Por Oscar Edgardo García.-

En los últimos días las principales figuras de Juntos por el Cambio se han manifestado públicamente sobre distintos aspectos de su propia incumbencia.

Algunas de sus destacadas declaraciones son las siguientes.

Mauricio Macri lamentó que Rodríguez Larreta no hubiera trabajado en equipo con María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, ya que ello es respetar a los rivales, y que hayan perdido el diálogo, del que siempre hicieron un culto.

Patricia Bullrich cuestionó a Rodríguez Larreta diciendo que manipuló las reglas electorales a cuatro meses de las elecciones y que la decisión es un despilfarro.

Jorge Macri manifestó que le parece mal cambiar las reglas a último momento, que nunca se usó el sistema de que el mismo día se vote con dos mecanismos distintos en la Ciudad y que es un experimento caro y complejo.

Horacio Rodríguez Larreta expresó que es la primera vez que Jorge Macri está en desacuerdo… y está en desacuerdo con cumplir la ley.

Gerardo Morales opinó que en el PRO hay mucho ruido y que espera que se tranquilice un poco la situación, salvo que se haya arrepentido Mauricio Macri.

Elisa Carrió dijo que Macri quiere estar con Milei y lo acusó de no querer estar más vinculado al radicalismo y a la Coalición Cívica.

Gerardo Morales dijo que el radicalismo no formará parte de un eventual acuerdo entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Javier Milei y reafirmó la vocación de participar y de hacer fuerte a Juntos por el Cambio.

María Eugenia Vidal sugirió que se bajen todos los candidatos del PRO para rediscutir de cero las postulaciones del partido de cara a las elecciones 2023.

Estas declaraciones son una demostración indiscutible de algunos de los conflictos que existen en Juntos por el Cambio y de la inhabilidad de sus protagonistas para encontrar una solución racional, pacífica y consensuada a las discrepancias que exteriorizan públicamente.

La pérdida del diálogo se pone en evidencia con sus monólogos, que están muy lejos de producir acciones productivas en pos de alcanzar los objetivos que persiguen y la falta de orden en la propia casa convierte su convivencia interna en un conventillo, granjeándose el rechazo generalizado de los votantes.

Es hora de que todos reflexionen y actúen con madurez porque de lo contrario será tarde para salir del conventillo en el que han penetrado.

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