Por Claudio Izaguirre.-

Hoy recalé en la Guardia del Hospital Alvear, un nosocomio dedicado a la atención de personas con trastornos mentales. Llevé al lugar a un joven adicto, que viene padeciendo trastornos psiquiátricos que van desde momentos de paranoia, hasta brotes psicóticos descomunales.

Llegó hasta mí el afectado debido a que una vecina paseadora de perros me pidió ayuda, luego de un brote que éste había tenido en la cuadra de mi casa, en el que reclamaba a viva voz el “supuesto incumplimiento horario” de la joven paseadora. Sus gritos fueron de tal magnitud que la mayoría de los vecinos de la cuadra salieron a la vereda alertados por el inusual escándalo.

La paseadora de perros había llamado al SAME psiquiátrico, quienes lo trasladaron al Hospital Ramos Mejía donde fue compensado momentáneamente y devuelto al domicilio.

Hoy en la mañana lo trasladamos a la Guardia Médica del Hospital Torcuato de Alvear, donde este paciente estuvo internado en otros momentos y en el que tienen su historia clínica completa. Allí nos atendió la médica Psiquiatra Maricel Lomolino Burgos que despachó en menos de 15 minutos al afectado sin ningún tipo de profundización del cuadro.

La Dra. Lomolino Burgos, tras el desesperado relato de la paseadora de perros que albergó en su casa al paciente para que no estuviera en la calle dado que lo conoce desde hace 15 años, se limitó a aumentarle la medicación de Alopidol y otros medicamentos psiquiátricos, los que dejó a cargo para su suministro a la paseadora de perros.

Una de las intervenciones del paciente fue que los medicamentos le producían incontinencia nocturna (se hace pis dormido), al serle preguntado si consumía además drogas ilícitas el paciente refirió que fumaba un poquitito de marihuana, lo que la médica aceptó de buen grado sin hacer ningún tipo de consideración.

Obviamente la Dra. Lomolino Burgos hizo todo lo posible para evitar la internación del paciente visiblemente descompensado por momentos, e instruyó a la paseadora de perros para que maneje los medicamentos psiquiátricos que el paciente debe tomar para evitar desbordes psíquicos.

Alguien me comentó que ésta misma doctora es la que atendió a una señora cuyo marido la llevó al Alvear por su padecimiento psiquiátrico y al evitar su internación como lo pide la ley de Salud Mental que la médica sigue a rajatabla, terminó degollando a su hija de nueve años en la vía pública arrojando su cadáver entre dos autos en el Barrio de Flores de la Capital de la República Argentina.

Me pregunto si esta señora puede seguir manteniendo su título de médico. Si éste paciente, que ella evitó internar, tiene otro brote y decide asesinar a alguien ¿ella se hará responsable? ¿Y si el paciente decide no tomar los medicamentos y sus brotes lo llevan a lastimarse? ¿Si ocurriera una desgracia por falta de control médico?

Dejar a un paciente psiquiátrico a la buena de Dios y sin un control médico permanente me parece lo más cercano a un abandono de persona. Si agregamos a esto que quien lo abandona es un profesional de la medicina se torna aún más dantesco y siniestro.

La ley 26657 de Salud Mental en consonancia con médicos de ésta calaña, convierte a quienes deben proporcionar salud en verdaderos homicidas. Algo preocupante que el gobierno de Mauricio Macri debe solucionar en forma inmediata.

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