Por Justo J. Watson.-
Resulta muy evidente para todo ciudadano argentino la existencia de un estado de indignación social, sumatoria de fuertes reclamos, temores y broncas cruzadas. De profundas insatisfacciones de vida en comunidad debidas a causas múltiples, que responden a las más diversas situaciones e intereses pero que convergen en una constatación dominante; en un problema de origen madre que lo explica casi todo: la “falta de oportunidades”.
Se trata de una sensación de asfixia social y económica surgida del “descubrimiento” en nuestras clases medias de que por primera vez sus hijos y nietos, aunque estudien, trabajen y se esfuercen, están siendo condenados aquí a una vida peor que la de sus padres (y en nuestras clases bajas e indigentes, igual a la de sus padres). Sensación que se alinea con el meta-mensaje estatal acerca de la inutilidad del mérito, asunto en lo que efectivamente el gobierno tiene razón: lo que sí sirvió para millones de inmigrantes y esforzados vástagos que se superaban de generación en generación haciendo progresar la nación, en este nuevo sistema pobrista ya no sirve; es inútil.
El hecho es que estamos frente a una marea de reclamos transversal, abarcativa y sin organización definida. Una fuerte ansia de cambios que no se identifica necesariamente con líderes políticos, sindicales ni de planeros.
Un malestar social general que fue capitalizado, sí, con habilidad por los autoritarios anti republicanos a fin de ganar las últimas elecciones, retroceder otra vez el reloj de la historia y encaramarse a esa sucia maquinaria artillada administradora de opresiones (y riquezas mal habidas) a la que llamamos Estado.
No obstante, el mensaje subliminal a decodificar era otro: el de que el enervamiento policlasista tenía su salida natural no por el lado de los negociados, el reino de las mafias impunes y la confiscación impositiva sino por el lado de la cooperación voluntaria y del dejar hacer al común (al soberano) sin tanta estúpida traba; de reducir la carga parasitaria de lo público para poder quitar -en paralelo- la bota de la cabeza de quienes crean riqueza social, agrandando la torta. Vale decir, por la salida de mirar hacia un horizonte de libertades personales y verdades “verdaderas” en lugar de hacerlo hacia un destino bolchevique o feudal, invariablemente coactivo, ladrón y asesino.
El futuro de la humanidad, como lo muestra la trayectoria reciente de algunas sociedades más perspicaces que la nuestra, no es el retroceso hacia la esclavitud (fiscal, laboral, intelectual… pobrista) con su corolario de saqueo, forzamientos sin fin, diáspora y economía de suma cero.
Por el contrario, el futuro deseable se orienta hacia modelos no-violentos; comunidades contractualmente organizadas de ciudadanos cada vez más libres y tolerantes en todo sentido. De gentes menos destructivas. No tan resentidas, envidiosas ni desesperanzadas como aquellos electores argentinos que en los últimos comicios terminaron “haciendo el aguante” al asesinato de Nisman, a la monstruosa corrupción kirchnerista y al retroceso a lo más depredador de nuestro pasado económico.
Por el contrario, hablamos de argentinos motivados en la esperanza, tras la reaparición en sus vidas de nuevas, reales y alcanzables oportunidades personales y familiares de progreso honesto.
Individuos que, creemos (aunque muchos de ellos no lo sepan), son en realidad mayoría. Gentes que en un hipotético escenario de secesión migrarían prontamente hacia el país liberal del “dejar ser, dejar hacer” (del let it be de Lennon), abandonando a su suerte al país extorsionador, estatista, mentiroso y admirador del gulag venezolano.
Descentralizando, quitando poder de freno y adelgazando al Estado repartidor de lo ajeno -septuagenariamente corrupto- que probó no ser la solución a los planteamientos de los indignados sino una parte medular de sus problemas.
Nuestro drama de fondo no es otro que el de la falta de oportunidades, diagnóstico sobre el que hay consenso.
El rol de una oposición perspicaz, entonces, es el de redactar y difundir propuestas más inteligentes: más libertarias e integrales, con soluciones mucho más audaces; muy concretas y bien explicadas, infundiendo entusiasmo social por un plan superador de todo lo viejo (incluyendo lo mucho mal actuado durante el pasado gobierno macrista) que haga ver a los argentinos cómo es posible creer otra vez en que el nuestro es un país “de oportunidades” sin techo.
En síntesis, el modo de canalizar el generalizado malestar social existente es percibir en profundidad a la esperanza como el arma poderosa que en verdad es.
Por la salida de acordar un giro copernicano en nuestro norte nacional, dejando que el Postulado de la Tendencia pruebe su efectividad práctica en la rueda de las percepciones empresarias, verdaderas potenciadoras de espirales virtuosas en inversiones, empleos y consumos.
