Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 18 de junio, La Nación publicó una extensa y jugosa entrevista a Jorge Lanata. Sus párrafos salientes son los siguientes: “La palabra “progre” se fue desdibujando cada vez más. Para mi Página dejó de salir hace mucho, es una mueca de lo que fue. No puede ser un diario vinculado al poder. El sinónimo de Página es libertad, no obedecer. Nació como un espacio pluralista donde realmente había de todo. Hoy tengo más diferencias que antes con (Horacio) Verbitsky, pero no quiere decir que antes no las tuviera. De hecho, en ese momento, tenía grandes diferencias con la generación del 70, y ahora tengo más. Entre otras cosas porque tengo 56 y no soy igual que a los treinta. Por suerte, cambié, gracias a Dios. Si no, me tendría que pegar un tiro” (…) “Yo creo que la generación de los 70 nos arruinó la vida. Realmente nos cagó la vida. Nos mintieron. Lo hablé con muchos de ellos en términos nada lindos. Con (José) Saramago, un día en una comida, acá, donde estábamos con él, con (Manuel) Vázquez Montalbán y Martín Caparrós. Yo les pregunté: ¿por qué nos mintieron?” (…) Nos mintieron quienes “nos decían que los chicos pioneros en La Habana estaban ahí levantando el puño y diciendo: Seremos como El Che. Los Montoneros, el ERP, los que sean. (Ernesto) Sábato decía que, durante tu vida, vas pasando por diferentes etapas. Pero al final todo se divide en una lucha entre el bien y el mal. Yo llegué a esta pregunta: ¿Soy capaz de dispararle a un tipo desarmado en un sótano? Mi respuesta es no. ¿Y Verbitsky? Verbitsky sí. Es ésa la diferencia. Todo lo demás es anécdota. Yo estaba ahí. Página jamás fue un diario que reivindicara la lucha armada” (…) “Los tipos (el MTP financió a Página/12 en sus comienzos) eran un partido político, legal, tenían una revista, jefe de prensa, no estaban clandestinos. Y tampoco me llamaban de todos lados para ofrecerme guita para poner el diario. Fue lo que conseguimos y después tuvimos que sobrevivir pidiendo plata en cualquier lado, sea una cueva o un distribuidor. Pero si a mí no me condicionaban lo que tenía que poner…yo quería hacer un diario. Y no estaba haciendo nada que estuviese mal o fuese ilegal”. Lanata está convencido que muchos de los miembros de las organizaciones armadas hoy piensan igual: “Sí y por eso existió el kirchnerismo. ¿Qué consolida el kirchnerismo? Que ellos ven que es el último tren. Que se mueren. La generación de Horacio González y toda esa gente. La Conferencia Episcopal Argentina puso en marcha una propuesta de “reconciliación”. ¿Cuán posible es? Yo insisto en que la grieta es lo peor que nos pasa y va a tardar en cerrarse. Es lo más difícil de superar. Hasta ahora tengo razón porque todos quieren dejar de hablar, pero nadie deja de hacerlo”. Respecto al peronismo señaló: “Si vos mirás bien, te darás cuenta de que nosotros hemos tenido demasiado prejuicio con el peronismo. Para ser políticamente correctos no hablamos mal del peronismo cuando tenemos ganas” (…) “Tenemos que poder hablar con libertad del fascismo que tuvo el peronismo, del apoyo de los nazis durante el peronismo, de la censura durante el peronismo, sin sentirnos culpables”. Lanata piensa que existe un dispositivo moralizante que genera censura: “Claro, y muy bien armado por el peronismo. Y con eso cubren todo lo demás. A ver: ¿usted es antikirchnerista? Sí, claro que sí. ¿Y haré todo lo posible para que el kirchnerismo no vuelva? Sí. Pero eso no quiere decir que vaya a inventar una nota para que no vuelvan. Ahora, si yo puedo dar una mano para que esto no pase, lo voy a hacer” (…) “Creo que sería (el retorno del kirchnerismo) volver para atrás 20 años. Sería un desastre. Vos no podés hacer política en un mundo que ya no existe