Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 11 de junio, Página/12 publicó un artículo de Horacio Verbitsky titulado “El gran salto atrás”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “El gobierno nacional se propone acelerar la regresión en materia de Derechos Humanos después de las elecciones de octubre. Clave en ese proyecto es un asesor del Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, el abogado Alfredo Mauricio Vítolo. Especialista en derecho corporativo y director él mismo de grandes empresas, Vítolo propugna el perdón a los militares detenidos por crímenes de lesa humanidad” (…) “Su socio Cárdenas es el inspirador de la serie de editoriales del diario La Nación que postula juzgar también a los sobrevivientes de la dictadura, que el diario llama terroristas, como forma de forzar una nueva amnistía. Vítolo se refiere con insistencia en sus escritos a la convivencia social pacífica” (…) “El 16 de mayo Vítolo acompañó durante una visita al museo de sitio de la ex ESMA a la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, Martha Minow. Antes, Minow y Vítolo se reunieron en el Archivo Nacional de la Memoria con Avruj, el secretario ejecutivo del archivo, Sergio Kutscehvatsky, y el subsecretario de Protección de Derechos Humanos, José Brian Schapira” (…) “Los anfitriones acusaron a los organismos defensores de los Derechos Humanos de tácticas intimidatorias contra quienquiera apartarse de la visión que sostienen sobre lo sucedido en las décadas de 1970 y 1980, pero dijeron que el gobierno los va a silenciar. También enunciaron un plan con ese propósito, que se pondría en ejecución después de las elecciones de octubre y que incluye cambios en los programas educativos y la apertura de juicios por crimen de lesa humanidad contra los sobrevivientes de la dictadura” (…) “En 1987, Vítolo coincidió en el Consejo de Consolidación de la Democracia con Carlos Fernando Rosenkrantz, quien desde la Corte Suprema de Justicia es otra pieza fundamental del mecanismo de regresión. En el caso Fontevecchia, la Corte contradijo una larga jurisprudencia, anterior incluso a la reforma constitucional de 1994, y sostuvo que los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos no son obligatorios para la Corte argentina, que se reserva la última palabra” (…) “Vítolo es uno de los propagandistas del fallo Fontevecchia. El 3 de mayo celebró su impacto en la Universidad Católica Plácido Marín, de San Isidro, una institución creada por el obispo Alcides Jorge Pedro Casaretto y el almirante Horacio Florencio Reyser, padre del principal asesor internacional del presidente Maurizio Macri, Florencio Reyser Travers. Casaretto es uno de los principales impulsores de la denominada reconciliación y el guía espiritual del diputado Eduardo Amadeo, quien llevó esa idea al ridículo al celebrar la visita de Angela Merkl a la sinagoga de la calle Libertad, como si simbolizara el reencuentro entre los criminales nazis y sus víctimas judías” (…) “El desconocimiento de las obligaciones internacionales del Estado no puede plantearse sin consecuencias complicadas para el gobierno, que el jueves debió soportar que Merkl recorriera el Parque de la Memoria en compañía de Vera Jarach, quien perdió a su abuelo en Auschwitz y a su hija Franca arrojada al Río de la Plata por el terrorismo de Estado en la Argentina. Alemania ha hecho un extraordinario trabajo de arrepentimiento y reparación por los crímenes de su dictadura de 1933 a 1945 y hasta hoy prosiguen los juicios contra los pocos perpetradores aún vivos, que se acercan a los cien años” (…) “El perfil de Rosenkrantz y Vítolo es similar en algunos aspectos al del también mendocino Carlos Horacio De Casas, propuesto por el Poder Ejecutivo para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: los tres son abogados de grandes empresas locales e internacionales que se interesaron en el derecho internacional de los Derechos Humanos durante la presidencia de Raúl Alfonsín, pero no lo acompañaron más allá del dictado de la ley de obediencia debida” (…) “Avalados por el monje negro de humo del radicalismo, Ernesto Sanz, pueden vestir la regresión con ropajes del liberalismo jurídico, sin