Por Hernán Andrés Kruse.-

El domingo 31 de julio, la ex presidente Cristina Kirchner concedió la primera entrevista cara a cara desde que abandonó el poder al periodista de C5N Roberto Navarro. El lugar escogido fue la sede del Instituto Patria. La entrevista abarcó un amplísimo temario: cuestiones políticas, económicas, sociales e institucionales fueron abordados por la ex presidente con su habitual solvencia.

Sobre la oposición dijo la ex presidente: “Este tema del tarifazo ¿cómo no pudo haberse parado desde el Parlamento? Mi gobierno tuvo un conflicto muy grande con las patronales del campo en el 2008, donde nos pararon el país, nos boicotearon y yo envié un proyecto al Congreso. El Parlamento decidió, como todos sabemos, con el voto no positivo y yo acaté la decisión”. Tildó a las fuerzas políticas opositoras de “cuasi-oposición”, con lo cual no hizo más que menospreciar a aquellos sectores del justicialismo que se abrieron para conformar sus propios bloques y a aquellos otros que se acercaron al macrismo por conveniencia. Luego manifestó: “Es importante construir una nueva mayoría con puntos de contacto. Yo no tengo vocación de oposición, hay que plantear un modelo alternativo y allí no excluyo a nadie, incluyo a todos”. Precisó que posee vocación para construir y no para oponerse por el solo hecho de hacerlo: “La vocación de construcción no tiene que ver con lo partidario. No quiero un cargo. Quiero ayudar a la construcción de un país donde no se pierda lo logrado. Darle al país una oportunidad de que no se pierda lo que hicimos en doce años y medio. ¿Por qué todo tiene que pasar por un cargo institucional? ¿Por qué no planteamos nuevas formas? Fernando de la Rúa fue presidente y no lideró nada. Me parece una falta de respeto a la gente discutir si voy a ser candidata. La gente quiere una alternativa”. Hoy por hoy, aparentemente, la ex presidente no tendría en mente competir electoralmente el año que viene. Sin embargo, conviene ser cautos. Para las elecciones de medio término de 2017 falta una eternidad y cualquier cosa puede pasar en un país que, como la Argentina, es genéticamente inestable. Todo dependerá, en última instancia, de lo que indiquen las encuestas.

Sobre su enfrentamiento con los buitres, expresó: “Yo no entiendo a estos capitalistas que no quieren que haya política de consumo. Está claro que nadie invierte si no está asegurado el consumo y no al revés”. “Nosotros queríamos un país capitalista con consumo e industrialización. Si alguien quiere vivir en el mundo capitalista es para consumir. Para pasar hambre, nadie”. De esta forma la ex presidente desmintió a aquellos opositores que la acusaban de pretender instaurar en el país un régimen socialista al estilo chavista. El kirchnerismo jamás sacó los pies del plato, es decir, jamás abjuró del capitalismo. Lo único que hizo fue no seguir dogmáticamente los dictados del neoliberalismo. Sin embargo, para el orden conservador esa actitud fue prueba suficiente para acusar al kirchnerismo de ser un gobierno “populista” y “demagogo”. Criticó a Macri por el acuerdo con Paul Singer y compañía: “Estaban convencidos de que iban a llover los dólares porque supuestamente yo era una traba para las inversiones y era muy mala y por eso me enfrentaba con los fondos buitre. Acordaron con los buitres y no pasó nada”. Evidentemente Macri y sus funcionarios económicos hicieron desde el principio un mal cálculo ya que apostaron por una rápida invasión de inversiones y de dólares estadounidenses. Para su sorpresa, estamos en agosto y no hubo ni inversiones de afuera ni “verdes”. Destacó las promesas de Macri durante la campaña electoral y lo que efectivamente viene haciendo desde que asumió: “que no se iba a devaluar, que ningún trabajador iba a tener que pagar el Impuesto a las Ganancias o que no iba a haber tarifazo”. Sucedió exactamente lo contrario: hubo devaluación y tarifazo.

La ex presidente consideró que “lo importante más allá de los partidos es que hay que construir mayorías. No hay que hacer oposición, hay que proponer un proyecto alternativo que represente a la mayoría y pueda enfrentarse con fortaleza política”. “Una gran movilización estudiantil logró la reglamentación del boleto estudiantil. Hay que llamar a las cosas por su nombre. No puede ser que gente como sindicalistas y diputados piensen más en donde van a estar, mientras que pibes de quince años logran sus objetivos sin poner por delante sus diferencias”. “Este gobierno se presentó como un gobierno que iba a escuchar a la gente y no da marcha atrás en nada y sigue con el tarifazo para adelante”. “La oposición estuvo ausente en este problema. No creo que hubiera pasado lo mismo en mi gobierno”. El 99,99% de los políticos piensan exclusivamente en su carrera política. Si declaran que siempre piensan en el bienestar del pueblo, mienten descaradamente. Es cierto que el presidente Macri no da marcha atrás pero, cabe reconocer, así actuó la ex presidente. Si hubo algo que caracterizó sus ocho años de gobierno fue el haber siempre redoblado la apuesta. Para enfrentar a Cambiemos con éxito es fundamental que la oposición se presente unida y homogénea sobre la base de un plan alternativo de gobierno. Lamentablemente, hoy por hoy ello es imposible. Por un lado, está el Frente Renovador conducido por Sergio Massa que representa al peronismo antikirchnerista. Su idea fuerza es la amplia avenida del medio para diferenciarse del oficialismo y el kirchnerismo. Está el kirchnerismo puro que sigue siendo fiel a Cristina Kirchner. Este sector de la oposición reivindica todo lo actuado por el kirchnerismo durante sus doce años y medio de gobierno. También está el grupo que conduce Diego Bossio, un ex kirchnerista que aún no tiene decidido si acercarse al macrismo o adoptar una postura opositora. Por último, está el Movimiento Evita, conducido a nivel nacional por Navarro y Pérsico, que recientemente se desprendió del kirchnerismo para acercarse a la funcionaria de Desarrollo Social del macrismo Carolina Stanley. Con una oposición tan fragmentada si la economía repunta algo a comienzos del año que viene y Carrió no hace un zafarrancho, Macri puede ganar en las elecciones de medio término.

