Por Hernán Andrés Kruse.-

Comenzó el año electoral. Un año crucial ya que en las urnas se dirimirá el futuro inmediato y mediato de todos nosotros. Los dos principales competidores son el FdT y JxC. Sin embargo, hay una tercera fuerza que amenaza con romper el equilibrio: Avanza Libertad, liderada por Javier Milei. Los libertarios pueden patear el tablero configurando un escenario electoral inédito. En efecto, puede suceder, aunque por el momento es improbable, que Milei compita en el balotaje con el candidato del oficialismo o con el candidato de la principal fuerza de oposición. ¿Se imagina, estimado lector, un balotaje entre Milei y Massa o entre el libertario y Cristina, o bien entre Milei y Mauricio Macri u Horacio Rodríguez Larreta?

En su edición del 22 de enero Página/12 publicó una serie de notas de Raúl Kollmann sobre las chances electorales de las tres fuerzas políticas. Escribió el autor:

“En un escenario electoral marcado por las especulaciones acerca de si Cristina Fernández de Kirchner finalmente será o no candidata, y frente a una oposición dividida en múltiples disputas internas, los encuestadores y consultores políticos plantean que las claves para el FdT en 2023 pasan por la evolución de la inflación y de los ingresos de los sectores de menores recursos y la clase media baja. Algunos sostienen que, si CFK no está en ninguna boleta tal como pareció decir la última vez, debe buscarse un postulante alineado con la vicepresidenta. Otros afirman que es imperioso ampliar la alianza hacia el centro-como hizo Lula en Brasil-y que un candidato alineado con la vicepresidenta no conseguiría ese efecto. Hay quien sostiene que otra clave está en hacer elecciones primarias muy abiertas, con candidatos de todos los sectores del oficialismo, para movilizar la maquinaria tradicional del peronismo y atraer a quienes, por ejemplo, votaron al FdT en 2019”.

La inflación será el factor fundamental para determinar las chances electorales del FdT. Si el ministro Massa consigue, por ejemplo, bajar la inflación al 2,5 o 3% en el invierno, el oficialismo tendrá chances de competir por la presidencia. Se trata de un porcentaje muy alto pero comparado con los porcentajes mensuales de 2022 son “insignificantes”. Una vez más, el bolsillo orientará el comportamiento electoral de una población cansada, angustiada y triste.

Qué hará finalmente Cristina es otro factor esencial. Su presencia en la boleta del FdT será vital para garantizar el apoyo del núcleo duro, es decir, de un 30/35% del electorado. Si ella finalmente decide no participar no habrá más remedio que un dirigente cristinista ocupe ese vacío. Lo que el FdT no puede hacer es ignorar al cristinismo. Ello sería suicida.

“La situación electoral del oficialismo en gran medida está dependiendo de qué sucede con la inflación-señala Hugo Haime-. Es condición necesaria disminuirla, pero no suficiente. Porque el oficialismo necesita recuperar a la clase media baja. Sin la clase media baja, el peronismo no puede ganar elecciones, eso lo podemos ver en la historia electoral desde 2007 en adelante (…) En síntesis, el candidato que ofrezca el oficialismo debe ser confiable, ganar la clase media baja y tener el apoyo del electorado de Cristina (…)”.

Para Roberto Bacman tal como sucedió en 2019 “el escenario se estructura en función de la decisión de CFK. Alberto Fernández supo recoger ese guante y la decisión de Cristina permitió que la coalición opositora peronista ganara la elección en primera vuelta. Hoy la decisión de CFK es bidireccional: está dirigida a propios y extraños. Posee un mensaje para los dos lados de la polarización. Los propios se enfrentan al desafío de conseguir un candidato que pueda unir al peronismo y demostrar que la coalición de gobierno puede reencauzar la economía. Y en esa dirección hay varios anotados. Alberto y Sergio Massa son hasta el momento los candidatos con cierto nivel de potencialidad (…)”.

Para Raúl Timerman “el oficialismo tiene dos alternativas. Una es juntarse y organizarse para ganar y la otra es la alternativa del vamos viendo. Hacer una ampliación del espacio, con la posibilidad de que todos jueguen con sus propios espacios. Amplias PASO en todo el país. Que participen todos los que quieran (…) Que jueguen todos los que quieran. Con compromisos: el límite de las discusiones, la posibilidad de un programa común. Sobre esa base, empezar a organizar equipos técnicos, reorganizar el partido justicialista, poner en funcionamiento los locales, capacitar a los dirigentes. Poner una maquinaria en movimiento. Hay que salir a construir poder (…)”.

