Por Luis Américo Illuminati.-
Enrique Santos Discépolo es el autor del Tango Cambalache, cuya letra ha retratado una visión pesimista del mundo, pero no se puede negar que, si bien se discute sobre el destinatario de la galería de sinvergüenzas y bribones que describe la letra sea un pueblo, una comunidad determinada, no cabe duda que se ajusta a la mentalidad refractaria de los miembros del partido peronistas, de ayer y de hoy. Pues el peronismo ha demostrado en casi sus 80 años de vida -criatura camaleónica- que hay una perfecta correspondencia entre sus militantes y dirigentes y los nefastos personajes del tango Cambalache. Cristina y Alberto, son los iconos indiscutibles del biomorfismo peronista.
Los aviones de Cristina
Los testimonios de pilotos y mecánicos de los aviones presidenciales confirmaron en juicio la utilización de aviones del Estado por parte del matrimonio Kirchner para su uso particular, trasladando muebles, ropa de blanco, enseres y otros objetos a El Calafate. Entre los años 2003 y 2015 mientras Néstor Kirchner ejercía la Presidencia, y su esposa Cristina Fernández fue Senadora Nacional o presidenta, se asignaban los fondos públicos para realizar traslados con los aviones Tango 02, 03, 04 y/o Tango 10 y también en el avión denominado 5T20″, para transportar muebles, ropa de blanco y u otro tipo de enseres para los hoteles de propiedad de los Kirchner». Sólo faltaba que le llevaran un elefante, una jaula con leones y una troupe de payasos y bufones de un circo itinerante. Dichos vuelos fueron cotizados en más de 600 mil dólares para transportar objetos que no guardaban ninguna vinculación con las necesidades propias del gobierno. Fallecido Néstor la viuda continuó volando como un águila. Los pilotos de Aerolíneas Argentinas que trasladaban a Cristina a Calafate pernoctaron 35.000 noches en los hoteles de los Kirchner, que se pagaron con fondos del Estado. ¿Cómo no va a dar pérdida una aerolínea de bandera si era usada como taxi aéreo de Cristina cuando fue presidenta y luego vicepresidenta? ¿Cómo no va a ser deficitaria Aerolíneas Argentinas cuando sus aeronaves eran utilizadas como «aviones canillitas», ida y vuelta sin pasajeros, solamente para llevarle a Cristina los diarios de Buenos Aires cuando estaba en Calafate o Río Gallegos? Una pompa digna de la emperatriz Catalina de Rusia. Mientras tanto Don Birome, secretario general del gremio de APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) dice que la empresa aérea estatal daba ganancias hasta que llegó Milei. Desde 2008 a la fecha el Estado ha gastado en Aerolíneas Argentinas 8.000 millones de dólares y presenta una pérdida de US$ 6.540.000 millones. Claro tanto el Sr. Birome como sus colegas, creen igual que Cristina que Aerolíneas es una «empresa familiar», o sea, de ellos, con licencia para volar y no volar cuando a ellos les convenga. El peronismo siempre ha sido así. No le pidamos peras al olmo. Las empresas del estado son su coto de caza. El despilfarro y el vaciamiento del Estado es el modelo ideal: «Todos unidos triunfaremos, volaremos en aviones, construiremos barcos de papel y pararemos el país cuando nos dé la gana y a esta marcha le añadiremos el Tango Cambalache».
Los barcos de Alberto
Así como Cristina se obsesionó con los hoteles y los aviones del Estado, su partenaire Alberto se le dio por las pólizas de seguro y los barcos. Veamos su performance. Alberto como el Capitán de Navío o Almirante de una flota inexistente, celebró un contrato con Tandanor por el que el Estado desembolsó casi US$ 40 millones para la construcción de 12 remolcadores, pero hasta hoy el Estado no recibió ningún buque. El primero debió entregarse en julio de 2023. El entonces ministro de defensa Jorge Taiana encabezó en setiembre de 2021 la ceremonia de construcción del primero de 12 remolcadores para la Armada Argentina. El proyecto buscaba que la fuerza naval recuperase la capacidad de remolque propia y deje de contratar servicios privados para mover los buques dentro de sus puertos. Según el convenio, Tandanor tenía que construir 12 remolcadores: siete de 40 toneladas y cinco de 10 toneladas en un plazo de tres años. A cambio, la Armada Argentina le pagaría U$S63.061.293 por los materiales para la fabricación de las embarcaciones y otros $2.186.124.850 por la mano de obra. Como vemos, un negocio redondo, lo mismo que los vuelos de Aerolíneas Argentinas, un contrato ruinoso para el Estado, menos para «los muchachos multimillonarios que religiosamente combaten el capital». Como dijo una vez un intendente peronista caído en desgracia por ladrón: «Nosotros los peronistas somos como los zorros, perdemos el pelo, pero no las mañas».
28/09/2024 a las 7:32 AM
Toda la verdad. No hay exageración, la realidad y la historia desde el 17 de octubre de 1945 a la fecha, el Dia de la Lealtad -lealtad consigo mismo no con el país- esta maldita asociación ilícita se ha convertido en un monstruo fuera de quicio como el gigante Gargantúa, con un apetito insaciable. Maldito sea la escoria que contradiga este aserto.
28/09/2024 a las 8:11 AM
Y sí, no lo vamos a negar, los peronistas somos una manga de hdp, siempre fuimos compañeros chiquendenge chiquendengue hacemos paros y nos importa un carajo la gente, volare, di piu di pinto di piu….
28/09/2024 a las 9:22 AM
El kirchnerismo es el hijo degenerado engendrado por un padre degenerado: el peronismo, un aborto de la naturaleza.
28/09/2024 a las 10:41 AM
HAGA PATRIA, MATE UN PERONISTA.
28/09/2024 a las 10:49 AM
AHORQUEMOS A ALBERTO CON LAS TRIPAS DE CRISTINA.
28/09/2024 a las 12:14 PM
Illuminati, el tango «Cambalache» fue estrenado en el año 1934 y Discépolo lo refiere a «la década infame» de La Argentina (el Peronismo no existía).
Si bien la denuncia del poeta también interpreta al resto del mundo de entonces, sigue siendo válido para describir el actual. Sólo faltaría actualizar un poquito su letra: «Siglo XXI, cambalache problemático y febril».
Otrosí digo: Perón ha muerto y debería recordarse que «no existe peronismo sin Perón».
