Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 2 de junio, Página/12 publicó un artículo de Horacio Verbitsky titulado “Estado de derech0/A”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Igual que el senador Eduardo Duhalde durante su mandato provisorio al frente del Poder Ejecutivo, el gobierno de la alianza Cambiemos entiende que una política de imposición del orden en las calles será un elemento positivo a la hora de las urnas. El presidente Maurizio Macri y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lo plantearon desde el primer día de su gobierno, con el protocolo de los cinco minutos para desalojar un corte, y el Hada Buena siguió ese mismo criterio en la provincia de Buenos Aires. La única excepción había sido hasta el miércoles 28 Horacio Rodríguez Larreta. Presionado por Macri y Bullrich, el intendente porteño argumentaba que las fuerzas policiales no estaban en condiciones de operar en ese contexto sin el grave riesgo de episodios tremendos como los que la policía bonaerense provocó en la estación Avellaneda el 26 de junio de 2002 y que junto con la vida de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki acabó con la carrera política del estadista de Lomas de Zamora, quien aspiraba a revalidar en las urnas el mandato transitorio que le había conferido la asamblea legislativa” (…) “Consecuente con esa línea, la explicación de su gobierno para la represión del miércoles sobre la avenida 9 de Julio a la altura del ministerio de Desarrollo Social fue que los manifestantes habían interrumpido la circulación del Metrobús y regado de cascotes a los efectivos de la infantería. Consecuente en el discurso, pero no en la realidad, porque tanto los relatos de los protagonistas como las filmaciones de los acontecimientos y los informes de los movileros que los cubrieron en el lugar indican que la conducción del Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala había aceptado despejar esa vía del transporte público, y que los manifestantes estaban levantando el acampe frente al ministerio cuando las tropas de infantería comenzaron su avance seguidos por el camión hidrante con su cañón de agua en plena actividad y que recién entonces volaron las primeras piedras. Se trató, sin lugar a dudas, de una provocación impuesta por el gobierno nacional, que el día anterior ya había fijado por laudo ministerial un salario mínimo vital y móvil irrisorio, muy por debajo de lo necesario para compensar el crecimiento de los precios y lejos del reclamo de las centrales sindicales y de los movimientos sociales” (…) “El día anterior se había producido una movilización importante de un grupo de organizaciones adversas al kirchnerismo” (…) “Es el sector que a fines del año pasado firmó un acuerdo de paz social con el gobierno nacional. El martes coparon el centro de la ciudad con el reclamo de ser incluidos por decreto en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, creado por ley en 1991. Una parte de esas organizaciones marchó desde Retiro y otra partió del Obelisco, y se encontraron frente al ministerio de Trabajo” (…) “Pese a que cortaron al mismo tiempo el Metrobús y la avenida del bajo, no fueron reprimidos. Pero Macri y Bullrich volvieron a recriminarle a Rodríguez Larreta su supuesta pasividad. La opinión de Macri sobre los piquetes es la que expresó en 2004 en su Tandil natal en el acto de creación de su partido Compromiso para el Cambio en la provincia de Buenos Aires: “El gobierno (de Néstor Kirchner) les dio apoyo a diferentes grupos de revoltosos y ahora no sabe cómo volverlos a la ley” (…) “El gobierno también preparó un titulado Proyecto de Ley de Reforma al Código Penal contra agresiones en piquetes e intimidación pública. “Elementos contundentes diseñados y empuñados para causar lesiones y capuchas y máscaras para ocultar la identidad y permanecer impunes no deben ser materia de interpretación, objeto de analogías impropias del Derecho Penal, o sujetas al relativismo moral o a la hipocresía descarada. Frente al debate de legos y expertos, que parece