El panorama en JxC es tan complejo como el que se percibe en el FdT. Hay dos dirigentes que han picado en punta: Larreta y Patricia Bullrich. Pero no son los únicos con apetencias presidenciales. En el radicalismo hay dos dirigentes que sueñan con sentarse en el sillón de Rivadavia: el gobernador Morales y Facundo Manes. Pero todos coinciden en lo siguiente: el escenario se modificará radicalmente si finalmente decide competir el ex presidente Mauricio Macri. Lo que parece altamente improbable es que JxC se quiebre. A nadie le conviene que ello suceda porque no haría más que garantizar el triunfo del oficialismo.

Según Bacman “en JxC no hay halcones y palomas. Todos son halcones, y más aún cuando los libertarios los corren por derecha. Existen, sí, significativas diferencias de formas y estilo. Larreta es más atildado y maneja mucho mejor el lenguaje y el marketing político de última generación. No quedan dudas que está mejor coucheado. Patricia Bullrich es más espontánea y habla sin pelos en la lengua. A veces se pasa, corre por la extrema derecha y eso le hace ganar un segmento que se siente más identificado con este otro estilo. La ventaja que tenía el actual alcalde porteño en las encuestas del año pasado hoy se ha diluido y Patricia le da batalla por la candidatura presidencial. ¿Los radicales? Siempre han sido el acompañamiento, no el plato principal. La candidatura de Facundo Manes se ha estancado y Gerardo Morales no ha logrado arrancar de manera definitiva en las encuestas (…)”.

Para Hugo Haime “el desafío de Juntos es primero estar juntos y luego resolver el mejor modo de dirimir sus internas. Nunca se sabe, pero veo muy improbable que Macri sea candidato. La salida del escenario electoral de Cristina, le quita espacio para la polarización con ella. La pelea política y electoral entre Bullrich y Larreta es fuerte. Las encuestas los muestran peleando palmo a palmo (…)”.

Según Timerman “la oposición tiene dos caminos. O mantenerse unida, pese a las diferencias fuertes que existen entre el ala dura de Bullrich y el ala blanda de Larreta. O reordenarse por afinidades ideológicas. Si se mantienen unidos, creo que Macri no debería jugar porque es el que menos posibilidades tiene. Hay un fenómeno particular: ni Bullrich ni Larreta podrán reivindicar el gobierno de Macri. Habrá unas PASO y me parece que el radicalismo llegará a un acuerdo con Larreta. Tal vez otro sector, Alfredo Cornejo, acuerde con Bullrich. El otro escenario es que se agrupen por afinidad: Macri, Bullrich, Milei. Y del otro lado Larreta-radicalismo-Coalición Cívica. Difícil saberlo (…)”.

Javier Milei es el convidado de piedra. Estoy seguro que al día de la fecha deben ser muchos los referentes del FdT y JxC que no deben creer el crecimiento electoral de Milei. El libertario basa su campaña electoral en la decadencia del bipartidismo vigente. Ello explica el entusiasmo que provoca en importantes sectores de la población, particularmente en los jóvenes. Si finalmente logra acceder al balotaje, algo improbable pero de ninguna manera imposible, el 10 de diciembre puede asumir como presidente de la nación.

Para Hugo Haime “los libertarios en sus variadas expresiones han crecido en todo el mundo. Y lo han hecho como un modo de expresar una revolución de valores, en contra de lo que denominan keynesianismo, feminismo, igualitarismo, etc. En un sentido son conservadores, en otro sentido son rebeldes. Por eso Milei puede representar una especie de liberal/anarquismo. Es posible que una porción de su electorado o vote en blanco o se abstenga en una probable segunda vuelta entre Cambiemos y el FdT” (…)”.

Por su parte, Timerman sostiene que “los libertarios van a persistir, lamentablemente. Los que pueden hacer desaparecer el espacio son ellos mismos. Se encargan de expulsar a los más inteligentes. Hay un fenómeno a tener en cuenta. Antes eran un libertario por cinco de Juntos por el Cambio. Ahora son 3,1 libertarios por 1,7 de JxC. Casi parejos. En ballotage dos de cada tres se van a Juntos. Mal escenario para el oficialismo”.