28/09/2024 a las 1:28 PM
De acuerdo Claudio, pero yo creo que está bien claro que en la introduccion que hace Iluminatti explica que la ominosa letra del Tango Cambalache excluyentemente encaja con la ideología o estructura mental de los peronistas, mejor que con cualquier otro grupo u organización maligna, ya que sus personajes, fines y resultados siempre han sido constantemente el desorden, la trampa, el engaño, la hipocresía, el robo y el saqueo del Estado, además de la zancadilla, el hostigamiento, descalificación y persecución del que piensa distinto.
28/09/2024 a las 1:52 PM
El tango Cambalache retrata proféticamente tus potpurris de citas inconexas o para figurar cultura jjjaajajsja TUS POSTEOS son cam-ba-la-ches!!!
28/09/2024 a las 2:10 PM
Champollion gallina pato Lucas Vendettor Lopillata Marengol Oscuritati, Ordeñez Juajeño…
Andá a trabajar vago de mierda, haz algo útil por tu país, estás todo el día al reverendo pedo y pendiente del Informador Público. Tomá las pastillas hijo de re mil putas. VACUNATE CONTRA LA ENVIDIA. Cruza de cerdo con hiena
¡T-o-m-a-t-e-l-a-s!
28/09/2024 a las 2:25 PM
ORDEÑEZ
Está claro que lo que afirma el autor de la nota revela que sos un redomado kirchnerista peroncho contrera y fracasado. Un hijo de re mil putas, igual que Cristina a la que adoras como tu madre adoptiva, troll mal pagado. Por tu naturaleza indigna estás condenado de por vida a ser un sobrenombre, un tipo anónimo. Un pobre loco. Te reputean, te dicen que te las tomes de esta página y no te das por enterado porque eres un sadomasoquista. Un pajarón sin parangón. Te sacan a patadas de todos lados. Por eso estás sin trabajo y ociosamente imbancable. Marica contestadora. Tomá las pastillas y seguí riéndote solo como tu tío Nicolás Maduro.
28/09/2024 a las 4:50 PM
Era cantado que el idiota y pajarón universal del tipejo de los cien nombres falsos y caras salivaría por «reflejo condicionado» como el perro de Pavlov. ¿Qué otro infeliz, fragmentado y anónimo podría decir las boludeces e infladas flatulencias verbales -lengua de sapo- que repugnan, síntoma de un cinismo preponderante. Ya informó su médico psiquiatra Dr. Abel Noriega del síndrome que padece su paciente. Los alias de repuesto que usa revelan la fragmentación de su personalidad, a saber: Juajejo, Ordoñez, Luisiana Lopillato, Lucas Vendettor, Champollión, Adolfo H, Oscuritati, etc., etc. Son muchos los lectores que se fastidian y piden sea bloqueado el tipo, mas Iluminatti ha respondido que las oposiciones y resistencias al pensamiento no deben restringirse ni censurarse, sean desprolijas, tibias, vehementes y desmesuradas, incluso la de los idiotas, estos también tienen derecho a que se los escuche. Así pensaba Paracelso, Platón y el Dr. Freud. De todos modos yo solicitaré al Director del IP que bloquee a este sujeto. La burla y la mofa es propio de seres inferiores. Un hombre digno tiene otro lenguaje que un desgraciado energúmeno no lo posee. Goza molestando y burlándose el infeliz. ¿Por qué no escribís una nota vos Adolfato Pajarón y das la cara, sucio, «olor a cola» (frase que usa cuando es Juajejo).
28/09/2024 a las 2:04 PM
Buenas tardes. Me presento. Soy el médico tratante de un paciente ambulatorio del Hospital Borda, y quiero discuparme por las burlas y los comentarios incoherentes de este pobre hombre que lee el Informador Público desde su aparición en su original formato distinto al actual. No puedo revelar su nombre. No toma las pastillas prescriptas. Utiliza una gran variedad de alias y sobrenombres ridículos: Adolfo RH (ex peroncho nazi), Juajejo de la juajeja, Ordoñez u Ordeñez, Lugi Marengol, Champollion, Luisiana Lopillato, etc. -es Drag Queen- tiene el Síndrome de los perros de Pavlov cuando lee las diferentes notas del Informador Público, este individuo no tiene la capacidad moral ni intelectual para refutar a nadie. Es un paciente ambulatorio que no quiere a nadie, no se quiere ni él mismo. Trabajó en un mercado de pulgas pero lo sacaron a patadas en el culo por dejar mensajes anónimos conteniendo insultos a sus vecinos. Carece de de reflexión para mejorar como persona y como miembro de la sociedad. Vive en un sótano mental. Ni siquiera como bufón lo contratan.
28/09/2024 a las 2:34 PM
El tipo este de los mil sobrenombres, especie de troll ineficiente mal pagado, los mismos alias que usa: Champolliómn, Vendettor, Adolfo H, Marengol, Ordoñez, Luisiana Lopillato, Juajeño, etc. es idéntico en sus provocaciones y contestaciones a Nicolás Maduro; sus mismas palabras dan cuenta que sufre el trastorno negativista desafiante (TND) que es la presencia de un patrón recurrente de comportamiento negativista, desafiante, burlesco, desobediente y hostil con todos sus semejantes. Sólo él tiene la razón. Observese el patrón de conducta, en lo psicológico no tienen empatía, hay mucho de narcisismo y de reiteración maníaca obsesiva. Tiene mierda en la cabeza. Está en contra de todo y de todos. Ya han definido su problema mental: Síndrome del Perro de Pavlov. Y se cree un gran crítico, su léxico tiene el mismo valor que un sorete de gallina.
28/09/2024 a las 2:40 PM
Sr. Colifa Champollión, Vendettor Lopillado Ordeñez Marengol, Adolfus «H» Birdman. Ya que Ud. no se quiere tomar el palo de esta página, le hacemos saber que por cada boludez o burla simiesca suya, este grupo contrapajarones refractarios le devolverá cinco hondazos -réplicas- en los huevos en concordancia con la máxima: «ego homuncio hoc non facerem veritatis» (no le haría esto a un hombre de verdad). Su gusaneidad no le permite ser dar la cara. Siga haciéndose la del mono.
28/09/2024 a las 3:20 PM
Sr.Luis
De nuevo una página para un cuadrito en la mesa de luz.
Impecable, como siempre.
En cuando al supuesto de los mil nombres, es preferible, ya lo he dicho muchas veces, no darle entidad. Para qué prenderse en algo que no aporta nada?
