos por encima de su pauta anterior. Esta cifra expone de manera transparente la rebaja salarial que busca forzar la Casa Rosada para este año. Los sindicatos que no resignen la batalla por el resguardo del poder adquisitivo de los sueldos tienen desde ayer en el REM un dato fundamental” (…) “El anterior relevamiento del BCRA había arrojado como proyección de inflación para 2018 un 17,4 por ciento en la mediana de las respuestas, es decir, el valor medio de los pronósticos entregados. Dicho de otro modo, significa que la mitad de los participantes consideraba que el IPC quedaría por arriba de esa cifra y la otra mitad, por debajo. Ese valor de por sí ya superaba la meta del 15 por ciento que anunció el 28 de diciembre el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con una corrección de 5 puntos sobre el objetivo previo de 10 por ciento que había fijado el Banco Central” (…) “La suba del 13 por ciento en el tipo de cambio (17,54 pesos a comienzos de diciembre a 19,83 pesos en este momento) repercute en una extendida variedad de bienes industriales con insumos dolarizados y en alimentos con precios igualados entre el mercado interno y el internacional desde que se dispuso la quita de retenciones que amortiguaba las disparadas del billete verde. La suma de esos elementos terminó moviendo con fuerza la nueva proyección de inflación en el REM. Fue la novena revisión consecutiva al alza para el período, según reconoce el propio documento del BCRA, hasta dejarla en 19,4 por ciento” (…) “El sesgo oficialista de la mayoría de los economistas y bancos que entregan sus pronósticos es evidente. Tal vez por esa razón o por presiones que la entidad que preside Sturzenegger ejerce sobre los participantes-muchos de ellos suelen acceder a valiosos contratos de asesoría a dependencias del Estado-, las estimaciones del REM vienen siendo más bien amigables con el Gobierno. Desde que se dispuso esta encuesta de expectativas de mercado-el kirchnerismo la había discontinuado en 2012-, las proyecciones estuvieron invariablemente por debajo de los números que luego marcó la realidad” (…) “Es decir que si los sindicatos prestan atención a lo que sostienen los amigos de la Casa Rosada tienen que agregar algunos puntos a su reclamo en paritarias para no quedar atrasados con respecto al alza de precios” (…) “Por ser un informe validado por el Banco Central, que hasta lo utiliza como insumo para definir su política monetaria, dado que mueve las tasas de interés en función de las expectativas de mercado, el REM es un elemento valioso para las negociaciones paritarias. También refuerza el argumento de que como mínimo el arreglo salarial debe incluir una cláusula gatillo en relación a la inflación. Diego Schleser, analista del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (Cetyd), marca en un paper reciente la dispersión de las respuestas que existe en el REM. Esto demuestra que no es fácil acertar el número del año, con lo cual los sindicatos tienen derecho por lo menos a cubrirse con esa cláusula gatillo que el año pasado impulsó el propio Gobierno. No hacerlo significa un reconocimiento de antemano a arriesgarse a una pérdida real de los ingresos de los trabajadores. Al Gobierno está claro que no le importa y que incluso, la rebaja salarial constituye en este momento su principal estrategia para lograr la anhelada “desinflación”. Habrá que ver cuál es la actitud de los sindicatos. Por lo pronto, en las cifras del REM tienen un buen aliado para sustentar sus reclamos salariales”.

En su edición del 2 de febrero, Página/12 analizó la decisión del presidente de recibir en la Casa Rosada al policía procesado por homicidio por matar por la espalda a un asaltante en La Boca. Escribió el matutino: “Mauricio Macri realizó hoy un acto que no tiene antecedentes en democracia. Como presidente de la Nación recibió a un policía procesado por “excesos en la legítima defensa”. Se trata del policía Luis Chocobar, quien intervino, vestido de civil, tras el asalto a un turista norteamericano, y le disparó por la espalda a uno de los agresores, mientras huía” (…) “Chocobar llegó vestido con su uniforme a la Casa Rosada y subió al despacho presidencial, donde Macri lo recibió junto con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su par bonaerense, Cristian Ritondo. Allí reconoció su “valentía”, y se fotografió con el procesado, foto que, poco después, subió a las redes sociales. “Quería ofrecerle todo mi apoyo, decirle que lo acompañamos y que confiamos en que la justicia en otra instancia lo liberará de todo cargo, reconociendo su valentía”, señaló el jefe de Estado, quien remarcó que el policía “defendió al turista en La Boca” (…) “Ayer, después de la reunión, Macri tuiteó: “Hoy recibí a Luis Chocobar en la Casa Rosada. Quería ofrecerle todo mi apoyo, decirle que lo acompañamos y que confiamos en que la justicia en otra instancia lo liberará de todo cargo, reconociendo su valentía”. Con otra instancia se refería a una próxima apelación ante la Cámara con la intención de dar vuelta el procesamiento” (…) “En simultáneo, también desde su cuenta de Twitter, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, decía “Junto al Presidente recibimos al policía Luis Chocobar que salvó a un turista de la muerte. Actuó en cumplimiento de su deber de Policía y así debe ser interpretado. Queremos defender a los Policías que cuidan a la gente y no que terminen acusados o presos” (…) “El encuentro del primer mandatario con el policía procesado se dio a exactos seis meses de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado en Chubut durante un operativo represivo de Gendarmería Nacional que el Gobierno siempre reivindicó” (…) “Cuando los funcionarios tomaron contacto con el periodismo, Bullrich sostuvo que “nosotros lo vamos a ayudar en la defensa legal, tanto nosotros como la provincia de Buenos Aires. Hemos tomado contacto con el juez para analizar los contactos”. Una periodista allí presente entonces le preguntó: “¿No se trata de una presión del poder político sobre el judicial?”. “No-contestó Bullrich-. Porque lo que vamos a dar es una defensa legal, que es poner abogados para que den un punto de vista alternativo al que tuvo el juez. Y también hay una Cámara. Lo importante es que damos vuelta la realidad. Hemos dado vuelta lo que pasaba acá, los victimarios parecían las víctimas, en nuestro Gobierno hemos revertido esto, tanto en las fuerzas como en la sociedad” (…) “La polémica se desató porque a las declaraciones oficiales le respondieron especialistas y público. La abogada del Cepoc y autora de “Masacre en el Pabellón séptimo”, Claudia Cesaroni, sostuvo…que “hace 6 meses el Estado provocó la muerte de Santiago Maldonado, y en vez de tuitear sobre eso, tenemos que andar recordando que un policía que asesina por la espalda y a una persona que huye, no es un héroe, sino el autor de un delito gravísimo, un homicidio calificado”. Y también, “quiero recordar, con toda humildad, que en nuestro país no existe la pena de muerte. Y si alguien supuestamente roba a otra persona, incluso si la lastima, debe ser detenida y si corresponde, condenada. No asesinada, y menos por la espalda cuando está huyendo. ¿Se entiende?”.

En la misma edición, Página/12 publicó artículos de Horacio Cecchi (“Una mano extendida hacia el delito”) y Miguel Jorquera (“El nuevo enemigo público”).

Escribió Cecchi: “La gestualidad es interpretable. Se debe interpretar, sobre todo cuando se trata de política, donde los hechos suelen correr más o menos separados de las palabras. Mucho más con este gobierno. Ayer, Macri hizo uso de la gestualidad. El momento, el espacio, las coincidencias, el discurso. Recibió a un policía en la Casa Rosada, le tendió la mano con una sonrisa” (…) “Acá, simplemente, se trata de la gestualidad de Macri hacia fuera, desde dentro de la Casa Rosada pero hacia fuera. A la sociedad. A los policías. A los jueces. El policía, en ese caso, es un objeto de esa gestualidad” (…) “En qué consiste la gestualidad, qué dice: ayer se cumplieron seis meses desde que Santiago Maldonado murió/desapareció durante una persecución de gendarmes enviados a reprimir a tiros. A su familia no sólo no le tendió la mano, ni la invitó a la Rosada, sino que la situó en el bando contrario. La confrontó. No solo no hubo apoyo sino que en la línea de las dos muertes, la de Santiago y la de Pablo Kukok, el adolescente de 18 años baleado por el policía, ambas víctimas fueron ubicadas en la misma vereda” (…) “Lo que dice Macri es que los asaltantes recibirán balas, la muerte” (…) “Lo que dice Macri es que a los que roban (de los otros) no importa si se los mata, y a los que desafían su política, tampoco importa. Ambos, son enemigos. Eso es lo que cunde socialmente y eso es lo que mejor hace este gobierno, inflamar esos odios ciegos y desmemoriados, y recostarse sobre ellos para obtener réditos. Ningún gobierno resistiría si enfrentara el juicio de la sociedad sin circo (el pan está carísimo y el fútbol se cobra, así que el odio debe insuflarse todo el tiempo, es la caldera de su motor)” (…) “¿Qué dice el Presidente de la Nación cuando sostiene que “lo vamos a ayudar” y cómo escucha esa propuesta de ayuda el juez de la causa? ¿Le será fácil leer la letra de la ley y disponer a su libre albedrío? ¿Se puede sentir liberado el juez cuando Macri apunta a que “hay Cámaras” con lo que está diciendo que encima del juez hay una apelación a un tribunal superior? ¿Se podrá pensar que el presidente ya conversó con los camaristas o es que se abstuvo para sostener la independencia de poderes? ¿Se puede suponer que el presidente Macri sospeche por algún motivo desconocido, que la justicia es independiente? ¿Se puede entender cómo parte de la sociedad puede creer que Macri defienda la independencia de la justicia, si no es que esa parte esté cegada por el odio? Porque es una burla en sus narices. O tal vez se pueda entender que ese soporte social está simplemente desinteresado” (…) “Y dijo más. Le dijo a los otros policías, los otros dispuestos a quedar expuestos como Luis Chocobar: recibir un arma no exige preparación; si reciben preparación es para matar y no para persuadir; si quedan expuestos el Estado los va a proteger; se les va a poner abogados de la misma fuerza policial para discutir las leyes que ellos supuestamente deberían proteger; les dijo que las leyes no son para cumplir y los jueces no son para obedecer, a los jueces se los convence de una manera o de otra, para que sean independientes pero no del sentido común del presidente, que ya se ve hacia donde apunta”.

