Por Hernán Andrés Kruse.-

El presidente de la nación fue el actor protagónico del coloquio de IDEA que se está celebrando en Mar del Plata. Arribó al hotel Sheraton en medio de extremas medidas de seguridad para evitar cualquier manifestación callejera en su contra. En el interior del conocido hotel lo aguardaban numerosos empresarios, cuya ansiedad por escucharlo era ilimitada. “Podemos celebrar hoy 48.0000 millones de dólares en anuncios de inversión hasta 2019”, señaló el primer mandatario durante la apertura del tradicional evento empresario. Durante su alocución destacó los anuncios de arribo de fondos que son el fruto del “compromiso del empresariado internacional y local y de la sana convivencia”. Para los empresarios las palabras presidenciales sonaron como música de Mozart para sus oídos. Macri aludió a un estado al servicio de la empresa y de la sinergia entre los CEOS y los funcionarios del estado, y de la posibilidad de que los CEOS puedan ingresar a la función pública (y viceversa, es decir que los funcionarios públicos puedan ingresar a las empresas) sin dificultad alguna bajo el paraguas protector de la “meritocracia”. El presidente incluso hizo mención a Perón quien decía “que la estrella a seguir es la productividad y en eso el actor principal debe ser el Estado”. Luego rememoró algunas de las promesas de campaña que hizo en el anterior Coloquio. “Era un salón raro, porque había ganas de creer, pero la incertidumbre pesaba. No todos confiaban en que las cosas iban a cambiar y una minoría pensó que estaba loco”, expresó. Habló de la importancia de generar previsibilidad, de tener reglas de juego claras y un Indec y un Banco Central independientes. “Y a los agoreros que no había que temer al tema de los dólares y a la inflación o que cuando hablo de pobreza cero es que se asista a los excluidos. Pasó un año y acá estamos”, enfatizó generando un sostenido aplauso de la concurrencia. Ello lo motivó para redoblar la apuesta: “No significa que lo que hay hacia adelante sea fácil. Es un mundo lleno de desafíos y oportunidades”. Sostuvo que la Argentina tiene la ventaja de contar con una agenda accesible de corto plazo (la posibilidad de duplicar la producción de alimentos y agregarle valor, por ejemplo). “Hay que seguir el ejemplo de nuestros hermanos chilenos y hacer minería sustentable para generar divisas por la exportación” y remarcó la necesidad de que el Estado sea un “facilitador” (fuente: Cristian Carrillo, “Convivencia tras las vallas”, Página 12, 13/10/016).

Poco tuvo que esforzarse el presidente de la nación para desactivar el paro prometido por la CGT. Luego de una reunión entre los jerarcas sindicales y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el Secretario de Coordinación interministerial, Mario Quintana, el triunvirato que conduce al movimiento obrero destacó que por el momento no habrá paro, al menos hasta que se lleve a cabo la Mesa para la Producción propuesta por el gobierno para sentar en una misma mesa a empresarios y sindicalistas. ¿Qué fue lo que desactivó el paro? Los funcionarios lo anunciaron: un bono de fin de año de mil pesos para los jubilados que ganen la mínima y para cada hogar recipiendario de la AUH. ¡Si Tosco resucitara y lo escuchara a Daer! Pero eso no es todo: habrá una exención del Impuesto a las Ganancias de diciembre para quienes ganen hasta 55 mil pesos brutos. Con estas migajas la CGT agachó la cabeza en señal de sumisión. Los popes sindicales creen que están en condiciones de negociar una extensión del bono al sector estatal y privado, lo que fue rechazado tajantemente por los empresarios. Cuatro horas le bastaron a Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer para poner en evidencia la mansedumbre de la CGT.