Anexo

Cristina y los buitres

Buitre “es el nombre común de diversas aves falconiformes, rapaces y carroñeras, de la familia accipítridos”. El buitre se asocia, pues, con la carroña. Carroña tiene dos significados: por un lado, es la “carne corrompida”; por el otro, “la persona, idea o cosa ruin y despreciable”. Carroñero es un adjetivo que “se aplica al animal que se alimenta de cadáveres”. También se utiliza para describir “la persona que se aprovecha de la debilidad ajena”. En la Argentina adquirió popularidad hace un tiempo la expresión “fondos buitre” para describir a aquellos grupos especuladores que se aprovechan de la debilidad de un país para succionarle sus recursos. Lo que está aconteciendo con la Fragata Libertad es una palpable demostración del accionar de estas garrapatas. ¿Alguien puede suponer que estos fondos buitre serían capaces, con la complicidad de un país como Ghana, de quedarse con un buque de guerra de Estados Unidos, Gran Bretaña o Rusia? Los fondos buitre serán muchas cosas menos estúpidos. Conscientes del poderío de su presa, jamás se meterán con alguien superior. Lo de la Fragata Libertad pone en evidencia la naturaleza del sistema internacional. Es el estado de naturaleza hobbesiano a escala planetaria donde impera una única regla: la de la jungla. El más fuerte saca provecho del más débil. Así sucedió, así sucede y así sucederá. En estos momentos el canciller argentino está tratando de conseguir el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas, cuyos más importantes funcionarios se han limitado a dar a conocer una postura favorable a la Argentina.

Pero los fondos buitre que están extorsionando a Cristina lejos están de ser los únicos que la acechan. En la Argentina hay buitres mucho más peligrosos que se solidarizan con los fondos buitre transnacionales y que aguardan el momento propicio para devorar la carne del enemigo. Desde que Cristina accedió a la presidencia en diciembre de 2007, en varias oportunidades los buitres vernáculos intentaron comérsela. En 2008 los buitres provenientes del “campo” aprovecharon la resolución 125 para demolerla a picotazos. Durante cuatro meses trataron de debilitarla y creyeron encontrar su cadáver luego del voto no positivo de uno de los peores buitres de la historia argentina contemporánea. A partir de la madrugada del 17 de julio de 2008, una gran cantidad de buitres sobrevolaron la Quinta de olivos esperando ver el cadáver presidencial. A los buitres del campo los acompañaron los buitres de la oposición política y los de la oposición mediática. Dos históricos buitres-Mariano Grondona y Hugo Biolcati-reconocieron en televisión que estaban aguardando ansiosamente encontrarse con el cadáver de la presidenta para comérselo lentamente. Por su parte, un emblema de los buitres de la oposición política, Elisa Carrió, no ocultó el placer que le provocaba el supuesto derrumbe de la presidenta de la nación.

Pero Cristina se negó a ser alimento de los buitres. Resurgiendo de entre las cenizas, dobló la apuesta y desafió a sus enemigos. Su firme conducción política alejó a los buitres que la sobrevolaban y tomó decisiones que hicieron arder de ira a la derecha, como la estatización de las AFJP. En junio de 1009 el gobierno nacional sufrió un duro golpe electoral. Aparecieron nuevamente los buitres dispuestos a culminar lo que habían pretendido comenzar un año atrás. Meses más tarde, más precisamente en el verano de 2010, los buitres planearon una doble operación golpista: por un lado, la rebelión del presidente del Banco Central; por el otro, la embestida del Grupo A en el parlamento. Lo de Martín Redrado terminó con su renuncia mientras que lo del Grupo A fracasó por la megalomanía de la inmensa mayoría de sus protagonistas. De repente, los festejos por el Bicentenario demostraron que Cristina estaba más vigente que nunca. Los buitres quedaron desconcertados. Habían servido la mesa con lujo de detalles para darse el festín de sus miserables vidas. Tuvieron que desmantelarla rápidamente. La marea humana que inundó la 9 de Julio durante aquellas históricas jornadas demostró la falsedad del discurso mediático de los buitres.

