Por Guillermo Tiscornia.-

“Siento bronca, impotencia, hartazgo” (Clarín, 16/03/2106), espetó el Presidente Ingeniero Mauricio Macri ante la difusión de imágenes de por si elocuentes e impactantes y que, por cierto, sacudieron a la opinión pública, ante un episodio referido a un esquema de corrupción estructural relacionado a la cartelización de la obra pública en la República Argentina, diseño, dicho sea de paso, ya consolidado y de larga data y que además forma parte protagónica de todas y cada una de las gestiones democráticas.

La progresiva configuración de la tristemente célebre denominación “la patria contratista” y del ”capitalismo prebendario o de los amigos del poder”, lejos de haber quedado relegada a una suerte de capa geológica del pasado, cobra plena actualidad a poco de reparar a los contratistas del Estado de ayer, de hoy y de siempre.

El propio señor padre del actual primer mandatario de la República Argentina se erige en un claro monumento a esa configuración prebendaria que tuvo su mas clara versión en los tiempos del menemismo; pero no es el único caso; Benito Roggio, los hermanos Cirigliano, en una enunciación meramente ejemplificativa (no taxativa) representan otras expresiones que han coadyudado al sistemático vaciamiento y al saqueo de las arcas del Estado Nacional desde la reapertura misma del sistema democrático.

Los esquemas de corrupción estructural diseñados desde el aparato estatal no resultan se precisamente un atributo exclusivo del Estado Argentino; la corrupción atraviesa todas las ideologías políticas y todas las convicciones; así el venezolano Carlos Andrés Pérez sucumbió esmerilado como consecuencia de escándalos de corrupción; en la misma línea Fernando Collor de Melo en el Brasil; pero desde la otra vereda ideológica la corrupción hizo muy bien pie en Hugo Chávez y en Nicolás Maduro en la misma Venezuela; ni que hablar de los recientes sucesos acaecidos en el Brasil y que sacuden a toda la región; la debilitada Dilma Rousseff convirtiendo al Palacio Planalto en un verdadero aguantadero en pos de la protección de su secuaz predilecto: Luis Inacio Lula da Silva.

En el camino no han faltado muestras explícitas de solidaridad hacia Lula de parte de dos secuaces argentinos quienes -a no dudarlo- han contribuido decisivamente a la consolidación de gestiones gubernamentales vaciadoras y fraudulentas; por caso los ex Presidentes argentinos Eduardo Duhalde y la propia Cristina Kirchner que han echado mano de un recurso simplista: Lula y Dilma son víctimas de un “golpe de estado judicial”.

En el medio, no obstante, la rigurosidad de los hechos, de los datos, de la información, de las imágenes y la contundencia de las pruebas; y sobre eso absoluto silencio de radio.

Las victorias electorales y el acceso a posiciones de poder político suelen ser embriagadoras y colocan a quien accede al ejercicio del poder político en riesgo de perder sus propias referencias; y hete aquí el punto de partida que marca un verdadero principio del fin: el agotamiento de los sistemas democráticos en la región sudamericana.

Por caso, con la reinstalación del sistema democrático en la República Argentina el 10 de diciembre de 1983, se configuraron varios esquemas de corrupción estructural; así el ex Presidente doctor Raúl R. Alfonsín respaldó durante cuatro años (1984-1988) la gestión vaciadora y fraudulenta del ex Administrador Nacional de Aduanas -Cont. Juan C. Delconte- denominación que remite a un formidable esquema de corrupción estructural diseñado en rededor del comercio exterior que permite evocar el empleo sistemático y fraudulento de regímenes de promoción industrial y que devastó las arcas públicas (Galpones del Tierra del Fuego).

De hecho, la sentencia de condena a 10 años de prisión recaída respecto del Cont. Juan C. Delconte (7/07/98), representa el único precedente de castigo que se conoce por corrupción en el servicio aduanero argentino y difícilmente pueda acaecer otro en lo sucesivo.