Los líderes cegetistas decidieron enfriar la pelea con el gobierno nacional asegurando que, al menos  por el momento, no habrá paro. Los gremialistas aseguraron que dentro de una semana, cuando se lance la Mesa para la Producción anunciada por el presidente de la nación y en la que se discutirán temas como las indemnizaciones por despido, los juicios por accidente de trabajo, el ausentismo y la productividad, tendrán un panorama más completo respecto a la voluntad de Macri por beneficiar a los trabajadores. “Hemos logrado que el miércoles se convoque a sectores empresariales a los efectos de abordar una discusión que tiene que ver con una suma de dinero para el sector privado, debido a que el sector público ya está avanzando”, destacó Daer. Sin embargo, la Presidencia de la Nación difundió un comunicado en el que no figura un bono para los estatales. Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT, aseguró que “se registraron cuatro coincidencias en el diálogo con el gobierno referidos a reclamos puntuales que había formulado la CGT”. Consideró que se estaba en presencia de “una solución efectiva para el sector de los jubilados, otra para los beneficiarios de asignaciones sociales, una tercera que consiste en eximir del pago de ganancias de los aguinaldos y por último la posibilidad de compensar la pérdida de poder adquisitivo de privados y estatales”. En principio, remarcó, “se ha llegado a un principio de acuerdo aceptable y el Poder Ejecutivo lo va a anunciar esta tarde”. Por su parte, Schmid aseguró que “la semana que viene es clave” y que con posterioridad al encuentro con los empresarios, se analizará la decisión final que tomará la CGT.

Luego del cónclave Triaca y Quintana dieron una conferencia de prensa en la que dieron a conocer la oferta que hizo hocicar a los popes sindicales. En diciembre los jubilados que cobren la mínima o que reciban hasta 6.661 pesos mensuales recibirán una limosna de 1000 pesos. Esa limosna también será recibida por los beneficiarios de la AUH (mil pesos por hogar). Esta medida engloba a siete millones de mendigos, perdón, personas. Triaca reconoció que para el gobierno significará una “erogación muy significativa”. Reconoció que se pagará en dos meses porque “diciembre es un mes particular para los argentinos que tienen necesidad de contenciones”. Para el gobierno, destacó, “la prioridad es la contención de aquellos que están en mayor vulnerabilidad”.  Los trabajadores que cobren hasta 15 mil pesos de aguinaldo estarán exentos del Impuesto a las Ganancias. Los que ganen hasta 55 mil pesos en bruto pagarán ganancias únicamente a partir del excedente de los 15 mil pesos de aguinaldo. “Hemos avanzado en muchos de los temas que son planteados por los representantes de los trabajadores y que eran parte de la agenda de Gobierno” (…) “Eso tiene que ver con la contención de los sectores más vulnerables, que es una de las prioridades de nuestra gestión y donde hemos puesto el foco principal”, destacó. Marcos Peña, jefe de Gabinete, expresó que el gobierno ve “que se ha avanzado mucho este año en el diálogo con sectores sindicales y tenemos mucha expectativa también de que esta mesa de diálogo que se va a armar con el sector empresarial, el Estado y los sindicatos pueda seguir profundizando la necesidad de trabajar todos juntos” (fuente: “Con poco, la CGT dejó el paro en veremos”, Página 12, 13/10/016).

