Por Mario Sandoval.-
La reciente carta de lectores de Monseñor Santiago Olivera a La Nación, del 16 agosto 2018 bajo el titulo ¿Es esto justicia? https://www.lanacion.com.ar/2162789-de-los-lectores-cartas-mails despertó odios y rencores contra la Iglesia Católica Argentina, en particular contra el vicariato castrense y los capellanes que los años 70’ que oficiaban en las fuerzas armadas y de seguridad. Provocó diversas reacciones que pusieron en relieve críticas destructivas, acusaciones inoperantes, denuncias públicas, alejadas de un debate sano en una sociedad democrática. Se creó un debate societal necesario a la verdad completa, la memoria sin ideología y una justicia no politizada.
Artículo completo en: Palabras Obispo Castrense
04/09/2018 a las 9:29 AM
Muchas gracias.
04/09/2018 a las 12:10 PM
Buenisimo su discurso. Es uno de los pocos que se preocupan por quienes estan detenidos. Cuenta las verdades de lo que padecen. Sus pares de la Conferencia Episcopal en cambio reciben a quienes insentivaban la grieta, el odio, el rencor y lo maS grave es que permitieron que se pida el desplazamiento de S.E.R. Monseñor OLIVERA de su tarea pastoral. Que Caradurez.
04/09/2018 a las 4:23 PM
Como no van a pedir su desplazamiento si ello son todos de Izquierda, Tercermundistas, al igual que Macri.
04/09/2018 a las 1:52 PM
Coincido que fue una guerra contra el verdadero terrorismo instaurado en nuestro país por personeros de la más recalcitrante izquierda combativa con la malsana ambición de tomar el poder por la fuerza e instalar una argencubana o cubargenta. Ya antes del 24 de marzo de 1974 y por dec. del PEN se comenzó a combatir contra los insurgentes que mataban a mansalva sin ningún reparo ni conciencia alguna de lo que hacían y contra quiénes lo hacían: son ésos, los verdaderos terroristas, autoproclamados ERP, MONTONEROS, etc. los que deben rendir cuentas ante los estrados judiciales y no los integrantes de las tres FFAA legítimamente constituidas como tales. No digo que el golpe militar fuera legítimo, sino de los integrantes, de los miembros, de esas tres fuerzas. Discrepo in totum con los integrantes de la Iglesia Católica, pero en ésta le doy plena la razón al señor Obispo Castrense.
04/09/2018 a las 7:35 PM
el Tribunal Federal de Rosario, falló en contra de la familia del coronel Argentino LARRABURE; secuestrado torturado y asesinado, para no crear un precedente contra las Organizaciones terroristas en este caso PRT-ERP.
Con argucias jurídicas, sostiene que el ataque de los guerrilleros no fue sistemático, 1.094 asesinatos, 2876 heridos y mutilados, más de 4.000 ataques con bombas 390 secuestros extorsivos, infiltración en todos los estamentos del Estado, desde donde su pasaba información para atentar y asesinar.
Si los jueces tienen MIEDO NO PUEDEN SER JUECES.La Sra, Nora Cortiñas, acompañó al terrorista q’ estaba siendo juzgado.
05/09/2018 a las 2:12 AM
El Sr. Sandoval expresa una verdad aplastante, irrefutable e increiblemente convertida en inadmisible, por un conjunto de continuadores de la acción terrorísta por otros medios que no incluyen el uso de explosivos y armas de fuego, ni el secuestro y asesinato de personas, pero si el secuestro de libertades y violación de derechos esenciales garantizados en el artículo 18 de la Constitución Nacional a TODOS los habitantes de la República Argentina. De modo que esos continuadores de la acción terrorísta, encabezados por el presidente de la «corte suprema de justicia» (?), el montonero Lorenzetti, los jueces de todas las instancias criminales y correccionales federales, fiscales, secretarios, las denominadas madres y abuelas de plaza de mayo y demás comparsa de homicidas, ejecutan, consienten e imponen al resto de la población la realización y el consentimiento de estos asesinatos concretados a partir de la violación lisa, llana y bestial de los más importantes y esenciales PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES IMPERATIVOS. Los integrantes de los tres poderes del estado nacional delinquen desde el comienzo de este genocidio kirchnerísta, que continúa aún hoy. Hacer justicia implica en las condiciones de hecho actuales, en primer lugar la libertad de todos los detenidos para hacer cesar la privación ilegítima de la libertad, la tortura y el abandono de persona doloso, a los que están sometidos. En segundo lugar la inmediata detención y encausamiento de todos los autores, instigadores y sostenedores del delito genocida continuado, en el que se empeñan en persistir. Tercero, la reivindicación e indeminización de todos los perseguidos por haber participado en la represión de verdaderos ejércitos irregulares de terrorístas que asesinaron, secuestraron, aterrorizaron y saquearon sin control durante más de una década. Consentir el actual estado de cosas equivale a considerar que los terrorístas no debieron ser repimidos, ni siquiera molestados en su camino hacia la supresión de todos los derechos individuales de todos y cada uno de los que pueblan el territorio nacional, y la imposición de una dictadura del proletariado con su consiguiente matanza («millones de ejecutados», Santucho dixit). De lo que se deduce qie vivimos desde hace quince años una locura extrema, para la cual las palabres del sacerdote al que se pretende censurar y perseguir no son más que una suave caricia. Nos va muy mal y nos va a ir muchísimo peor si se persiste en el afan de defender un conjunto de mentiras burdas que ocultan con poco exito un ansia asesina latente y un gusto por el abuso, la crueldad y la injusticia, propio de psicopatas. Algo que ningún estado nacional puede consentir sin condenar a la ruina y la locura eterna a todos los que delegaron en él facultades para que haga primar el orden, la justicia y la seguridad de los ciudadanos.-
05/09/2018 a las 5:54 AM
COMPARTO Y HAGO MÍOS TODOS Y CADA UNO DE LOS COMENTARIOS ANTERIORES Y FELICITO AL
VICARIO CASTRENSE POR SU DEFENSA DE LA VERDAD Y SU EJEMPLAR VALENTÍA DIGNAS DE UN AUTÉNTICO OBISPO