más, cuyos aliados eran Venezuela e Irán. Es una locura. Hoy parece que nos hubiéramos despertado de un mal sueño, ¡pero fue raro que fuera tan largo y no nos despertáramos antes! Evidentemente algo kirchneristas somos porque si no, no hubiera pasado. Mirá la época de la dictadura: había mucha gente que estaba de acuerdo y mucha otra que no, pero que no hicieron nada para sacarla hasta muy tarde. En otros países sí hicieron, como los cacerolazos de Uruguay o la Iglesia brasileña que estaba en contra. Hicieron más cosas que nosotros. Acá de la dictadura se salió más que nada por Malvinas, ni siquiera por nosotros. Creo que llevamos mucho tiempo autoengañándonos y eso se tiene que terminar. Digamos la verdad: ¿estás en contra de tal cosa? Sí, estoy en contra”. Lanata niega haber hecho “periodismo de guerra”: “No, yo siempre hice el mismo tipo de periodismo y tuve peleas con todos los gobiernos y creo que eso habla bien de mí. Estuve en contra de (Carlos) Menem e incluso (Raúl) Alfonsín me echó de la quinta de Olivos durante un desayuno” (…) “Yo voté a Macri, nunca lo había votado antes. Pero no sé si volveré a votarlo, dependerá de las circunstancias. Yo no soy de Cambiemos. A nivel personal tengo con Macri un diálogo buenísimo porque él se banca lo que pienso, no le hablo pensando que estoy ante el Presidente sino frente al que conozco hace treinta años. Eso es bueno. Publiqué varias notas en contra de Macri y lo critiqué por cosas que realmente creo que estaban mal. Macri podría haber hecho una multipartidaria para hacer un ajuste más sensato y que no caiga sobre los sectores más pobres y no lo hizo y ahora se le pasó el momento. Cuando asumió no dijo que estábamos quebrados y debería haberlo dicho porque la bomba nunca explotó. Entonces a la gente le contaron que había una bomba. No es lo mismo” (…) “Lo otro que me desilusiona es que Macri no está atacando las enfermedades fundamentales de la Argentina. Por ejemplo, que el país gasta más de lo que gana. Ahora la guita la pedimos afuera, pero sigue pasando. Eso tiene que ver con que Macri no es un líder político, es un dirigente. Discutí mucho con él en privado sobre las demandas de la gente y las acciones del político. Él cree que no hay que poner en agenda más que las demandas manifiestas de la gente y yo pienso que es totalmente al revés”. Para Lanata una de las demandas no manifiestas es “sentarse y decir que los números no cierran. Hagamos una mesa en la que todos pierdan. ¿Seríamos capaces? Subamos de 30 a 50 el impuesto a las ganancias. Pero también terminemos con las corporaciones de los gremios, con los subsidios a los textiles, es decir, perdamos todos” (…) “Yo creo que sería empezar de vuelta, es un game over en un país donde los números no cierran. ¿Cuánto tiempo vamos a poder vivir así?” (…) “Mirá, yo esto lo dije al aire: bastante paciencia le estamos teniendo los medios a Macri” (…) “Con otro gobierno, por cosas mucho menores, ya hubiésemos saltado. Y en el caso de Macri todo el mundo está más tranquilo buscando cómo lo justifica”. Lanata reconoce que los medios lo tratan a Macri con mucha mayor dulzura en comparación con el trato dispensado al kirchnerismo: “Con respecto a los K, sí. Y me parece bien que lo haya (tratamiento mediático más suave) porque son cosas distintas. Una cosa son los tipos tirando bolsos con plata por arriba de una iglesia y otra cosa son estos metiendo la gamba por una estupidez. En los errores de estos tipos también hubo muchísimo de idiotez, entonces decís, bueno, dejalo pasar. Yo hasta hace unos meses pensé que el Gobierno iba a perder en octubre. Después de la marcha del 1 de abril creo que el estado de ánimo cambió bastante y que si no se mandan ninguna cagada, ganan. Por poco, pero ganan”.