no encontrar consenso en calificar a esos palos amenazantes y las caras cubiertas en los piquetes como armas de intimidación, amenaza, extorsión, vemos necesario introducir la tipificación específica y el agravamiento de las penas en los delitos así perpetrados, dando a las autoridades policiales y a los jueces y fiscales intervinientes la facultad indubitable de disuadir, impedir, detener, reprimir y arrestar y procesar penalmente a las personas implicadas en tales ilícitos”, afirman sus considerandos. El articulado agrava penas o establece nuevas, de hasta diez años de prisión” (…) “No querían dialogar, querían generar una situación de caos. No había un reclamo claro”, dijo Rodríguez Larreta. “Nunca nos quedó claro qué estaban pidiendo, por eso también nos dimos cuenta que no había una voluntad concreta de resolver la situación”, le hizo coro Carolina Stanley. Tampoco este libreto que los funcionarios repiten sin variantes refleja la realidad, como se advierte en el racconto que sigue: en la reunión realizada el miércoles en el Ministerio decorado con los perfiles de Eva Perón participaron un representante por cada organización, Fernando Reggio, subsecretario de Abordaje Territorial de Desarrollo Social y el coordinador de Organizaciones Sociales del ministerio de Trabajo Leandro Ledinic. Los representantes pidieron que se declarara la emergencia alimentaria; que se fijara una tarifa de servicios accesible para clubes de barrio, cooperativas y empresas recuperadas y que se descongelaran los programas de Emergencia Habitacional y Argentina Trabaja, que el actual gobierno intenta desactivar” (…) “Al discontinuar esos programas, unos 40 mil cooperativistas se quedaron sin trabajo o sólo cobran una asignación de 4 mil pesos mensuales sin contraprestación alguna. En uno de los videos que registran la negociación entre los manifestantes y el dispositivo policial, se escucha una referencia de Garfagnini a esta degradación: “Descooperativizaron los programas y sólo aceptan planear”. Planear es el neologismo por entregar planes. Consultado para esta nota, Garfagnini agrega: “Así destruyen las cooperativas y las sustituyen por planes. Es un paso atrás, porque con el esquema anterior había producción que podía venderse, tendía al empleo. Además esos planes sólo se otorgan con acuerdos políticos. El frente Milagro Sala no tiene ni un Salario Social Complementario. Sólo se los dan a los que se alinean” (…) “En las primeras semanas de junio, el Frente Milagro Sala tuvo varias reuniones con Reggio, quien también sigue el manual del PRO. “Te recibe muy amable cada vez que quieras, pero nunca resuelve nada. Le advertimos que íbamos a movilizar porque esa instancia estaba agotada”. El miércoles 28, cuando ingresaron al ministerio mientras unas 7 mil aguardaban en la Avenida 9 de Julio, Reggio y Ledinic dijeron que no a cada pedido que les formularon y pidieron un plazo de 60 días antes de volver a hablar. Es decir hasta que pasen las PASO, dado que el gobierno contempla la problemática social como parte de su dispositivo electoral”.

“La táctica electoral del gobierno prescribe utilizar todos los recursos estatales para asegurar que haya una sola lista de la Alianza Cambiemos en cada distrito y varias de las fuerzas de oposición, en especial aquellas vinculadas con el peronismo y/o el anterior gobierno nacional. Florencio Randazzo y el Movimiento Evita son piezas claves en este dispositivo. En cambio, desde el Ministerio del Interior, el coordinador para La Patagonia Enrique Braun, reveló en un diálogo con el dirigente radical de Santa Cruz Ítalo Bringas, que el Consejo Nacional de Cambiemos dispuso manu militari (la expresión es de Braun) que sólo debía haber una lista en cada provincia. Explicó que para asegurar que fuera así, se notificó a cinco intendentes de Río Negro que querían presentar lista en las PASO que quien lo hiciera no recibiría “un ATN en la puta vida”. Los ATN son los anticipos del Tesoro Nacional a provincias y municipios. El diálogo fue grabado y se filtró a la prensa” (…) “Después