los exabruptos contraproducentes de activistas como Cecilia Pando” (…) “En público, Avruj siempre se ha expresado en forma respetuosa a las víctimas del terrorismo de Estado. Pero en el diálogo con la jurista estadounidense invirtió los términos: llegó a llamar terroristas a las víctimas de la dictadura y víctimas a los familiares de los detenidos por crímenes de lesa humanidad” (…) “Durante la visita, Minow destacó la importancia de la verdad contra el silencio y de un sitio de memoria como el de la ex ESMA para enfrentar a la negación” (…) “Minow se ocupó extensamente de la denominada cultura transicional. En 1998 publicó el libro “Entre la venganza y el Perdón: cómo enfrentar la Historia luego del Genocidio y la Violencia Masiva”. Allí sostiene que cuando la sociedad prioriza la curación y la reparación de la dignidad humana, las comisiones de la verdad pueden ser más útiles que los juicios, y pondera la importancia de los monumentos públicos, los programas educativos y las leyes de amnistía. En 2002 fue coeditora con Nancy Rosemblum del libro “Romper los ciclos del odio: Memoria, Justicia y Reparación”. En uno de los tres ensayos que preparó para ese libro, se pregunta si es posible dar respuestas legales a la violencia que no desaten una escalada de venganza y afirma que las comisiones de la verdad y los juicios civiles por daños suelen dar mejor resultado que los juicios penales”.

En la misma edición, Página/12 publicó un artículo de José Pablo Feinmann titulado “Un clima apocalíptico” y otro de Alfredo Zaiat titulado “La trampa del ajuste”.

Escribe Feinmann: “El clima apocalíptico del presente histórico se funda en la multiplicación de los focos bélicos y el poder nuclear. La guerra fría era eso, fría, porque sólo había dos grandes polos nucleares, se sabe cuáles eran” (…) “Pero había un temor, los dos bloques reconocían el poderío nuclear del otro” (…) “Pero no había bombas atómicas que estallaran en ningún lado. A esto se le llamó la paz atómica. La paz nuclear. La paz armada. La situación ha cambiado. Hoy Corea del Norte puede amenazar a California con sus misiles. Rusia y EEUU se ladran y se amigan por breve tiempo. Todos se tranquilizan porque Trump está al frente del imperio americano. Hombre confiable si los hay. Y Putin gobierna en Rusia, otro hombre responsable. La multiplicación del poder nuclear en manos poco confiables es el proclamado terror de esta etapa histórica. También lo es el terrorismo. Y los migrantes indeseados” (…) “El neoliberalismo expulsa. No integra. El hambre es devastador. La pobreza cunde, gana espacios por todas partes. La escasez se siente en los magros estómagos. La escasez produce furia” (…) “Los medios de comunicación son ajenos a la verdad, la verdad no existe. Se plantea la posverdad. Una verdad sin fundamentos fácticos” (…) “Ya Baudillard planteaba la muerte de la realidad como el crimen perfecto” (…) “La virtualidad fue ganando lugar en detrimento de la verdad fáctica. Sin embargo, pese a que no hay una verdad establecida, se viven los tiempos de una ontología dura. Los atentados del EL no son líquidos. La muerte no se ha licuado y tiene el espesor de siempre. No hay sentido de la historia” (…) “Si la historia es un cuento contado por un idiota (Macbeth) es indudable que está llena de estruendo y de furia. Los idiotas somos todos los que padecemos este caos de ardua intelección y no sabemos cómo cambiar su rumbo. Hegel creía que Oriente seguiría durmiendo su “siesta asiática” (…) “Oriente no hizo su Revolución Francesa y fue “modernizado” por el colonialismo. El costo fue muy alto. Marx cita un poema de Goethe sobre este aspecto: “Quien lamenta los estragos si los frutos son placeres”. Es la teoría del colonialismo bueno. La pesada carga del hombre blanco. Donde entra, civiliza. También mata sin piedad. El general Bougeaud le dice a Sarmiento que a la barbarie se la combate con la barbarie” (…) “El Oriente de hoy mezcla el siglo XIII con el poder bélico del XXI. De aquí su poder letal. No hay nada más peligroso que unir una instrumentalizada bélica hipermoderna con un texto sagrado arcaico. Occidente también lo hace. Todos matan en nombre de un absoluto. Como siempre”.