De todos modos, sí me preocupa sobremanera que tanto el difunto, como la sra. heredera y sus hijos, pasarán años; como ocurre siempre en nuestro país, para que la condena por sus pecados les llegue como corresponde. Eso es lo verdaderamente grave. Más aún pienso, y me preocupa, que el nuevo gobierno está dejando que el agua corra sin tomar en serio los antecedentes de esta verdadera plaga que fue, es y será la herencia del General. Más vale que nos digan porqué ese letargo, larga siesta, que se ve a simple vista con la sra. y sus amigos. Cuando referencio esto último me refiero a los Gordos y los Flacos del sindicalismo y otras hierbas dispersan por el campo de la política nacional.
28/09/2024 a las 5:02 PM
Sr. Juajejo Colifato Champignón Lopillado.
Soy el guardia del Borda. Le recuerdo que por orden de su médico se debe abstener por consumir alcohol y drogas no autorizadas. Caso contrario, nos veremos obligado a pedir el cambio de institución.
28/09/2024 a las 6:41 PM
Hola Sr. Champollión Lopillado Ordeñate
Dado su alta capacidad intelectual-olográfica, quisiera conversar con ud. Acá le envío una solicitud de amistad y doy mi cara para que vea quién soy. Que tenga una excelente jornada.
https://www.facebook.com/share/r/2YsjREeV49SYxd1b/?mibextid=oFDknk
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28/09/2024 a las 7:29 PM
Es acertada la aclaración del forista «CLAUDIO» cuando afirma
que el Tango «Cambalache» fue escrito en 1934 cuando aun no
había arribado el sucio Peronismo. No obstante el forista cae
en el error de continuar usando el peyorativo «Década Infame»
al mencionar el gobierno de aquellos revolucionarios que
acabaron con la presidencia del populachero y analfabeto
Yrigoyen. Es inadmisible, transcurrido casi un siglo de aquel
evento, ignorar que la mal llamada «Década infame» fue una
de las más florecientes que tuvimos. Fueron los diez años
en que más Obra Pública se hizo en nuestro país, y en los que
culturalmente ascendimos innúmeros escalones. El escritor
Carlos Viana los relata así : » El gobierno Conservador de la
década de los años treinta, creó el Banco Central y el Control
de Cambios, y la política del General Justo salió de la peor
crisis económica que había vivido el mundo gracias a su
política de austeridad que logró en sólo tres años que se
recuperara el empleo y que nadie tuviera hambre en nuestro
país. Nuestra inflación anual era del 0,2 % «.
El famoso arquitecto e ingeniero Francisco Salamone, un
ícono insoslayable en nuestra arquitectura vernácula, había
construído entre 1936 y 1940, sesenta obras colosales en
los municipios de Bs.As., todas emblemáticas y de carácter
referencial aún hoy en nuestra Facultad de Arquitectura. No
obstante, fue canallesca e insidiosamente «borrado» por
haber desarrollado su monumental trayectoria durante la
repugnantemente mal llamada «Década infame».
En su política de austeridad a rajatabla, El Gral. Justo borró
de un plumazo a «los del gremio de Discépolo» (quizá Platón
lo hubo inspirado al haber excluído en su «República ideal»
a los poetas»), y desató el mismo encono que hoy soporta
Milei al no subvencionar a cineastas y actores que según él
«viven de nuestros impuestos sin retribuirnos algo de valor».
La ingenuidad y el resentimiento le hicieron escribir al poeta
Discépolo su Tango enfrentando a los militares de «La
Década Infame», y apenas regresara el Populismo de la mano
del «General Huevoduro», Discépolo fue su más renombrado
alcahuete ( recordar el programa diario por cadena nacional
a las ocho de la noche, donde deslizaba loas al nabo Perón ).
No logró seducir a nadie; tras la fuga de Perón en 1955, los
porteños acudían a la casa de Discépolo y sembraban su
vereda rompiendo en pedazos los discos de los abundantes
Tangos valiosos que había compuesto. No lo soportó; cayó
en depresión profunda y murió sin ninguna enfermedad,
pesando apenas escasos cuarenta kilos.
Un poeta fenomenal del que, en la tribuna, sentenciarían :
«Tuvo los cinco minutos de pelotudo de los que ningún varón
suele zafar».
El gaucho de Hernández sería implacable con él : «Hasta el
zorro más matrero suele caer como un chorlito; viene por un
corderito y en la estaca deja el cuero».
Como tanguero recalcitrante, no dejo de condolerme.
29/09/2024 a las 1:52 AM
IBAMOS A CONTESTARLE AL TAL CLAUDIO, PERO EL ENVIO DE EL CABURE, NOS EVITA CUALQUIER COMENTARIO.
ABSOLUTAMENTE DE ACUERDO, ES REPUGNANTE ESCUCHAR «DECADA INFAME», CUANDO LOS HECHOS MUESTRAN JUSTAMENTE LO CONTRARIO.
LA DENOMINACION PROVIENE, PORQUE DE 1930 A 1943, EN REALIDAD 13 AÑOS, SE EXCLUYE A LA UCR, DE LA PARTICIPACION POLITICA DEL PAIS, DESPUES DEL DESQUICIO ENTRE 1916 Y 1930, EN QUE SUMIERON AL PAIS.
28/09/2024 a las 8:56 PM
La tragedia de Discépolo
El genial autor de ‘Cambalache’ se transformó durante el primer peronismo en un artista militante que falseaba datos y basureaba opositores.
Por Fernando Iglesias
(16 de enero de 2022)
En estos tiempos de descrédito y confusión, una de las polémicas políticas decisivas se refiere a si el kirchnerismo constituye una anomalía o una expresión genuina de la tradición peronista. De la respuesta que se dé a este interrogante dependen muchas cosas; entre ellas, la decisiva cuestión de hacia dónde debería ampliarse el espacio de Juntos por el Cambio y las alianzas necesarias para un posible futuro gobierno de coalición. La polémica es larga, tiene muchos matices y no es posible saldarla tomando un solo aspecto, el cultural, ni mucho menos argumentando alrededor de una historia de vida. Pero lo sucedido con uno de los grandes poetas populares del siglo XX argentino, Enrique Santos Discépolo, no deja de tener significación. Glosando la remanida frase que Marx toma de Hegel: los actuales Coco Silys y Alejandro Dolinas no son más que una repetición farsesca de Discépolo y su tragedia, su tristísimo modelo original.
