Por Mario Cadenas Madariaga.-

La teoría de Acemoglu y Robinson.

Se dice que la obra titulada “Porque fracasan las naciones”, editada en el año 2012, de Darón Acemoglu y James Robinson -dos profesores de economía norteamericanos- tendrá la misma importancia que “La riqueza de las Naciones” de Adam Smith en cuanto a la utilidad de sus conclusiones para explicar la evolución del mundo. (George Akerlof, Premio Nóbel de Economía 2001).

Dicha teoría general diferencia en la organización de los países según que hayan predominado instituciones inclusivas o extractivas, como positivas o negativas, para el crecimiento. A lo que debe agregarse la presencia de un Estado organizado, el establecimiento de un sistema educacional abierto, y un régimen de innovación siempre presente, destinado a producir un proceso constante de destrucción creativa de las estructuras que deben desaparecer y de las que deben reemplazarlas.

Llaman instituciones inclusivas a las políticas y económicas, que están abiertas a la participación de todos los ciudadanos, en condiciones competitivas, y con garantías efectivas de seguridad en el goce de los derechos, entre ellos el de la propiedad, y a las extractivas a aquellas en que esos derechos se reconocen sólo a una minoría.

Los factores que garantizan el crecimiento de las naciones son en consecuencia las instituciones inclusivas, con un Estado organizado, un sistema educacional abierto y un régimen de innovación permanente.

Califica la evolución de los EEUU como excelente en base a la vigencia de este último sistema desde la organización de sus colonias, asi como la de la de Inglaterra por la revolución producida a partir de 1680 bajo el reinado de Guillermo de Orange, o la de Europa Occidental a partir de la Revolución Francesa.

En cambio la evolución de América Latina desde la colonización española interpreta que se debe al sistema contrario, de las instituciones extractivas, igual que el de Europa Oriental y Rusia, así como el sistema colonial europeo en África y Asia.

Los regímenes con instituciones extractivas o no competitivas ni abiertas, pueden producir períodos breves de crecimiento por otros factores circunstanciales como fue el proceso de industrialización de Rusia bajo el sistema soviético, o el de industrialización de China con una fuerte participación extranjera, bajo el imperio del comunismo. Pero el sistema político en cada uno de esos países no hace previsible un crecimiento constante.

Las teorías que se desestiman.

En particular se preocupan de desestimar las teorías que han dado mayor importancia a los factores geográficos que tratan de explicar las diferencias entre las naciones. Por ejemplo en base a la diferencia de los climas entre tropicales y templados, diciendo que los primeros influyen a favor del ocio y los segundos inducen a la actividad, desautorizados por los casos de Singapur y Malasia.

También rechazan las explicaciones en base a los factores culturales, como explicación v.g. de los orígenes del capitalismo en la doctrina protestante -debida a Max Weber- dando predominio a las reformas institucionales.

Creemos que se deben tener en cuenta estos puntos de vista que coronan largas investigaciones, sin dejar de apreciar la teoría de Max Weber.

El caso argentino.

Teniendo en cuenta la trascendencia de la teoría de Acemoglu y Robinsones es interesante observar su aplicación a la realidad argentina.

Nuestro país es objeto de algunas referencias concretas por su evolución colonial, de la independencia, su evolución posterior a la mitad del siglo XIX y principios del XX y el posterior hasta la fecha.

En general quedamos encuadrados en el marco de las instituciones extractivas, venidas de la colonia, con un período de alto crecimiento en la segunda mitad del siglo XIX y dos primeras décadas de del XX, por el auge de la producción agrícola ganadera y su demanda europea. Posteriormente destacan un período de larga decadencia.

Aunque no está expresamente explicado entendemos que la institución extractiva que caracteriza en su opinión la estructura argentina, es la distribución de la tierra fiscal, que en los hechos favoreció a la formación de grandes propiedades, a diferencia de la forma en que se distribuyó en los EEUU.