de una hora de diálogo infructuoso, desde la calle llegó la noticia de que la policía se aprestaba para reprimir. “Salimos corriendo. La policía venía desde el lado de Constitución, con carros hidrantes. Sólo nos separaba la avenida Belgrano”, rememora Garfagnini. Una hilera de militantes de Quebracho con las caras cubiertas por pañuelos encendieron neumáticos sobre la avenida. Un video de poco más de dos minutos muestra la negociación iniciada con el comisario de la 4ª, Juan Carlos Carna y con otro jerarca de la Policía de Buenos Aires. En el diálogo se aprecia la familiaridad entre los interlocutores, que aluden a diálogos sostenidos en otras movilizaciones” (…) “El video termina con Garfagnini indicando a otros manifestantes que apaguen las gomas. Germán Lovari Marx, de Quebracho, dispone que las separen para que termine de consumirse el fuego. Las mujeres comienzan a vaciar y acomodar las ollas en las que se cocinaban tortas fritas y arroz. Para liberar el tránsito del Metrobús también empieza el desarme de las carpas y el gazebo montados frente al ministerio. La referencia a las mujeres y los pibes no es ociosa. El sensacionalismo televisivo y la propaganda oficial se concentraron en el pequeño grupo de militantes de Quebracho con los rostros tapados y palos en la mano, para mostrar que se trataba de una manifestación violenta. La gran cantidad de mujeres y chicos que participaron desmiente esa pretensión y por el contrario muestra contra quiénes se dirigió la descontrolada violencia institucional a la que Rodríguez Larreta llamó profesionalismo. La mala fe de un lado y la estupidez del otro hicieron buena pareja” (…) “A las 16.29, cuando la infantería se pone en movimiento para reprimir la línea del Metrobús ya está abierta, como se aprecia en una captura de pantalla de televisión que acompaña esta nota. Junto con el desplazamiento de la formación de infantería, seis motos con dos policías cada uno y escopeta en alto, se lanzan sobre los canteros y las calles laterales a la cacería de manifestantes, cuando ya el corte había sido despejado. Golpean a mansalva, incluso a personas ya reducidas y con los brazos doblados por la espalda. Apuntan con sus escopetas bien por encima de la cintura y disparan balas de caucho” (…) “La fabricación de la realidad se completó con la denuncia por intimidación pública y asociación ilícita que el gobierno porteño presentó contra los dirigentes que no participaron en las refriegas porque eran quienes negociaban en el ministerio: Garfagnini, Montes y Gómez. Imposible afirmar con mayor claridad que el delito es reclamar” (…) “Cuando se desató la represión y durante varias horas no se supo dónde estaban varios de los detenidos, Juan Grabois, de la CTEP, fue a la comisaría de la zona a solidarizarse con las organizaciones reprimidas y ofreció sus servicios como abogado. En cambio Emilio Pérsico y Fernando Navarro, los capitostes del Movimiento Evita, no enviaron ni un mensaje de texto, muy ocupados en la campaña de Florencio Randazzo que sostiene el Hada Buena. La violencia tanto física como discursiva que impulsa el propio Macri puede fidelizar el voto de su núcleo duro, que se expresó en el 29 por ciento de las PASO de 2015, y acercarse al 34,3 por ciento de la primera vuelta de ese año. Se entiende que tan importante como eso sea restar votos a Cristina, aun en la reducida proporción a la que puede aspirar Randazzo, que no tiene otro objetivo que ése. Cuando esta nota ya estaba escrita, el diario La Nación, cuya visión del país y del mundo es antagónica con la de este diario, confirmó que lo sucedido obedeció a una maquinación previa del gobierno. “La decisión se había tomado en realidad la semana anterior, al cabo de una reunión entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Marcos Peña”, escribió el columnista Francisco Olivera en la edición de ayer. Por sus frutos los conocerás”.

En la misma edición, Página/12 publicó los artículos de Edgardo Mocca (“La publicidad en el centro”) y de Alfredo Zaiat (“Haciendo lo que no hay que hacer”).