Nacido en un hogar humilde pero con alto nivel cultural, Discépolo anticipó todos y cada uno de los gestos, ideas, modismos y trayectorias que hoy identificamos con la cultura kirchnerista. Con excepción del talento, que a él le sobraba y a sus imitadores no. Como muchos “artistas populares”, según la denominación K, Discépolo llegó a la fama encarnando una posición hipercrítica, contracultural y antisistema, para terminar formando parte de un aparato propagandístico organizado y financiado desde el Estado por un gobierno de tendencias totalitarias, que se creía el representante único de la Patria y el Pueblo. Como dicta la tradición peronista desde el famoso “Braden o Perón”, Discépolo no creía que las demás corrientes políticas argentinas fueran otra cosa que representantes de poderes foráneos, cuya llegada al gobierno debía ser impedida de cualquier manera ya que su victoria electoral no se trataba de alternancia democrática sino de una repudiable conspiración organizada desde el exterior.
Por lo tanto, consideraba su deber basurear a los críticos del gobierno peronista. Para hacerlo no escatimó esfuerzos ni le molestó someterse a censura previa. Su contratante era el creador de la leyenda peronista, Raúl Apold (subsecretario de Prensa y Difusión, imaginativamente descripto por Silvia Mercado como “el inventor del peronismo”), que controlaba y modificaba sus escritos antes de que Discépolo pudiera leerlos al aire en su programa de Radio Nacional. Como pasó con muchos artistas kirchneristas, también, las mejores obras de Discépolo –”Chorra” y “Malevaje” (1928), “Yira, yira” (1929), “Cambalache” (1934), “Uno” (1943), “Canción desesperada” (1944)– son anteriores a su vuelco político, como si la cercanía del poder y la fanatización militante hubiesen agotado sus fuentes de inspiración.
Como pasó con muchos artistas kirchneristas, las mejores obras de Discépolo son anteriores a su vuelco político.
Como los artistas K, tampoco Discépolo se dedicó a reivindicar aquello en lo que creía sino que se aplicó concienzudamente a denigrar a sus opositores y contradictores. Muy especialmente a los pertenecientes a la repudiable clase media. Para ello construyó un personaje que hoy catalogarían como “odiador serial” y “aspiracional” al que llamó Mordisquito. El Mordisquito de Discépolo concentró y resumió los motes despectivos de contrera, cipayo, garca y gorila que el peronismo usaría sistemáticamente para hablar del Otro, que es la Patria. Por su inepcia y su mezquindad, inventada por su propio creador, Mordisquito nos recuerda hoy vagamente a los chetos, runners, surfers, entrepreneurs y demás sujetos sobre los cuales la dirigencia K y las bases militantes kirchneristas atizan el resentimiento social.
Amparado y protegido por un peronismo entre cuyos logros culturales se anotaban películas como Argentina de fiesta y Eva Perón inmortal, horribles subproductos del INCAA de aquellos tiempos; y mimado por un gobierno que le puso Ciudad Eva Perón a La Plata, Provincia Presidente Perón al Chaco y Provincia Eva Perón a La Pampa y construyó Ciudad Evita usando el perfil de la Líder espiritual de la Nación a pocos kilómetros de Ezeiza, para que su rostro pudiera ser admirado desde las alturas; Discépolo formó parte de una invención decisiva de Apold en el medio de propaganda por excelencia de aquellos años: la radio. La idea, la conocemos bien: un programa radial que servía para compactar el frente interno y unificar consignas en las filas del movimiento nacional y popular. Se llamaba Pienso y digo lo que pienso y era un 678 de la primera hora, que propagaba las ideas de la Patria y el Pueblo –es decir: del peronismo– en la voz de artistas populares como Luis Sandrini, Lola Membrives y Tita Merello.
La contracara de este sistema de tintes goebbelianos era la excomulgación de los artistas que no eran peronistas ni aceptaban someterse a los carnets partidarios y los crespones de luto obligatorios. Muchos de ellos tuvieron que abandonar el país porque no conseguían trabajo. No se trataba de comparsas sino de figuras estelares como Libertad Lamarque, Berta Singerman, Arturo García Buhr, Delia Garcés, María Rosa Gallo, Fernando Lamas, Luisa Vehil, Pedro Quartucci y Niní Marshall, quien tuvo el honor de ser insultada en persona y cancelada de la programación radial por la propia Evita, en la Casa Rosada y delante de testigos. Para los músicos, en cambio, el peronismo prefería la cárcel. No hablo de repudiables y oligárquicos directores de orquestas sinfónicas sino de compañeros de ruta del campo popular como el comunista Osvaldo Pugliese, asiduo visitante de cárceles y comisarías peronistas; y Atahualpa Yupanqui, el payador perseguido, a quien poco antes de que se exiliara en París la Sección Especial (policía secreta) le rompió la mano para que no pudiera seguir tocando la guitarra, circunstancia que el astuto Yupanqui evitó por ser coherentemente comunista… y zurdo.
‘678’ en 1951
Pocas demostraciones más concluyentes de que el relato kirchnerista es el último capítulo de la leyenda peronista que el programa Pienso y digo lo que pienso y la participación de Discépolo. Un día antes de las elecciones presidenciales de 1951, Discépolo se refirió a Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, candidatos de la fórmula opositora, con frases de desprecio y acusaciones que recuerdan perfectamente a las que se usan hoy contra dirigentes de la oposición. Aquel día, en Pienso y digo lo que pienso, por Radio Nacional, Discépolo le dijo a Balbín:
Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a tus malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado en un largo camino de miseria (…) Esa es la verdad. A Perón lo trajo el fraude, la injusticia y el dolor de un pueblo que se ahogaba en harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre. Lo trajo esta lucha salvaje de gobernar creando miseria, los trajo la ausencia total de leyes sociales que estuvieran en consonancia con la época. Los trajo tu tremendo desprecio por las clases pobres a las que masacraste, desde Santa Cruz hasta lo de Vasena (…) Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón. ¡Vos los creaste! Con tu intolerancia. Con tu crueldad. Con la misma crueldad del candidato a presidente que mataba peones en su ingenio porque le pisaban un poco fuerte las piedritas del camino a la hora de la siesta (…) Mirá, si vos hubieras estado en la Semana Trágica como yo y como tantos, en Cochabamba y Barcalá, y hubieras visto morir primero a aquellos cinco, luego a cientos, y hubieras visto masacrar judíos por una ‘gloriosa’ institución que nos llenó de vergüenza, no hubieras formado nunca más parte de ese partido que integrás por amor propio y quizá por ignorancia de tantos hechos delictuosos que son los que empezaron a preparar la llegada de Perón y Eva Perón (…) Gracias te doy por él y por ella, por la Patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir que se merece.
