Por Oscar Edgardo García.-
Los hechos demuestran que las redes sociales fueron un acertado medio para que La Libertad Avanza lograra su triunfo en las últimas elecciones presidenciales.
Ahora bien, pretender llevar a cabo el ejercicio del Gobierno de un país utilizando las mismas herramientas con las que se llegó al poder, frente a un escenario en el que los actores tienen un comportamiento ideológico diferente y siendo que en muchos casos es prácticamente imposible lograr que sean condescendientes, es propio de la inexperiencia y de la necedad.
Las leyes, las designaciones y los reemplazos de funcionarios y, en definitiva, las transformaciones del Estado no se logran a través de las redes sociales, ni tampoco recurriendo a agresiones, sino por medio de acciones planificadas estratégicamente que posibiliten conquistar las adhesiones necesarias para la aceptación de las medidas que son propuestas.
En otras palabras, obtener los consensos requeridos para alcanzar los objetivos perseguidos mediante la solidificación de relaciones naturales entre seres humanos y no por la vía satelital.
El desconocimiento de esta coyuntura conduce a transitar torpemente por un camino lleno de piedras en el que, tarde o temprano, se corre el riesgo de sufrir una caída con daños muy difíciles de reparar.
Javier Milei y su equipo de colaboradores más cercanos deberían reflexionar al respecto antes de que sea tarde para permitirse retomar las acciones por otra senda.
06/09/2024 a las 6:13 PM
El riesgo que se corre es muy grande; pero se me ocurre que frente no hay más que una madriguera de impresentables que tienen sobre sus conciencias haber dejado el país en ruinas. Eso le facilitará el trabajo. Salvo que aparezcan los innombrables de los 70 y se complique todo. Nada es imposible.