Escribió Mocca: “Durán Barba fue uno de los oradores centrales de la reunión de candidatos de Cambiemos de todo el país: la publicidad ha colonizado a la política. Hoy a eso se le llama “comunicación” pero ésta ha pasado a ser una palabra ambigua. Es la misma que se usó siempre en referencia a la capacidad particular de algunas personas para transmitir conocimientos y puntos de vista a una determinada audiencia social. En la política contemporánea la comunicación deja paso a la publicidad; hay una mercancía particular, la etiqueta política, de cuyas bondades habrá que convencer al consumidor votante. Como se sabe por la ya larga historia de la industria publicitaria, el género excluye la cuestión de la verdad como límite de su lenguaje” (…) “Lo que hoy se comunica es un antagonismo político central que ninguno de los protagonistas se preocupa demasiado en ocultar. Cada una de las partes lo nombra a su manera: para unos hoy se dirime un futuro de libertad, progreso y transparencia frente a otro de populismo, autoritarismo y corrupción; otros dicen que está en juego un país soberano, industrializado e inclusivo o una neocolonia atrasada e injusta” (…) “La enajenación de soberanía, la injusticia social y la decadencia industrial está puesta en escena con una velocidad que impacta, bajo la forma del brutal endeudamiento, la apertura de la economía, la pérdida de valor de los salarios y las jubilaciones, el crecimiento de la desocupación, el cierre de empresas nacionales, el retroceso de la política universitaria y científica, entre muchos otros aspectos. En cambio, sería difícil encontrar algún indicador que señale en qué sentido se ha avanzado hacia la libertad, el progreso y la transparencia” (…) “El mito democrático dice que en las elecciones se hace un balance de un determinado período político; en el caso de una elección de medio término se trata de hacerlo sobre cómo estaba el país dos años antes y cómo está ahora. Es un mito, por lo tanto se equivoca quien quiere verlo aparecer en la realidad, pero el problema es que cuando la realidad se distancia tanto del mito como para transformarse en su contrario lo que se está afectando es la legitimidad democrática. Y lo que se está incubando es una profunda crisis política a la hora-más lejana o más cercana pero inevitable-en que la publicidad deje paso a la verdad” (…) “El hecho es que el gobierno va a utilizar todos los recursos para evitar que ese balance más o menos sencillo ocupe un lugar decisivo en la decisión de voto de los argentinos. Lo curioso es que la batalla publicitaria del gobierno cuenta con el concurso de buena parte de la oposición. El gobierno necesita una discusión sobre los gobiernos de Cristina, convenientemente interpretados por los expertos en acción psicológica Hace falta la identificación absoluta de la ex presidenta y sus seguidores como el mal absoluto para diluir la dura realidad que se vive en el país. Pero la oposición no kirchnerista ya antes de la campaña adelanta que el objeto principal del ataque será la demonización de los gobiernos anteriores. Se trata de un caso probablemente inédito de una coalición política de hecho contra una fuerza que no está en el gobierno. Es decir que no se la intenta reemplazar en el gobierno sino hacerla desaparecer de la escena política. La más clara representante de ese consenso proscriptivo es Stolbizer, hoy aliada de Massa y la que hará el trabajo sucio contra la ex presidenta que éste no quiere asumir personalmente en la campaña. Bruscamente la política argentina se ha librado de los fantasmas del pluralismo, la alternancia y la convivencia política para adoptar el discurso de la intolerancia, la persecución y el odio. Lo más interesante, sin embargo, no es el odio sino los cimientos sobre los que se sostiene; es la venganza de los poderes establecidos que van desde los grandes grupos del poder económico hasta los más diversos rincones académicos, periodísticos, parlamentarios y judiciales que se sienten la Argentina real. Es decir, la Argentina del nombre, del poder, del dinero, de la fama, de la visibilidad” (…) “No es un partido o una doctrina lo que está en discusión sino una experiencia social y política mucho más abarcativa que un nombre, que incluye a muchísimos argentinos que no simpatizaron ni simpatizan con el régimen. Los trabajadores que protestan, los pobres que cortan las calles, los científicos que luchan son “resentidos” según el gobierno y sus aliados. Son el obstáculo para que vengan inversiones salvadoras desde afuera. Son la amenaza para un futuro de paz y concordia. Los nuevos “subversivos”. Los enemigos. La coalición antikirchnerista (los socios de la segunda alianza, el massismo y los núcleos afines en el interior del Partido Justicialista) tiene una agenda común y a la vez pretensiones contradictorias de conseguir el peso decisivo en ese espacio. Sueñan con un futuro próximo en el que el país recupere su rumbo político normal, en el que haya un espacio conservador y un espacio de tradición popular compitiendo por administrar el único orden posible en la Argentina, el del neoliberalismo” (…) “El cálculo de una rápida desaparición de la escena del fantasma populista no se vio confirmada a pesar de la inédita campaña publicitaria contra cualquier forma de expresión de apoyo a la experiencia kirchnerista, en la que confluyeron el poder económico, el poder mediático, judicial y estatal” (…) “La candidatura de Cristina es, en sí misma, una pesadilla para la derecha. A tal punto que ha agudizado el debate sobre si fue correcta la decisión político-judicial de no meterla presa. No es de justicia, claro, de lo que hablan. Hablan de experiencias argentinas análogas como la de la prisión de Yrigoyen en 1930 y el exilio forzado de Perón en 1955” (…) “El gobierno reconoce que se juega mucho en esta elección. Sin embargo, las consecuencias inevitables de sus políticas están agravando la situación: en el desdichado pronóstico inflacionario del presidente del Banco Central no cree ni su propio autor. Durán Barba es el director del dispositivo que tiene que lograr que de nada de esto se hable en campaña. Como toda operación publicitaria tiene que crear una ilusión que reemplace a la realidad y favorezca a la marca del caso. ¿Puede el plan de operaciones psicológicas sobre la sociedad tener éxito en octubre? Nunca se sabe de antemano si la publicidad logrará convencer al consumidor y por cuánto tiempo. Cuando se habla de la publicidad de un determinado proyecto de país el éxito no lo decide la técnica sino la política”.