Si esto no es la base de un discurso kirchnerista, es difícil decir qué es. Desde la pretensión de haber llegado al poder en un “país incendiado” o “tierra arrasada” hasta el delirio fundacional (“la Patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir”), pasando por la descalificación de la oposición (“vos y los tuyos los habían enterrado en un largo camino de miseria”) y el endiosamiento mesiánico (“Eva Perón, la milagrosa”), todo en Discépolo es kirchnerismo antes del kirchnerismo. Además, Discépolo anticipa aquí un argumento muy usado todavía en la propia oposición al populismo: la idea de que el populismo no es responsabilidad de los populistas sino de sus antecesores, quienes con su insensibilidad permitieron su surgimiento. Para imponer semejante autoflagelación son necesarias acusaciones y distorsiones de hechos históricos que al final retratan mejor a los populistas que a sus adversarios. En el panfleto de Discépolo hay varias. Mirémoslas de cerca una por una.
Para empezar, la leyenda invocada por Discépolo, fuertemente impresa en el imaginario argentino, de que al peronismo le tocó asumir en un país devastado (argumento retomado en 2003 y 2019 por el kirchnerismo), es falsa. Tras superar la crisis del ‘29, de 1933 a 1945 la economía argentina creció a un promedio anual del 4%, apenas inferior al 4,1% que registraría entre 1946 y 1955. Y la industria lo hizo aún mejor, creciendo a un promedio anual de 5,7%, superior al 4,9% del primer período peronista. Nada nuevo. Lejos de ser un país agrario preindustrial, la participación de la industria en el PBI argentino había crecido desde el 15% en 1933 al 19% en 1945; una proporción que a pesar de la exacción impositiva al campo (otra política kirchnerista anticipada por el primer Perón) sólo creció hasta el 20,3% entre 1946 y 1955 del primer peronismo, supuesto responsable de la industrialización. En otra similitud notable con el kirchnerismo, la economía del peronismo original también se sustentó en los commodities: los términos de intercambio comercial tuvieron a fines de la Segunda Guerra Mundial la mayor suba del siglo, alcanzando 150,7 puntos en 1948, con lo que superaron el máximo de 1908 (146,3) y registraron un récord que duraría 64 años, hasta 2012 (167,6). De ahí surgieron los famosos “días más felices” de 1946-1949, repetidos por los K en 2003-2009.
En 1945, la situación de los trabajadores argentinos era mejor que en la mayor parte de Europa, de la que seguían llegándonos millones de inmigrantes.
¿Beneficios para unos pocos, como sugiere Discépolo? ¿Datos macroeconómicos sin correlato social? En 1945, la situación de los trabajadores argentinos era mejor que en la mayor parte de Europa, de la que seguían llegándonos millones de inmigrantes. El pueblo “enterrado en un largo camino de miseria”, según Discépolo, era el más rico de América Latina y disponía, por lejos, de la mejor legislación social. De ninguna manera era cierta la idea que impusieron: el “antes no había nada”, la “ausencia total de leyes sociales”, etc. En realidad, el 17 de octubre y el apoyo obrero a Perón no fueron el fruto de un retroceso sino del crecimiento cuantitativo y cualitativo de la clase trabajadora gracias a un proceso industrializador que antecedió al peronismo, cuyos protagonistas reclamaban, con toda justicia, más participación y derechos. Perón encarnó esas aspiraciones populares. Que las haya cumplido o no es la verdadera discusión.
Lo que está fuera de discusión son los resultados de creer que en Argentina, un país naturalmente rico y condenado al éxito, el problema de la pobreza era sólo un tema de redistribución. Según el Maddison Project, el principal equipo de historia económica, en 1946 Argentina era el octavo país más rico del mundo, su PBI per cápita (de 7.436 dólares) era el más alto de América Latina, casi cuadruplicaba el de Brasil y más que duplicaba el de México. Nuestro PBI por habitante era el doble que el de los países latinos pobres de Europa, como Italia y España, y superior al del país latino más rico, Francia, cuya producción por habitante era 6.142 dólares. Setenta años después, en 2015, Argentina ocupaba el 56º lugar en el ranking mundial de riqueza, su PBI por habitante (US$19.502) ya no era el mayor de América Latina (en Chile era de US$21.589), y tanto México como Brasil casi la habían casi alcanzado.
¿Ausencia total de leyes sociales? Sin que ningún peronista me haya refutado con datos, he demostrado en varios libros que ninguna de las principales leyes sociales de la Argentina fueron sancionadas originalmente durante un gobierno democrático peronista, que sus mejoras fueron ampliaciones de derechos existentes, casi todas aplicadas por la dictadura en 1945. Y que, además, fueron menores a las alcanzadas en esa misma época por países latinoamericanos y europeos.
También esto es kirchnerismo: un día, cuando conviene, Yrigoyen es un monstruoso represor. Al otro, parte de la línea histórica San Martín, Yrigoyen, Perón.
Decir, como dicen Discépolo y el peronismo entero, que el propósito de los anteriores gobiernos radicales era “gobernar creando miseria” fue kirchnerismo antes del kirchnerismo. En ese discurso, además, Discépolo les contestaba a Balbín y Frondizi. De manera que su referencia a La Patagonia Rebelde y la Semana Trágica (“las clases pobres a las que masacraste, desde Santa Cruz hasta lo de Vasena”) implicaba directamente a Hipólito Yrigoyen. También esto es kirchnerismo: un día, cuando conviene, Yrigoyen es un monstruoso represor. Al otro, parte de la línea histórica San Martín, Yrigoyen, Perón. Este procedimiento peronista-discepoliano recuerda claramente el aplicado por el kirchnerismo con Alfonsín, a quien un día no se le reconocía ni el Juicio a las Juntas (“Vengo a pedir perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”, sostuvo Néstor Kirchner en 2003 frente a la ESMA) y al otro se lo homenajeaba como “padre de la democracia”, según el capricho y la necesidad electoral K.
En cuanto a los crímenes de la Semana Trágica, la cosa adquiere ribetes delirantes. Fue Perón, y no Balbín ni Frondizi, quien formaba parte de aquel ejército represor, como encargado del Arsenal de Guerra Esteban de Luca, que proveía de armamento y municiones a los que disparaban contra los obreros de Talleres Vasena. Acaso haya sido también parte de los pelotones fusiladores, al menos, según el testimonio de algunos críticos, como el mayor Vicente Aloé. La “gloriosa institución que nos llenó de vergüenza” señalada por Discépolo es, además, la Liga Patriótica, un grupo fascista dedicado a perseguir judíos y dirigentes obreros de relevante actuación en la Semana Trágica. Según refiere Tomás Eloy Martínez, Perón habló de la Liga Patriótica en estos términos: “Mi antiguo profesor Manuel Carlés, apoyado por el vicealmirante Domecq García, fundó la Liga Patriótica Argentina, en la que se inscribieron muchos jóvenes católicos y nacionalistas. Disponían de una tropa de choque cuya misión principal era poner en vereda a los agitadores extranjeros. A veces usaban métodos violentos, pero eran bienintencionados” . Violentos pero bienintencionados, dice Perón. Luisito D’Elía está feliz.