Escribe Zaiat: “Una legión de economistas identificados con el ciclo político de la Segunda Alianza está advirtiendo acerca del desequilibrio de las cuentas públicas y de la inquietante evolución de la deuda. Señalan que es insostenible el ritmo de aumento de la deuda externa e interna y adelantan que si no se desacelera la emisión de bonos en pesos, dólares y euros el desenlace será un nuevo default. Quien lo dijo explícitamente fue Juan Carlos de Pablo y otros de la congregación ortodoxa lo sugieren de una u otra forma” (…) “Varios indican además que la magnitud del déficit fiscal (primario más financiero) es explosiva” (…) “El macrismo reacciona a esos cuestionamientos con un razonamiento pedestre. Dice que si la crítica es por derecha e izquierda significa que están haciendo las cosas bien, reflexión autoindulgente del descalabro provocado por su política económica” (…) “Es fundamental no tropezar con el desorden conceptual que propone el discurso económico dominante para no terminar legitimando un sendero de mayor daño socio-económico. El riesgo es caer en la trampa de avalar el ajuste. Hasta el 10 de diciembre de 2015, economistas obsesionados con el déficit fiscal indicaban que el desequilibrio se debía casi exclusivamente al monto destinado a financiar subsidios. El gobierno de Macri aplicó tarifazos para disminuir esos subsidios pero el déficit fiscal subió. Los esclarecidos del saber económico adaptaron entonces la línea argumental. Ahora sostienen que el alza del déficit fiscal es porque no hubo un ajuste en otras partidas del gasto público y, por lo tanto, el aumento vertiginoso de la deuda fue una consecuencia para cubrir el agujero de las cuentas públicas. Las fuentes del déficit ya no son sólo los subsidios, sino también el gasto previsional y en salarios” (…) “La exigencia que trasmite la ortodoxia a la alianza macrismo-radicalismo para “normalizar” la economía es arremeter contra el gasto público, en el que le depositan todos los males que padece la sociedad en términos económicos. O sea, aseguran que el descalabro de las cuentas públicas y la emisión desenfrenada de deuda se explican exclusivamente por el elevado nivel del gasto público. Para evitar el estallido que provocaría un déficit creciente y el crecimiento de la deuda hasta el nivel de la insolvencia presentan una única receta: reducir el gasto público” (…) “Aquí aparecen algunos problemas en la secuencia causa-efecto de la dinámica económica donde los militantes de la ortodoxia no se involucran” (…) “La cuestión que no abordan es porqué la economía fue arrastrada hacia un déficit fiscal explosivo. La clave se encuentra en una cuestión muy sencilla de entender: el estado perdió recursos con la eliminación de las retenciones a las exportaciones del agro, mineras, petroleras e industriales…y con la disminución de impuestos a las ganancias y bienes personales. A la vez, subió sustancialmente la carga de intereses a pagar por el aumento de la deuda. El déficit fiscal creciente se explica por las millonarias transferencias de recursos hacia unos pocos” (…) “Un tercer factor relevante para explicar el incremento del déficit fiscal es la recesión autoinflingida a partir de la implementación de una batería de medidas que sigue castigando el nivel de actividad. La megadevaluación y los tarifazos derivaron en un shock inflacionario que las negociaciones paritarias no lograron equiparar. La consiguiente caída del poder adquisitivo del salario, las jubilaciones y la AUH en términos reales deprimieron la demanda del mercado interno. El ingreso disponible de la población se derrumbó afectando el consumo. En ese contexto recesivo, la apertura importadora hundió aún más la producción nacional” (…) “El gobierno construyó la crisis de las cuentas públicas inventando que recibió una pesada herencia para de esa forma viabilizar una transferencia de ingresos regresiva. Es una conocida estrategia conservadora que consiste en generar situaciones económicas críticas porque sólo en ese estado la población acepta medidas que en un marco de estabilidad rechazaría. Precipitó la crisis fiscal y ahora propone para resolverla el ajuste, que apunta a profundizar la redistribución regresiva del ingreso. Para implementarlo, avanzará en una reforma del sistema jubilatorio y en continuar con la disminución de los subsidios a servicios públicos esenciales. A través de los medios de comunicación adictos ya adelantó como disfrazará ese recorte que afectará el bienestar de millones de personas: propondrá el achicamiento de la estructura burocrática de ministerios, previamente ampliada hasta el nivel de incompetencia. El marketing de reducción de cargos políticos servirá para maquillar la poda de recursos destinados al sistema de protección social y la implementación de una nueva ronda de tarifazos en la luz, el gas, el agua y el transporte. Para mejorar el estado de las cuentas públicas no es necesario el ajuste regresivo que piden a gritos los economistas del establishment, sino simplemente recuperar los recursos cedidos a sectores de altos ingresos y mejorar la capacidad de compra de la población para impulsar el mercado interno y así aumentar la recaudación impositiva por el crecimiento de la economía”.