Escribió Zaiat: “Los datos de empleo que difunde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que repiten lo ministros de la fragmentada área económica, obliga a sumergirse en los anexos estadísticos de los informes oficiales para encontrar los números ciertos. El registro administrativo de los sistemas de la Seguridad Social-AFIP hasta abril pasado sentencia que se han destruido 73.100 empleos asalariado formal del sector privado desde que Mauricio Macri es Presidente de la Nación” (…) “En ese período hubo aumento de empleo en monotributistas, personal doméstico, monotributistas social y en administración nacional, provincial y municipal. En un contexto donde se informa casi a diario situaciones críticas de despidos en el sector industrial, el mercado laboral está avanzando a paso firme hacia la consolidación de uno de desocupación de dos dígitos, de precariedad, flexibilidad e ingresos reales a la baja. La pasividad de los ministros de Trabajo y de Producción frente a la ola de despidos revela que acompañan ese proceso con la convicción de que es necesaria esa destrucción de empleos. Esto último se deduce de la guía de acción del Plan Productivo Nacional presentado por el ministro Francisco Cabrera. Plantea la “reconversión” del empleo industrial como objetivo central. En un artículo que se publica hoy en el suplemento económico Cash, los economistas Hernán Letcher y Débora Ascencio, del Centro de Economía Política Argentina, explican que ese plan identifica cuatro sectores “sensibles” (textiles, calzado, electrónica y muebles) y cuatro “latentes” (automotriz, autopartes, maquinaria agrícola y medicamentos) que deben reconvertirse para ser “más competitivos”. Esas ocho actividades cuentan con 364 mil puestos y ese plan oficial adelanta que la reconversión laboral afectará al 20 por ciento, equivalente a 2 puntos de desocupación. Precisa que en los sectores “sensibles” existen 255 mil trabajadores que deben “reconvertirse” y en los “latentes”, 109 mil. La reconversión industrial que plantea el Gobierno sólo tiene como saldo despidos. La industria es la rama de actividad que más empleos ha perdido desde que Macri ocupa la Casa Rosada” (…) “Si continúa ejecutándose ese plan de debilitamiento de la industria, la dimensión de la crisis laboral provocada en forma deliberada será mayúscula. Mientras impostan un discurso de marketing de preocupación social, los máximos dirigentes de la Segunda Alianza están convencidos, por razones ideológicas, políticas, económicas o culturales, que el sufrimiento de miles de trabajadores con sus familias es el pasaje hacia la redención y el progreso” (…) “La caída del mercado interno, el alza de lo costos por los tarifazos y la apertura importadora constituyen el marco económico para la destrucción de empleo industrial. Pero además existe una política oficial de no hacer nada para frenar o amortiguar la pérdida de puestos. Para conseguir legitimidad política y económica de semejante golpe al tejido productivo y social, el gobierno ha desplegado una inmensa red de propaganda pública y privada que justifica ese daño con el argumento desgastado de la “pesada herencia” (…) “Pero como los datos duros no ayudan, les queda el recurso de falsear la situación pasada del mercado laboral, tarea para la que cuenta con la colaboración de un ejército de economistas de la city. Mercaderes de la información económica repetían antes y ahora, cuando aparecen cuestionamientos al programa neoliberal, que el estado del mercado laboral en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner era muy malo y que el aumento de la ocupación publicitado fue sólo de