En cuanto al “candidato a presidente que mataba peones en su ingenio porque le pisaban un poco fuerte las piedritas del camino a la hora de la siesta”, la referencia es, indudablemente, a Robustiano Patrón Costas, un empresario conservador que había llegado a la gobernación de Salta, la presidencia del Senado y la precandidatura a presidente de la Nación en las elecciones de 1943. Es sabido que Perón frustró su acceso a la presidencia con el golpe de Estado del que sería vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión. Cristina Kirchner reivindicaría aquel golpe (que no fue golpe, como todos los golpes de los que participó el peronismo), mencionando ante la Asamblea Legislativa de 2011 “el ADN militar peronista” gestado en aquella epopeya en la cual el Ejército Argentino “terminó con el fraude patriótico” por el método peronista de empeorar las cosas: es decir, a través de un golpe militar.
Discépolo debería, además, haberse informado mejor. Para la época de su acusación, a Patrón Costas hacía tiempo que la Historia lo había reconciliado con Perón.
Discépolo debería, además, haberse informado mejor. Para la época de su acusación, a Patrón Costas hacía tiempo que la Historia lo había reconciliado con Perón. En 1947, cientos de familias pilagá, que regresaban de su trabajo en el ingenio El Tabacal, de Patrón Costas, se reunieron en el paraje Rincón La Bomba (Formosa), a pasos del Escuadrón 18 de Gendarmería Nacional. Los pilagá decían que habían sido estafados por Patrón Costas, quien les habría pagado la mitad de lo prometido. El gobierno de Perón les envió víveres, pero los pilagá sufrieron intoxicaciones y decenas de ellos murieron. Después, dada su “actitud de franco alzamiento (…) irreductible e intransigente”, según el informe de Gendarmería Nacional, se intentó desalojarlos. Finalmente, Gendarmería Nacional abrió fuego con ametralladoras de pie y terminó exterminando a los sobrevivientes para eliminar testigos. Así murieron al menos 500 miembros de los famosos “pueblos originarios”. Durante el primer gobierno de Perón. Pero gracias al sesgo peronista no hubo películas que denunciaran la masacre ni los compañeros mencionan hoy a Perón como continuador de Roca. Es más: casi nadie recuerda el hecho. El sesgo peronista de la información argentina en todo su esplendor.
Finalmente, la frase sobre “el dolor de un pueblo que una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre” se volvería rápidamente en contra de Discépolo. Recuperada la producción agropecuaria mundial después de la Guerra, vueltos los precios a la normalidad y vaciadas en tres años reservas del Banco Central, se terminaron los días más felices, que existieron pero duraron solamente tres años, entre 1946 y 1949. El peronismo se enfrentó entonces a los problemas de toda economía populista: inflación, recesión y “restricción externa”; es decir: falta de dólares en la economía de un país que –por primera vez– exportaba menos de lo que importaba. Así que hubo que ahorrar toda la harina blanca que fuese posible para conseguir los dólares necesarios. En 1952, por idea del Cafiero primigenio, se hizo pan de harina de mijo negra para proveer la mesa de los argentinos. Muy pronto se aplicaría la misma receta en otro mercado y el país de las vacas tendría su primera veda cárnica. El cepo avant la lettre, aplicado a la alimentación.
Cambalache meritocrático
Discépolo moriría poco después de esta filípica, a los 50 años, de un infarto que la leyenda peronista adjudicó al maltrato sufrido por parte de cipayos y contreras, argumento recientemente repetido por el kirchnerismo con Héctor Timerman y Hugo Chávez. Cierto es que el repudio en sus años finales había sido fuerte. La clase media, a la que pertenecía y a la que había ridiculizado con su Mordisquito por estar preocupada por “la falta de té de Ceylan”, dejó de concurrir a sus obras de teatro. Su talento de compositor parecía haber quedado atrás. Sus antiguos amigos, perseguidos por el régimen, se cruzaban de vereda para no saludarlo. La grieta: otra contribución original del peronismo continuada hoy por el kirchnerismo a la división del país.
Sin embargo, en una carambola llamativa, quedaría como su obra maestra un tango, “Cambalache”, que leído en los términos de hoy no puede sino comprenderse en términos de reivindicación de esa meritocracia y esa cultura del esfuerzo de las que el peronismo abomina hoy. En él, un Discépolo indignado se lamenta: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualado. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”.
¿Qué diría de la política educativa kirchnerista el Discépolo de “no hay aplazaos ni escalafón… Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor”? ¿Qué opinaría de Hotesur y los cuadernos de Centeno el Discépolo de “los inmorales nos han igualado”, el de “¡cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!”? ¿Qué le parecerían los piquetes al que se lamentaba de que “el que no llora, no mama”? ¿Qué opinaría del zaffaronismo el que se flagelaba porque en Argentina “el que no afana es un gil”? ¿Qué pensaría de la CTEP de Grabois, el Movimiento Evita y el Vatayon Militante aquel Discépolo de “es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura, o está fuera de la ley”?
Una vara ética altísima para la sociedad a la que se pertenece y otra bajísima para el Líder, Evita la milagrosa y su corte de santos y apóstoles.
Discépolo: el dedo levantado, la admonición condenatoria y la pretendida superioridad moral. Una vara ética altísima para la sociedad a la que se pertenece y otra bajísima para el Líder, Evita la milagrosa y su corte de santos y apóstoles. Todo en la personalidad y la obra de Discépolo nos recuerda el tipo del fanático religioso que desprecia por sus imperfecciones al ser humano y que, en su búsqueda de absolutos, no encuentra una vía hacia la mejora de la sociedad abierta sino más bien propone su reemplazo por un sistema totalitario en el que el Estado desempeñe la función moral. La tentación del bien, como la describió una de sus víctimas y de sus mejores críticos, Tzvetan Todorov, cuya sabiduría provenía de las persecuciones del estalinismo. En Discépolo, el momento de su obra mejor coincide además con el periodo de la desesperación cultural de entreguerras, caracterizado por un pesimismo cósmico acerca del ser humano y un escepticismo radical sobre el progreso, y en particular, sobre los dos grandes sistemas modernos: el político-democrático y el económico-capitalista. Con toda su genialidad, en “Cambalache” se adivinan ya varias de las claves del pensamiento antimodernista que unificarían por décadas a la Iglesia católica y el peronismo: los personajes positivos son miembros de la curia o militares mientras que los negativos son siempre civiles. Al cura se le contrapone un colchonero; al santo (Don Bosco), un estafador (Stavisky) y una prostituta (la Mignon); a los héroes militares (Napoleón y San Martín), un mafioso (Don Chicho) y un boxeador (Carnera). Finalmente, las convicciones morales son destruidas por el progreso tecnológico, de manera que se ve llorar la Biblia junto a un calefón.