02/03/2021 a las 10:51 AM
El autor, como tantos, tergiversa el concepto de mérito expresado por el Presidente. No hace falta ser un semiólogo para comprender que la referencia de la intensidad del mérito, depende de circunstancias y oportunidades. Millones de argentinos, descendientes de inmigrantes o de pueblos originarios con abuelos semianalfabetos, hoy accedieron a una titulación universitaria y con nivel de pos doc, en no pocos casos.
Esa oportunidad la creó, casi exclusivamente, la comunidad organizada como Estado en Argentina. Para el sector privado de la educación, el educando es fundamentalmente un cliente.
Aquellos inmigrantes y originarios, supieron del esfuerzo mutuo, de la solidaridad, la amistad y la asociación cooperativa, como instrumentos de su crecimiento personal y colectivo. Esos son los valores de la sociedad en libertad que los pueblos de América han querido ejercer, dejando atrás aristocracias y oligarquías de dominación.
Una comunidad organizada no tiene por qué ser una dictadura. Sí, será fuerte contra ellas y sus oligarquías.
Quizá el autor alguna vez lo comprenda, no le queda demasiado tiempo, me parece.
02/03/2021 a las 11:28 AM
Bien. Gracias por su ponderada respuesta y sigamos por su camino, entonces.
Así nos va, amigazo!
02/03/2021 a las 10:35 PM
LO QUE HACE FALTA, SON GANAS DE TRABAJAR.
NO PLANES TRABAJAR.
03/03/2021 a las 10:25 AM
Esperanza es una confiada espera por recibir algo. Lo que Argentina necesita es acción democrática para lo cual es esencial tener bien en claro los alcances de los conceptos republicanos
NOSOTROS, EL PUEBLO
Nos, los argentinos integrantes del pueblo mandante, los productores de la riqueza, los aportantes de las expensas para la administración de los bienes comunes del país, los que pagamos los sueldos a nuestros empleados públicos, funcionarios en los que hemos delegado limitadas atribuciones que derivan de nuestro consentimiento, tomamos conciencia de que hemos cometido el error de venir claudicando en el ejercicio de nuestra autoridad suprema, en nuestra condición de pueblo soberano, permitiendo torpemente que nuestros empleados públicos se arroguen indebidas atribuciones y poderes integrando gabinetes con supuestos científicos y comisiones con asesores ideológicamente polarizados con propósitos predeterminados con los que vienen usufructuando ilegales y abusivos privilegios, destruyendo nuestro potencial económico y atentando contra nuestras instituciones republicanas.
Ante tan inaceptable y desvergonzada búsqueda de centralización y concentración autocrática del poder por parte de la cúspide de esta secta de militantes parasitarios de nuestra capacidad productiva, debemos –en nuestro carácter de soberano pueblo argentino- salir al rescate, defensa y preservación de nuestro orden social claramente expresado en el reglamento constitucional de nuestra nación en el que acordamos y establecimos los mecanismos de nuestra convivencia respetuosa, armónica y productiva, que no deben ser violados ni revocados por ninguna pretensión autoritaria .
03/03/2021 a las 10:27 AM
LA FRAGILIDAD DE LA DEMOCRACIA.
Sintéticamente, el sistema democrático está operando con una falla sistemática que contradice la esencia de su concepto.
Demo-cracia (demos=pueblo, cracia=autoridad) implica que el pueblo (el Estado como Consorcio de Ciudadanos) es el Soberano (Autoridad Suprema), el Mandante, el que delega limitadas atribuciones y específicas tareas en sus empleados públicos.
La fisura o grieta del sistema democrático en el que convivimos, su falla operativa, se centraliza en este concepto mal entendido y –por ende- mal aplicado y lamentablemente tolerado por la comunidad, que abre paso a corrientes autoritarias y obliga a soportarlas por un tiempo preestablecido hasta el recambio de los empleados públicos.
Durante ese período -de riesgosa espera- el autoritarismo se acomoda, se instala y va creando los mecanismos de perpetuación colonizando las tres instituciones subsidiarias del Estado, la Ejecutiva (Administración), la Legislativa y la Judicial.
Esta torpe e ingenua espera es letal para la democracia pues el ejercicio de la autoridad se va desprendiendo del soberano pueblo, para ir pasando a manos de lo que poco a poco se va convirtiendo en la arrogada autocracia del soberano gobernante (cuyo literal y peligroso significado es comandante o conductor).
A partir de aquí el 1984 de Orwell se instala y se enquista con su despótico poder.
Debemos considerar al autoritarismo como un virus letal que aprovecha la poca capacidad defensiva del organismo comunitario para penetrar y perpetuarse.