La tibieza del triunvirato cegetista puso en evidencia las diferencias dentro de sindicalismo. Por un lado, están aquellos dirigentes que están conformes con el desarrollo de la negociación con el gobierno; por el otro, están aquellos dirigentes que, como Pablo Moyano, advirtieron que hasta ahora la negociación viene naufragando y que el bono de 1000 pesos es completamente inútil.  Para Hugo Yasky “el ofrecimiento del gobierno es una burla para los trabajadores”. Por su parte, Pablo Micheli invitó a las dos CTA, Camioneros, la Federal de Trabajadores y los gremios de la CGT disconformes con la propuesta gubernamental, a hacer cuanto antes un paro general. Apenas concluida la reunión con los funcionarios macristas, el triunvirato reconoció inmediatamente la validez de la respuesta oficial a las demandas de los sindicatos, con lo cual enervó las ansias de paro del sector más combativo del sindicalismo. Juan Carlos Schmid, quizá el dirigente más lúcido que forma parte del triunvirato, remarcó que los reclamos se han encauzado en parte y que la próxima semana será fundamental para avanzar en la ejecución de medidas más radicales. Un tibio Héctor Daer consideró que la CGT aspira a que el bono propuesto por el gobierno imponga “un piso que abarque a la totalidad de los trabajadores” y que las cuestiones que involucran al sector privado se analizarán conjuntamente con los empresarios y el gobierno en una suerte de recreación de la mesa de diálogo propuesta por el entonces presidente de la nación, Eduardo Duhalde, a comienzos de 2002. Andrés Rodríguez (UPCN) destacó que ha habido coincidencias con el gobierno, lo que ha permitido a ambos sectores enhebrar un principio de acuerdo aceptable para ambas partes en asuntos relacionados con los jubilados, los beneficiarios de la AUH y la exención parcial para el medio aguinaldo. En relación con el sector más combativo, Schmid expresó: “es muy posible que haya compañeros que tengan esa postura, otros estamos evaluando si podemos avanzar en soluciones”. “Nunca se descartó un paro”, enfatizó. Quien salió con los tapones de punta fue Pablo Moyano: “lo que anunció el ministro Triaca es una vergüenza, una ridiculez. No hablamos todavía con los compañeros de la CGT, nos juntaremos en las próximas horas a ver en qué se avanzó, porque nosotros no vemos que se haya avanzado nada”. En relación con el bono fue contundente: “no estamos de acuerdo. Mil pesos no le sirven a nadie, el bono tendría que haber sido algo más importante, de 4 mil o 5 mil pesos y para todos”. Consideró que los trabajadores “ya perdieron con la inflación, perdieron con el Impuesto a las Ganancias y perdieron con el tarifazo, mil pesos es un bonito, no un bono”. Víctor Santa María, miembro del consejo directivo de la central obrera, remarcó la insuficiencia del anuncio  oficial: “Hemos tenido una política de diálogo, tratando de reabrir las paritarias. Pero nos quedamos cortos con la respuesta del gobierno, no es lo que esperaba la mayoría de la CGT”. Rodolfo Daer reconoció que “desde el 10 de diciembre todos somos más pobres. Reivindicamos el diálogo como mecanismo para encontrar soluciones adecuadas, pero los trabajadores no pueden seguir esperando”. Hugo Yasky fue muy duro: “Aceptar esas migajas, esas míseras migajas, sería darles la espalda a los cientos de miles de familias en las que hoy falta comida para llegar a fin de mes. Vamos a responder poniendo en la calle la dignidad de los que no aceptamos migajas, convocando a la lucha en unidad con todos aquellos dispuestos a defender a los trabajadores” (…) “La supuesta ayuda del gobierno es homeopática, es tan sólo una pequeña grajea en un balde de necesidades”. Y Pablo Micheli evaluó que “mil pesos para jubilados y mil pesos para los beneficiarios de planes por única vez a fin de año no resuelve las necesidades de la gente, que está agobiada por los impuestos y por salarios bajos” (fuente: “Entre el diálogo y el rechazo”, Página 12, 13/10/016).

El ofrecimiento del gobierno a la CGT para “convencerla” de la necesidad de desactivar el paro nacional-el bono de fin de año y/o la exención del Impuesto a las Ganancias-lejos está de constituir el más grave problema que aqueja a la Argentina en estos momentos. En efecto, a pesar de la predisposición de los cegetistas a aceptar dicha propuesta, temas de capital importancia como la redistribución regresiva del ingreso en base al deterioro del mundo laboral (verificado durante todo este año) no han sido tratados por la CGT en sus diálogos con los funcionarios macristas. Según datos oficiales desde que asumió Mauricio Macri el 10 de diciembre pasado se destruyeron 134 mil puestos de trabajo y se produjo una reducción del salario real del orden del 10 por ciento. La idea del gobierno de reducir la inflación permitiendo al mismo tiempo el ingreso irrestricto de mercaderías foráneas y de capitales configuró un escenario complicado para la clase trabajadora. Según el Indec entre el segundo trimestre del año pasado y el de este año la desocupación subió del 6,6 al 9,3 por ciento. La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo registró una caída del empleo en blanco del 1 por ciento desde diciembre, lo que equivale a la destrucción de 134 mil puestos formales. El índice de obreros ocupados en la manufactura bajó un 1,7 por ciento en el segundo trimestre en comparación con igual período de 2015, mientras que la cantidad de horas trabajadas retrocedió un 1,6 por ciento en relación con el primer trimestre. Según la dirección General de Estadística y Censos de la ciudad de Buenos Aires, el desempleo en la CABA alcanzó el 10,5 por ciento al finalizar el primer semestre, cuando en diciembre era de 6,8 por ciento y en el invierno de 2015 alcanzaba el 8,6 por ciento. Vale decir que en la CABA desaparecieron 60.553 puestos de trabajo durante los primeros seis meses de 2016. También el Indec registró subas importantes del desempleo durante el segundo trimestre en el Gran Rosario (de 8,3 a 11,7 por ciento), en San Nicolás-Villa Constitución (de 6,9 a 8,4 por ciento) y en el Gran Córdoba (de 10,2 a 11,5 por ciento).