La recordara Junta Coordinadora radical tuvo, en aquellos tiempos, mucho que ver con el diseño de esa verdadera caja negra política usufructuada como fuente de financiamiento de las actividades políticas de la misma Junta Coordinadora; también debe evocarse los recordados “pollos de Mazzorín”, El Plan Alimentario Nacional (Fernando Alfonsín) episodio ya relegado a las capas geológicas del olvido de la mano de consabida prescripción de la acción final; y como no recordar el vaciamiento estructural en aquellos tiempos del alfonsinismo de la cartera de inversiones del Banco de Italia donde, cuenta la leyenda, que la misma Junta Coordinadora tuvo mucho que ver con ese saqueo financiero que terminó con muchos compatriotas perdiendo todos sus ahorros y con otros en la calle.

Pero el sistema democrático argentino se vio también socavado en aquellos años con permanentes agresiones a la libertad expresión, desde el momento en que el propio doctor Alfonsín ordenó, por ejemplo, levantar del aire el programa “Tiempo Nuevo” conducido por Mariano Grondona y Bernardo Neustadt en clara muestra de intolerancia del entonces Presidente ante fundadas críticas a partir de su desastrosa gestión de gobierno que lo llevó a abandonar el sillón de Rivadavia seis meses antes de que concluyera su mandato presidencial; lo propio cabe recordar cuando el propio doctor Alfonsín ordenó encarcelar so pretexto de “conmoción interior” al doctor Rosendo Fraga o a los periodistas Jesús Iglesias Rouco y Manfred Schoenfeld o cuando censuró arbitrariamente a la animadora televisiva Mirtha Legrand.

Para cerrar el comentario en rededor del ciclo alfonsinista, cabe evocar la sugestiva decisión adoptada por el doctor Alfonsín el mismo día en que abandonaba su mandato presidencial (8/07/89) de concederle al emblemático -ya fallecido- empresario Alfredo Yabrán el monopolio exclusivo de los negocios aeroportuarios (cargas aéreas, free shop, servicio de rampa, etc.); la no menos emblemática EDDCADASA, INTERCARGO, INTERBARIES, conformando el holding empresarial Villalonga-Furlong (controlado mayoritariamente por Alfredo Yabrán) desembarcaba en los atractivos y jugosos negocios aeroportuarios bajo el impulso del por entonces Ministro de Defensa, Dr. Horacio Jaunarena.

¿Cómo se entiende que un Presidente que está huyendo despavorido de su poltrona el mismo día que pone fin a su gestión le haya hecho a Alfredo Yabrán semejante concesión? Al respecto la leyenda cuenta que para el emblemático empresario le era más sencillo negociar su desembarco en los negocios aeroportuarios con un Presidente en retirada que con otro Presidente recién arribado al sillón de Rivadavia.

Pero sobrevino la segunda gestión gubernamental encarnada por el Presidente doctor Carlos S. Menem; y la nómina podría resultar -si bien ejemplificativa- interminable; la Aduana Paralela; la Mafia del Oro; el “suicidio” del ex Director General de Aduanas –Brigadier Rodolfo Echegoyen-; el escándalo desatado a partir de los retornos derivados del affaire “IBM BANCO NACION”; Aldo Daddone, Genaro Contartese, Hugo Gaggero; etc., etc.; ni que hablar del el PAMI de Alderete; La Casa de la Moneda de Armando Gostanián; ídem respecto del pago de sobresueldos por los cuales ha recaído un veredicto reciente de condena; y desde ya que la nómina podría resultar interminable al tiempo que agotadora para el estoico lector.

Y la breve gestión del doctor Fernando De La Rúa solo permite evocar el escándalo desatado a partir de los recordados “sobornos del Senado” que no tuvo al final andamiaje probatorio en los estrados judiciales, donde el caso fue finalmente absuelto.

