Por Carlos Pissolito.-

Uno de los creadores e impulsores de la insurgencia moderna, el chino Mao Zedong, decía que para ésta triunfe tiene que moverse dentro del pueblo como un pez en el agua.

En la actualidad varias de las periferias de nuestras ciudades se ven asoladas por un bandolerismo incipiente que va tomando fuerza. Se presenta como una violencia social de tipo molecular. Al contrario de las insurgencias históricas, no tiene una causa racional para actuar y casi siempre se los puede vincular a problemas subyacentes como el narcotráfico y la marginalidad.

Este bandolerismo sin ser una insurgencia propiamente dicha comparte muchas de sus características. A la que agrega la de no estar ideológicamente encuadrada y carecer de un mando centralizado. Aspectos que complican su entendimiento y su conjuración legal y operativa.

Pero, comparte con todas las insurgencias, la absoluta necesidad de insertarse y vivir cómodamente en el medio social en el que se mueve.

Al igual que a cualquier otra, los peces del bandolerismo necesitan del agua para nadar. Si uno les saca el agua ellos no demoran en asfixiarse y morir. Pues, ella facilita que los vecinos que viven bajo su tiranía comiencen a denunciarlos.

Ha llegado la hora que comencemos a sacarle el agua a la pecera si es que queremos una solución de fondo para el problema de la inseguridad.

El agua de la pecera en la que mueve el narcotráfico y sus secuaces son nuestros consumidores de bajo nivel. Básicamente, hombres jóvenes que no estudian ni trabajan. Los famosos Ni-Ni.

Ellos conforman, tanto su avanzada, su logística, como su retaguardia. Ellos son sus soldaditos, sus vendedores, sus mulas, en pocas palabras su mano de obra barata.

Para vaciar la pecera hay que sacar a los Ni-Ni de las calles con trabajo y con estudio.

El trabajo bien puede ser provisto por los intendentes a través de los planes trabajar quienes podrían emplearlos en tareas sencillas como la limpieza, el barrido, etc. de sus jurisdicciones. El estudio, por su parte, podría ser impartido por unidades militares en un sistema de escuelas nocturnas de artes y oficios similar al servicio cívico una vez operado años atrás en la provincia de Mendoza

La idea central es sencilla: mantener ocupado a los Ni-Ni para que se acuesten cansados y sin ganas de delinquir, a la par de incluirlos socialmente y en el sistema educativo mediante el aprendizaje de un oficio.

Para llegar a tener a los Ni-Ni trabajando y estudiando hay que realizar algunas tareas previas; a saber:

Lo primero es restablecer el funcionamiento de todas las funciones estatales en los asentamientos ilegales o en aquellos que se conoce el control territorial del narcotráfico donde ellos viven. Para ello, hay que desembarcar -previamente- en esos lugares con todas las agencias estatales necesarias.

Desde la policía, por ejemplo, que brindará la necesaria seguridad, pero que deberá estar acompañada por funcionarios judiciales que garanticen los DDHH de los ciudadanos, el ministerio o secretaría de acción social para que provea la asistencia social necesaria, representantes municipales para hacer un censo que nos permita ubicar y conocer quienes no estudian ni trabajan.

También, se podría usar la capacidad ociosa de las fuerzas armadas para perforar pozos de agua, proveer agua potable y reforzar la asistencia sanitaria en esos lugares alejados de la mano del Estado.

La clave de sistema serán los «monitores». Verdadera interface entre los Ni-Ni y las autoridades. Ellos bien podrían ser los oficiales, suboficiales y soldados con experiencia en misiones de paz, especialmente en misiones complejas como Haití. Ya han hecho este trabajo y saben muy bien cómo hacerlo. Si fuera necesario ellos podrían ser reclutado entre el personal retirado de las FFAA.

Puede ser que la idea suene extraña. ¿Qué más da? Lo hemos intentado casi todo sin éxito. Creo que ha llegado el momento de probar con lo que ya ha funcionado.

NOTA: a modo de ejemplo se agregan dos videos de nuestras fuerzas de paz operando en Haití. El primero, muestra la parte dura de ellas, la de proveer seguridad en un entorno difícil como el haitiano y el segundo la blanda la de facilitar la entrega de ayuda humanitaria.

https://www.youtube.com/watch?v=RkF73iJaEBU&list=PLgXEElb3M_xaVwICu5qYbAEtzjrgvBy_v&index=1

https://www.youtube.com/watch?v=MpoPg3QQwCk

Share