Escribió Jorquera: “En sintonía con el anhelo del presidente Mauricio Macri, Cambiemos oficializó una ofensiva parlamentaria para reclamar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la “remoción” de Raúl Eugenio Zaffaroni como integrante de ese tribunal internacional. La alianza oficialista presentó un proyecto de resolución en la cámara de Diputados contra el ex juez de la Corte Suprema por “su manifiesta inhabilidad moral, su actuación partidista incompatible con sus funciones y su reiterada desvalorización de los principios democráticos”. En sus fundamentos, el diputado macrista Fernando Iglesias califica como “golpistas” las declaraciones de Zaffaroni en la que expresó el “deseo personal” que Macri “se fuera lo antes posible para que haga menos daño” (…) “Para comprender la gravedad de sus dichos, baste recordar que es desde 1928 que en la Argentina ningún presidente de afiliación no peronista ha logrado terminar su mandato constitucional, contándose desde entonces seis destituciones a través de métodos golpistas aplicados contra los presidentes (Hipólito) Yrigoyen, (Ramón) Castillo, (Arturo) Frondizi, (Arturo) Illia, (Raúl) Alfonsín y (Fernando) De la Rúa”, afirma Iglesias en un párrafo de su extensa fundamentación, sin mención alguna a los sangrientos golpes de estado que derrocaron a los gobiernos peronistas” (…) “El proyecto solicita a la “Organización de los Estados Americanos (OEA) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la remoción de Zaffaroni del cargo de juez de la CIDH”, y apela a que el Gobierno “arbitre todos los medios legales y constitucionales a su alcance para lograr ese objetivo” (…) “La designación de un juez de la última dictadura argentina en la Corte Interamericana fue contraria al sentido de protección de los derechos humanos de la propia Corte. Posteriormente, las conductas inapropiadas del doctor Zaffaroni y su desprecio por la democracia evidenciado en sus últimas declaraciones son motivos más que suficientes para que sea removido del cargo”, explica Iglesias en el comunicado difundido por el PRO” (…) “El ex lilito repasa las denuncias contra el ex juez de la Corte Suprema, cuestiona su calificación de “desaparición forzada” de Santiago Maldonado en medio de la represión de la Gendarmería contra la comunidad mapuche en Esquel y sus críticas sobre la actuación del ex fiscal de la AMIA, Alberto Nisman, cuyo “asesinato” el diputado PRO asocia a la acusación que el fiscal hizo contra la ex presidenta Cristina Kirchner por el supuesto “encubrimiento” del atentado a través del “memorando con Irán” (…) “Aún más grave e incompatible con sus funciones es la actuación partidaria de Zaffaroni”, continúa el ahora diputado macrista. También cuestiona las “observaciones impropias (de Zaffaroni) sobre el código penal, la descalificación de las políticas económicas del actual gobierno, y los llamados a la “resistencia no violenta” de las acciones judiciales contra ex funcionarios kirchneristas acusados de corrupción”. “Las califica de “persecución política” y sostiene que son “parte de una serie de shows judiciales y procedimientos de tipo mafioso”, sentencia Iglesias”.

En su edición del 2 de febrero, La Nación publicó un artículo de José Del Río titulado “El futuro económico que imagina Macri”. Escribió el Autor: “El populismo infectó todo, pero lo vamos a revertir”. La frase se le escuchó al Presidente en una reunión que tuvo con su mesa chica” (…) “Afuera nos ven como una apuesta segura y acá se critica hasta el aeropuerto de El Palomar. Es una minoría intensa, pero minoría al fin que siempre está buscando ver lo negativo. Los argentinos saben que el avión estaba a punto de chocar y ahora levanta vuelo”, aseguró a sus allegados en su oficina en la quinta de Olivos” (…) “Es imposible ser negativos con todas las oportunidades que existen. Al modelo australiano no se llega en dos años, pero se llega. Solo hay que tener paciencia”, afirmó” (…) “Su diagnóstico tiene varios fundamentos. “Somos unos bendecidos. El mundo demanda energía eólica y tenemos los mejores vientos en la Patagonia. Se busca litio y nuestra puna tiene todo par crecer. La producción de shale gas y de energía solar sigue avanzando y el turismo será sin dudas la gran locomotora del país”, azuzó ante la mirada escéptica de sus convidados. “La economía real girará sobre estos ejes y no sobre los que mueven hoy la agenda de los medios”, graficó a sus interlocutores” (…) “El turismo será nuestra principal locomotora. Las cataratas, el glaciar, el vino y hasta la mejor forma de llegar a la Antártida que es vía Ushuaia los tiene la Argentina”, se entusiasmó en otro encuentro en Olivos” (…) “No puedo creer que se pongan palos en la rueda a El Palomar cuando claramente mejorará la economía en toda la zona y de varias localidades del país. Además ya fue utilizado varias veces cuando se reparó Aeroparque”, graficó a sus allegados” (…) “Hay otro debate que lo tiene cansado y que asegura que ya debería haberse cerrado. “El modo de estar aislados del mundo nos dejó al borde del abismo y ya no habrá marcha atrás. Pero para ello es necesario terminar con ciertas dosis de corrección política”, les dijo a sus allegados” (…) “También está el caso de los cuestionamientos por los niveles de deuda. “Quienes critican la emisión de deuda son los primeros en reclamar ante cualquier recorte que se hace en el estado. La caja es una sola, pero es imprescindible entender que hay cuestiones que debemos cambiar si queremos escapar de la economía pendular”, se le escuchó decir. “El endeudamiento tendrá límite, pero también el gasto, y eso hay que saberlo”, subrayó en su encuentro en Olivos” (…) “El dólar está en su agenda, pero no de la manera que la mayoría piensa. “El peso se va a apreciar. Si no fuera por el turismo emisivo y por las importaciones de maquinaria, hoy el dólar estaría mucho más bajo”, graficó a sus allegados” (…) “El aumento de tarifas también está bajo su lupa. “La luz, el gas y el agua estaban muy lejos de lo que cuestan en el mundo. Hoy estamos más cerca de Chile, Uruguay y Brasil, pero sé del esfuerzo que eso genera. Lamentablemente, era imprescindible”, le comentó a uno de los dirigentes de mejor llegada” (…) “De la ciencia también tiene su diagnóstico. “Hay científicos que investigan para conocimiento de la sociedad y otros que lo hacen para satisfacer su curiosidad a costa del contribuyente”. La frase se la escuchó a uno de sus ministros. Es justamente ese funcionario el que aseguró que la prioridad del Estado girará en torno a conseguir nuevas patentes y lograr avances en materia de salud que sirvan a la población” (…) “La situación de vivir aislados “demostró que nos fue para el demonio” y por eso la reforma laboral aparece como otra de las prioridades para ser competitivos en el mundo” (…) “En el gobierno sostienen que es el kirchnerismo el que intenta asociarla con la flexibilización y que el objetivo es competir con los grandes mercados del mundo en la nueva generación de puestos de trabajo” (…) “El paradigma del empleo cambió en todo el mundo. Acá hay que pensar el modelo para generar trabajo para la gente porque tenemos que cuidarnos entre nosotros”, se le escuchó decir” (…) “La idea de los decretos de necesidad y urgencia como mecanismo de gestión aseguran en el gobierno que será la excepción. “Necesitamos terminar con decretos del gobierno militar que no tenían sentido alguno y avanzar también en la desburocratización de una buena vez”, sumó otro de los integrantes del gabinete en el marco de una semana cargada de encuentros”.

En su edición del 1 de febrero, Clarín publicó un artículo de Vicente Palermo titulado “El poder político del Presidente”. Escribió el autor: “En un sistema presidencialista, la autoridad del Poder Ejecutivo descansa en el Presidente y sólo en el Presidente. Conforme a la constitución vigente, de 1994, ni siquiera el Jefe de Gabinete de Ministros, más allá de la lábil intención legal, limita el poder presidencial. En última instancia, la responsabilidad es suya y sólo suya. Pero este poder formal es poco o mucho dependiendo de otro factor crucial: el activo político” (…) “El activo político presidencial, enraizado no en las leyes sino en dimensiones elusivas pero relevantes (resultados electorales, respaldo de la opinión pública, expectativas sociales), toma de posiciones de diferentes actores, respaldo de la base política propia, diplomacia presidencial, etcétera. Autoridad del presidente y activo político presidencial se conjugan para definir los márgenes de acción: el poder político del presidente” (…) “Hay muchos modos de acumular o despilfarrar los márgenes de acción presidencial que dependen de la autoridad legal y del activo político” (…) “Cuando hay crisis que amenazan el poder presidencial los presidentes deben evaluar qué hacer y eso depende de la calidad de su liderazgo” (…) “Hay, en esencia, dos fórmulas en estos casos. Son “cortar por lo sano” y “vienen por mí”. “To cut losses”, en la jerga politológica supone una decisión desagradable: pagar un precio elevado para evitar costos mayores. Vienen por mí es lo contrario: no ceder, aunque se defienda algo malo, porque si se cede no se podrá evitar que la caída arrastre consigo la autoridad presidencial” (…) “Tenemos, así, un interesante contraste: Alfonsín se dispuso a pagar un elevado precio (la renuncia de Mazzorín) para evitar costos mayores en un caso e hizo lo opuesto en el otro: se resistió a entregar la cabeza de Grinspun, por mucho que este estuviera fallando en su gestión, seguro de que si lo hacía abría la puerta a un serio deterioro del poder presidencial. En ambos casos estuvo presente el liderazgo apropiado” (…) “Pero se trata siempre de una lectura incierta, de conjeturas, de intuición política, lo que está detrás de las decisiones correctas. Estas nunca son técnicas, ni mucho menos obvias. Las conclusiones que se pueden alcanzar en relación al caso reciente, el del ministro Triaca, las puede sacar el lector. Todo indica que el actual presidente aplicó el diagnóstico “vienen por mí”: si concedo pierdo autoridad presidencial. Ojalá haya estado en lo cierto”.