Del pesimismo cultural al nihilismo moral y la condena de la partidocracia y el parlamentarismo, la descalificación del dinero como estiércol del Diablo y la reivindicación acrítica de sistemas totalitarios como el fascismo y el comunismo había sólo un paso, que los intelectuales europeos de entreguerras dieron en masa. Discépolo, su versión argentinísima, también lo dio, apenas el régimen peronista le ofreció reconocimiento y un lugar bajo el sol. Sólo que aquí, la inexistencia de conflictos sociales, raciales y bélicos de las colosales dimensiones europeas, la resistencia de la oposición y la sociedad civil, y el carácter farsesco del peronismo respecto del fascismo y del kirchnerismo respecto del estalinismo, generaron un sistema mucho menos destructivo pero más estable y perdurable: el cambalache K, un cambalache peronista cuyos estertores kirchneristas se prolongan hasta hoy.
30/09/2024 a las 1:59 AM
DON REYES, IMPECABLE SU ENVIO. ES TAL CUAL COMO SUCEDIO. BIEN DOCUMENTADO Y RELATADO DE MANERA INOBJETABLE.
PERO EL PERSONAJE EN CUESTION, TIENE LA COBERTURA DE SU ENORME TALENTO ARTISTO QUE SOBREPASA EN MUCHO SU DISCERNIMIENTO POLITICO, COSA QUE LO MANTIENE INMACULADO, PORQUE LA GENTE SIEMPRE RECUERDA AL PRIMER DISCEPLO Y NO AL ULTIMO.
LA MEMORIA TAMBIEN TIENE PIEDAD !!
28/09/2024 a las 9:59 PM
Dr. Iluminatti
Prolijísima su nota y ajustada a la verdad, le moleste a quien le moleste. Coincido con lo que afirma al comienzo de la misma sobre el Tango Cambalache y Santos Discépolo que lo compuso antes de la aparición del peronismo como bien aclara Claudio. Pero lo cierto es que Discépolo resultó un visionario de lo que vendría una década después, las categorías humanas peronistas, los inmorales y bribones que él describió genialmente a través de su famoso tango, una caterva de sinvergüenzas y canallas vividores cuyos perfiles coinciden con el prototipo del peronista, una ola de corrupción antes nunca vista en el país que lo terminó arrastrando al mismo Discépolo que cayó en desgracia, inventando la versión que murió de tristeza por un amor no correspondido, el amor de su vida.
La historia del peronismo es una historia llena de desilusiones, baches, espejismos y simulacros. Aspiran a gozar y dominar y al final los usaron como preservativos. ¡Todos Unidos Triunfaremos! Trágate bien esa píldora che militante. ¡Siempre! Una curiosa adoración, la que vos pajarón sentís por ídolos con pies de barro que hicieron que el país retrocediese cien años. Sí, es así, porque vos tenés la mística de los pajarones y practicás tu culto como una religión de mediocres arrastrados. Cuanto más infames tus ídolos más torpe, gil y pajarón sos vos. Te gusta ayudar a los esbirros a ponerle palos a la democracia. Votás el malparido populismo de la demagogia. Y a a la gente que te habla claro lo llamas facho, gorila o milico. ¿No te parece que más que un argentino sos o un idiota útil, o un colaboracionista del caos y la anarquía. Los pajarones como vos sólo sirven de punta de lanza o ariete de los sátrapas que mandan, y vos obedeces pajarón. ¡Oh Dios, sálvanos de los pajarones! El fracaso -por no decir la infamia- de los pajarones fue lo que trajo la decadencia, las grietas y la locura colectiva.
28/09/2024 a las 10:21 PM
Jajajaja te gusta el tango carancho insignificante cordobés!!! ahora que llenas la panza sin andar mendigando has podido desplegar tus verdaderos gustos SOECES en compañía de la dormilona SIEMPRE CAS A SER uN PARÁSITO MANIPULADOR DE ESTRATEGIAD AGUZADAS OOR TU PROPIO HAMBRE PASADO QUE SERÁ SIEMORE EL FOCO DE LA LÍNEA PARÁBOLA QUE ES TU VIDA
28/09/2024 a las 10:52 PM
Juajejo
Tomatelas conejo negro, imbécil, campeón mundial de los pajarones. Troll mal pagado. Das asco. Vacunate contra la envidia. Voy a presentar una queja contra vos en la Asociación Anónima de Pelotudos Alegres de la República de Jaujalandia. Saludos a tus amigos los bufones malditos.
28/09/2024 a las 10:59 PM
Juajejo Adolfo H Robotovich
Hijo de re mil putas,
Hazte un favor, tomá las pastillas. Y comé mucha zanahoria militante de la nada.
28/09/2024 a las 10:33 PM
Y no es a Illuminati a quien le digo eso
28/09/2024 a las 10:40 PM
Sr. Luis Iluminatti
Coincido totalnente con Ud. y con lectores Benítez y Varas -además del artículo de Fernando Iglesias- quienes han comprendido cabalmente la relación de identidad entre el tango Cambalache y el peronismo surgido una década después. Lo que Discépolo nunca imaginó es que los retratados por él respecto de la «década infame» se ajustaría a la realidad peronista mejor que nadie a los perfiles morales de su tango. ¿Quién se acuerda hoy del gobierno de Ramón Castillo, que Juan Perón ayudó a derrocar junto con un grupo de militares sediciosos? Dicho golpe constituye el origen de la matriz golpista del peronismo.
28/09/2024 a las 11:01 PM
Alberto Castillo…¡ Que cantorazo!!!
Hoy la mayoría de los escribas de por aquí, tendrían que estar escuchando al profeta.
29/09/2024 a las 7:54 AM
Nunca leo la » opinion » de un fulano que seguidamente publica en INFOBAE.
Hoy se me ocurrio leer, y el fulano sigue en la misma. Desconoce la realidad, habla de los ultimos 40 años de desastres gubernamentales, y se olvida decir que todo comenzo con el golpista, pederasta, golpista con Uriburu, golpista contra contra Castillo, y llego a la vice presidencia. Subio al poder en 1946 con su partido: Justicialismo, definiendolo como SOCIALISMO CON JUSTICIA SOCIAL.