En su edición del 18 de junio, Página/12 publicó un artículo de Raúl Kollmann titulado “Polarizar o no polarizar”. Escribe el autor: “La mayoría de los consultores en campañas electorales piensan que la elección de diputados y senadores de octubre será un mano a mano entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, el frente que lidera Cristina Fernández de Kirchner. Algunos creen que la división entre el kirchnerismo y el Frente Justicialista de Florencio Randazzo…es un beneficio para Cambiemos y que le abre las puertas a ser la fuerza que saque más votos en el conteo final en la provincia de Buenos Aires. Están también los consultores que no creen en el mano a mano y piensan que tanto Randazzo como Sergio Massa serán competitivos y tendrán un espacio que para nada será menor” (…) “La definición de que CFK y Randazzo no van a disputar una primaria sino que van a competir desde fuerzas distintas-analiza Federico Aurelio, titular de Aresco-modifica el escenario previsto. ¿Por qué? De acuerdo a nuestras mediciones, la primaria de CFK + Randazzo conformaba un FPV con una intención de voto de alrededor del 38 por ciento de los bonaerenses. Este porcentaje le permitiría ser el frente electoral más votado con una diferencia respecto al frente Cambiemos de alrededor de ocho puntos. Dado que esta primaria del FPV de acuerdo a nuestras mediciones se definía favorablemente para CFK, la duda era cuánto del voto de Randazzo de la primaria CFK lograba fidelizar en la elección general de octubre. A CFK le hubiera resultado más sencillo fidelizar los votos de Randazzo posteriormente a haber participado ambos en una primaria. Y este dato no es menor, en primer lugar porque en un escenario de paridad hoy entre CFK y Frente Cambiemos en alrededor de 30 puntos cada uno, el crecimiento de 2 o 3 puntos de alguno de ellos va a definir el ganador de la elección de octubre. El Frente Cambiemos, principal beneficiario de la división del peronismo en dos fuerzas políticas distintas, seguramente va a implementar como ejes de campaña el no volver al pasado (se le facilita con CFK candidata) y la necesidad que la sociedad apoye su gestión para resolver los graves problemas que se vienen arrastrando hace décadas. El principal factor del apoyo a Cambiemos que indica nuestras investigaciones es la voluntad de apoyar al gobierno de Macri y de Vidal” (…) “Para Hugo Haime, de Haime y Asociados, no habrá polarización. “Venimos insistiendo en la existencia de tres espacios en disputa: Cambiemos, 1País y el kirchnerismo. La situación de Randazzo en ese sentido queda aprisionada entre los K y Massa. Para terminar de evaluar el escenario necesitamos precisiones sobre quienes serán los candidatos. Hoy a los teóricos candidatos de Cambiemos les cuesta arrancar, pero la marca vale más que los candidatos, así que no sabemos si luego pueden crecer o no. Eso dependerá de la dinámica de la campaña y de qué pase con la gestión” (…) “En síntesis, hay que esperar al 24 para que las cosas estén más claras” (…) “El que haya formulado las hipótesis correctas se llevará el premio-diagnostica Eduardo Fidanza, de Poliarquía-. El gobierno piensa que podrá polarizar con Cristina, que la gente finalmente preferirá seguir apostando al futuro en lugar de volver al pasado, a pesar de que la economía no arrancó; y que sus candidatos, con menos volumen político, recibirán el impulso decisivo de Vidal y Macri. El kirchnerismo apuesta a que se inclinarán por Cristina repudiando el ajuste que consideran brutal. Massa y Stolbizer van por la despolarización y tienen chances de conseguirla, porque Massa en el peor escenario conserva lo que obtuvo en la primera vuelta en 2015 (21 por ciento). Queda considerar lo de Randazzo. Si él finalmente va por afuera, ese nuevo fraccionamiento debería favorecer a Cambiemos” (…) “Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública, cree que “aunque el 30 por ciento de los bonaerenses se autodefinen como oficialistas, aún no han encontrado un candidato que potencie tal segmento ideológico y además le permita agregar electorado independiente. Es innegable que María Eugenia Vidal no está atravesando su mejor momento: la gestión desgasta y el conflicto docente lleva casi seis meses sin que se vislumbre una luz de esperanza para su solución. Además, afronta las consecuencias de la situación económica: en el Gran Buenos Aires, alrededor de 7 de cada 10 ciudadanos están insatisfechos con la gestión económica de Cambiemos y una parte sustancial de esta población posee un fuerte convencimiento que lo que ganan no les alcanza para llegar a fin de mes” (…) “Hasta el momento el peronismo se