En su edición del 1 de febrero, Página/12 publicó un artículo de Eduardo Barcesat titulado “Otra respuesta a Carlos Zannini”. Escribió el autor: “Un notable exponente del denominado realismo jurídico escandinavo, el profesor Alf Ross, enseñaba su concepción sobre la naturaleza del derecho desplegando un tablero de ajedrez y sus fichas e invitando a un alumno a jugar una partida. A poco de iniciada, Alf Ross, ante la sorpresa y consternación del alumno, movía mal una ficha con el deliberado propósito de obtener una situación ventajosa. A partir de allí preguntaba a los alumnos: ¿por qué está mal mi movida? Las primeras respuestas eran positivistas; es decir, que la movida era contra las reglas establecidas del juego de ajedrez. La respuesta no era incorrecta, pero sí insuficiente. A poco de seguir el diálogo con los alumnos surgía la respuesta que el maestro esperaba: “…es que si no se respetan las reglas del juego, éste no tiene sentido…el derecho debe ser internalizado en conducta y vivido como socialmente obligatorio”. Años después, otro gran maestro del derecho y la ciencia política, Norberto Bobbio, recurrió a la analogía con el juego de ajedrez, explicando que nadie gana siquiera un modesto torneo barrial de ajedrez con sólo conocer el tablero y los movimientos de los trebejos. Es menester conocer de aperturas, juego medio, y finales, para aspirar a un mejor desempeño. A ese conocimiento Bobbio lo designaba “reglas estratégicas de poder”. Y muy enfáticamente, Bobbio destacaba “…pero ninguna estrategia de poder puede construirse sobre el quiebre de las reglas de juego”. Como bien ha señalado Carlos Rozanski, estamos en una situación en que se quebrantan las reglas del juego, lo que hace que la función judicial sea imprevisible e inentendible. Las prácticas jurisdiccionales se han convertido en un espectáculo de magia, donde de la galera del mago salen, tocándola con su vara, a su voluntad e indistintamente, conejos, aves, pañuelos, flores, etc. Estamos atravesando, con este gobierno, una etapa ficcional, el mundo de cómo si. Como si hubiere Estado de Derecho, con división de poderes y obediencia a la supremacía de la Constitución Nacional (art. 36). Como si el Poder Judicial de la Nación fuere el garante último y supremo de los derechos y garantías que integran la Ley Suprema de la Nación. Como si la economía funcionara y se estuviere atravesando una etapa de esplendor para todos los argentinos, y no de, por, y para, los pocos del privilegio”.

En su edición del 31 de enero, La Nación publicó un artículo de Marcos Novaro titulado “Los vicios políticos que carcomen al estado”. Escribió el autor: “Hay una vieja idea que circula tanto en el debate público como en la academia argentina según la cual somos un país estatista, “estadocéntrico” se ha dicho desde el análisis político: a todos los problemas les encontramos solución creando un área de la administración para que ella se ocupe. ¿Es, como decía Tocqueville de los franceses de su tiempo, porque confiamos en los gobernantes antes que en nosotros mismos?” (…) “En verdad, no confiamos para nada en los gobiernos y sería más correcto decir que somos “politicocéntricos” más que estatistas: todo problema es ocasión de un conflicto, del que quienes gobiernan esperan poder sacar ventajas sobre sus competidores creando un nuevo séquito de dependientes, para seguir en funciones, y los opositores tratan de hacer lo mismo en su provecho, para promoverse y desplazarlos. Y el Estado entonces deja de ser un instrumento autónomo de gobierno, es ante todo la arena de esa lucha facciosa” (…) “Este rasgo se agudizó sin duda en los años del kirchnerismo, que llevó a su máxima expresión la curiosa fórmula “gobernar es gastar y confrontar” e hizo un uso del Estado tan intenso en estos dos aspectos que terminó por dejarlo exhausto, desfinanciado y por completo sometido al faccionalismo” (…) “Otra idea que está muy difundida es que el problema del Estado se origina en malas conductas de las elites. Porque son ellas, en particular las elites políticas, las que hacen un mal uso de aquel, sacan provecho para sí en vez de hacer servicio público; en suma, se comportan como una casta y no como representantes” (…) “En parte esto es cierto, pero el fondo de la cuestión es mucho más complicado porque toda sociedad tiene una idea y actitudes bastante poco “públicas” y más bien facciosas acerca del uso y de los beneficios que le corresponden o espera sacar del aparato estatal” (…) “La iniciativa oficial anunciada por Macri para controlar el gasto político, combatir el nepotismo y demás ¿es un paso en la dirección correcta para empezar a resolver estos problemas y encarar en serio la reforma de nuestro Estado?” (…) “En principio parece una idea oportuna y una buena forma de retomar la iniciativa después de varios barquinazos y bastante dilación en la materia, pero poco más que eso. No ataca las cuestiones estructurales” (…) “Porque reformar y modernizar el Estado llevará años” (…) “Pero para que opere como ese puntapié inicial, tanto el Ministerio de modernización como el resto del Ejecutivo y la Presidencia deberían ser mucho más activos y claros en sus metas. Decir que esperan que su ejemplo sea imitado suena a mera expresión de deseos y autopromoción como “somos el modelo a seguir”. Y para que lo sean en serio sería conveniente que se revisara, por ejemplo, cómo se realizan las designaciones de la administración nacional en cargos especialmente sensibles” (…) “En principio la gestión de Macri es cierto que buscó desactivar estas prácticas, que el kirchnerismo había inflado exponencialmente; aunque con el tiempo parece que le encontró provecho para salir del paso en muchas áreas que no sabe muy bien cómo hacer que funcionen. El resultado esperable no es mejor que el de todas las demás gestiones previas que hicieron lo mismo” (…) “La situación en el Estado no va a mejorar porque haya algunos altos cargos prescindibles y unos cuantos parientes y entenados menos. Lo que hace falta es que se empiece a infundir un espíritu de servicio público de donde se lo fue borrando desde hace décadas y se lo reemplazó por patrimonialismo, partidismo y desidia. Y para lograrlo no va a alcanzar con un puntapié ni con dar el ejemplo, hacen falta reglas claras y de cumplimiento verificable. Y convencer a la sociedad de que vote por eso y no por seguir pujando para sacar una tajada más grande de un Estado cada vez más calamitoso”.

En su edición del 30 de enero, Página/12 publicó artículos de Mario Wainfeld (“Chas, chas a los CEO”) y Miguel Jorquera (“Objetivo de fondo”).

Escribió Wainfeld: “El oficialismo acordó con la oposición que el blanqueo legal de capitales no se extendería a las familias de funcionarios. El presidente Mauricio Macri retractó su palabra por decreto: su familia recibió el beneficio de que hizo intenso (ab)uso” (…) “El gobierno prometió que no habría leyes de reforma jubilatoria y laboral sino retoques homeopáticos. Mintió también, ya lo sabemos” (…) “El jefe de Gabinete, Marcos Peña, juró que la planta de la empresa estatal Fanazul no sería tocada. Sucedió durante la primavera electoral. La fábrica se cerró al comienzo del verano de macrismo explícito” (…) “Esos datos, los más frescos entre muchos, fuerzan a tomar con pinzas los anuncios realizados por Macri” (…) “La minirreforma del estado “por arriba” deberá juzgarse por sus frutos, no por el discurso” (…) “La medida trata de revertir las malas nuevas que le prodigan a la Casa Rosada las encuestas y hasta editoriales de los medios aliados” (…) “El macrismo acrecentó el aparato estatal añadiéndole una parva de ministerios, secretarías, subsecretarías. Y una caterva de funcionarios “sueltos” con remuneraciones equivalentes a las más altas de la función pública” (…) “El congelamiento de salarios para los puestos más importantes tendrá buena recepción de la tropa periodístico-cultural propia y tal vez en amplios sectores de opinión pública. Es más que dudoso que afecte los intereses tangibles y los ingresos reales de la elite oficial” (…) “No viven de su sueldo ni acrecientan sensiblemente su patrimonio con él. Otras dos son las claves del enriquecimiento de la Ceocracia. La primera es el sesgo de las políticas públicas, favorable a sectores concentrados de la economía, aquellos a los que pertenece la flor y nata del funcionariado M. la segunda es el llamado conflicto de intereses, el modo de nombrar los beneficios que tantos funcionarios arriman para el propio molino: el correo, las patronales agropecuarias, la Shell, el sector financiero, numerosos etcéteras” (…) “La exclusión de parientes de ministros que ocupan cargos tiene un barniz ejemplarizador. Generalizarlo en exceso puede ser injusto con personas que tienen capacidad y competencia para ejercerlos. De cualquier modo, mejorará en el corto plazo la reputación oficial, pero no es la clave de la movida” (…) “Mil quinientos millones ahorrados, un millar de cargos suprimidos aparentan ser muchos. De nuevo: será menester contarlos y desbrozar por dónde pasa la tijera” (…) “En cualquier caso, si se mira al conjunto, el ajuste VIP será irrisorio respecto del total de cantidad de personas prescindidas y del “ahorro” presupuestario. Constituye, apenas y nada menos, una señal para justificar las cesantías que ya se están produciendo en los gobiernos nacional y bonaerense, sus empresas y reparticiones…en los medios públicos miles de personas son despedidas sin discursos edificantes del Presidente, sin palmaditas en el hombro. A menudo sin notificaciones legales, con una “coreo” que incluye la presencia amenazante de fuerzas de seguridad” (…) “Sisar por arriba es, como cuadra al programa de Cambiemos, una coartada para podar o talar por abajo, dejando en la calle a miles de argentinos, gente común” (…) “Pertenecer a la clase dominante conlleva privilegios. Revistar en la clase trabajadora es muy otra cosa”.