empleados públicos. Los datos oficiales no confirman esas sentencias. El anexo estadístico del último informe del ministerio de Trabajo “Situación y evolución del trabajo asalariado en el sector privado (abril 2017)”, permite analizar la evolución histórica del empleo desde enero 2009, primer registro de la serie: a) en diciembre de 2011, el total de trabajadores sumaba 6.099.440; b) en noviembre de 2015 había subido a 6.266.800; c) una sencilla operación matemática brinda el resultado: 167.400 más de trabajadores en blanco en ramas de actividad del sector privado. Durante el segundo mandato de CFK hubo creación neta de trabajo formal en empresas privadas. Y desde enero de 2009-comienzo de la serie estadística-el aumento fue de 606.800 puestos. Son estadísticas públicas (Ministerio de Trabajo-SIPA AFIP) que no están bajo sospecha ni fueron cuestionadas durante el kirchnerismo” (…) “Como se mencionó, de diciembre de 2015 a abril de 2017, en apenas diecisiete meses, se destruyeron 54.200 empleos industriales, 2,6 veces más que en el año de la peor crisis financiera internacional desde el crac del ´30 del siglo pasado. Hoy el empleo industrial es similar al de noviembre de 2010 cuando se ubicaba en 1.198.500 puestos. Haciendo lo que no hay que hacer, el gobierno de Macri hizo retroceder el empleo hasta el nivel que tenía hace seis años y medio”.

En su edición del 1 de junio, Clarín publicó un artículo de Jorge Lanata titulado “Cristina ya ganó”. Escribió el fundador de Página/12: “El gobierno asumió después de una campaña en la que anunciaba que la bomba estaba por estallar. Pero la bomba no estalló” (…) “Con el correr de los meses la idea de la bomba se diluyó: tal vez no era tan potente, o tan bomba, y el gobierno exageraba. Ahora, frente al caos en Santa Cruz, dicen que la bomba hubiera sido algo así, pero multiplicado por diez. Pero ya es tarde, nadie se acuerda de la bomba inicial. Como la bomba no estalló, los diversos sectores decidieron protegerse y rechazaron la idea de cualquier ajuste. El gobierno reunió voluntades muy diversas para llegar al poder: todos coincidían en estar asqueados de la corrupción. Macri prometió una justicia independiente y nueva. La demanda social por aplicar la ley no tenía que ver con la venganza, sino con el retorno a un sistema mínimo de valores. Pero nadie fue preso y las causas vegetan en laberintos judiciales construidos al efecto. Los dos motivos centrales por los que el gobierno llegó al poder están pendientes. Y aún hoy, frente a una campaña complicada, hay quienes creen que bastará con volver a enarbolar el miedo” (…) “La impunidad, el tiempo y la escenografía armada por el kirchnerismo ha hecho que todo se relativice. La receta mezcló las denuncias K con otras de Mauricio-finalmente todos somos iguales-, las críticas a la situación social y la idea de que la grieta es una cuestión de posiciones políticas, y no penales. Haber sometido la marcha del proceso judicial de Cristina a las necesidades electorales de mantener vivo al monstruo terminó de cerrar el proceso. El gobierno camina hacia su propia trampa; Cristina espera con su disfraz de víctima, segura de que el tiempo juega a su favor: cada día en la calle es un día más “inocente”. Su rol de “resistencia” llevó a convencer al mismísimo Jaime Durán Barba, quien dijo en Radio Mitre que “la gente percibe que Macri defiende a los ricos y Cristina a los pobres”. ¿De quién, sino de los sectores más pobres habrán salido las toneladas de bolsos de la corrupción? El sueño del gobierno de crearse una oposición que lo justifique fue un fracaso. Aunque saliera derrotada, Cristina ya ganó”.

Share