En su edición del 11 de junio, La Nación publicó un artículo de Morales Solá titulado “El peronismo y el crimen de Cristina”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Cuando la historia se aleje suficientemente, se sabrá que Cristina Kirchner fue el mejor instrumento que hubo para dinamitar el peronismo.” (…) “Su pasado revaloriza el voto ético y, al mismo tiempo, ella arrincona sin piedad a los peronistas disidentes. Gobernadores, senadores y dirigentes sindicales importantes (el núcleo duro del peronismo) terminan al lado de Florencio Randazzo, un político de perfil bajo, bajísimo, que cometió la herejía de haberle dicho que no a Cristina. La ex presidenta tiene más futuro en los tribunales que en la política. La denuncia que hizo Nisman pocos días antes de morir la acusó a ella, entre otros, de complicidad para encubrir a los autores intelectuales y financieros del criminal atentado a la AMIA, que son varios ex funcionarios del gobierno de Irán. Dos años y medio después, y tras ser desestimada varias veces, esa denuncia cayó en manos del juez Claudio Bonadio” (…) “Sin embargo, funcionarios judiciales con acceso a la causa aseguraron que la citación a indagatoria se producirá irremediablemente y que podría suceder en el mes de julio, antes o después de la feria judicial. La indagatoria se convirtió ya en el paso previo de un procesamiento inevitable. Es la causa que más interpela moralmente a Cristina” (…) “El caso Nisman la persigue también desde otro costado: la propia muerte del fiscal. La pericia de la Gendarmería determinó que el fiscal no se suicidó en el verano de 2015, sino que lo mataron. Es la hipótesis que avalaron siempre sus colegas, los fiscales, y todos los que conocieron en vida a Nisman” (…) “Ese es el contexto que hay, le guste o no, a Cristina. En lugar de someterse quietamente a las primarias del peronismo, prefirió convertirlo a Randazzo en un héroe del anticristinismo. Se puede hacer una descripción psicológica (o psiquiátrica) de la ex presidenta, pero es mejor analizarla con el vademécum de la política. Ha perdido los reflejos políticos” (…) “La silenciosa aceptación de una interna con Randazzo le habría dado un triunfo arrollador sobre su ex ministro. Eligió perseguirlo y proscribirlo a Randazzo con la misma torpeza política con que seleccionó a Carlos Zannini como candidato a vicepresidente de Daniel Scioli y a Aníbal Fernández como candidato a gobernador bonaerense. Así le fue” (…) “Pero, ¿qué le hace merecedor a Randazzo de semejante odio por parte de Cristina? Haberle dicho tres veces que no” (…) “Semejante sacrilegio no se perdona en el micromundo donde Cristina es la monarca de un reino sin territorio ni bandera. Los caminos que explora para burlar la ley de primarias abiertas y obligatorias son groseros” (…) “Casi todos los gobernadores peronistas (con la excepción de Alicia Kirchner, más un rehén que una jefa política a estas alturas) se colocaron al lado de Randazzo. Pasa lo mismo en el Senado con la excepción muy minoritaria de senadores cristinistas. Al acto de Randazzo, anteayer, asistieron 43 gremios nacionales, entre los que estaban algunos tan poderosos como los metalúrgicos, los mecánicos, los bancarios, los petroleros, la sanidad y luz y fuerza. La imagen gris y lejana de Randazzo se iba transformando en la de un semidiós. La autora de esa obra de metamorfosis se llama Cristina Kirchner” (…) “Cristina guió al peronismo para que éste encontrara al líder anticristinista que estaba buscando. No se trata sólo de la conveniencia electoral del peronismo nacional, que también existe, sino de algo más profundo. Hay en la versión clásica del justicialismo un desacuerdo de fondo con los postulados ideológicos de Cristina. Ese peronismo ortodoxo está convencido de que es Zannini, desde la muerte de Néstor Kirchner, quien alimenta el caudal intelectual de Cristina. El peronismo, advierten, no puede morir por lo que dice Zannini. El problema que tienen es que es Cristina la que quiere cometer ese crimen”.

