Por Oscar Dufour.-

A un año del 18F, la sociedad argentina y el Estado tienen una deuda insalvable con la muerte del Fiscal Especial de la Unidad AMIA, Dr. Alberto Nisman. La importancia de los fiscales. Impunidad 0.

“Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal Alberto Nisman”. Así, el periodista Damián Pachter, alertaba al mundo sobre la trágica muerte de un Fiscal que en Argentina enfrentó al Poder. Culminaba el domingo 18 de enero de 2015, y ya en los albores del Lunes, nadie lo podía creer, muchos no lo querían creer, y “pocos” saben la verdad de lo sucedido, verdad que “intuimos” pero que tal vez nosotros nunca sepamos.

Para esos “pocos”, la impunidad es su mejor aliado, una impunidad que ya hace largo tiempo, se ha hecho “callo” en nuestro país, con una sociedad que a veces pareció adormecida, y que todavía está en deuda con este bárbaro crimen, con este cruel magnicidio. No basta con recordarlo a Nisman, no es suficiente, tampoco es suficiente homenajearlo o marchar como se hiciera el año anterior, como nuevamente impulsan un grupo de fiscales para el 18 de febrero próximo. Es necesario comprometerse seriamente como sociedad en el esclarecimiento de los hechos, y terminar con la impunidad, un gobierno solo no puede. Cuando me refiero a comprometerse como sociedad, me estoy refiriendo también al compromiso de los tres poderes del Estado.

Me gustaría encontrar la verdadera respuesta para la muerte del fiscal Alberto Nisman, existen causas muy profundas que explicarán con el tiempo la imperecedera repercusión política de este grave y desgraciado hecho. La más evidente, es que la inmensa mayoría del pueblo argentino no acepta ni aceptará, como quien esto escribe, la versión del suicidio, sea como fuere ese disparo en el parietal derecho que le quitó la vida, ocurrido en apariencia en el baño de su departamento, horas antes de proceder a revelar las pruebas que Nisman manifestó tener referente al “caso AMIA”, en una “reunión secreta” ante diputados nacionales en el anexo del Congreso Nacional, donde participaron la actual titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso, y la Ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quienes merecen un histórico y permanente reconocimiento de la sociedad por su aislada pero heroica asistencia al malogrado Fiscal de la Nación.

La Sociedad Argentina, en medio de una profunda angustia formó su propia opinión, rechazando el informe firmado por la entonces Fiscal del “caso” Viviana Fein, que describía “suicidio sin intervención de terceras personas”; y así lo manifestó espontáneamente saliendo a las calles, con marchas en las principales Plazas del País, sin importarle los esfuerzos de “algunos”, y de “agentes sin bandera”, para desacreditarlo, difamarlo, tratarlo de mentiroso y de montar con denuncias un “circo” con la clara finalidad de destruirlo públicamente. Tampoco debemos olvidarnos del accionar del periodismo que ocupó un “vacío” en la sociedad, y también enfrentó al Poder y a las “mafias” del “crimen organizado”; en especial, los colegas y amigos del InformadorPublico.com, que con total valentía desde el mismo momento de conocerse la muerte del Fiscal Nisman, se abocaron a investigar e informar a la opinión pública, con datos muchas veces inéditos al momento de la publicación.

Quienes querían su eliminación lo han logrado; quienes querían encubrir la verdad, también por el momento lo han logrado. Como lo lograron en la hermana República de Italia, hace poco más de 20 años con el honesto y valiente Juez anti-mafia Giovanni Falcone y su sucesor Paolo Borsellino. La muerte de Nisman, subraya la importancia que tienen los Fiscales en la Argentina, donde la última reforma judicial, apuntó a darles más poder que a los jueces.

Considero importante observar los contextos de uno y otro “caso”, la coincidencia, diferencia y paralelismo de este proceso de impunidad en Argentina con Italia, ya que en ambos países, la impunidad generó efectos perversos en la sociedad, que hicieron creer que la ley no vale nada, no tiene fuerza, y por eso está permitido violarla. La realidad indica que la impunidad sólo se termina con un Estado que imparte a rajatabla Justicia, y una sociedad que vele porque así sea, no hay otra manera, no existen mesías, ni recetas mágicas.

En conclusión: La muerte de Nisman es una muerte que nos conmueve profundamente, recibió un tiro, y haya sido disparado por él o no, es una muerte política. Un Fiscal en este contexto, se muere o asesina por motivos políticos, lo que incluye todas las decisiones que puede tomar respecto al destino de una Nación.

Como sociedad, comprometámonos en esclarecer los hechos de corrupción y exijamos impunidad 0 a nuestras autoridades de turno. Hoy, al Presidente Macri, que cumpla con la promesa de “hacer justicia” -es esperanzador que haya ordenado la desclasificación de la información secreta relativa al caso-, a los integrantes del Congreso Nacional que brinden los instrumentos legales para realizarla, y a los miembros del Poder Judicial, más allá de convocar marchar testimonialmente y realizar homenajes, que cumplan acabadamente con sus funciones de “impartir Justicia”; y si “algunos” no saben, no quieren, o no pueden, que se vayan. Vendrán otros más probos.

El asesinado Presidente de los EEUU John F. Kennedy solía decir: “un hombre debe hacer aquello que su deber le dicta, cualesquiera que sean las consecuencias personales, cualesquiera que sean los obstáculos, el peligro a la presión. Ésta es la base de toda moralidad humana”.

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