presentará dividido. Descartar al PJ es una jugada muy osada, bien al estilo kirchnerista, arriesgando al límite. Su fortaleza radica en la figura de CFK, en su alta popularidad en territorio bonaerense (con gran crecimiento en el conurbano) y a un núcleo duro de apoyo, que hasta el momento la convierte en la candidata individualmente más votada. Con Cristina no hay término medio: se la ama o se la odia. Si CFK confirma su candidatura, con o sin acuerdo con Randazzo, la elección tenderá de manera inexorable a polarizarse. Dos modelos en pugna, dos plebiscitos paralelos, dos ideologías en la contienda electoral con mayor peso simbólico del país”. “Con mucha ironía, Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública, Servicios y Mercados, señala que “el oficialismo parecería haber logrado su objetivo central. Es decir la presencia protagónica de Cristina. Es cierto que la ex presidenta tendrá un arco de fuerzas políticas que realza y favorece su independencia estratégica, incluyendo la definición de listas. Ello facilita la estrategia gubernamental de contraponer el pasado y el futuro como términos antinómicos y que el pasado esté representado por la figura con mayor nivel de rechazo en la política argentina. Los sectores del peronismo tienen a su vez también una oportunidad de evolución gradual, lejos del riesgo de contaminación con el kirchnerismo. Si bien la estructura formal del PJ les es inmanejable, pueden aspirar con razón a una política de afirmación de su propia identidad, más allá del efecto político que logren alcanzar. Sergio Massa tiene ahora mejores perspectivas para resguardarse del efecto polarizador. Una amplia franja de votantes peronistas difícilmente acompañe a la nueva coalición, sobre todo si CFK es candidata. El ahora sello PJ tampoco ofrece perspectivas electorales claras y ello realza las posibilidades del massismo, que detiene la caída libre que venía experimentando” (…) “Artemio López, cabeza de la consultora Equis, afirma que CFK parte de un 40 por ciento de la intención de voto en la Provincia de Buenos Aires. “Lo que percibimos es un escenario con dominio de la figura de Cristina Kirchner que gira en torno al 40 por ciento de las preferencias, con fortaleza diferencial entre menores de 30 años y segmentos medios bajos y bajos, en particular de la tercera sección electoral que vuelve a responder a la figura de Cristina tras la pobre performance 2013 y 2015. Es nítida igualmente una segunda minoría representada por Cambiemos y sus candidatos con 25 por ciento de intención de voto y fortaleza diferencial entre segmentos medios y medios altos y mayores de 45 años con epicentro electoral en la primera sección y el interior provincial. Ambas minorías están en crecimiento. La tercera opción en el escenario bonaerense es el Frente Renovador con el 20 por ciento de menciones y fortaleza etaria y geográfica en espejo con Cambiemos, ya sin intervención sobre el electorado que muestra afinidad con Cristina Kirchner. Esta trilogía de fuerzas se recorta del resto y este mapa no parece ser ya modificable como tampoco el ordenamiento de cada fuerza en el sistema de preferencias bonaerenses” (…) “Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, no cree en la polarización: “Hay tres fuerzas que están primeras en la consideración del electorado: Cambiemos, el nueve frente liderado por CFK y 1País. Ahora se agrega una nueva fuerza de origen peronista que lidera Randazzo y ostentará el sello del PJ. Esta expresión, en el arranque, tiene un escaso caudal de votos. Su evolución dependerá de la campaña electoral y no del posicionamiento previo. Entre las fuerzas expectantes para el triunfo del distrito asoma CFK con la Unidad Ciudadana y el oficialismo Cambiemos como las que arrancaron en punta, con cercanía del frente de Massa. La fuerza del kirchnerismo y sus posibilidades electorales están depositadas en forma exclusiva en la fuerza de la imagen de su líder; en Cambiemos en la figura de la gobernadora Vidal; y Massa/Stolbizer integran la tercera fuerza con un equipo experto profesional como segunda línea. Todavía no se puede observar bien la incidencia del PJ en detrimento del frente liderado por CFK, debido a que las bases cuantitativas de análisis son pequeñas. La división en el peronismo favorece el pronóstico del oficialismo. El oficialismo hará una buena performance en el interior bonaerense, y la oposición en el conurbano. Esta enarbolará los efectos socioeconómicos en la población de la política económica; mientras el oficialismo, que no tiene logros que mostrar en ese aspecto, se apoyará en el eje de los valores en contrastación con el pasado”.

