Por Máximo Luppino.-

La Suprema Corte de Justicia está dedicada a sumar poder político ilimitado más que a impartir equidad acorde al derecho que nuestra Constitución Nacional establece.

Los últimos fallos del supremo tribunal poseen una clara alineación política partidaria con los intereses capitalinos del PRO. Quizás el más notable fue el dictamen sobre la coparticipación, otorgando “la razón” a Larreta en una disputa donde la verdad descansa en los intereses provinciales siempre postergados por la Capital Federal. En relación con la pobreza reinante en el interior de la República, las provincias se ven castigadas por resoluciones que engrosan el abultado presupuesto de CABA.

¡Sin ecuanimidad no hay justicia!

Ahora, la Suprema Corte, (cada vez más suprema) anula las elecciones de las provincias de San Juan y Tucumán en lo que prometía ser una oleada de triunfos peronistas. No en vano falla en contra de Sergio Uñac, gobernador de San Juan y de Juan Manzur gobernador de Tucumán, dos mandatarios de las huestes del Movimiento del General Perón.

La suspensión de las elecciones en estas provincias es dictada luego de que el tribunal electoral provincial habilitara la participación como candidatos de Uñac y Manzur. Una vez más, la soberbia capitalina unitaria pretende imponerse sobre magistrados provinciales. Una vez más, Buenos Aires capital adopta un impropio rol de “policía” sobre la voluntad de los pueblos provincianos.

Recordemos que la justicia de las provincias los habilita a ser candidatos, luego el ciudadano lo elegirá o no como primer mandatario de su respectiva provincia. ¡Nada más democrático que escuchar y atender la voluntad de los pueblos a través del sufragio! Ejercicio popular mismo que la Corte Suprema acaba de suspender 3 días antes de la jornada eleccionaria. Las “denuncias” fueron realizadas por opositores del amarillo espacio político. Pretenden llegar a ganar de la mano de “jueces amigos”.

En las provincias donde ya hubo elecciones triunfaron mayoritariamente espacios políticos provinciales o peronistas. En Jujuy triunfó el espacio Radical de Morales, en La Rioja triunfó el gobernador peronista Roberto Quintela, recuperando incluso la intendencia de la capital riojana para el justicialismo, hecho por demás importante y muy poco señalado. Cambiemos sacó magros resultados y los libertarios de Milei no existieron, al punto tal que Javier Milei retiró sus candidatos en la mayoría de las provincias.

Con estos resultados, una vez más las provincias exhiben su cristalina argentinidad, su apego patriótico por las tradiciones, su respeto por la cultura heredada de sus padres y abuelos. Quizás este sea el triste fundamento de la Corte para fallar contra San Juan y Tucumán.

Estamos a 40 años de democracia ininterrumpida en nuestra República y aún necesitamos consolidar mucho más este benigno sistema. Medidas como las de interrumpir unas importantísimas elecciones provinciales no ayudan para nada a solidificar nuestros derechos como ciudadanos libres para elegir y ser elegidos.

Si la Suprema Corte tenía que hacer observaciones judiciales, tuvo muchos días antes para pronunciarse, pero tan cerca de la jornada electoral, suspender los comicios, parece tener un rol rotundamente desestabilizante.

El magno tribunal debe estar cubierto por la inmaculada bandera argentina, pensar en los derechos de todos los ciudadanos y dejar de usar solamente el atuendo amarillo de Cambiemos.

¿Nada tuvo para decir el gran tribunal sobre los 45000 millones de dólares pedidos al FMI por el gobierno de Mauricio Macri sin construir ni una sola garita de colectivos para la gente?

¿No se preguntaron jamás donde fue esa millonaria suma de dólares?

Todo esto no motivó ninguna inquietud de los supremos. Ahora fueron prontos y raudos en suspender un acto eleccionario fundamental para el ejercicio democrático de estados provinciales. ¿Tendrán algunas oscuras sorpresas más para regalarle al pueblo de la patria?

“Siembra vientos y cosecharás tempestades”.

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