Socialismop, lo peor de la politica. Y Justicia Social, que no es mas que robar al que produce, y repàrtir a los elegidos.
Y junto con su mujer, ex actriz de radio-teatro sumergieron un pais maravilloso en el desastre que vivimos hoy.
Sumado a la reforma ilegal de la CN, para poder ser reelegido es decir siguio como presidente de facto. Nos regalo desde la inflacion al apoyo a terroristas, y luego la AAA desapareciendo personas. Sumado a que nacionalizo todo lo que pudo, hasta el comercio exterior. En fin para hablar del desastre peronista, se necesitan varias horas, y no quiero cansar a nadie.
Creo sin embargo que los pulpitos estan en decadencia, y que desapareceran, como el dicho aquel, nadie dura mas de 100 años- fin
29/09/2024 a las 7:35 PM
Mordisquito. Discépolo y el peronismo.
na de las facetas fundamentales para entender el universo «discepoliano» es su compromiso político, su militancia peronista. Uno de los factores que provocaron su depresión y un final divorciado de la elite intelectual fue, justamente, este aspecto esencial de su propuesta poética vinculada al conflicto social. Enrique Santos Discépolo murió criticado por sus pares, que le hicieron un vacío a raíz de su ideología.
Defendió con convicción, ironía y vehemencia, lo que él entendía un avance en el campo político y social, el gobierno del General Juan Perón.
La radio fue el vehículo que utilizó para difundir su ideario, en su famoso micro ¿A mí me la vas a contar?. Transcribimos, a continuación, el último texto leído por Discépolo el 10 de noviembre de 1951, un día antes de las elecciones que concluyeron con un triunfo arrollador de la fórmula Perón-Quijano:
«Bueno, mirá, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a Perón. Te lo digo de una vez, así termino con esta pulseada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte un poco de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a los malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado de un largo camino de miseria.
«Nacieron de vos, por vos y para vos. Esa es la verdad. Porque yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón. Los trajo esta lucha salvaje de gobernar creando, los trajo la ausencia total de leyes sociales que estuvieran en consonancia con la época. Los trajo tu tremendo desprecio por la clases pobres a las que masacraste, desde Santa Cruz hasta lo de Vasena, porque pedía un mínimo respeto a su dignidad de hombres y un salario que los permitiera salvar a los suyos del hambre. Sí, del hambre y de la terrible promiscuidad de sus viviendas en las que tenían que hacinar lo mismo sus ansias que su asco. No. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón. ¡Vos los creaste! Con tu intolerancia. Con tu crueldad. Con la misma crueldad aquella del candidato a presidente que mataba peones en su ingenio porque le pisaban un poco fuerte las piedritas del camino a la hora de la siesta.
«Sí, yo sé que te fastidia que te lo recuerde. Es claro, pero vamos a terminarla de una vez. Porque yo no lo inventó a Perón ni a Eva Perón. Los trajo la injusticia que presidía el país. Porque a fuerza de hacer un estilo de tanto desmán, terminó por parecerte correcto lo más infame. Claro, a vos no te alcanzaba esa injusticia. Tendrías, como un señor que yo conocía y que iba todos los meses a cobrarlo, una puesto de ama de cría para cubrir sus gastos, que se lo pagaban oficialmente, y un sueldo para salir con el Klan. Yo me acuerdo del Klan. Y vos también. Aquella mafia siniestra que salía sólo para aterrorizar gente y mataba una vez a gomazos, otra vez a tiros y a veces con el camión para hacerlo más divertido. No, si la memoria fastidia. Pero yo no lo inventó a Perón ni a Eva Perón. Los trajo la estulticia que manejaba el país. Mirá, si vos hubieras estado en la Semana Trágica como yo y como tantos, en Cochabamba y Barcala, y hubieras visto morir primero a aquellos cinco, fuego a cientos y hubieras visto masacrar judíos por una «gloriosa» institución que nos llenó de vergüenza, no hubieras formado nunca más parte de ese partido que integrás por amor propio y quizá por ignorancia de tantos hechos delictuosos que son los que empezaron a preparar la llegada de Perón y Eva Perón. En un país milagroso de rico, arriba y abajo del suelo, la gente muerta de hambre. Los maestros sirviendo de burla en lugar de hacer llorar porque estaban sin cobrar un año entero. ¡No! ¡Y todo vendido! ¡Y todo entregado! Yo sé que te da rabia que te lo repitan tantas veces, pero es que entristece también pensar que no lo querés oír. El otro día, en un discurso oí que decías refiriéndote a un gobierno de 1918: «Ya por ese entonces los obreros gozaban…» ¿De qué gozaban? ¡Los gozaban!, que no es lo mismo. Y, sí, Mordisquito, ¡los gozaban!
«La nuestra es una historia de civismo llena de desilusiones. Cualquiera fuese el color político que nos gobernó, siempre la vimos negra. Aspiramos a gozar y al final nos gozaron. ¡Todos! ¡Siempre! Una curiosa adoración, la que vos sentís por los pajarones, hizo que el país retrocediese cien años. Porque vos tenés la mística de los pajarones y practicás su culto como una religión. Cuanto más pajarón él, más torpe y más crédulo vos. Te gusta oír hablar a la gente que no le entendés nada, la que te habla claro te parece vulgar. Yo también entré como vos y, ¿por qué no confesarlo?, me sentía más conmovido frente a un pajarón que frente a un hombre de talento. El pajarón tiene presencia, tiene historia larga, la que casi siempre empieza con un tatarabuelo que era pirata. Yo también me sentía dominado por los pajarones cuando era chico. Ahora ¡No! Cuando era chico, sí. ¡Pero no ahora Mordisquito! Salvate de los pajarones. El fracaso —por no decir la infamia— de los pajarones fue lo que trajo como una defensa a Perón y Eva Perón. Pero no fui yo quien los inventó. A Perón lo trajo el fraude, la injusticia y el dolor de un pueblo que ahogaba de harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre. Tampoco te lo acordabas. ¡Ay, Mordisquito, que desmemoriado te vuelve el amor propio!
«Te dejo. Con tu conciencia. ¡Perón es tuyo! ¡Vos lo trajiste! ¡Y a Eva Perón también! Por tu inconducta. A mí lo único que me resta es agradecerte el bien enorme que sin querer le hiciste al país. Gracias te doy por él y por ella, por la Patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir que se merece. ¡A mi ya no me la podés contar, Mordisquito! Hasta otra vez, sí. Hasta otra vez.»
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