Escribió Jorquera: “La anticipada decisión del presidente Mauricio Macri de reducir un 25 por ciento los cargos jerárquicos en el Ejecutivo nacional que creó su propia gestión escondería otros propósitos: “La reducción del estado y los despidos como mecanismo de consolidación del proyecto de Cambiemos”. “Enmascarados detrás de la reducción de cargos jerárquicos y con el aditamento socialmente ponderado de la imposibilidad de nombramientos de familiares, la verdadera voluntad del Ejecutivo resulta ser la reducción del personal contratado y la eliminación de programas, en general, de perfil y abordaje territorial”, afirma un dossier del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) al que accedió Página/12, en el que sostiene que el objetivo declarado del Gobierno es eliminar “gradualmente” unos 70.000 contratos temporarios que se renuevan todos los años” (…) “Dos meses negros para los trabajadores estatales”, dice el informe del Cepa que detalla lo sucedido en diciembre del año pasado y el primero de 2018. En diciembre de 2017, los despidos en el sector público “motorizados por el Poder Ejecutivo Nacional, junto con organismos descentralizados de la administración y la provincia de Buenos Aires”, acumulan 1904 casos: los despidos en organismos descentralizados alcanzan a 654 trabajadores, otros 557 en la Administración Pública Nacional y 564 despidos en distintas áreas del Gobierno bonaerense” (…) “En lo que va de enero, “la proliferación de despidos y cesantías continuó con más fuerza”, como en los casos del Inti y del Senasa, el Hospital Posadas, en el Yacimiento Río Turbio y en las orquestas bonaerenses, entre otros, todavía sin cuantificar” (…) “El dossier del Ceo hace referencia a un artículo del diario La Nación del último día de 2017 en el que el gobierno anticipa el ajuste sobre el gasto público y en particular el despido de trabajadores. “La excusa”, sostiene el Cepa, era el recorte de “la política”, es decir una reducción del 20 por ciento de los 3500 cargos jerárquicos de la Administración Pública Nacional. “Pero que enmascara” lo que el artículo revela: la reducción sistemática de personal con el objetivo de lograr “dotaciones óptimas para cada ministerio y organismo”, lo que implica “la reducción gradual en los próximos años de unos 70.000 contratos temporarios que se renuevan todos los años, donde sí existen empleados públicos de viejas gestiones” (…) “En su informe, el Cepa también advierte que los cambios anunciados por el Gobierno pueden ser sólo “cosméticos”. Ya que como sucedió en el Ministerio de Cultura, los cargos jerárquicos eliminados son trocados por puestos menores en el organigrama ministerial con sueldos similares a los anteriores y donde se refugian los funcionarios con fuertes vínculos políticos y periodísticos. Lo mismo que sucede en Planificación, encargado de diseñar las “dotaciones óptimas” y los despidos de personal”.

En su edición del 30 de enero, La Nación publicó un artículo de Alejandro Katz titulado “El riesgo de malversar los valores republicanos”. Escribió el autor: “La lista de reproches que es posible hacer a la larga década kirchnerista es extensa y variada, y en ella encuentran su lugar buena parte de las patologías del poder. Entre ellos, quiero evocar dos, con los que tienen un marcado aire de familia hechos del tiempo presente” (…) “En primer lugar, la malversación que el kirchnerismo hizo de algunos conceptos que, para muchos, eran portadores de valores intensamente apreciados: derechos, justicia, inclusión, equidad, derechos humanos. Palabras todas a las que llevará tiempo restituir un sentido pleno, que no evoque las peores prácticas ocultas detrás de declaraciones de bellas intenciones” (…) “El otro reproche es también debido a una malversación: la de la oportunidad, extraordinaria, que, como resultado de las condiciones creadas por la crisis de principio de siglo y el incremento del precio de las commodities, hubiera permitido al gobierno comenzar a revertir el largo ciclo de deterioro social y económico de nuestro país” (…) “El decreto presidencial de ayer, que limita el nepotismo en la administración, es un buen paso en el sentido de reponer el valor de algunas palabras cuyo sentido importa y debe por tanto ser preservado” (…) “Sin embargo, no es suficiente para borrar el aire de familia entre aquellas prácticas del gobierno anterior y las del actual. Estas no son resultado del azar, sino de una cultura política compartida a la que yo llamaría “la cultura política del adversario”, cuya frase clásica-“roba pero hace”-se modula en infinidad de variantes siempre con la misma estructura. En ellas, la aceptación de que una conducta es inadecuada o directamente ilegal (ser corrupto, evadir impuestos, emplear en negro) es inmediatamente relativizada por una sentencia posterior (“pero es buena persona”, “pero es eficiente”, “pero genera empleo”). Habitualmente, la primera afirmación es objetiva y la segunda, subjetiva, o, en todo caso, la primera es la más fuerte y la segunda, más débil: si una práctica ilegal es algo que podría ser demostrado, el carácter de “buena persona”, tantas veces invocado en estos días, no es más que una declaración subjetiva, difícilmente comprobable. El derecho de utilizar frases adversativas de este tipo, por lo demás, es exclusivo de quien ejerce el poder: solo el poderoso tiene la potestad de absolver por el incumplimiento de una norma o de una ley argumentando una supuesta virtud del infractor; para los demás ciudadanos tal posibilidad no existe” (…) “La anomia argentina…no hace más que exacerbarse cuando la ciudadanía escucha que desde el poder se relativiza la conducta anómica con argumentos pobres, que solo pueden tener un efecto en la realidad porque son pronunciados por quien tiene el poder de sancionar o disculpar, pero no la razón para persuadir” (…) “Pero, además de dar legitimidad a la anomia, esta práctica refuerza la tribalización de la sociedad, alineando en veredas opuestas a quienes son parte del grupo del poder y aceptan las explicaciones, y a quienes son parte de la oposición y las rechazan” (…) “La subordinación del razonamiento moral y del imperio de la ley a la estrategia política contribuye a destruir lo que es común y necesario para todos a cambio de favorecer lo que es útil para algunos” (…) “Así, la acción de gobierno pierde legitimidad, ya que su fundamento democrático radica en que todos confían en que también los demás se subordinen al imperio de un conjunto definido de leyes y de reglas, cuya vigencia no puede en ningún caso ser relativizada mediante la introducción de una sentencia adversativa gracias a la cual los poderosos establecen las razones por las que algunos quedan exculpados en caso de incumplimiento” (…) “Pero cambiar la sociedad exige cambiar radicalmente esa cultura política. La clase dirigente debe comprender que, si las desigualdades de nuestro país resultan moralmente insoportables, económicamente insostenibles y políticamente aberrantes, el mantenimiento de privilegios por parte del poder- económico, político-lesiona profundamente la idea misma de comunidad” (…) “La cultura política del adversario es, en definitiva, contraria a la cultura política democrática a la que aspiramos y que nos merecemos”.

En su edición del 29 de enero, Página/12 publicó artículos de Raúl Kollmann (“Los globos se desinflan y no logran remontar”) y Mempo Giardinelli (“Los unos y los otros”).

Escribió Kollmann: “La totalidad de los consultores en campañas electorales coinciden en que existe una nítida caída de la imagen del gobierno y del presidente Mauricio Macri que lo ubica entre 40 y 42 puntos, uno de los promedios más bajo desde que asumió” (…) “Pero el punto de debate entre los consultores-encuestadores está en si la caída es coyuntural o se trata de un fenómeno que llegó para quedarse. En esa polémica, están los que opinan que la administración Macri aprovechó el triunfo electoral para imponer medidas de ajuste y está por verse si puede recuperarse. Otros, en cambio, son más contundentes: piensan que el gobierno está perdiendo la confianza de sus propios votantes, en especial porque no se ve ninguna recuperación económica o porque ya no se transmite convicción en el rumbo del denominado cambio” (…) “Página/12 dialogó con ocho de los consultores más conocidos del país: a) Roberto Bacman (CEOP) sostiene que “la decisión de aprovechar las consecuencias del triunfo electoral para instalar un nuevo ajuste le produce un alto costo al gobierno. Por consiguiente, no debe extrañar a nadie que la imagen positiva del presidente tienda a la baja, con una pérdida de nueve puntos en estos meses y 15 puntos menos que a principios de 2016. A esta altura de los acontecimientos no puede decirse que es una simple cuestión coyuntural” (…) b) “Enrique Zuleta Puceiro (OPSM) cree que el punto clave no está en los resultados concretos de la economía sino en que se perdió la confianza en el sentido del cambio. “La caída en la opinión pública del gobierno y el Presidente es mayor de lo que la mayor parte de las encuestas hasta ahora publicadas indican. Entre los factores para tener en cuenta, el principal es tal vez la súbita dificultad del gobierno para seguir proyectando una imagen de seguridad en la dirección de sus políticas…Mientras que se es capaz de proyectar un sentido claro de la orientación, la sociedad acompaña, al costo que sea, y aun sin datos que avalen su confianza. A la inversa, cuando ese sentido de la dirección se pierde, la sociedad retrocede, se protege y deja de acompañar al gobierno” (…) c) “Analía Del Franco (Del Franco Consultores) considera que el final es abierto y que la mirada hay que ponerla en el mes de marzo. “Efectivamente en estos dos últimos meses su nivel de aprobación descendió desde los niveles que tenía con el acto impacto favorable causado por el resultado de la ola amarilla. Hoy se encuentra en la posición con la que arrancó las elecciones en 2017. La mirada pesimista es no haber podido retener ese plus logrado en octubre de 2017. La mirada optimista es que aprovechó este plus para tomar decisiones no populares como el ajuste previsional. La prueba de fuego es marzo, para este y cualquier otro gobierno” (…) d) “Facundo Nejamkis (Opina Argentina) expresa: “la agenda de reformas que el gobierno ha propuesto para el año 2018 es muy difícil de asociar con un mejoramiento concreto e inmediato de las condiciones de vida. La conflictividad alrededor de cuestiones tales como la reforma laboral o la reforma jubilatoria, sumadas a un estado actual de la economía que tampoco la opinión pública visualiza de forma positiva, tiene como efecto el descenso de la imagen del gobierno y del presidente. Es probable que esta agenda se haya decidido en virtud que estamos frente a un año no electoral” (…) “e) Ignacio Ramírez (director del pos-grado de Opinión Pública de Flacso) analiza que ya había una especie de caída tácita incluso en tiempos del triunfo electoral de Cambiemos. “La caída de la imagen del gobierno es posterior a las elecciones. Aquí sugiero revisar y corregir una falsa y apresurada conclusión según la cual las diferentes crisis y errores cometidos por el Gobierno “le salían gratis”. La opinión pública no reacciona automáticamente, nunca modifica inmediatamente sus opiniones, pero eso no significa que los asuntos públicos resbalen y se evaporen, sin dejar marcas” (…) “ f) Ricardo Rouvier (Rouvier y Asociados) hace una clara distinción entre lo coyuntural y lo estructural. Y concluye que Cambiemos está empezando a tener problemas de fondo. “Hay dos niveles que casi siempre se presentan en la conformación de la opinión pública: una línea más coyuntural, que es una línea punteada, más sensible y más cambiante; y otra más profunda de mayor consistencia y duración. El gobierno a partir de diciembre tuvo una caída provocada por aspectos de corto y mediano plazo…En lo profundo, hay otra cuestión relacionada en parte con lo anterior, pero de mayor envergadura. Es el comienzo de un desencantamiento en el universo de votantes de Cambiemos respecto a los resultados de la economía” (…) “g) Artemio López (Equis) sostiene que la caída no es para nada coyuntural. “No es una pérdida coyuntural en tanto las medidas socioeconómicas que provocan la caída en la popularidad no lo son. Agregaría que el descenso de la aceptación impacta sobre Macri y se expande a sus principales referentes, en especial la gobernadora Vidal” (…) “h) Fernando Zack considera que hay una política del oficialismo de aplicar medicina amarga después del triunfo electoral, pero percibe que puede utilizar lo acumulado este año para imponerse en los comicios presidenciales del año próximo. “2018 no es un año electoral y, por lo tanto, Cambiemos lo va a aprovechar para implementar una serie de medidas impopulares que le permitan reducir el déficit fiscal y las necesidades de endeudamiento…el objetivo de Cambiemos es iniciar 2019 con la economía creciendo y la billetera del Tesoro más abultada para poder financiar las buenas noticias necesarias para ganar una elección presidencial”.

