Por Alfredo Nobre Leite.-

Es lamentable que el ex juez federal Norberto Oyarbide haya acusado a los gendarmes que custodiaban su departamento de haberle robado, entre el 10 y 12 del actual, 200 mil pesos, 200 euros y títulos y apoderado de una caja de seguridad metálica, expresando: «Las personas que ingresaron tenían una copia de la llave de mi departamento… que si no la puerta hubiera estado forzada», y declaró que quienes «tenían las llaves de mi departamento eran los gendarmes que estaban acá y tuve de custodias», acusación extemporánea y no creíble que deberá probar, como tampoco se entiende la razón por la cual entregó llaves de su casa a esos servidores públicos, pues la custodia la hacían en el exterior, y no adentro, según disposiciones legales en la materia.

Lo que no confiesa Oyarbide es que, seguramente, entregó el instrumento a alguien de su afinidad humoral, y la persona abusó de su confianza hurtándole los bienes consignados. Lo que sabe en su interioridad jamás lo reconocerá pero es lo que más se aproximaría a la realidad del hurto que sufrió.

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