Y ni que hablar de las gestiones kirchneristas, con la más exquisita expresión de la cartelización de la obra pública y la consiguiente consolidación de ese capitalismo de amigos; sobre el punto no se trata de agotar al lector; los casos mas resonantes permanecen aun en las retinas de nuestros compatriotas.

Y -de regreso al punto de partida- me detengo en el mismo borde del inicio: “siento bronca, impotencia y hartazgo” sentenció el actual administrador del sillón de Rivadavia; yo me pregunto con toda humildad y respeto hacia la investidura presidencial ¿acaso el Ingeniero Macri no lo invadió idéntica sensación combinada que la que ahora expresa en los tiempos en que formaba parte integrante de los holdings empresariales liderados por su señor padre don Franco Macri y al tiempo en que el mismo Franco Macri contribuía al saqueo de las arcas estatales?

No cabe duda de que la auto-referencia se erige en el peor enemigo de la objetividad; aun cuando ésta última resulta ser impensable en cualquier observador de la realidad; es cierto la auto referencia puede hacer perder las referencias mas elementales y así conducir a la tergiversación de aquellos segmentos de la realidad sobre los cuales el mismo observador pretenda valorar u opinar.

Y en mi caso procuraré, con la mayor honestidad que me sea posible, diferenciar lo que es opinión a diferencia de aquello que constituye dato. Por caso en tiempo relativamente reciente tuvieron lugar las siguientes reflexiones: “El juez Tiscornia busca extorsionar al gobierno con la citación a indagatoria por contrabando agravado de fusiles FAL de la Ministra de Defensa doctora Nilda Garré” (Diputada Nacional FPV Diana Conti, La Nación, 20/07/07); “El juez Tiscornia busca canjear su juicio político imputando a la doctora Garré por contrabando de fusiles FAL a EEUU” (Diputado Nacional FPV Carlos Kunkel, ídem); sobre el punto vale recordar que aquella denuncia por contrabando agravado no fue formulada por un particular o por un denunciante crónico sino por el contrario por el propio doctor Ricardo Echegaray a cargo por aquel entonces (2007) de la Aduana Nacional y dicha denuncia involucraba a la Dirección General de Fabricaciones Militares, al Ministerio de Defensa, etc.; “Anzorreguy, habla Domingo Cavallo; decile a Menem que si el lunes no liberan a Parino salgo a hablar y volteo al gobierno” (diálogo telefónico entre en el ex Ministro de Economía y el por entonces Secretario de Inteligencia del gobierno menemista reproducido por el periodista Julio Blanck, Diario Clarín, 22/12/96).” Si Parino va preso será una tremenda injusticia, y el que va a tener un juicio político será el juez Tiscornia” (Domingo Cavallo, Revista Noticias, 23/11/96).

El comentario refería a la prisión preventiva decretada el 13/12/96 respecto del ex Director de la Aduana -Lic. Gustavo A. Parino- en el recordado caso de la “Aduana Paralela”.

“Con la condena a diez años de prisión respecto del ex Director de Aduanas -Cont. Juan C. Delconte- el juez Tiscornia busca blanquear su imagen y escapar del juicio político” (Diputados Nacionales Melchor Cruchaga -UCR- y Guillermo Francos -AR-, 8/07/98), diarios Clarín y La Nación).