Escribió Giardinelli: “Mucha prensa y mucha tele tuvo esta semana el así llamado Club Político Argentino, organización de dirigentes, intelectuales y actuales funcionarios que desde 2008 se autopostula como medidora de la calidad institucional de la república. Integrado por varias decenas de nombres y apellidos-casi todos columnistas habituales del diario La Nación-ese colectivo fue implacable, lapidario y rigurosísimo crítico del gobierno anterior, al que más allá de sus muchos yerros jamás vio con matices sino como el Demonio mismo encarnado en este país.” (…) “Una actitud rigurosa y maciza, hay que señalarlo, que contribuyó fuertemente al triunfo del Partido Cambiemos hoy gobernante. Tan rigurosa y maciza como la benevolencia y liviandad con que hoy evalúan las políticas y la corrupción generalizada del macrismo” (…) “Ese, se diría, es un lado de la grieta que Cambiemos creó y profundizó de la mano graciosa de sus majestades: el sistema multimediático concentrado y el perverso ejército de trolls que dominan las redes (anti) sociales” (…) “La reserva moral y política de este país, sin embargo, claramente no está allí” (…) “Está, en cambio, en una generación de personalidades verdaderamente respetables, muchos y muchas de edad provecta, que se plantaron siempre sin dobleces ante la dictadura y las blanduras democráticas, y ahora enfrentan el actual bestiario gubernamental-indisimulablemente autoritario, antinacional y racista-con la misma convicción y firmeza con que hicieron y hacen culto de la Memoria, la Verdad y la Justicia” (…) “Esta gente ha hecho y hace docencia. No se reconcilia porque no olvida los agravios y mucho menos si no hay primero arrepentimiento sincero, expuesto y público. No perdona a genocidas y los quiere en el único sitio que merecen: la cárcel. No especula, como no especuló jamás, con cargos públicos ni negocios inmorales. Esta gente apostó siempre a un Estado fuerte, en la conciencia de que sólo con un Estado fuerte se puede lograr la felicidad de millones de ciudadanos y ciudadanas que forman una nación como la Argentina” (…) “No, todavía no estamos viviendo en una dictadura. Pero el hecho es que estos tipos proceden como dictadores. Hay un montón de presos políticos, empezando por Milagro Sala y la lista es cada vez más gorda y anticonstitucional, que es lo que importa y no los supuestos cargos que la justicia, cuando la haya en esta tierra, condenará o no” (…) “Estos tipos no son dictadores, claro que no. Todavía no. Pero desprecian activamente la política y la degradan, y el cinismo revanchista que los mueve es feroz” (…) “No, esta columna no dirá que esto es ya una dictadura. Pero cuánto se le parece, y qué lástima el desastre económico y social. Qué lástima ser gobernados por tantos psicópatas. Y vayan a preguntarle a cualquier psicoanalista si los tipos que hoy gobiernan no son de libro” (…) “Igual que con la condena a Lula en Brasil, así se degrada la calidad institucional de la república. Ni allá ni acá son dictaduras. Pero no todavía. ¿Será que-de esto-no tienen nada que decir, ellos, los otros?”

En su edición del 28 de enero, Página/12 publicó artículos de Edgardo Mocca (“Macri y el sueño de la Argentina europea”), Raúl Zaffaroni (“¿Adónde vamos?”) y Raúl Dellatorre (“Las políticas de ajuste y el abismo”).

Escribió Mocca: “A veces, Macri nos acerca la imagen de Chauncey Gardiner, el personaje central de la novela “Desde el jardín”, de Jerry Kosinsky, luego exitosamente llevada al cine. Se trata de un individuo jardinero con capacidades “diferentes” que pasa su vida entre su jardín y el televisor. Desde ese limitado territorio enuncia frases toscas y elementales que, cuando es rescatado de su pequeño mundo y proyectado al mundo burgués, son interpretadas como metáforas capaces de explicar la realidad cortando caminos respecto de las inevitables complejidades del habla intelectual y política” (…) “Jocosamente Kosinsky eleva a su personaje al máximo nivel de atracción mediática-y por lo tanto también política-de Estados Unidos. “En todo jardín hay una época de crecimiento…mientras no se hayan seccionado las raíces todo está bien…” dijo un día, y la frase, junto a un puñado de otras parecidas, son interpretadas como metáforas iluminadoras del presente y el futuro de la principal potencia y convierten rápidamente al jardinero en una Celebrity de los medios de comunicación y de la escena política. La novela termina cuando Gardiner está a punto de integrar la fórmula presidencial de las próximas elecciones” (…) “Pero Macri no es Gardiner. Sus asesores de imagen siguen cada una de sus palabras y de sus gestos y los programan de modo que establezcan empatía con esa materia misteriosa que se ha dado en llamar la “opinión pública”. El universo de las creencias no es un orden sino un caos, según Durán Barba. Y no hay nada que hacer en ese caos, como no sea aprovecharlo para el objetivo, para crecer en las preferencias que escrutan las encuestas. Así es como la frase presidencial que afirma la “ascendencia” europea de “todos” los sudamericanos debe ser leída” (…) “Es bueno que sepamos que América del Sur no es un suplemento racial de Europa…para no hablar de los pueblos que no “descubrieron” América sino que nacieron en estas tierras…Pero no debe creerse que Macri lo ignora” (…) “La palabra de Macri es lo que Ricardo Aronskind llama la palabra de la “burguesía periférica”. Una clase, o más bien un bloque político-cultural, que reniega de su condición nacional y sueña con regresar al origen mítico, al glamour del capitalismo exitoso a fuer de temprano y a fuer de colonialista e imperialista. Nada nuevo: “cipayo” llamó el nacionalismo popular hace ya muchas décadas a ese sueño de extraterritorialidad de nuestras clases dominantes. El actual gobierno argentino es, en ese sentido, profundamente revolucionario. Su mensaje no es conciliador ni negociador: claramente anuncia que no quiere dejar piedra sobre piedra de la mentalidad ni de la estructura material de la Argentina que cree en un destino sudamericano” (…) “El discurso mitológico de Europa enuncia una tierra de libertad, de progreso, de paz. Es el lugar donde no hay pena de muerte, dijo alguna vez el gran pensador turinés Norberto Bobbio. Claro que como todo mito habla de una Europa imaginaria. Una Europa que relata el pasado del iluminismo, del liberalismo democrático, de la tolerancia, del pluralismo y esconde bajo la alfombra el nazifascismo, las guerras, el colonialismo y el imperialismo” (…) “La Europa de hoy es una tierra de opresión imperial, de vaciamiento democrático y de resistencias nacionales crecientes” (…) “Macri acaba de ofrecerse desde Argentina como una pieza a favor de la conservación de la Europa que hoy está en crisis. El elenco de ideólogos del gobierno argentino está convencido de que la suerte del experimento iniciado a fines de 2015 está atada indisolublemente a la de la consolidación neoliberal frente a todos los desafíos que la acechan. Por ahora esa apuesta fundamentalista no da frutos dignos de mención. La burguesía periférica argentina extraña los tiempos de Menem. Añora la lluvia de dólares que vinieron entonces para quedarse con el patrimonio nacional a cambio de financiar provisoriamente la quimera de la equivalencia del peso con el dólar. Eso no está en el horizonte neoliberal argentino de hoy y eso pone un límite concreto a las veleidades globalizadoras del actual elenco gobernante” (…) “El mito de la Argentina europea es un engranaje muy importante del proyecto conservador en la Argentina. Es un momento central del relato macrista” (…) “¿Por qué nuestro país no fue ni es un país importante y próspero como lo auguraba nuestro liberalismo conservador después de la independencia? Porque a pesar de ser un país rico fue atraído por el impulso a cerrarse al mundo, a sostener una querella profunda y testaruda sobre la distribución del ingreso, porque predominó en su pathos ideológico el nacionalismo y el populismo. Ese relato ideológico encaja muy bien con el impulso aspiracional de las clases medias, atrae ciertas sensibilidades intelectuales no sin agregarle incentivos profesionales de fama y de ingresos y hasta tiene llegada a las clases populares por la vía de la seducción individualista y consumista. Si no fueran esas las condiciones políticas, las frases de Macri no tendrían la recepción entre favorable y pasiva que hoy sigue teniendo. Las sostiene la esperanza de que a fuerza de declararnos amantes de la cultura de los “grandes países” lleguemos a parecernos a ellos algún día” (…) “El Presidente acompañó su declaración de pertenencia al universo imaginario de Europa con una descripción de la realidad argentina que ni sus más fieles seguidores están en condiciones de acompañar” (…) “Macri vende un país que “superó al populismo” y a la vez considera un éxito el acuerdo de construcción de un reactor para Holanda, que es fruto del proceso de acercamiento con ese país desarrollado por el gobierno anterior” (…) “Inevitablemente la escena de la actuación presidencial evoca otros tiempos de la Argentina. Los tiempos en los que el “mundo libre” festejaba a Martínez de Hoz. Los tiempos en los que Cavallo y Menem se paseaban por el mundo mostrándose como modelos de la nueva época surgida de la caída del totalitarismo soviético y el triunfo del mundo libre” (…) “A la nueva Argentina macrista le gusta soñarse a sí misma blanca, educada y cosmopolita. Necesita para eso imaginar una Europa y unos Estados Unidos democráticos, liberales y defensores de la paz mundial. Y un tercer mundo necesitado de fusionarse con esos faros iluminadores de la época. De ese modo podrá esperarse la nueva lluvia de dólares atraída por el alineamiento incondicional de nuestros países, lo que haría innecesario cualquier impulso de industrialización y de desarrollo político y cultural independiente”.