Cuando todo parecía indicar el derrumbe definitivo del gobierno nacional emergieron las masas populares de diferentes puntos del país para desatar un hermoso festival de la democracia. Todo fue alegría y festejo. Los buitres mediáticos quedaron perplejos. Habían apostado por la violencia y el caos, y todo resultó ser algarabía y felicidad popular. Mientras tanto, el Grupo A se diluía en el congreso. Los buitres parlamentarios se devoraban entre sí, en tanto los buitres corporativos controlaban su ansiedad aguardando el crucial 2011. Cristina sería la gran perdedora. Otra vez arreglaron la mesa para el festín soñado. Hubo varios aperitivos antes del plato principal. Los buitres se enloquecieron cuando vieron que el kirchnerismo, comicios de Catamarca y Chubut mediante, estaba en condiciones de presentar una dura batalla electoral. Pero, llegaron los comicios de Capital Federal, Córdoba y Santa Fe, para beneplácito del orden conservador.

Esas derrotas kirchneristas envalentonaron a los buitres. Ya está, Cristina estás perdida, soñaron en voz alta. Hasta que llegaron las PASO y su sueño de sangre se evaporó. El 50% que obtuvo la presidenta en las primarias fue un golpe demoledor para los buitres. El golpe de gracia se produjo el 23 de octubre. El 54% fue demasiado. Deglutieron el mal trago como pudieron y se replegaron, aguardando pacientemente otro momento para devorar a su presa. Ese momento llegó este año. Todo comenzó con un sonoro cacerolazo, al que le siguieron otros de menor intensidad. Pero fueron un aviso. La derecha le hizo recordar a Cristina que si enojo no había mermado.

Mientras tanto, el poder mediático concentrado continuó de manera incansable con su prédica anti K, aprovechando el malhumor de ciertos sectores por la inflación y la inseguridad. El uso frecuente de la cadena nacional fue otro pretexto del orden conservador para esmerilar la autoridad presidencial. Una y otra vez, Cristina fue presentada como una déspota que pretende quedarse en el poder mientras viva. De golpe, los centros neurálgicos de algunas de las principales ciudades del país se inundaron nuevamente de caceroleros quienes vomitaron su anticristinismo. Fue el 13 de septiembre. El cacerolazo asombró por su magnitud y el espíritu antidemocrático de sus protagonistas. Realmente dio miedo ver a la multitud que se dirigía a la Plaza de Mayo vociferando consignas anticristinistas. Detrás de esa multitud se encontraban, agazapados, los buitres de siempre. Afortunadamente, la multitud retornó a sus hogares a la medianoche. Pocos días más tarde, un grupo de gendarmes y prefectos se sublevaron a raíz de un problema de liquidación de sus salarios, ante el regocijo de los buitres. Fue impresionante ver la cara de regocijo de Pino Solanas, augurándole al gobierno nacional otro 13 de septiembre. Finalmente, la Fragata Libertad quedó varada en Ghana a raíz de la decisión de la justicia de ese país de dar lugar a una demanda de fondos buitre ávidos de dinero argentino. Ester atropello dio lugar a la manifestación a favor de esos fondos de algunos foristas desaforados.

Pero todavía falta el capítulo central de esta novela. El 27 de octubre el cristinismo planea organizar un acto multitudinario en memoria de Kirchner y de apoyo a Cristina. Los buitres se deben estar preparando para descerrajar toda su furia sobre los subyugados por la gaseosa y el choripán. De esa forma, irán preparando el terreno para el gran acto de los buitres argentinos: el 8 N Ese día, los caceroleros esperan inundar de gente los centros neurálgicos de las principales ciudades del país para hacerle saber a Cristina cuanto la odian. Seguramente algunos buitres políticos han comenzado a rezar para que se día se cumplan sus pérfidos designios. La frutilla del postre será, qué duda cabe, el 7 D. Ese día todos los multimedios deberán haber demostrado su obediencia al artículo 161 de la Ley de Medios. Esa jornada constituirá, a no dudarlo, un punto de inflexión en la décadas kirchnerista. Habrá un antes y un después de ese día donde todos estaremos pendientes de lo que suceda. Hasta entonces, los buitres continuarán sobrevolando la Quinta de Olivos en la búsqueda de su presa preferida.

(*) Publicado en Redacción Popular el 24/10/012

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