Por Rodolfo Patricio Florido.-

La trampa no es muy sutil que digamos pero es lo único que tienen para ensayar. Que María Eugenia Vidal vaya a Nación y que la Provincia pueda ser recuperada aunque pierdan la Presidencial. Esta trampa, de alguna manera la desnudó la nota del señor Carlos Tórtora: “Alberto Rodríguez Saá y Menéndez intentan convencer a CFK para que sea candidata a gobernadora”. ¿En qué consiste y por qué?

El Justicialismo está atravesando una crisis interna profunda y no tiene candidatos presidenciales de unidad y con posibilidades ciertas de ganar las elecciones del 2019. Cristina es un interrogante con algunas certezas a saber:

Mide bien en su piso pero su techo es casi el mismo que su piso. Una eventual 2da vuelta la destrozaría.

Los Gobernadores peronistas con territorialidad no quieren perder sus provincias haciendo campaña por una ex Presidente que tiene el potencial de arrastrarlos en su descrédito personal y en muy probables efectos negativos por una o más condenas, apelables sí, pero de fuerte impacto social y político que ellos no quieren atravesar innecesariamente.

Aun cuando ella se exceptuara de participar, seguramente intentará que su renuncia tenga por contraprestación que sus figuras de Unidad Ciudadana presidan o sean segundos en listas de diputados nacionales (por ejemplo su hijo Máximo) lo que es inaceptable para el resto del peronismo porque pueden quedar atrapados en el rechazo a la ex Presidente aunque ella no figure.

Todos saben que en el segundo semestre del año en curso la inflación caerá fuertemente y que, aún cuando se supere la previsión original del 15% de inflación, esta difícilmente supere el 20% y por ende el gobierno podrá decir que año tras año se está desacelerando y el crecimiento volverá a notarse en el orden del 3%. Luego, no habrá ajustes importantes en los servicios públicos y las obras públicas se acelerarán sobre el 4to trimestre, con mucha más celeridad durante el 2019.

En otras palabras, si eventualmente lograran que la candidata presidencial fuese María Eugenia Vidal, claramente perderían la elección nacional, pero pueden despejar alguna posibilidad en la Provincia de Buenos Aires, devolviéndole al Justicialismo alguna posibilidad hoy inexistente de intentar recuperar su principal bastión electoral. Ahí sí sería posible una candidatura de Cristina Fernández por la Provincia de Buenos Aires, quien se sentiría con alguna posibilidad si María Eugenia Vidal no compite con ella.

El problema de esta trampa es que se nota. Es un tanto obvia. Hasta los peronistas kirchneristas del circuito bonaerense se refieren elogiosamente con respecto a la Gobernadora. Y esto tiene varias razones lógicas a saber:

Saben que su nivel de aceptación en el circuito es enorme y que su aceptación en el nivel nacional supera a todos los candidatos. Agraviarla va en contra de sus propios intereses.

Pretenden que la propia Vidal se seduzca con la idea de ser ella la próxima Presidente, generando una interna hacia el interior de Cambiemos.

El error radica en que miden a Vidal como si fuese una peronista tradicional in pectore con las características del liderazgo peronista. Esto es que; si un candidato se despega de todos los demás en una percepción presidencialista, su ambición crecerá de manera inmediata y querrá ir por el premio mayor. ¿En qué se equivocan?

En que Vidal es una dirigente de primer orden, con destino presidencial pero disciplinada -por política y por afecto- en derredor del Presidente Mauricio Macri.

En que Vidal sabe que si juega este partido fuera de las estrategias conducidas por el Presidente y la alianza Cambiemos, gana la Presidencial pero correrá el riesgo de perder la provincia por no haber preparado un relevo con tiempo y que esta, ahora con dinero fresco, puede abrirle al Justicialismo una oportunidad de rodear la Capital en su ansiedad casi de abstinencia.

En que Vidal y Macri saben que Cristina no puede competir con Vidal pero puede competir hoy con cualquier otro candidato de Cambiemos, pudiendo recuperar el poder interno dentro del Justicialismo, mandando un mensaje hacia el interior del Poder Judicial que hoy la tiene a maltraer.

En otras palabras, Vidal sabe que esta es la trampa y no piensa transformar el plan B de Cambiemos en un plan A del Peronismo ¿Qué quiero decir con esto? Muy simple. María Eugenia Vidal es hoy el Plan B para darle continuidad al período presidencial de Cambiemos si por alguna razón fortuita o no, el Presidente y sus aliados vieran sus futuros políticos de continuidad y reelección amenazado. Lo que hoy, aún con los problemas que hay, parece poco probable.

En política los candidatos alternativos se buscan y construyen cuando el riesgo de derrota es elevado. Y el riesgo de derrota se hace presente cuando la oposición encontró su norte, purgó sus filas y encontró una nueva conducción férrea y carismática. Y hoy por hoy, nada de esto está sucediendo.

Aun si un futuro cierto Cristina es una piedra en cada zapato peronista. Los que tienen futuro no se animan a enterrarla en el pasado, los que tienen presente tienen temor a su agresividad y los que tiene pasado ligado a ella y a su destino judicial tienen pánico de terminar peor que ella.

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