Por Cosme Beccar Varela.-

La política en la argentina es el fiel reflejo de lo que son los argentinos: una farsa representada por ladrones, mentirosos y mediocres que ocupan el escenario y una platea de cobardes, egoístas, casi todos apóstatas (empezando por un gran número de los integrantes del clero) y faltos de inteligencia. En la casilla del apuntador están los «cerebros» perversos de la secta neo-comunista que realmente gobierna y que les dicta a los actores la letra de su papel.

No hace falta otra prueba de esta afirmación que mirar a los candidatos presidenciales. Los tres más favorecidos por la prensa, Scioli, Macri y Massa son ridículamente ineptos y deshonestos. Ninguno de los tres se acerca, ni de lejos, a lo que podría considerarse un estadista, ¡qué digo!: ni siquiera alcanzan al nivel medio de la relajada moral general. Y ninguno de ellos puede ser votado porque es certísimo que han violado la Ley de Dios en el ejercicio de sus cargos y lo volverán a hacer. Aborto, «homonomio», robos, injusticias, mantenimiento de la tiranía y de sus objetivos nefastos, etc. Luego, votar por cualquiera de ellos es pecar gravemente además de ser una perfecta estupidez.

Los opositores de esta tiranía, lo son casi todos apenas de la boca para afuera porque estoy seguro de que no están dispuestos a confirmar su oposición por algún acto heroico que demuestre que se trata de gente animosa y de coraje. Entonces, limitan su «oposición» a elegir entre los tres mencionados el que les parezca el «mal menor», sin querer comprender que ninguno de ellos lo es, puesto que todos ofenden a Dios descaradamente, están totalmente decididos a seguirlo ofendiendo desde el cargo presidencial y son, por lo tanto, todos ellos, el «mal» sin atenuantes. Y nadie que quiera salvar su alma puede votar por el mal.

Dada la situación del país, sólo puede votarse a un candidato que tenga las condiciones morales e intelectuales necesarias para servir el bien común sin politiquerías, ni compromisos con los vicios y lacras que cubren todo el cuerpo de la Nación. Para eso debe ser una persona de bien, justa, inteligente, con coraje y decisión, virtudes éstas que haya demostrado en toda su vida (no necesariamente un santo, pero sí un hombre intachable en asuntos públicos y de sus pecados privados no aberrantes debidamente arrepentido y con firme propósito de enmienda). O sea, ninguno de los candidatos actuales.

Ese hombre de bien, con las condiciones básicas de un estadista, deberá resolver las injusticias que sufre el país y que no admiten demora. Enumero las más importantes y le pido que me diga si alguno de esos tres candidatos principales (menos aún los de inferior relevancia, que son peores) siquiera imaginan ocuparse de ellos.

* * *

1) Revocar por decreto de necesidad y urgencia la anulación de las amnistías y liberar de inmediato a los secuestrados políticos, militares, policías y civiles.

2) Procesar a todos los funcionarios y políticos sospechosos de haberse enriquecido delictivamente, dictándoles prisión preventiva, visto que constituyen una asociación ilícita cuyos integrantes ciertamente intentarán destruir las pruebas de sus fechorías. Además se deberá recuperar todo lo robado.

3) Reducir el tamaño del Estado, acabar con el intervencionismo y la burocracia perjudiciales, exonerar a todos los empleados públicos que colaboraron indebidamente con la usurpación tiránica de los Kirchner, en especial a los de «la cámpora» porque conspiraron y seguirán conspirando desde sus cargos contra la Constitución Nacional.

4) Investigar el fraude electrónico cometido en las elecciones desde el 2003 en adelante y como medida precautoria, mediante un decreto de necesidad y urgencia suspender a todos los legisladores elegidos en ese período, reformar la ley de partidos de tal manera que haya libertad de presentar candidaturas, modificar el sistema electoral para que se imposible el fraude, prohibir a los medios de difusión la promoción de ciertos candidatos y la difamación de otros y reglamentar el Art. 16 de la Constitución que exige idoneidad para desempeñar cualquier cargo público en cualquiera de los tres Poderes. Cuando ese restablecimiento del sistema republicano sea aplicable en la práctica y se hayan anulado las designaciones fraudulentas de los actuales legisladores, llamar a nuevas elecciones.

5) Procesar por el delito de prevaricato a todos los Jueces que hayan colaborado con la tiranía usurpadora kirchnerista, empezando por los de la Corte Suprema, suprimiendo sus fueros mediante un decreto de necesidad y urgencia. Esos juicios estarán a cargo de nuevos jueces dignos e imparciales que serán nombrados “en comisión» por decreto de necesidad y urgencia.

6) Iniciar la reconstrucción de las FFAA, restablecer el Tribunal de Honor y el fuero militar, exonerar a los oficiales superiores que se sometieron a la tiranía traicionando su deber de defender la Constitución y que permitieron que la Nación cayera en el estado de indefensión en que se encuentra y promover a los de grado inferior que sean dignos de llevar las armas de la Patria.

