Por Juan Manuel Otero.-

En la nueva Argentina, los únicos privilegiados son los intendentes… y los hijos de los intendentes… y las esposas de los intendentes.

El Municipio de Ezeiza se creó en 1994 a través de la escisión del Partido de Esteban Echeverría el cual fue despojado de sus mejores y más cotizadas tierras para conformar el nuevo distrito.

Desde su fundación lo gobierna el Intendente Alejandro Granados, electo en 1995 y reelecto en 1999 representando al Partido Justicialista y también fue confirmado en el cargo en las posteriores sucesivas elecciones 2003, 2007, 2011 y 2015 en que ostentó la camiseta del Frente para la Victoria.

Claro que minutos después de su último triunfo y ante la derrota nacional de su partido de los últimos 12 años, aseguró muy suelto de cuerpo: «Sepan que soy un intendente peronista y que nada tengo que ver con el Frente para la Victoria».

¡Qué coherencia la de este soldado peronista…!

Parece que nunca fue kirchnerista.

Sin embargo, está en la memoria de todos los argentinos la palaciega inauguración -noviembre 2012- del imponente Centro Cultural, lindero al Palacio Municipal de Ezeiza. La ceremonia fue encabezada por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner quien, emocionada, reconoció la importancia del acto y agradeció al Intendente Granados por la celebración de tan significativo homenaje a la memoria de su difunto esposo…

Es que el Centro fue inaugurado, y hasta hoy perdura, bajo el nombre de “AMIGO NÉSTOR”…

Tal vez tenga razón y no se trata de que fuera del FPV sino simplemente “amigo” del matrimonio K, nada más que amigos.

Y en un juego de remate, el intendente Granados ha pasado a las filas de quienes apoyan en la Provincia a la Gobernadora Vidal, mientras su esposa Dulce Granados confirmó que irá como candidata a Concejal en Ezeiza luciendo los colores de Cristina Fernández o sea Unidad Ciudadana.

Lo que se dice un siniestro gambito…

Tampoco olvidemos que Cristina fue quien inauguró, en aquél lejano 2012, el “Holiday Inn”, Hotel cinco estrellas perteneciente a ‘Granados SRL’, firma de la familia del intendente Granados.

Se trata de un hotel de nueve pisos con 92 habitaciones, suite presidencial, cancha de fútbol, sala de masajes, y piscina de nado contracorriente conectado a los amplios salones del restaurante El Mangrullo, otra humilde propiedad de los Granados.

Y acá tenemos otra prueba de los “privilegios” del Intendente Granados: El Partido de Ezeiza posee una ordenanza municipal Nº 9.430/1990 que prohíbe en la zona construcciones superiores a los tres pisos, sin embargo, en una nocturna y veloz resolución de los ediles, fue exceptuada la firma “Granados SRL” de cumplir dicha ordenanza…

Claro que, a ese momento, el edificio ya estaba prácticamente terminado, no era cuestión de desperdiciar tanto trabajo y dinero empleados en su construcción…

No menos llamativo resulta el hecho de que el interés siempre demostrado por el bueno de Granados de tener una sala de Bingo en su Partido, se enfrentara al hecho de que, al tiempo de la inauguración del shopping “Las Toscas” en Canning, estuviera prohibida la instalación de salas de juego en la Provincia de Buenos Aires. Pero nada, por lo visto, amedrenta al amigo Alejandro: Un insólito traspaso de los derechos de un Bingo instalado en Villa Gesell vino a solucionar los inconvenientes de tal prohibición.

Y finalmente la frutilla del postre.

Es sabido que tales salas de juegos deben abonar al Municipio un porcentaje de sus fabulosas recaudaciones y otro porcentaje a una entidad de bien público de la zona.

Resulta llamativo, casi delictivo, el hecho de que la entidad de “bien público” beneficiaria sea el Club Atlético Tristán Suárez, entidad profesional afiliada a la AFA, presidida por… el señor Gastón Granados, hijo del Intendente.

Y digo casi delictivo por el origen y deformación perversa en que han incurrido las “fuerzas ocultas”. Quien aceptó que el Club fuera el beneficiado no es otro que el amigo Daniel Scioli en su carácter de Gobernador de la Provincia, pero hay una circunstancia histórica y doméstica que debe mencionarse.

La disposición de Lotería de la Provincia cita como beneficiario al “Club Tristán Suárez Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento» y así fueron citadas para notificarse del beneficio las ilusionadas directoras de la Biblioteca. Pero la sorpresa del funcionario que las atendió fue grande al comprobar que quienes agradecían el beneficio citado en la cédula de notificación no eran representantes del Club del joven Gastón sino de una “desconocida biblioteca de pueblo”…

Silencio absoluto y una fría e inmediata despedida fue la respuesta recibida por las bibliotecarias… silencio que sigue hasta el día de hoy.

Y desde aquel mismo momento, don Granados hijo percibe el beneficio que en realidad corresponde a la “entidad de bien Público”.

Veamos la historia: la Biblioteca fue fundada en 1959 dentro del Club Sportivo Tristán Suárez por no tener dónde instalarse, pero con el esfuerzo y colaboración de los vecinos logró en 1996 separarse de la institución deportiva y obtener en 1998 su personería jurídica mediante expediente 2215-31.986 de la Dirección Provincial de Personas Jurídicas.

Hace 21 años que la Biblioteca no tiene nada que ver con el Club a no ser la romántica historia de un parto común.

Y no hay duda alguna de que, si alguna de ellas es entidad de bien público, esa es la Biblioteca; el club es una poderosa institución que compra y vende jugadores y cobra regalías por su afiliación a la AFA, posee lujosas instalaciones y hace gala de ello en cuanta oportunidad se le presenta.

Pero la humilde Biblioteca sigue siendo una fuente donde abrevan los jóvenes en busca del saber que los hará mejores personas, y sobrevive con el esfuerzo y la colaboración de los vecinos de la zona. La promesa de ayuda económica que fuera notificada hace años fue sólo una dolorosa mentira…

Mientras tanto el club, gracias a una perversa argucia, sigue percibiendo los dineros que le corresponden a la Biblioteca.

Esta institución ha hecho presentación ante los Tribunales de la ciudad de La Plata solicitando se oficie a Lotería de la Provincia de Buenos Aires para que informe qué montos ha cobrado el Club Tristán Suárez desde la instalación del Bingo, fondos que le corresponden a la presentante.

La Lotería parece que tiene mucho trabajo dado que pasan los meses y su silencio es elocuente. A la fecha se ha solicitado al Juez que intime y aplique “astreintes” o multas por desobediencia procesal.

Tal vez la justicia llegue en algún momento y la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento perciba lo que en derecho le corresponde.

SERÁ JUSTICIA.

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