El sistema inmunológico democrático suele estar desprevenido y acostumbrado a dejar que las cosas se sostengan y se sucedan por cierto tiempo preestablecido, en la creencia de que el virus no avanzará y que será despedido en su debido momento, sin comprender que es esto lo que el virus del autoritarismo necesita para terminar de instalarse y fortalecerse.
Y a partir de aquí ya es tarde, obligando al pueblo a un doloroso esfuerzo de liberación, de combate desgastador que daña al organismo democrático, altera su orden armónico y enerva su capacidad de mantener su ciclo de desarrollo productivo.
Nuestra democracia adolece del Síndrome de Inmuno Deficiencia contra el Autoritarismo (SIDA), una deficiencia difícil de combatir dada la inherente debilidad del sistema democrático mal interpretado.
¿Dónde está el foco de la fisura?, lo está en el error de elegir “Representantes”, a los que se les permite ir arrogándose la suma del poder, en vez de elegir el pueblo a “Mandatarios” con compromisos precisos plenamente asumidos que deberán rigurosamente respetar, cumplir y nunca rebasar, sujetos a ser removidos tan pronto como dejen de cumplir sus contraídos compromisos o pretendan -desde su condición de empleados públicos (funcionarios)- poner en riesgo el sistema democrático tratando de modificar a su conveniencia y antojo las reglas operativas y atribuciones delegadas que el pueblo ha establecido en el Reglamento Constitucional para el riguroso cumplimiento por parte de sus empleados públicos de todo nivel, empezando por el transitorio funcionario que preside la administración nacional.
Al virus del autoritarismo no se le debe permitir que vulnere y se aloje en el cuerpo social. Se lo debe combatir y eliminar desde su primera tentativa con un sólido sistema inmunitario, una sólida demo-cracia, un sistema social operativo basado en el accionar de una comunidad de seres libres en pleno y activo ejercicio de su condición soberana (autoridad suprema), en armónica convivencia y cooperación productiva, limitando a los funcionarios a su condición subsidiaria.
Toda demora en actuar y prevenir a tiempo todo intento autoritario conlleva el riesgo de caer en manos del totalitarismo.
03/03/2021 a las 10:35 AM
Cabe recordar el equivalente conceptual de algunos términos claves con el objetivo de incentivar el descongelamiento de ideas rígidamente enquistadas en nuestras mentes emocionales producto de una sostenida contaminación ideológica que suele bloquear nuestra capacidad de captar la simpleza de conceptos que -por no estar bien clarificados- nos mantienen atados y sometidos a ideas que entorpecen y dañan la armonía de nuestra convivencia comunitaria y mutilan nuestras posibilidades de desarrollo y progreso.
El concepto base y clave es el que responde a la pregunta ¿Quién es el Estado?, siendo la respuesta: el Estado somos nosotros, la Autoridad Suprema, el Pueblo Soberano integrado como Consorcio de Ciudadanos. Somos los Mandantes, los que generamos la riqueza, los que aportamos parte de la misma para cubrir la administración de los bienes comunes de nuestra comunidad en pos de una mayor eficiencia productiva y somos los que pagamos los sueldos de nuestros empleados públicos de las tres instituciones subsidiarias, la Administrativa (Ejecutivo), la Legislativa y la Judicial, empleados a los que designamos con carácter temporario para actuar bajo las reglas y condiciones establecidas en nuestro Reglamento Constitucional del Consorcio en el que hemos especificado los alcances de las limitadas atribuciones que en ellos delegamos, incluyendo las obligaciones y responsabilidades a las que nuestros empleados públicos deben rigurosamente atenerse sin rebasarlas y sin pretender modificarlas, dada su condición de empleados públicos, atribución reservada en exclusividad al mandante Consorcio de Ciudadanos en asamblea.
1- Aprendamos a separar definitivamente el concepto Estado (nosotros, el Consorcio de Ciudadanos) del concepto Gobierno (a cargo de nuestros empleados públicos en su rol de mandatarios dentro de los alcances de las limitadas atribuciones que les hemos delegado, las que, sin autorización alguna, suelen violar con desenfadada frecuencia).
2- Distingamos la diferencia conceptual entre Mandatario y Representante, pues votamos Mandatarios con la intención de que se atengan rigurosamente a lo comprometido en sus postulaciones por las que han sido elegidos, en oposición a la condición de Representantes que permite al actuante un desprendido grado de libertad que le facilita operar sin restricciones, en particular, cuando se trata de políticos venales que llegan sin compromisos asumidos, se desdicen de los mismos y se adecuan a los vaivenes de sus personales intereses.
3- Comprendamos que el concepto Gobernar (que literalmente significa comandar, conducir) es un concepto inapropiado que abre el camino al entronizado de psicópatas megalómanos que se desligan de su condición de Mandatarios Administradores para derrapar a la insana y arbitraria condición de concentradores y centralizadores de la suma autoritaria del poder.