7) Reducir los impuestos, incluyendo las retenciones a las exportaciones de la producción agrícola ganadera, reabriendo la exportación. Suprimir el impuesto a las ganancias sobre las personas individuales por ser un arma extorsiva en manos del Estado. Derogar las facultades persecutorias extrajudiciales de los funcionarios fiscales.

8) Defender la propiedad privada y la libertad de iniciativa económica, sin perjuicio del deber de la Autoridad pública de impedir todo abuso que cometan los empresarios, los agropecuarios y los intermediarios en perjuicio de los consumidores, especialmente en el período de transición entre la economía intervencionista y la economía libre. O sea, no permitir que se repita la negra historia del gobierno de Martínez de Hoz.

9) Prevenir y castigar la delincuencia con energía, suprimiendo las «salidas» de presos y la exención de prisión a los reincidentes; dictar una ley de reglamentación de la tenencia y porte de armas para la población honesta y sana, y la adecuada instrucción para que pueda defenderse asimilando esa defensa a la acción de la Policía, sin crear molestias posteriores innecesarias a los que se defendieron o defendieron a terceros de su entorno sin excesos.

10) Impedir los piquetes, las huelgas extorsivas, en especial en los servicios públicos, procesar a los agitadores por los delitos de que se hacen responsables, mantener la paz pública y la libertad de trabajar y de transitar.

11) Reubicar a los habitantes de las «villas miseria» en predios fiscales o en terrenos debidamente adquiridos en el Gran Buenos Aires, ayudando a esas personas a construir sus casas con material adecuado y proveerles los necesarios servicios públicos. Impedir la aglomeración de casas en esos nuevos lugares de habitación de tal manera que no se repita la actual situación de las «villas miseria» que son verdadera «tierra de nadie» en la que encuentran refugio los delincuentes y se practica el narcotráfico. Las actuales “villas miseria”, previo un plazo para dar lugar a la reubicación aludida, deberán ser demolidas y hacer parques públicos en su lugar.

12) Impedir la inflación por emisión monetaria y por exceso de créditos al consumo. Suprimir el tipo de cambio oficial y restablecer una moderada libertad de cambios para las personas comunes, pero sin permitir el abuso de los Bancos, empresas y de los ricos en general que intenten adquirir divisas con fines especulativos.

13) Investigar la deuda externa para saber en qué se usaron esos créditos, desde los tiempos de Martínez de Hoz hasta la fecha, averiguando la posible malversación de los fondos y la complicidad de los funcionarios y de los banqueros prestamistas. La deuda legítima deberá ser renegociada y pagada. La otra, deberá ser denunciada como tal y los culpables deberán ser procesados y obligados a indemnizar.

14) Derogar todas las normas que favorezcan el aborto, el «homonomio» y la promoción del «amor libre», especialmente entre los adolescentes.

15) Denunciar los Tratados y Acuerdos firmados con el bloque neo-comunista encabezado por Rusia y China y tomar distancia de los países iberoamericanos, como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua que pertenezcan a ese bloque.

* * *

Es claro que ninguno de los candidatos se propone hacer nada de eso. Luego, cualquiera que se encarame al sillón de Rivadavia será una calamidad sumada a las calamidades y nos seguiremos deslizando rápida o lentamente hacia la disolución nacional y hacia la implantación de un Estado neo-comunista.

Para peor, los electores no son los que deciden. Nuestro futuro político lo fijará la secta neo-comunista dueña del poder que es la que realmente elegirá al próximo Presidente mediante el fraude electrónico, sencillo trámite que han conseguido imponer a la sociedad en medio de una gran conspiración del silencio de la prensa. Ese será sin duda el que sea más útil a esos planes, es decir, el peor, aunque a los «giles» les parezca el mal menor.

¿Cuál será? Como esa decisión la tomarán en las tinieblas de su cubil, no podemos preverlo. Hasta último momento, están dando señales contradictorias: algunas indican que pueden hacer que Scioli, comerciante quebrado devenido en político deshonesto y caradura mediocre, sea el elegido; otras sugieren que tal vez Macri sea el Kerensky perfecto y como tal, lo prefieran; y por último, puede ser el camaleón Massa, mantenido en el candelero a fuerza de soplar su velamen con poderosos ventiladores, sin importarles que sea obvia la artificialidad de los números que fabrican para beneficiarlo.

Eso nos deja en la incógnita del nombre, pero no de lo que nos espera. Triste final anunciado para un país que fue católico, al que Dios dotó de grandes recursos, habitado por un pueblo humilde en el que abundan las buenas gentes, pero que es traicionado y oprimido por una «dirigencia» corrupta e inepta de la cual son cómplices las “clases cultas”, especialmente las más altas, apátridas y egoístas.

Si los «buenos patriotas» hubieran querido unirse, organizarse y proponerse recuperar el país, muchas de las acciones de gobierno que enumero más arriba hubieran sido posibles. A medida que pasa el tiempo sin que lo hagan, se van convirtiendo en el irrealizable sueño de un puñado de fieles a la Patria.

Habrá que sobrevivir como se pueda en el reino de la izquierda delictiva y tiránica. Los venezolanos y los cubanos nos pueden decir cómo se hace o cómo morir valientemente.

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