No consideramos especialmente acertada esta interpretación, porque en la Argentina el gaucho como principal habitante de la pampa no presionó a favor de la distribución de la propiedad de la tierra, a diferencia del colono inglés, y porque se corrigió rápidamente con el régimen sucesorio del Código Civil, y la incorporación de la capacitada mano de obra europea, que comenzó con adjudicaciones de tierras, y desplazó a las familias tradicionales en muy poco tiempo.

Por otra parte en Inglaterra la gran propiedad agrícola en manos de la nobleza que no se dividió, parece no afectar al ejemplo paradigmático de ese país.

El problema argentino de cara al futuro.

Argentina es una nación con una producción de 540.000 millones de dólares, por año, en un mundo en el que se produce 73 billones de dólares. (FMI). Es decir la economía argentina en igual al 7,3 por mil de la economía mundial, o 135 veces más pequeña.

La economía argentina está inserta en la economía internacional porque importa y exporta el equivalente al 25% de su PBI. Es decir no puede aislarse sin sufrir gravísimas pérdidas.

Ahora bien, el comercio mundial, tiene reglas algunas de las cuales son obligatorias, bajo pena de sanciones. Estas son las reglas establecidas por la OIC que regulan las importaciones y exportaciones.

Otras reglas son financieras o económicas establecidas para mantener el orden internacional en esos ordenes, que los países deben cumplir en beneficio de sus intereses. Entre estas reglas se halla la de mantener el valor de la moneda en una situación de equilibrio con las demás monedas del mundo. Si una moneda se mantiene por debajo de su valor facilita las exportaciones propias y perjudica la de los demás países, y si se mantiene muy alta perjudica a su propia economía. El FMI fue creado para evitar estas situaciones.

La infracción a estos principios pone en conflicto al infractor con la economía mundial, lo cual a un país cuyo potencial económico es igual a la 135 parte del mundo, no le conviene mantener.

Las reglas del comercio y las finanzas mundiales, se pueden llamar inclusivas, porque están abiertas a todos sobre bases de igualdad. La Argentina no respeta muchas de ellas, por eso se encuentra en una situación de incumplimiento.

La calificación actual de Argentina frente a la teoría de Acemoglu y Robinson.

Se puede extraer la conclusión de que en la Argentina predomina una estructura incompatible con su progreso por que:

1) El alto nivel de corrupción que existe desvía enormes rentas en beneficio de minorías muy poderosas.

2) Para la formación de sus empresas no cuenta con un sistema que garantice la igualdad y la competencia en la licitación de obras publica, la adjudicación de las licitaciones petroleras y mineras, las provisiones de servicios y bienes al Estado y la disposición de un nivel de crédito bancario suficiente ya que es uno de los más bajos del mundo.

3) En el orden del comercio interno, hay un grado de intervención estatal muy alto, que perjudica la competencia.

4) En el orden del comercio internacional se incurre en graves violaciones a las normas vigentes en materia de exportaciones y de importaciones, como trabas comerciales e impuestos ilegítimos.

5) En el orden monetario y financiero también se producen graves violaciones en el cumplimiento de las obligaciones de pago, el falseamiento de los valores de cambio de su moneda, y la provisión de informaciones correctas al exterior.

6) La innovación tecnológica es totalmente insuficiente por el escasísimo número de patentes que se registran, perfectamente explicable por la muy baja inversión en ciencia y tecnología. (0,6% del PBI).

7) Un sistema educacional de muy baja calidad, con una escuela secundaria con un alto ausentismo, y baja calificación de sus universidades a nivel internacional.

8) El sistema de ingreso y ascenso en la administración pública se debe a las relaciones personales, sin que existe un régimen abierto a todo concursante, que se resuelva por la calificación de capacidad en exámenes ante tribunales independientes.

9) No existen tampoco suficientes garantías para el ejercicio de la libertad de prensa por las discriminaciones en la distribución de la publicidad oficial, y los criterios políticos predominantes para la adjudicación o renovación de canales u ondas radiales.

10) El manifiesto criterio político partidario con que se pretende designar a los jueces y fiscales del Poder Judicial.

11) La falta de un sistema de contralor interno de la Administración Pública eficaz, por su dependencia del PEN la designación de sus autoridades. (SIGEN)

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