En la misma edición Página/12, publicó un artículo de Alfredo Zaiat titulado “el enemigo”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “(…) El Indec de Macri asumió como política institucional no oficial adelantar al Poder Ejecutivo el resultado de variables claves. De esa forma la Jefatura de Gabinete está avisada para preparar el instructivo de propaganda gubernamental que distribuye entre funcionarios y voceros oficiosos. Esa relación brumosa entre el organismo encargado de producir estadísticas públicas y el gobierno quedó otra vez en evidencia con las cifras de desocupación. El presidente Macri estaba informado de los pésimos datos de empleo del primer trimestre, que dos días después difundiera el Indec, cuando arremetió contra el derecho de los trabajadores de defenderse de injusticias patronales en el fuero laboral. Para distraer aún más de la cuestión relevante, cruzó límites de la convivencia democrática y soltó una agresión directa contra el jefe de la principal bancada de la oposición, el diputado y abogado laboralista Héctor Recalde” (…) “La estrategia oficial para desentenderse del impacto negativo de su política económica en el mercado laboral es afirmar que el aumento de la desocupación es por culpa de los trabajadores, abogados y jueces del fuero laboral que fallan contra las empresas, lo que desalentaría la creación de empleo” (…) “Además de conseguir que el alza de la desocupación sea minimizada por gran parte de los medios (Clarín ni la mencionó en la tapa), el Gobierno busca que el debate acerca del acelerado deterioro del mercado de trabajo sea orientado hacia la polémica de los juicios laborales. Así desplaza la causa principal que provocó el fuerte aumento del desempleo: la batería de medidas regresivas que derivó en recesión y posterior estancamiento de la economía” (…) “Subieron el desempleo y la subocupación, bajó el empleo y retrocedió el salario en términos reales. Es un combo que define una crisis del mercado laboral. Otra interpretación de esta crítica situación sociolaboral sólo puede atribuirse a una deliberada decisión de distraer. La pasividad de la conducción de la CGT ante ese cuadro de desmejora de los trabajadores y de avanzada de entidades empresarias contra derechos laborales convoca a sospechar de la existencia de una turbia comunión de intereses” (…) “Esta alianza está teniendo consecuencias negativas en las condiciones laborales y de ingresos de gran parte de los trabajadores” (…) “En un discurso descolgado del contexto, cuando le tomó la jura al nuevo canciller, Jorge Faurie, el presidente Macri acusó a Héctor Recalde de liderar la mafia de estudios de abogados laboralistas y jueces. Para que no quedaran dudas del destinatario dijo: “Hay que enfrentar la mafia de los juicios laborales. Enfrentarlo y terminarlo porque destruye la generación de empleo futuro. Este grupo de estudios laboralistas-que por suerte son una minoría-, con un grupo de jueces minoritarios laboralistas conducidos por Recalde, le ha hecho mucho daño a la Argentina”. La psicología tiene una definición muy precisa para ese desborde y obsesión presidencial hablando de mafias” (…) “El artículo “Carta Abierta a los trabajadores” que publicó el domingo pasado en el suplemento económico Cash, Recalde detalló cada una de las iniciativas oficiales para recortar y hasta eliminar derecho laborales. Precisa que el gobierno no quiere paritarias libres para beneficiar a las empresas, bajando el costo laboral y aumentando la rentabilidad; indica que no ha convocado la paritaria nacional docente para acordar el salario mínimo para todo el país y fijar el fondo de ayuda a las provincias pese a que la ley obliga al Estado nacional a hacerlo y a que una sentencia judicial lo ordenó; menciona que a través del ministerio de Trabajo determinó un techo salarial para las paritarias 2017, que no sólo es inferior a la inflación proyectada, sino que no recupera la pérdida del poder adquisitivo del 2016, como se mencionó arriba; destaca que quieren limitar el aumento de los salarios al crecimiento de la productividad, lo que impediría mejorar la distribución del ingreso consolidando un reparto inequitativo de la riqueza; advierte que la pretensión oficial es limitar las paritarias por actividad para impulsarlas por empresa” (…) “La política antiobrera desplegada en casi 20 meses de gestión revela la existencia de una línea de conducta inalterable que va del Macri empresario al Macri presidente de la Nación. Continuidad que no oculta que tiene identificado a quien considera el enemigo a debilitar”.

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