En la misma edición, La Nación publicó un artículo de Jorge Fernández Díaz titulado “La mano invisible de Durán Barba”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Mauricio, hermano, ¡no hay que dejarse conducir por el círculo rojo!-le decía con vehemencia el ideólogo, recostado sobre aquel ardiente agosto de Olivos-. Te sostiene la popularidad, no un acuerdo político…Nuestras élites son demasiado arcaicas, y no entienden lo que pasa. Y los periodistas, menos”. Revela Laura Di Marco en su trepidante biografía (“Macri”) la carta ganadora de Jaime Durán Barba durante aquella mañana decisiva: hacía unos meses el gurú había brindado una conferencia en San Pablo y había dicho que la presidencia de Dilma Rousseff tenía los días contados” (…) “A continuación, el inquisidor la emprendió contra el principal operador político legislativo de Cambiemos, que traía esa propuesta (la política de acuerdos) directamente desde el Parlamento. Bajo la atenta mirada de Macri, Jaime le dijo en la cara: “Todos los congresos son un Borda. ¡Todos! Son manicomios” (…) “La escena tiene relevancia histórica, porque registra el momento exacto en que la mesa chica del poder discute y rechaza la posibilidad de realizar un Acuerdo de la Moncloa, proyecto criollo por el que siguen bregando en vano radicales, peronistas e incluso miembros destacados de la Casa Rosada” (…) “Ya están planteados los asuntos nodales del modelo argentino: una entente parlamentaria y federal que jamás se realizará; una coalición gobernante que en verdad nunca funciona. Y un concepto polémico de fondo: la popularidad, esa dama caprichosa y cambiante, como único sostén de una administración sin mayorías, con una hipoteca a sus espaldas y rodeada por las mafias y los vicios culturales del chavismo” (…) “Y si sólo te sostiene la histérica popularidad, ¿qué serías capaz de hacer para no perderla? El populismo tiene una respuesta muy simple: cualquier cosa. El republicanismo la tiene un poco más difícil. La gobernabilidad en manos del peronismo ha resistido, con frecuencia, la hecatombe en las encuestas precisamente gracias al dispendio insustentable, y a los rasgos de transgresión institucional y de turbia prepotencia que lo han caracterizado. La gobernabilidad en manos de fuerzas republicanas que deben atenerse a las leyes, la prudencia fiscal y los buenos modales precisa siempre de pactos profundos de responsabilidad mutua. Hoy, a pesar de las penurias económicas, los sondeos sonríen al oficialismo, y entonces parece que la teoría de Durán Barba no necesita revisión. Pero, ¿qué sucederá cuando, como a cualquier gestión, los números le sean realmente adversos? ¿La tormenta perfecta? Si a una pareja sólo la sostienen las buenas, ¿qué sucederá en las malas? ¿El derrumbe inmediato?”

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