Escribió Zaffaroni: “El programa económico de este gobierno conduce a una crisis fuerte, sea en el mediano plazo o en el largo plazo. Incluye producción con poco valor agregado, reducción del consumo interno y crisis de las pymes” (…) “Por otra parte, el proyecto económico se sustenta en préstamos que están llegando a su fin, según advertencias de Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional. O sea que el proyecto es también financieramente insustentable” (…) “¿Adónde vamos? Creo que si no se detiene este programa antes, vamos a un nuevo 2001 con consecuencias muy graves en todos los órdenes” (…) “Un gobierno electo por supuesto tiene derecho a gobernar. Pero no a quebrar el Estado de Derecho, a criminalizar a toda la oposición y menos a provocar una catástrofe” (…) “Nadie tiene hoy el poder para desequilibrar o desestabilizar al actual gobierno. Ningún partido. Ninguna fuerza política. Ni siquiera la CGT puede hacerlo. El gobierno tiene todo en sus manos y nadie, absolutamente nadie, lo puede conmover. El problema es, justamente, que la única desestabilización posible la provocará en el mediano o largo plazo el proyecto económico inviable del propio gobierno” (…) “Contra eso tenemos que resistir, porque puede generar violencia y, aunque no la provoque, lo que veo difícil si no se frena antes, es absolutamente indeseable una situación de esta naturaleza” (…) “Desde que conocí el proyecto económico vengo advirtiendo este riesgo. No lo digo ahora. Lo vengo diciendo desde hace dos años. Les digo a los argentinos que se cuiden, que no respondan con violencia a ninguna provocación. Estamos frente a un grupo de poder que sufre una ilusión óptica en su soberbia infinita, que camina hacia un precipicio y lo confunde con una selva tropical” (…) “Es por eso que afirmo que cuanto antes se vayan mejor. Ojalá sea en el 2019” (…) “En síntesis: lo político siempre puede resolverse, lo económico es más difícil, pero tiene arreglo a la larga (pese a que también produce dolor y es violencia social), pero lo único que no podemos resolver son los muertos, porque nadie los puede resucitar. Eso es lo que a toda costa debemos evitar. Debemos evitar la violencia venga de donde venga. Toda violencia, vista luego retrospectivamente, es insensata. Cuando la vemos desde la distancia de cierto tiempo, nos damos cuenta de que careció de sentido. Esto es lo primario. Lo demás, tarde o temprano se resuelve”.

Escribió Dellatorre: “El año 2018 plantea desafíos nada sencillos para el gobierno en materia económica. Viene de un 2017 en el que no logró los objetivos que esperaba (debió corregir las metas de inflación sobre el fin de año), se le presentaron complicaciones en el plano externo (el fracaso en las negociaciones por acuerdos de libre comercio, trabas a las exportaciones a países considerados “amigos”), se frustró un año más la esperanza de ver llegar una oleada de inversiones (predominan las especulativas, y el capital privado que huye es mayor que el que ingresa) y, ante todas esas dificultades, se convirtió en una urgencia la necesidad de las reformas previsional, laboral y tributaria que le permitan recomponer las cuentas fiscales sin afectar las ganancias de grandes empresas” (…) “El principal objetivo que se ha fijado el gobierno es bajar un punto porcentual del producto bruto el déficit fiscal “primario” por año” (…) “Según informó en conferencia de prensa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para 2017 “se sobrecumplió” el objetivo, ya que el déficit “primario” fue equivalente a 3,9 puntos del PIB, es decir que la baja excedió en tres décimas a la meta” (…) “Semejante “éxito” encubre más de una falacia. Primera: la definición del déficit fiscal. Cuando se habla de déficit “primario” se está haciendo referencia a la diferencia entre los gastos de la administración pública “antes del pago de intereses de la deuda”, contra los ingresos totales del fisco. A ese déficit “primario”, de 3,9 puntos del PIB en 2017, habría que sumarle entonces lo que se pagó por intereses de la deuda en el mismo año, equivalente a 3 puntos del PIB, para llegar al déficit fiscal total. El resultado, cercano a los 7 puntos del PIB, difícilmente podría ser exhibido con orgullo por una administración de corte neoliberal como la actual” (…) “El Banco Central sostuvo, hasta fines de 2017, una política fuertemente restrictiva en el plano monetario, con el supuesto objetivo de lograr que la inflación se estabilizara entre el 12 y el 17 por ciento. Con la misma política de tasas de interés altas y reducción del dinero en circulación, confiaba en lograr durante 2018 una inflación restringida entre el 8 y el 12 por ciento” (…) “Sobre el fin de año, el gobierno debió admitir que la meta de inflación estaba lejos de haberse cumplido, con un índice minorista oficial que reconocería un aumento del 24,8 por ciento en 2017, diez puntos por encima del punto medio de las metas originales. Ello llevó a modificar la meta para 2018, que de un nivel intermedio de 10 por ciento entre topes, se elevó al 15 por ciento” (…) “Otra cuestión es cómo lograr ese déficit “primario” de 3,9 puntos. Citemos como fuente una consultora de línea ortodoxa, como Economía y Regiones, que hasta hace un lustro fuera encabezada por Rogelio Frigerio, actual ministro del Interior. Dice E y R (informe del 19 de enero pasado), “el gasto total de la administración nacional prácticamente no varió desde el 2015 si tomamos en cuenta el pago de intereses (…) Por el lado del gasto, el principal ajuste pasa por el sector privado y se concentra mayoritariamente en la reducción de subsidios económicos, es decir, en aumentos de tarifas de luz, gas, agua y transporte”. Es decir, se bajó el gasto reduciendo los subsidios a las empresas, a las que se compensó con un aumento en las tarifas que paga el usuario. Pero lo que se dejó de pagar en subsidios para tener energía y transporte barato, se terminó pagando en más intereses a los acreedores externos” (…) “El “ahorro” en jubilaciones que ya pasó por el Congreso, es uno de los requisitos para cumplir con la meta fiscal. Y es una necesidad ineludible para que la política del gobierno siga a flote” (…) “El ajuste sobre las jubilaciones es una imposición de la política económica del gobierno” (…) “Tras un freno casi total a la obra pública en 2016, la reactivación parcial en 2017 significó un bálsamo que impulsó la actividad y explicó, en buena medida, el cálculo de crecimiento que se habría ubicado entre 2,5 y 2,8 por ciento. El interrogante es si se repetirá para este año. El Presupuesto Nacional anticipa un congelamiento o leve retroceso en el monto de obras públicas de este año, producto de la necesidad de restringir el gasto para arrimarse a la meta de 3,2 puntos del PIB en el déficit “primario”. Ello puede repercutir en una menor tasa de crecimiento si el sector privado no responde. Por ello se buscó impulsar la oferta privada vía suba del dólar y baja de tasas” (…) “Las metas del gobierno entran en contradicción por el tipo de instrumentos elegidos: suba del dólar es más inflación y menos consumo; baja en obras públicas es menor déficit pero menor crecimiento. Si se mantiene el objetivo de ponerle un techo bajo a las paritarias para reducir la presión inflacionaria, eso supone menor consumo y menor crecimiento” (…) “La deuda externa es el gran condicionante de la política económica de Cambiemos. Porque es la única fuente de financiamiento, ya que ni el comercio exterior ni el ingreso de inversiones extranjeras le están dando ninguna satisfacción. Y la fuga de capitales sigue siendo mayor al monto de capitales que ingresan .Sólo llegan capitales especulativos, pero para mantener esa corriente de ingresos el único atractivo es tasas muy altas en pesos y un valor del dólar que suba muy lentamente. Ambas tendencias están cambiando (bajan las tasas en pesos y se acelera el ajuste cambiario), lo que previene el riesgo de una fractura en el financiamiento externo. Este es el punto más sensible de la política económica, para el cual el gobierno no parece tener plan alternativo. Y el peligro es inminente”.

En su edición del 28 de enero, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“Macri, entre el dólar y los Moyano”) y Pablo Sirvén (“La reconciliación imposible”).

Escribió Morales Solá: “Mauricio Macri sabe que su destino político se jugará en el territorio de la economía. Esa certeza política explica que casi todas las reuniones de la gira europea tuvieron un fuerte sesgo económico. Como otros presidentes antes, Macri debió sentir el intenso contraste entre la excelente recepción internacional y la problemática situación interna de su país” (…) “El precio del dólar es un termómetro, artificial si se quiere, de la marcha de la economía para la sociedad argentina. Todo está bien si el dólar está quieto. Algo anda mal si se mueve. Los argentinos le perdieron definitivamente la confianza a la moneda nacional después de la hiperinflación de fines de los ochenta y principios de los noventa y de la gran crisis de 2001 y 2002. Hubo momentos de excepción. Los años de convertibilidad de Menem-Cavallo y los primeros años de Kirchner-Lavagna. Tal vez la reacción de los argentinos que se refugian en el dólar sea “ochentista”, como suele decir Carlos Malconian, pero lo cierto es que la decisión de recurrir a la moneda norteamericana no cesó nunca. En 2007, poco antes de que Cristina llegara al poder, se percibió con más claridad la fuga del ahorro nacional hacia el dólar” (…) “En 2017, ya con Macri en el poder, se fueron del sistema unos 1.800 millones de dólares mensuales, cerca de 22.000 millones de dólares en un año. Hubo dos meses especialmente críticos: agosto, porque entonces varias encuestas la daban ganadora a Cristina en las elecciones de octubre, y diciembre, por el farragoso y violento trámite de la reforma previsional. De todos modos, con Macri, el político que más garantías les puede dar a los que ahorran, la reacción de huir hacia el dólar no se modificó. Es lo que se vivió en la última semana, cuando el precio del dólar alcanzó niveles inéditos, aunque luego bajó suavemente” (…) “Sin embargo, sería injusto si le echaran la culpa solo al Banco Central por la inflación o por el precio del dólar. La pelea con los sindicatos pronostica arduas negociaciones en las paritarias que comenzarán en marzo; algunas, pocas, ya se iniciaron. Esa disputa no se refiere solo al nivel de los salarios o a la marcha de la economía. Tiene otros componentes, pero todos los elementos (inflación, economía, investigaciones judiciales) podrían concluir en paritarias muy conflictivas” (…) “La meta de inflación es dudosa. Es mejor el dólar. Ese es el reflejo ya congénito de los argentinos con posibilidad de ahorrar. La estabilidad de Federico Sturzenegger (y su independencia) es un dato tan crucial para los observadores extranjeros que el Presidente cambió el idioma en el que hablaba en Davos (pasó del inglés al castellano) cuando en una conferencia de prensa le preguntaron por el presidente del Banco Central. Era necesario que ni él ni los traductores se confundieran con el significado de ninguna palabra” (…) “La mirada extranjera es crucial. El problema de Macri consiste en que los inversores extranjeros lo aplauden, pero no invierten” (…) “Su Gobierno necesita que la nueva inversión extranjera escale del 0,5 a por lo menos 3 puntos de la inversión total. Para eso se requiere una inflación claramente descendente en un país donde el gasto del Estado significa el 46 por ciento del PBI. Necesita también de sindicatos modernos y previsibles” (…) “Gran parte de la dirigencia sindical oscila entre una izquierda muy antigua y el cuidado de inmensas e inexplicables fortunas. Moyano es el más peligroso, aunque también está muy aislado de los grandes gremios” (…) “Las amenazas de Moyano no son un recurso nuevo. Ya en tiempos de Cristina, cuando se sospechó de cuentas en Suiza, prometió un paro general como respuesta a lo que consideraba una persecución política. El método es el mismo ahora. Macri no puede hacer mucho. ¿Cómo les diría a los jueces y fiscales que dejen de investigar a Moyano? ¿Cómo, si ellos ya tienen los papeles y las pruebas en sus manos? Con todo, el problema de Macri nunca será Moyano, uno de los dirigentes más desprestigiados del país. La economía será su principal problema si lo que se ve y se toca no fuera mejor que lo que hubo”.