Y procurando honrar ese compromiso en términos de absoluta honestidad intelectual -y aun dentro del enorme riesgo que trae inexorablemente aparejado la auto referencia-, y por si alguna mente trasnochada tuviera la mala ocurrencia de echar mano de la descalificación recordando que quien suscribe fue removido de la titularidad del Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 7 bajo la fórmula eufemística de “mal desempeño” (cfr. Expediente N° 56/06 CM “Tiscornia, Guillermo Juan s/ enjuiciamiento”, sentencia dictada el 19/12/07 por el Jurado de Enjuiciamiento de los Magistrados), me veo en la obligación de recordarle a esas mismas mentes trasnochadas que -dada la manifiesta ilegalidad, inconstitucionalidad y arbitrariedad que trajo aparejada dicha decisión de remoción- en tiempo presente la Comisión Americana sobre Derechos Humanos le ha asignado al trámite de la petición 1018/07 “Tiscornia, Guillermo Juan c/ República Argentina s/ restitución titularidad Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 7” el curso que indica el art. 30 de su propio Reglamento interno, todo lo cual permite -cuanto menos- conjeturar que el caso podría resolverse conforme la doctrina jurisprudencial ya trazada por la CIDH en materia de remoción de magistrados judiciales (cfr. “Tribunal Constitucional del Perú vs. República del Perú, sentencia del 31/01/01; ídem “Aspitiz Barbera vs. República de Venezuela”, sentencia del 5/08/08), estándares que por cierto la Corte Federal de la República Argentina se encargó deliberadamente de soslayar contribuyendo, de tal suerte, a colocar a la República Argentina en más que probable posición de responsabilidad internacional. Y además que con fecha 9/12/2015 la Corte Federal Argentina dejó firme un sobreseimiento recaído, en mi respecto, en todas las instancias judiciales inferiores, en el marco de un proceso judicial motorizado en mi contra por factores vinculados al crimen organizado donde -sobre bases objetiva y probadamente falsas- se me atribuía inexistentes episodios de corrupción.

No cabe la menor duda que todos nuestros compatriotas de buena voluntad que habitan el suelo argentino han de compartir el estado de emoción que expresa en tiempo presente el señor Presidente de los argentinos; sucede que esa misma exteriorización de hartazgo, bronca e impotencia llega -a en mi modesta opinión- demasiado tarde; el Ingeniero Macri junto con su padre formó parte integrante de la tantas veces denominada “patria contratista” que contribuyó a socavar las bases institucionales del Estado Argentino.

Los sistemas democráticos -en el contexto de la región latinoamericana (a exclusiva excepción de algunas entidades soberanas que han sabido inteligentemente ordenar sus administraciones)- adolecen de una metástasis cuasi terminal de la mano de gestiones demagógicas y populistas.

Por lo cual, sumado a tantos otros compatriotas de buena voluntad embargados por esa misma convicción de hartazgo, impotencia y bronca me he de permitir de formular una invitación a toda la ciudadanía de la República Argentina; y consiste en hacer cesar de inmediato la contribución al pago de nuestras respectivas cargas tributarias, ello como cabal forma de expresión del soberano de crítica y de protesta ante la gestión de gobierno, ante la impudicia derivada de décadas de formatos y expresiones de corrupción mixta (enraizada entre el sector público y el privado) enquistada en todas y cada una de las administraciones democráticas.

“Haga patria; no pague impuestos”, espetó hace tiempo ya en una columna de opinión el distinguido -y ya retirado- juez en lo Penal Económico, doctor Julio E. Cruciani (diario Clarín, 22/08/05); pues bien ha llegado la hora de honrar la sensata reflexión del recordado magistrado enemigo del uso de la corbata, quien -por cierto- y con una prístina visión de futuro, nos marcó el único mecanismo de defensa que le asiste al soberano para resguardarse de los abusos orquestados por el poder administrador.

Ha llegado la hora que las cargas tributarias de nuestros compatriotas de buena voluntad sean absorbidas, entre muchos otros, por el alfonsinista Contador Juan C. Delconte y sus secuaces; ídem por los mentores de los “Pollos de Mazzorín” y del “Plan Alimentario Nacional”; por los deudos del fallecido empresario Alfredo Yabrán; ídem por los ex Presidentes doctores Alfonsín, Menem, Duhalde, De La Rúa, Néstor y Cristina Kirchner; ídem por Domingo Cavallo; el propio Franco Macri; ni que hablar, entre muchas otros, por Cristóbal López y Lázaro Báez; en términos de estricta justicia es hora que estas destacadísimas personalidades se hagan cargo del pago -ante el ente impositor- de nuestras obligaciones tributarias.

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