Por Mario Cadenas Madariaga.-

Coincidencia entre los objetivos de la sociedad y del gobierno.

El nuevo gobierno ha elegido la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado como una de sus prioridades interpretando fielmente a la sociedad aquejada por estos dos flagelos.

Los elencos llamados a hacerse cargo son excelentes personas con antecedentes de honorabilidad y competencia en la función publica.

Pero las dificultades que presenta la captura de tres delincuentes fugados de cárceles de gran seguridad, es la circunstancia que debe llevar a una modificación de la política iniciada en la materia. Se debe operar rápidamente, y no se afectará al prestigio del oficialismo siempre que se actúe con diligencia e inteligentemente.

El hecho que se debe reconocer es que en esta materia se debe proceder con absoluto profesionalismo. No sirve el método de prueba y error. La experiencia de los Presidentes de México Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, aunque las circunstancias no sean las mismas, revelan la seriedad del problema y sus dificultades. Dichos presidentes no recurrieron a la asistencia de los EEUU en forma integral y permanente como corresponde convenir.

El gobierno debe recurrir a la asistencia profesional, paga y pública de los organismos federales de EEUU.

EEUU es el país que mejor conoce la actuación del narcotráfico en Colombia y México que es de donde proceden las bandas principales que actúan en nuestro país, además de las de Perú, Paraguay y Bolivia.

En el transcurso de un mes deberían estar firmado los acuerdos, y trabajando los funcionarios norteamericanos en nuestro país. Dichos acuerdos deben comprender la totalidad del territorio nacional, y la provincia que oponga resistencia a adherir debe ser intervenida.

La lucha debe afectar prioritariamente los grandes recursos que usa el narcotráfico -la corrupción, financieros, utilización de los medios públicos de transportes, y de correspondencia-, al mismo tiempo que descubrir la logística de que se sirve y sus grandes responsables.

Otro tema son los barrios donde se asienta el narcotráfico, y sus pandillas, que son la infantería de las organizaciones. Sobre ellas y sus víctimas, se debe también operar, pero sus recursos provienen de la gran estructura y a la actual también alimentan.

Pero a continuación el gran anuncio en la materia debe ser el acuerdo con los EEUU y no las reflexiones, de los improvisados argentinos, en una lucha en que no tenemos experiencia.

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