Por Luis Américo Illuminati.-

Así como se ha realizado recientemente una película sobre la vida del físico Stephen Hawking titulada «La teoría del todo» en mérito a las investigaciones científicas que realizó, una teoría cuántica que arranca con Laplace con su «Traité de mécanique céleste (1799-1825), la «doctora» Cristina Fernández, viuda de Kirchner, hace rato que ha elaborado su «teoría del todo». En efecto, desde el momento que se sentó por primera vez en el sillón de Rivadavia gracias a su difunto marido, sin sonrojarse manifestaba a los cuatro vientos su máxima: «Vamos por todo», esto es, copar todo, tomar todo, ir por todo para adueñarse del Estado para perpetuarse en el poder indefinidamente. Lo confirma el estrambótico discurso que pronunció hoy en el acto de la CTA en Avellaneda. A los presentes no les llamó para nada la atención el tono y estilo que empleó en su discurso. Va de suyo que la claque para aplaudirla no fue gratis. Con un estilo totalmente impostado, se erigió en «La Fiscal de la República», como si ella no fuera parte inescindible del gobierno. El país en crisis total -o naufragio- y la señora vicepresidenta, con sesgo teatral trágicómico-freudiano, descalificó, criticó y acusó a medio mundo, sean de adentro, sean de afuera. Como si fuera «la dueña del gobierno y del país», le pidió a Alberto que vuelva a usar la lapicera, esto es, corte cabezas y ponga en reemplazo los personajes que a ella le agradan, como el motonauta Daniel Scioli, apodado el robot Bender. La opinión pública no sabe si calificar de desopilante, tragicómica o patética la aparición de la vicepresidente en dicho acto. Recomendamos a los lectores del Informadorpublico.com no abrir ningún video de los canales oficiales o las redes donde sale la vicepresidenta haciéndose la economista crítica y politóloga neutral, sin citar a ningún autor, antes bien, se citó a sí misma, como es su costumbre.

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