La ex presidente se mostró sorprendida por la pasividad del sindicalismo ante “la pérdida del poder adquisitivo de los salarios” y resaltó que “ningún sindicato logró una paritaria por sobre la inflación, a duras penas la rozaron y a veces en doce cuotas. Hoy los dirigentes no hacen huelga. Nunca pasó lo que pasó ahora con el poder adquisitivo”. Inmediatamente aclaró: “no estoy llamando al paro”. Los más importantes jerarcas del sindicalismo, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo” han sellado con Macri una alianza cuya duración es incierta. Pese a las calamidades que está provocando la política económica ortodoxa de Cambiemos, el triunvirato sindical viene evitando cualquier tipo de encontronazo con el presidente de la nación. De no ser por las dos CTA el sindicalismo estaría en la actualidad en vías de extinción.

Sobre la situación económica se explayó largo y tendido: “Uno nota el crecimiento de la gente en situación de calle. Se nota el aumento de la pobreza”. “Es un fenómeno que se produce por el aumento de los precios de alimentos, la quita de las retenciones, del aumento de las tarifas. Nosotros habíamos creado una red con precios cuidados. La gente valoró mucho esa política, que no era precios controlados. Tiene que ver con el rol del Estado”. “Ese dinero”-el correspondiente a las retenciones, al que estimó en 128.000 millones de pesos-“es el doble de los subsidios que el Estado pagaba para que la gente tuviera tarifas accesibles”. “Se le transfirió al sector primario más concentrado el doble de los subsidios que iban no solamente, como dicen algunos, a las familias que andaban en pata. Esos subsidios no iban sólo al consumo, sino a la inversión”. “El comerciante o el industrial en vez de gastar ese dinero en la tarifa lo gastaba en inversión. Y no trasladaba el costo de las tarifas a precios”. “No estaban congeladas las tarifas”. “Le aumentamos a las eléctricas 13 millones de clientes y 8 millones en el gas”. “Eliminamos la morosidad y le incrementamos la inversión. Y la gente gastaba más, porque compraron mayor cantidad de artefactos. No había un subsidio diferenciado para Capital y para el interior. ¿Qué hacían los gobiernos provinciales? Recargaban las tarifas y hacían caja”. Antes “había un montón de gente que criticaba los subsidios y hoy critica el aumento de las tarifas” y consideró que “le crean a la gente un sentido común que poco tiene que ver con sus intereses”. “Se les fueron eliminando-los subsidios-a las actividades económicas que tenían una superrentabilidad: fueron unos 4500 millones de pesos”. “Yo creo que en realidad es mucho más la destrucción del trabajo informal que el formal. La eliminación de las changas en el conurbano, que también mantienen el motor de la economía”. “La informalidad era del 55% y la redujimos al 32%. Va a impactar más en el trabajo registrado, porque ese trabajo informal alimentaba al comercio de barrio”. “Los invisibles, que son los que primero lo sufren, provocan la eliminación del trabajo registrado. Desgraciadamente, se va a notar más, más adelante”. “Se está rediseñando la economía. Es una reprimarización de la economía”. “Ese modelo de sociedad necesita precarización laboral. Con un 9 por ciento de desocupación, que es el mínimo que registramos, es difícil negociar salarios a la baja”. Consideró que se está volviendo a un modelo agroexportador: “mientras menos consumo interno haya, mejor, porque puedo exportar más. Vamos hacia una sociedad con mayores posibilidades de hambre”. “La inflación es más del doble que con nuestro gobierno. Saltó tanto porque hubo una devaluación fenomenal, por el tarifazo y porque desapareció el rol del Estado sobre los precios”. “Pretender que los últimos doce años fueron ficticios ¿alguien puede vivir doce años de fantasía?, ¿puede aguantar una empresa doce años y medio trabajando a pérdida?”. “Podemos tener autocrítica. Creo que por ahí no tuvimos tal vez con las empresas y con el mundo empresario la vinculación que ellos estaban acostumbrados a tener. Había mucho prejuicio ideológico. Lo que es la psicología: hay gente que ganó muchísimo dinero, pero no le gustábamos. Siempre están llorando la carta los empresarios”.

Reconoció que “ser presidente es muy duro. Todos creen que te dan el bastón del mando, te dicen acá está la Rosada, acá está Olivos y que eso es el poder. El poder es tener la suficiente fortaleza política para decir “esta es la política que hay que llevar para salir de donde estamos”. “Sí, tengo una responsabilidad histórica, no como dirigente, sí como militante política. Plantear hoy que se pueden cambiar las cosas solo siendo senador o diputado es no entender cómo funcionan las cosas”. Pareciera que la ex presidente, al hablar de su responsabilidad histórica, tiene en mente desechar cualquier postulación a algún cargo electivo. Se puede hacer buena política desde el llano, desde la militancia, remarcó. ¿Se resignará Cristina, una dirigente política que ocupó cargos políticos de toda naturaleza durante los últimos treinta años, a hacer política como una militante más? Obviamente que sólo la ex presidente puede responder a esa pregunta pero tratándose de un verdadero animal político, cuesta creer que no tenga en mente el retorno a la alta política, su verdadero y genuino lugar en la tierra.

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