4- Solo un pueblo despersonalizado y olvidado (despojado en los hechos) de su condición soberana (Autoridad Suprema), sin capacidad de poner freno al desborde de sus desbocados empleados públicos, puede permitirles y tolerarles los abusos y los actos coactivos que patológicamente despliegan sin vergüenza ni disimulo alguno, arrogándose ilegítimo y autoritario poder, con el que -lejos de limitarse a sus específicas obligaciones- pretenden imponer a su pueblo mandante, sus patrones empleadores, antojadizas exacciones y condiciones económicas para cubrir sin límites, a su antojo y conveniencia, los gastos desbordados de una perdularia y corrupta administración. Depurar las instituciones del Estado de esta especie parasitaria de empleados públicos que se van enquistando en forma de casta no será un acto de indebida rebeldía sino poner las cosas en su justo orden jerárquico.
Parafraseando a Murray Rothbard (1973): Las gentes no están ya dispuestas a acatar dócilmente las órdenes y los mandatos de gobernantes presumidos de soberanos.
5- Solo queda reservado a la subsidiaria institución judicial el garantizar una convivencia comunitaria armónica y respetuosa, el libre ejercicio de generación e intercambio de riqueza, el fiel cumplimiento de los compromisos y contratos acordados entre las partes, el honesto y correcto desempeño de los funcionarios y el fiel respeto y cumplimiento de lo establecido en el Reglamento Constitucional.
6- Y aprendamos a comprender plenamente el fundamental concepto Mercado como el proceso de libre y espontáneo intercambio de las riquezas producidas por los ciudadanos del pueblo soberano en todas sus variantes productivas de bienes, servicios, ciencia, arte, etc., en cuya operatoria nuestros empleados públicos no deben interferir alterando -a su antojadizo arbitrio- los referentes monetarios y pretendiendo controlar e imponer a sus soberanos mandantes el manejo de las actividades productivas de las que -por añadidura- suelen ser enormes ignorantes o malintencionados promotores.
7- La Riqueza útil, la que se intercambia, no es un bien existente, la generan los pueblos con su trabajo productivo. Y la moneda utilizada para el intercambio de bienes y servicios debe dejar de ser un juguete perverso en manos de la Administración Pública (Ejecutivo) para convertirse un referente patrón inviolable que garantice el orden económico.
03/03/2021 a las 10:55 AM
No me parece que estos sean tiempos de esperanzas…., de perspectivas a futuro….., de expectativas de mejoramientos….., de crecimientos de planes personales de desarrollo, no…. de ninguna manera.
Hoy la realidad, es el pobrismo exaltado y la chatura social generalizada y manifiesta, que muy bien desarrolla el articulo, y que comparto en su analisis…., es la moneda corriente de este gobierno.
El discurso de Fernandez informandonos el 1.3 acerca de lo que nos espera en este 2021 es clarisimo…., confrontacion y peleas, sin futuro ni crecimientos…..
El peron-comunismo en el ejercicio del poder, no vino a trabajar ese aspecto de la sociedad con carencias de desarrollos personales…., asi como la conculcacion manifiesta de libertades individuales y solo vinieron, con sus ideas y consignas que atrasan en el mundo y aqui, mas de 50 años…., a amargarnos la vida al 52% de los ciudadanos, y a sacarnos con su 48% de votos…., los bienes que nos puedan conculcar, las empresas que puedan fundir, para luego controlarlas…., y especialmente…., encumbrar a personajes escasamente preparados en los manejos de las cosas publicas.
Lamentablemente, estos personajes que nos gobiernan no vinieron a brindar porvenir, a ofrecer una mejor Argentina, sino todo lo contrario…., y sus complicidades con individuos procesados y juzgados, sujetos impresentables que fueron puestos en lugares claves de direccion del estado, que viven estigmatizandonos en el manejos de nuestros destinos, y que fueron puestos alli para provocarnos y desalentarnos de tener un mejor pais, entonces, frente a este panorama….., solo lo podrian sentir como alguna mejoria a futuro, sus votantes…..
Soy pesimista en este aspecto, y creo que Argentina dificilmente salga de la trampa totalitaria en que esta inmersa, y las futuras generaciones tendran que definir que tipo de sociedad quieren…. tuvieron una oportunidad de oro en las ultimas eleccciones…., y a pesar de ser advertidos adonde nos iban a llevar…., optaron por esto……
03/03/2021 a las 3:05 PM
ARGENTINA FUE VENDIDA. YA VENDRÁN LOS NUEVOS DUEÑOS.
HABRÁ TRABAJO. PERO ESCLAVO.