Escribió Sirven: “Bastó que Nicolás Massot mencionara la palabra “reconciliación”, y que el Ejército retomara, después de muchos años, la costumbre de homenajear a víctimas de la guerrilla setentista, para que se reabriera, otra vez, el áspero debate que nunca termina de cerrarse y mucho menos de cicatrizar” (…) “Los reclamos de un lado…y del otro…hacen impracticable la concreción de reconciliación alguna” (…) “De a poco se empieza a perder el miedo de hablar de lo que estuvo vedado durante mucho tiempo, a riesgo de sufrir bullying, particularmente desde las redes sociales y ciertos ámbitos políticos: la virulenta violencia política de los setenta previa al terrorismo estatal que, lejos de haber sido heroica, no tiene nada que envidiar a los salvajismos actuales de Estado Islámico. Historias de otros gravísimos sufrimientos que las nuevas generaciones desconocen porque no solo silenciaron casi por completo en la vidriera pública, sino que los deudos de las víctimas de aquellas pandillas pasaron a ser parias sociales porque “de eso no se habla”. Se impuso un mecanismo perverso: quienes osaran asomarse a esos dramas automáticamente serían asociados a los aberrantes excesos de la dictadura militar” (…) “Parte del terrible accionar guerrillero…fue sustraído del debate masivo frente a las grandes audiencias populares porque arruinaba-arruina-el relato interesado de la “juventud maravillosa” y de los derechos humanos sesgados que planteó el kirchnerismo durante doce años y medio. La sorpresiva reivindicación explícita de aquellas “formaciones especiales”, según la jerga setentista, que secuestraban y asesinaban a mansalva, marcó su punto más preocupante en el acto del último 24 de marzo, en la Plaza de Mayo” (…) “Por supuesto que el terrorismo de Estado es el peor de todos los terrorismos posibles por transformar a una república en una maquinaria asesina. De allí que la teoría de los dos demonios, que equipara la violencia con la de la guerrilla, no corresponde sin que eso implique justificar lo que los militares llamaron “subversión”. Sin embargo, también es menester bucear si aquellas organizaciones no contaron con apoyos estatales embozados para llevar adelante crímenes como el de José Rucci o el sangriento copamiento del regimiento de Azul en 1974, como el entonces presidente Juan Perón sugirió por cadena nacional. En ese caso, algunos de esos crímenes también deberían ser tipificados de lesa humanidad, como tales no habrían prescripto y sus responsables deberían también estar entre rejas, como se dispuso bajo el gobierno de Raúl Alfonsín y que los infortunados indultos de Carlos Menem liberaron, tanto como sucedió con los comandantes del Proceso” (…) “Aunque lo anterior es materia opinable, la que sí resulta disparatada es la afirmación de Diana Conti en Intratables: que esos terroristas eran simples delincuentes comunes. Lo dijo, nada menos, que ante otra invitada, Silvia Ibarzábal, hija del coronel Jorge Ibarzábal, secuestrado durante aquel copamiento, llevado de una a otra “cárcel del pueblo” durante diez meses y finalmente asesinado, cuando pesaba tan solo 35 kilos. ¿Esos eran delincuentes comunes?”

En su edición del 27 de enero, Página/12 publicó un artículo de David Cufré titulado “Del pan a los Alpes”. Escribió el autor: “Las federaciones de panaderos de la provincia de Buenos Aires discuten aumentos del pan del 15 al 20 por ciento para los próximos días. Evalúan el momento para hacerlo porque advierten que a la disminución estacional de la demanda se suma un nuevo bajón en el consumo. También surgieron señales preocupantes como el aumento de cheques rechazados y el alargamiento de la cadena de pagos. Los incrementos en el gas, la electricidad, los combustibles, la harina, los insumos que se mueven al ritmo del dólar como los conservantes, colorantes o el huevo pasteurizado recalientan la estructura de costos del sector” (…) “El shock inflacionario de diciembre, con un avance del IPC nacional del 3,1 por ciento, se prolongará en el primer trimestre del año con subas que promediarán no menos de 2 puntos por mes hasta marzo. El sacudón ocasiona una caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones en un contexto de contracción del consumo masivo que ya lleva más de dos años” (…) “Para este año, las proyecciones iniciales eran de estancamiento o de una ligera recuperación del 1 por ciento, en función de que por cada 3 puntos de crecimiento del PIB, el consumo popular trepa 1 punto. Sin embargo, el golpe del verano y las previsiones de una actividad económica que se movería en el rango del 2 al 2,5 por ciento configuran un escenario otra vez sombrío, donde el consumo masivo podría volver a caer. Es una dinámica que expone ganadores y perdedores claros del modelo económico de Cambiemos. Lejos de corregir el rumbo, dos señales de esta semana confirman que la intención oficial es profundizarlo. La primera es la presión de los funcionarios para establecer un techo del 15 por ciento en las paritarias sin cláusula gatillo. La segunda es la consagración de la timba financiera a escala nacional con la autorización para que cualquier actividad comercial o individuo abra su propio uber cambiario de compra y venta de divisas. Ni Martínez de Hoz ni Domingo Cavallo se animaron a tanto” (…) “Del lado de los ingresos el panorama va de regular a malo. En el caso de los jubilados, desde que cobraron el último aumento en septiembre del año pasado y hasta que vuelvan a recibir una actualización en marzo próximo se habrán acumulado entre 13 y 14 puntos de inflación. El ajuste previsto en marzo, el primero con la nueva fórmula de movilidad, será del 5,7 por ciento. A eso se agrega por única vez un bono de 750 pesos para quienes hayan completado 30 años de aportes y ganen más que la mínima. Son alrededor de un millón de beneficiarios, sobre un universo de 6,5 millones. En su caso, lograrán empardar o estarán un par de puntos por arriba de la inflación acumulada” (…) “En el escenario laboral las cosas no van mucho mejor. El Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (Cetyd) explica en su último informe que la recuperación del empleo es más lenta que la experimentada en las dos fases recesivas anteriores, en 2008 y 2014. Esa lentitud aumenta la presión sobre las personas sin trabajo para aceptar condiciones de contratación más precarias o peor pagas” (…) “Otro dato relevante del documento del Cetyd, vinculado con lo anterior, es el siguiente: el 49 por ciento de los trabajadores que consiguieron empleo el último año son subocupados. 220 mil en total, según datos oficiales. “Los asalariados informales obtienen un ingreso horario inferior en un 27 por ciento al de los asalariados formales por la misma tarea, antigüedad, lugar y perfil del trabajador”, puntualiza el instituto que dirige Carlos Tomada. Es decir que casi la mitad de los nuevos trabajadores ganan bastante menos que los deprimidos salarios de los empleados en relación de dependencia” (…) “En resumen, en esta etapa el empleo se movió más lento, con más subocupados, más monotributistas y menos trabajo industrial-a octubre se reporta aún una disminución de 65 mil puestos fabriles en relación a 2015-que en las salidas de las recesiones de 2009 y 2014. Todo ello deprime la recuperación de la masa salarial y, en consecuencia, del consumo masivo. Todas las semanas, además, se anuncia el cierre de nuevas plantas, lo que permite advertir que la situación no mejora sustancialmente. Si a eso se agregan continuas dosis de ajustes de tarifas y precios, las perspectivas de salida se acotan todavía más. “En el exterior más bien recibimos elogios”, declaró sin embargo esta semana el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desde los Alpes suizos, adonde la realidad evidentemente se aprecia con más glamour”.