Según Tendencias Económicas (consultora privada) durante el año hubo 171.801 despidos, un 7,9 por ciento más que el año pasado, y 106.848 suspensiones. Para el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) desde que asumió Mauricio Macri los despidos y las suspensiones son, en conjunto, 208 mil casos, de los cuales 137.483 casos corresponden a trabajadores privados y 70.597 a trabajadores estatales. Por su parte, Admira (entidad que agrupa a las cámaras de la industria metalúrgica) registró un incremento del desempleo en el sector del orden del 2,8 por ciento en lo que va del año. En la construcción el Indec registra una disminución del orden del 15,5 por ciento del empleo en blanco en julio, en comparación con el mismo mes del año pasado. ATE considera que durante 2016 fueron despedidos 11 mil empleados estatales y 50 mil provinciales y municipales. Respecto al salario real el Indec calculó que el incremento de salarios correspondientes al sector industrial durante el segundo trimestre alcanza el 30,9 por ciento, frente a una inflación, en el mismo período, del 45 por ciento. Por último, para el IET (Instituto Estadístico de los Trabajadores), dependiente de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), el salario real cayó en julio en relación con noviembre pasado un 6 por ciento (fuente: Javier Lewkowicz, “Más desempleo y menos salario”, Página 12, 13/10/016).

Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) la economía argentina caerá en 2016 un 1,8 por ciento. Esta caída es 0,3 puntos porcentuales superior a la información brindada en junio. En ese momento el organismo consideró que la caída de la economía argentina era consecuencia de la reducción del salario real provocada por la devaluación. Según sus nuevas proyecciones hay una profundización de la recesión dentro de un contexto regional donde se observa una cierta estabilidad. “Para sostener el mayor crecimiento esperado en 2017 se requiere dinamizar la inversión e incrementar la productividad para mantener una senda de crecimiento sostenido. En este contexto, la inversión en infraestructura y en innovación tecnológica deben jugar un papel primordial”, señaló la CEPAL. El sector externo le dará el impulso que necesita el país para despegar, señaló. “Los precios de las materias primas evidenciarían en 2017 mejoras con respecto a los niveles promedio del 2016 y se espera que el crecimiento de los socios comerciales de los países de la región sea mayor”, sostuvo. Luego consideró que “la región necesita un cambio estructural progresivo con un gran impulso ambiental que promueva un desarrollo basado en la igualdad y la sostenibilidad ambiental, con políticas de inversiones públicas y privadas coordinadas en distintas áreas para redefinir los patrones energéticos, de producción y consumo, basados en el aprendizaje y la innovación”. Sobre la economía vernácula expresa: “Sin fuentes externas de crecimiento de la demanda agregada (debido al estancamiento general del comercio mundial, agravado en el caso particular argentino por la recesión del Brasil), con una política fiscal que, según lo anunciado por el gobierno, asumirá una posición neutra o contractiva, y ante un consumo interno retraído debido a la caída de los salarios reales, solo una fuerte expansión de la inversión podría restablecer el crecimiento y ubicarlo en terreno positivo” (fuente: “La economía caerá 1,8 por ciento este año”, Página 12, 13/10/016).

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