En su edición del 27 de enero, La Nación publicó un artículo de Eduardo Fidanza titulado “El ministro insostenible”. Escribió el autor: “(…) En el capitalismo, el trabajo encierra un conflicto estructural que afecta a obreros y empleados: es un contrato formal entre iguales que esconde una clara asimetría de poder entre contratante y contratado. El más débil vende su trabajo, que comprará el más fuerte, obteniendo alta rentabilidad. El estado democrático y los sindicatos equilibraron, hasta cierto punto, la debilidad del trabajo frente al capital, dotándolo de derechos y haciéndolo acreedor de obligaciones que los capitalistas deben cumplir por ley” (…) “En este contexto, el ministro de Trabajo ha cometido una serie de errores trágicos, porque tocan la esencia de su rol político e institucional” (…) “Se pretende mostrar aquí, a través del análisis de tres dimensiones del problema, que la situación del ministro es insostenible. En primer lugar, debido a la naturaleza de lo ocurrido y sus repercusiones, tanto en el plano social como en el jurídico. En segundo lugar, por el daño que su conducta provocó a las instituciones y a la reputación del gobierno que integra. Y en tercer lugar, por razones pragmáticas. Como se sugerirá, tampoco aquí cierra la ecuación del ministro de Trabajo, más allá de los argumentos de quienes aseguran que es un hábil negociador con el sindicalismo porque conoce sus códigos” (…) “El soez insulto a la empleada…es en realidad una conducta social cada vez más despreciable, que hunde al ministro. En las relaciones laborales, lo privado se ha vuelto público: los acosos salen a la luz, las víctimas hablan y denuncian, la sociedad sanciona duramente, con particular fruición y entendible resentimiento. En la intimidad, creyendo que no son vistos ni oídos, muchos empleadores convierten la asimetría del contrato laboral en humillación, imponiendo su voluntad brutalmente, sin mediaciones ni límites” (…) “El ministro de Trabajo es también insostenible porque su conducta resulta tóxica para las instituciones e inconveniente para un gobierno que por razones de convicción o de marketing pretende marcar una clara diferencia con su antecesor, en materia de honestidad y transparencia. Practicar el buen gobierno, entre cuyos rasgos se destacan, según Pierre Rosanvallon, la integridad, el hablar veraz, la responsabilidad y el saber escuchar es particularmente indicado para administraciones como la que encabeza Cambiemos” (…) “Resta considerar el pragmatismo, la cualidad que sin duda rige la política. Para Maquiavelo resultaba crucial la reputación de los hombres que rodeaban al príncipe, y un indicio de su inteligencia era a quiénes elegía. Sin embargo, el florentino reconoció que en ciertas circunstancias “el más difamado es el más recomendable”. ¿Será el caso del ministro de Trabajo, como parece creerlo el Presidente? Los sondeos muestran que a pesar de sus reconocidas dotes de negociador, el funcionario sigue siendo insostenible: está contribuyendo al descenso de la aprobación de su jefe, una curva que el oficialismo debe revertir antes de que concluya la clemencia del verano”.

En su edición del 26 de enero, La Nación publicó un artículo de Claudio Jacquelin titulado “El gobierno quiere “pasar el otoño”, pero aún lidia con un verano agitado”. Escribió el autor: “El gobierno empezó 2018 con un objetivo claro después del tumultuoso fin de 2017. Aprobadas las reformas fiscal y previsional, consideradas centrales para el futuro de su administración, se propone ahora encarrilar la gestión para poder empezar a trabajar en el ahora adormilado proyecto de reelección. Quiere que sea un año de transición y de consolidación, pero asume que el arranque no es y no será plácido” (…) “La máxima de estos días es “Hay que pasar el otoño”. En cualquier conversación con los principales responsables de la administración macrista se lee esa frase en el subtexto. La táctica es no hacer olas” (…) “Por eso, con los sindicatos, uno de los protagonistas de estos días, se opta por la acupuntura antes que por la cirugía mayor” (…) “En la Casa Rosada se prevén meses agitados, muchos como consecuencia de lo que falta, de las tensiones que abren las propias políticas oficialistas y los conflictos que desata el proceso de transformaciones más estructurales” (…) “Los aumentos de tarifas que seguirán golpeando los bolsillos, el ajuste en los estados nacional y subnacionales y las negociaciones paritarias por los salarios de 2018, con los consecuentes reclamos, protestas y agitación social son las amenazas y los desafíos del otoño que hay que pasar. Aunque tiene que lograr que termine el verano, que se parece más a la continuidad del año que se fue que al comienzo del nuevo” (…) “Las heridas dejadas por las tumultuosas sanciones de las leyes en diciembre todavía están abiertas y la vulnerabilidad política, que se suma a la fragilidad económica, sigue siendo alta” (…) “El principal anuncio que hizo en 2018 el Gobierno fue que no habría sesiones extraordinarias en febrero y que el paquete de reformas laborales sería trozado en porciones digeribles para el peronismo y el sindicalismo dialoguistas, imprescindibles para lograr los votos. No fue casual” (…) “La estrategia es que haya menos proyectos de leyes promovidas y negociadas por el Poder Ejecutivo” (…) “Es en ese contexto donde se refuerzan la negociación con los dirigentes gremiales dispuestos al diálogo y la presión sobre los que tiran piedras. Como en otros planos, frente a los sindicalistas el macrismo confirma que no es principista, sino cultor del realismo extremo” (…) “En la Casa Rosada dicen que no hay una guerra contra los sindicatos, sino una batalla por la productividad y la competitividad, y que eso no se negocia. El problema es que en ese combate de verano los gremios del transporte se ubican en la trinchera enemiga. Por ahora” (…) “El pragmatismo sabe los límites que impone la realidad. Y “hay que pasar el otoño”.

En su edición del 25 de enero, Página/12 publicó artículos de Luis Bruschtein (“Juicio a los jueces”) y Martín Granovsky (“Castigo a escala mundial”).

Escribió Bruschtein: “La justicia aparece como una herramienta política usada contra liderazgos populares en América Latina. Cuando no se trata de un solo caso, sino que los mismos procesos se reproducen en distintos países, ya no es coincidencia, sino una estrategia de la derecha conservadora que ha mantenido su preeminencia en el Poder Judicial a lo largo de estos años sin golpes militares” (…) “En este contexto, hablar del proceso en sí contra Lula parece innecesario. Vale la pena hacerlo, de todos modos. Lula tiene cinco denuncias. Dos, son por supuesta relación con empresas de un hijo y un sobrino. La relación no está demostrada más allá de la relación familiar. Las otras tres acusaciones son palabra contra palabra. Incluso, las pruebas son a favor de su inocencia” (…) “Son todas acusaciones que se prestan al circo mediático. A lo largo del proceso, el juez Sergio Moro, que lo condenó en primera instancia, difundió en forma ilegal conversaciones grabadas entre Dilma Rousseff y Lula, intervino en forma ilegal el teléfono del abogado del líder del PT y utilizó una delación sin pruebas para la acusación y la condena con relación a la corrupción en Petrobras” (…) “Lula encabeza las encuestas para las elecciones presidenciales, con mucha ventaja sobre el que le sigue, un dirigente ultraconservador vinculado a las iglesias evangelistas. Todo el mundo sabía que la Justicia confirmaría el fallo improcedente de Moro. Al igual que en Argentina, donde se impuso una nueva interpretación de la ley para encarcelar opositores, en Brasil se llegó a decir que en casos de corrupción bastaría con indicios y la presunción difundida de la culpabilidad, aunque no haya pruebas concretas” (…) “En América Latina, el Poder Judicial, articulado con los servicios de inteligencia y el poder mediático, han reemplazado a los viejos golpes militares. En las elecciones presidenciales de fin de año en Honduras todo el mundo sabía que habría fraude para impedir el triunfo del candidato popular Salvador Nasralla. Así fue, quedó demostrado, y sin embargo, el Tribunal Superior de ese país rechazó las denuncias y declaró ganador al conservador Juan Orlando Hernández. En Argentina, el camarista Martín Irurzun inventó una nueva interpretación de la ley para encarcelar con prisión preventiva a los opositores al gobierno de Mauricio Macri. Una interpretación que no se aplica cuando los acusados son parte del gobierno” (…) “Estos son los nuevos golpistas: los servicios de inteligencia plantan falsas denuncias, los medios corporativos les dan profusa difusión y los jueces abren causas y condenas basándose en estas campañas sin pruebas. La condena a Lula para impedirle ser candidato se convierte así en un monumento a la corrupción del Poder Judicial. Le dicen “Lawfare”, el nuevo golpismo de la derecha”.

Escribió Granovsky: “Eric Hobsbawm, el gran historiador inglés muerto en 2012 a los 95 años, lo tenía claro. En 2011 se encontró con Lula. Al salir de la reunión, en Londres, comentó: “Lula ayudó a cambiar el equilibrio del mundo porque puso a los países en desarrollo en el centro de las cosas”. Y agregó: “Lula fue el verdadero introductor de la democracia en Brasil, un país con tantos pobres por los que nadie antes hizo tantas cosas concretas” (…) “Los tres camaristas de Porto Alegre sin duda pasarán a la historia. Al condenar a Lula hicieron su contribución para un mundo más desequilibrado” (…) “Hace seis meses que Lula gana en todas las encuestas de intención de voto en primera vuelta y en segunda. También redujo en 20 puntos el rechazo que generaba su figura. Y lo hizo en solo un año y medio. Los políticos y los investigadores de opinión pública saben cuál es el efecto de reducir la imagen negativa: sube el techo y el crecimiento es posible. Ninguna figura de la derecha, entretanto, se disparó en las encuestas hasta el punto de poner en riesgo a Lula” (…) “Los jueces no solamente dieron el primer paso para impedir que el político más reconocido de Brasil pueda ser candidato y, eventualmente, ganar las presidenciales del 7 de octubre de este año. Castigaron al líder popular que, en el marco de la democracia clásica, protagonizó el proceso de cambio con mayor cantidad de población involucrada” (…) “Con su condena al dirigente sindical que fundó el Partido de los Trabajadores en 1980 y 23 años después llegó a la Presidencia, los jueces buscaron extirpar lo que un senador brasileño llamó “la raza maldita”. En 13 años de gobiernos petistas, primero de Lula y después de Dilma, los brasileños lograron comer tres veces por día. El verdadero milagro” (…) “El tono afable de los brasileños puede esconder la crueldad de su historia. Brasil salió de la esclavitud recién en 1888. La primera constitución republicana, en 1891, prohibió votar a los analfabetos. Recuperaron ese derecho recién en 1985, por enmienda constitucional. Y lo disfrutaron de manera consagrada en el texto de la constitución de 1988. Un siglo después de la abolición de la esclavitud” (…) “Lula no solo inició la incorporación al consumo de 40 millones de personas, que a principios de este siglo representaban la quinta parte de la población brasileña. Estimuló la dignidad de los negros y los indios, el orgullo de los operarios, los derechos de las mujeres, la soberanía de los nordestinos sobre su propia vida” (…) “Construyó una democracia de lo concreto. Por eso el castigo de los jueves tiene alcance global. Es para que los trabajadores del mundo pierdan la esperanza de ser representados con su voto. Para que sientan miedo. Para que, de una vez y para siempre, acepten el apartheid social. Para que no molesten más” (…) “Ahora van por la revancha. Que es algo más profundo. Marco Aurelio García, el asesor de Lula muerto el año pasado, le había puesto nombre: la Contrarreforma”.

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